sábado, 29 de junio de 2013

10. That's what makes you beautiful.

Harry abrió los ojos y se encontró a Alex abrazada a él. Bueno, él también la abrazaba, pues a lo largo de la noche él había ido acercándose más a ella, si es que podía ser posible, de forma que la chica casi estaba tumbada sobre él. Harry levantó un poco la cabeza y miró el reloj digital de su mesilla.
Faltaban cuarenta minutos para que empezasen las clases. De sobra...
Harry volvió a cerrar los ojos y abrazó más fuerte a la chica. No quería separarse de ella. Era raro, pero en ese momento sentía comodidad, como si no quisiese que ese instante acabase.
Al abrazarla, Alex se movió un poco, y acabó abriendo los ojos.
Esta se encontró con los del chico, que brillaban junto a la luz del sol que entraba por la ventana.
Le salió una sonrisa, una sonrisa sin razón.


- Buenos dí... - empezó a decir Harry.

- Ey - le cortó ella - Como digas lo de "Buenos días, princesa, he soñado toda la noche contigo" te corto la cabeza. Cursiladas de esas no, por favor - Harry soltó una carcajada.

- ¿Qué prefieres que te diga? ¿"Levántate de mi cama de una puta vez meretriz de campo"? - ahora fue Alex la que se rió.

- Me enamoran tus palabras.

- Es un don que tengo. - ambos sonrieron - Bueno, ¿qué, te levantas de mi cama?

- Uf, quejica - Alex se puso de pie y después lo hizo Harry. Alex se le quedó mirando sorprendida, pero después se giró para darle la espalda - No me puedo creer que hayas dormido solo con los calzoncillos. ¡Creía que llevabas pantalones!

- Bueno, tu llevas un pijama muy corto. Casi parece ropa interior.

- Mmmm... Mucho te fijas tú. - Harry rodó los ojos mientras ella salía del cuarto.


Ambos se vistieron y bajaron a desayunar. Estuvieron un rato con Robin, Grace y Sophie y depués salieron de casa, para ir al instituto.


- Oye, - dijo Alex mientras andaban - ¿te parece bonito que siendo ahora familia, nos conozcamos tan poco? - Harry la miró con una sonrisa.

- Mmm. Pues vamos a conocernos. ¿Color favorito?

- ¿Enserio vas a preguntarme eso?

- ¿Quieres que nos conozcamos si o no?

- Uf... Negro.

- ¿Negro?

- Sí, negro.

- ¿En plan rollo princesita punk? - Alex frunció el ceño.

- Eres tonto, en serio. - tomó aire - ¿Y el tuyo?

- Pues muchos. Me gustan el rojo y el naranja, pero también el azul.

- Interesante. ¿Película?

- Love Actually. - Alex frunció el ceño.

- Tienes más pinta de "La Jungla de Cristal" o algo así.

- Pues no. ¿Y tú? 

- "Malditos Bastardos".

- Tarantino... Me gusta.

- ¿Y música?

- Me remonto a los clásicos. Queen y los Beatles - Alex hizo una mueca.

- Mmm... Sí, que son unos de los reyes de la música, pero me parecen mejores Guns n' Roses, Nirvana y tal.

- Perdona, pero Guns n' Roses y Nirvana no serían nada sin los otros.

- Seguiré siendo fiel a mis gustos - Alex le dedicó una sonrisa exagerada.


Ya habían llegado al instituto, y la puerta, como el día anterior, estaba a rebosar de gente, solo que menos llena. Ambos andaban, sintiendo cómo las miradas de la gente encima suyo. Ya se había extendido el rumor de la nueva - e increíble - hermanastra de Harry, que había tenido las narices de hacerle cara a Cecilia y rechazar a Zayn, en tan solo un día.
Pero como era de esperar, a Alex le daba igual.


- Te has hecho famosa - dijo Harry en cuanto llegaron a la puerta de la clase

- Genial - Alex puso una sonrisa irónica.

- ¡Harry! - dijo una voz detrás suyo. Ambos se giraron y vieron a Cecilia, tan deslumbrante como siempre pero igual de prepotente.

- Ah, hola... - dijo él. Harry miró a Alex, que no mostraba muy buena cara - Cecilia, ¿te parece bonito saludarme a mí pero a mi hermana no? Que sepas que la familia es muy importante. - A Cecilia se le empezó a hinchar la vena, mientras Alex estaba a punto de soltar una gran carcajada.

- Eh... Hola Alejandra - dijo Cecilia con bordería.

- Es Alessandra - corrigió la susodicha.

- Como si te llamas Bonifacia, ya ves tú.

- Uy que chulería...

- ¿No tienes que ir a clase, Cecilia? - dijo Harry.

- Si... - respondió ella. Se acercó rápidamente a Harry, le dio un beso en la mejilla dejándole confundido, y se metió en el aula.

- Vaya... - dijo Alex - A lo mejor me equivoco, pero creo que esa chica esta interesada en ti - habló con cierta ironía. Harry rodó los ojos.

- Venga, vete a clase tú también.

- Vale - contestó alargando la "a". Se acercó a Harry, igual que hizo Cecilia y le dio un beso en la mejilla. Se dio la vuelta para irse, pero él la agarró del brazo y tiró hacia su cuerpo, para acabar dándola un abrazo. - ¿Y esto? - preguntó Alex.

- ¿Qué pasa? ¿Que no le puedo dar abrazos a mi hermana? - Alex bufó.

- Venga, suéltame que me tengo que ir a clase.

- Que poco cariñosa eres... - la chica le dedicó una sonrisa y después, al fin, entró en la clase.


Ya dentro del aula, visualizó a Bianca, al lado de su sitio, y junto a ella estaba Zayn. Ambos hablaban, y ella se reía con algo que había dicho él. Era la primera vez que la veía reír. Y era tan diferente cuando hablaba con ella... Con Alex, Bianca era tímida, reservada y poco habladora, pero con Zayn parecía que se soltaba sin más.
Alex se acercó hasta su sitio y se sentó.


- Hola Bianca - saludó con una sonrisa.

- Ho...Hola - dijo ella.

- Hola amigo - le dijo Alex a Zayn.

- Amiga - él la sonrió y le guiñó un ojo, provocando que a modo de respuesta, Alex pusiese los ojos en blanco - Bueno, ya hablamos en el recreo - le dijo Zayn a Bianca. Después le dio un beso en la mejilla, y sin apartar la mirada de Alex, más una sonrisa pícara, se fue a su sitio.

- ¿De qué vais a hablar? - le preguntó Alex a su compañera.

- Eh... Nada importante. Tonterías... eh... nuestras - Bianca no podía decirle a Alex que entre Zayn y ella hablaban de cómo él iba a conseguir mancillarse a Alex y de cómo ella iba a conseguir salir con Louis.

- En serio, a tu lado haces que me sienta como una secuestradora, como si me tuvieses miedo - Bianca soltó una risa por lo bajo. 'Bien' dijo Alex, porque cada vez iba mejorando con lo de que Bianca se soltase con ella. La chica tímida cogió aire y miró al fin a Alex, mientras se retocaba la trenza medio deshecha. Había decidido, en un solo segundo, que iba a abrirse más, no tenía nada que perder.

- Soy Bianca Sanders. - Alex sonrió.

- Ya lo sé. Pero aún así yo también me presento. Soy Alessandra Drake, Alex para los amigos, Lex para Niall - Bianca volvió a reir suavemente.

- Yo solo... eh, Bianca. Pero si te da por llamarme algún día Bi... no pasa nada. Mi madre a veces me llama así. Y sin ánimo de entrometerme mucho, eh... ¿Cómo es que has acabado siendo, ya sabes, la hermanastra de Harry?

- Pues... A ver, yo vivía en Londres con mi tía Grace, porque mis padres murieron cuando era pequeña...

- Lo siento - cortó Bianca.

- Ah, no te preocupes. Las personas mueren igual que nacen - Bianca se sorprendió un poco por esta contestación - Y bueno... Mi tía Grace conoció a Robin, el padre de Harry, se enamoraron, le pidió matrimonio a mi tía, y ¡zas! Tengo una boda en poco más de dos semanas. 

- ¿En serio?

- Sí. Pero soy dama de honor, y como mi tía me haya elegido un vestido feo... - Bianca sonrió e iba a contestar pero apareció un chico rubio delante suyo.

- Hola princesita - le dijo Niall a Alex.

- Hola rubio.

- Ah bueno... - volvió a hablar el chico mirando ahora a Bianca - Hola Bianca - sonrió - Lo de princesita iba para Alex pero tú si quieres también puedes ser una princesa - puso cara de pensativo - Mmmm... La sirenita, sí, esa sería perfecta para ti. - Bianca se acercó a Alex.

- ¿Es siempre así? - le susurró. Alex se rió.

- Si, siempre es así.

- Bueno, Bella Duremiente y Ariel... - dijo Niall.

- Te ha dado con las princesas, ¿eh? - habló Alex.

- Es que ayer soñé que me tiraba a Pocahontas.

- ¡Niall! - dijo Alex - ¡Eres un cerdo! - él se rió, y Bianca, que estaba al lado admirando la conversación entre esos dos, también lo hizo.

- Bueno, a lo que iba - dijo el rubio - que me voy a mi sitio, que mi Cenicienta me espera - esto último lo dijo señalando a Cecilia, haciendo que las dos chicas volvieran a reírse. Madre mía, ese chico tenía un serio problema en la cabeza.


Niall anduvo hacia su pupitre, y se sentó a la vez que dejaba escapar un suspiro.


- Buenos días - le dijo a Cecilia. Ella bufó.

- Mira, podemos hacer que el año se pase rápido y sin ser una tortura. Pero para eso no tienes que hablarme, y ya está.


Niall asintió con una sonrisa.
'Idiota...' pensó Cecilia.
El chico sabía que ella le odiaba, aunque sin razón, pero se lo intentaba tomar de la mejor manera posible, ya que tenía claro que el problema era de ella, no de él, asi que nada.
En ese momento, como casi siempre, sintió que su estómago le pedía algo de comer, a pesar de haber desayunado decentemente.
Cogió su mochila y buscó, hasta que encontró esa tableta de chocolate Milka con Oreo que siempre guardaba para emergencias, es decir, para cuando tenía hambre.
La abrió y cogió un trozo -bastante grande - y después se lo comió.
Niall miró a Cecilia, que apoyaba la cabeza sobre una mano, y pensó que quizás la chica querría chocolate.
Pero como no debía hablarla, cogió un papel y escribió. Después, lo colocó sobre la mesa de Cecilia.
Ella se sobresaltó un poco al ver la nota ahí. La cogió y leyó:


Quieres chocolate?
PD: dijiste que no hablase, pero nada sobre escribir.


Cecilia soltó una sonrisa irónica y después escribió su respuesta, hasta pasarsela a Niall.
Él chico recibió el papel con entusiasmo y lo miró.


De ti no quiero nadaPD: las notitas también están prohibidas, y por si acaso (porque me lo puedo esperar de ti) los gestos tampoco valen.
Ah, se me olvidaba: Púdrete Horan.



A Niall solo le salió reírse con carcajadas fuertes. Menudo el ingenio de esta chica... Bueno, el ingenio y el carácter, que cualquiera diría que esta chica tiene la regla.

Cecilia miró al chico con el ceño fruncido. 
Ninguna persona normal se reiría así tras esa contestación.
Y es que Niall era de todo, menos normal.

En ese momento entró el profesor de Biología en la clase, y tras él Liam, que corrió apurado hasta su asiento. En cuanto lo hizo, Alex se inclinó un poco hacia él.


- ¿Qué pasa? ¿Que de tanto soñar con Vicky se te han pegado las sábanas al cuerpo? - Liam la fulminó con la mirada y ella se rió - Ya hablaremos tú y yo en el recreo...


(...)


Por fin ya llegaba el recreo. Ese día se le estaba haciendo interminable a Liam. Deseaba con todas sus ganas que llegase ya la tarde para esa maratón de Toy Story con Victoria, que sinceramente, prometía bastante.
Aquel día tenían más clases. Tres por la mañana, recreo y tres de nuevo después. Sí, un martirio. El día anterior, al ser el primero, simplemente tuvieron poco más dos horas, y luego se fueron, además que empezaron a las doce y cuarto. En cambio, los demás días iban a empezar a las ocho y media.
Y no le extrañaba que se le hiciese largo... Con tantas horas... Además ese día había llegado con la hora justa porque se le olvidó poner el despertador.

En cuanto sonó el timbre, todos se levantaron deseando irse. Alex salió por la puerta y dio de bruces con Louis.


- ¡Ey! Hoy no te he visto esta mañana. Ya te estaba echando de menos - Alex sonrió y se ruborizó un poco.

- Bueno, ya estoy aquí. - Louis se acercó y le dio un beso en la mejilla, después pasó un brazo por sus hombros.


A los dos segundos se juntaron a ellos los demás, es decir, Harry, Niall y Liam, y salieron al patio, donde se sentaron en una mesa.
Empezaron a hablar sobre tonterías, en mayor parte de Louis y Niall. Y es que esos dos juntos... Era un sinfín de risas.
Pero el tema se giró hasta hablar de la fiesta de Niall, de los preparativos, música, bebida -alcohol-, comida, etc.
Y raramente, de repente salió el tema Victoria.

- ¿Pues sabeis que Liam... ? - dijo Alex.

- ¡No! - le cortó el susodicho.

- ¿Qué pasa? - preguntó Harry.

- ¡Hostia! - habló Niall - se me olvidó preguntarte.

- ¿Soy el único que no se entera de nada? - dijo Louis.

- No eres el único... - esta vez fue Harry.

- A ver... Uf - Liam suspiró -  Ayer fui a casa de Victoria y le pedí perdón por mi comportamiento del viernes, y bueno... Me invitó a comer a su casa y hablamos, y tal - Liam quiso omitir lo de que en un momento él estaba encima de ella, porque entonces tendría que contarles algo de cómo se sentía en ese momento, y acabaría desvelando de algún modo cómo conoció a Victoria. (y ahora aparece Ted Mosby diciendo: Hijos, esta es la historia de cómo conocí a Victoria JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAocno. Va, volvamos a la historia)

- Y.... - dijo Alex. Liam volvió a suspirar, pero sonriendo.

- YhemosvueltoaquedarhoyparahacerunamaratóndeToyStory. - dijo rápido.

- ¿Qué? - dijeron a la vez todos.

- Que hoy he vuelto a quedar con ella...

- Mmmm - dijo Harry - esa chica te está pillando fuerte.

- Eh... Que va, simplemente es agradable, y ya está... - pero una vez más, Liam estaba mintiendo.


En ese momento, Alex vio pasar a Bianca y a Zayn.


- ¡Ey chicos! - gritó Alex. Ellos dos la miraron, y los que estaban en la mesa se giraron para mirarles a ellos.

- ¡Hola Ariel! - gritó Niall haciendo que Bianca sonriese.

- ¿Queréis sentaros con nosotros? - dijo Alex.

- Eh... - pronunció Bianca nerviosa.

- Otro día - dijo Zayn sonriendo, sobre todo a Alex. Después siguieron andando.

- A Bianca si que la hubiera dejado sentarse, pero a Zayn no... - dijo Harry.

- Oye, Zayn en el fondo es un tío majo - dijo Niall.

- Es verdad, yo tuve que hacer el año pasado un trabajo con él y es agradable - habló Liam.

- No sé por qué te cae tan mal. - dijo Alex.

- Porque de pequeño Harry estaba colado por Bianca, pero ella siempre estaba con Zayn - confesó Louis.

- Mucho hablas tú, ¿no? - le dijo Harry, haciendo que Louis soltase una risa por lo bajo.

- Asi que Bianca eh... - dijo Alex alzando las cejas y bajándolas. - ¿Y te sigue gustando?

- No - respondió él. - Fue hace más de cinco años.

- ¿Entonces por qué sigues así con Zayn si ya no te gusta? - Harry abrió la boca para hablar.

- El rencor sigue.

- Ya, ya... Rencor...


Entonces sonó el timbre que les mandaba a clase, cortando aquella conversación que a Harry le había puesto tan nervioso.


- Alex, espera - dijo Louis - que tengo que decirte una cosa.

- Vale - contestó ella con una sonrisa. Dejó que los demás avanzasen. - ¿Qué pasa?

- Eh... Pues no sé si querrás...  pero... - Louis se pasó una mano por el pelo - Em...

- Al grano, Louis.

- ¿Quieres dar una paseo hoy conmigo por la playa? - Alex sonrió nerviosa a la vez que se sonrojaba. ¿Le estaba pidiendo una especie de cita?

- Eh... ¡Claro! Me encantaría.

- ¿Enserio?

- Por supuesto. Me apetece bastante. - Louis sonrió muchísimo.

- Bueno, vamos a clase. - ambos empezaron a ir hacia clase, felices, y cuando llegaron, Louis se despidió de ella con ese típico beso en la mejilla que a Alex le encantaba.


(...)


Sonó el timbre que finalizaban las clases -al fin-. Alex se despidió de todos, de Louis de una fomra especial y cómplice y se fue andando a casa con Harry. Seguían hablando y preguntándose cosas sobre gustos, y aunque en la mayoría eran contrarios, tenían bastantes cosas en común.
Llegaron a casa y allí estaban todos los demás, esperándoles para comer. 
Comieron y después, Alex subió a su cuarto y empezó a una cosa de deberes que le habían puesto. Sí, el segundo día y ya tenían deberes, genial.
De repente le llegó un mensaje al móvil.


En dos horas en el puesto de helados del paseo, te parece bien? Louisa :)xxx


Alex sonrió en cuanto vio que había sido de él y no tardó en escribir su respuesta.


Perfecto! Ponte guapo para no desentonar conmigo eeeeh ^^ Alexander:)


Y a los segundos una contestación de él.


Siempre estoy guapo (y lo sabes)  Hasta esta tarde:)


Alex se rió con esto último. Claro que siempre estaba guapo. Y como para no... Con ese pelo castaño claro que brillaba, con esos ojos azules increíbles, con esa piel morena...
Vamos, que el chico no se quedaba corto.

Alex estuvo un rato con el ordenador para entretenerse, también pasó tiempo con Sophie, y cuando quedaban unos cuarenta minutos para su cita, se duchó y se vistió. (Ropa de Alex por si te hace ilusión verla)
Lo hizo, y se preparó para salir, pero se encontró a Harry en la puerta de su cuarto.


- Alex, ¿quieres...? eh... No sabía que ibas a salir. - dijo él mirándola de arriba a abajo.

- Sí... Bueno, voy a ir con Louis a dar un paseo por la playa.

- Ah... Con Louis...

- Sí. ¿Me necesitabas para algo?

- No, bueno, simplemente era que como me dijiste que tu peli favorita era Malditos Bastardos... que si querías verla conmigo... Pero... Supongo que será otro día.

- Ah lo siento. Es que ya me lo había pedido Louis... - Harry bajó la cabeza. - Pero mañana no voy a hacer nada, asi que si quieres la vemos mañana - Harry la miró más un poco más animado.

- Vale sí, estaría bien...

- Bueno, yo me voy yendo que si no llego tarde. - Alex se puso de puntillas y le dio un beso a Harry en la mejilla - Te veo después.

- Si... Que te lo pases bien. - Alex sonrió y bajó las escaleras, sin saber que le había quitado a Harry las ganas de ver películas y de hacer cualquier cosa.


(...)


Liam llamó al timbre de la casa de Victoria, mucho más seguro que ayer. Tenía ganas de verla, deseaba verla.
Esta vez ella no tardó tanto en abrir la puerta, es más, lo hizo al segundo, como si le estuviese esperando ahí mismo en la entrada.
Liam la miró en cuanto estuvo en frente suyo, y es que estaba preciosa.
Llevaba una camiseta blanca con una frase de una canción de Ed Sheeran, unos pantalones vaqueros cortos con tachuelas y detalles en rosa y unas simples chanclas blancas. (Ropa de Victoria por si te hace ilusión verla)


- Hola - dijo ella a la vez que se mordía el labio.

- Hola - dijo él a la vez que entraba en la casa - ¿Preparada para la mejor maratón de Toy Story de la historia? - Victoria sonrió.

- Preparada. Y... ¡Tengo palomitas!

- Pues yo he traído... - Liam cogió lo que tenía en una bolsa de plástico que llevaba y se lo enseñó - ¡Helado de Dulce de Leche de Häagen-Dazs! - ella abrió mucho la boca.

- Oh Dios Liam, te amaré eternamente - el chico sabía que lo había dicho como una expresión, pero para él había significado algo más.

- Pero me da que no te lo mereces.

- ¿El helado? - Liam asintió. - ¿Y eso?

- Bueno, para empezar... No me has dicho "hola Liam, hoy estás muy guapo" - Liam sonrió.

- Hola Liam, hoy estás para hacerte hijos - dijo ella con decisión.

- Em... Vale, con un guapo me valía pero bueno. Y... - se puso un dedo en la mejilla - no me has saludado con un beso. - Victoria le miró divertida, se acercó a él, le pasó los brazos por el cuello y acabó depositando en su mejilla ese beso que él le había pedido.

- ¿Puedo comer ya helado?

- Todo tuyo. - dijo entregándoselo. Ella sonrió y lo cogió. Después, comenzaron a  andar hacia el salón - Asi que te gusta Ed, ¿eh?

- Sí, es mi cantante favorito.

- A mi también me gusta. Bueno, a ver, que mis hermanas no paran de ponerlo, y sus canciones son buenas, asi que acaba gustándome.

- Interesante - dijo ella con una sonrisa - No sabía que tuvieras hermanas.

- Sí, Ruth y Nicola, mayores.

- Pues yo... Soy hija única.

- ¿Y no te sientes sola?

- Que va.

- Pero a la hora de tener hijos... Sus tíos y tal... Los primos...

- Bueno, Alex es como mi hermana, asi que estará la tía Alex, Harry como es su hermano será el tío Harry, estará también la tía Sophie, y como tú vas a ser el padre tus hermanas también serán las tías... - Liam abrió muchísimo los ojos. ¿¡Padre!? ¿Cuando la conversación a pasado a ser tan... extraña? ¿Lo ha dicho en serio? Victoria se empezó a reír - Es broma, es broma. Bueno, voy a la cocina a por cucharas. Lo demás está en el salón.

- S...Sí.


Liam caminó un poco perplejo a la sala donde verían las películas. Vio un pendrive sobre la mesa y supuso que ahí estarían grabadas.
Dos boles con palomitas estaban al lado del pendrive, y en el sofá había una gran manta.
Al rato Victoria llegó con el helado y las cucharas.


- ¿Preparado?


(...)


Alex y Louis andaban por la arena de la playa, cerca de la orilla, aunque sin mojarse. Llevaban ya una media hora de paseo, y la verdad es que era bastante agradable. Cuando Louis miraba a Alex, ella sentía como el mundo se le paraba y su estómago explotaba con un Harlem Shake.
Louis la hacía como si se sintiese única, y era muy agradable.


- Me alegro de que hayas venido - dijo Louis.

- Hombre, tú me has invitado... A mi me apetecía...

- No, no, no me refería a eso. Decía aquí, a esta ciudad.

- Ah - Alex sonrió - Yo también me alegro de haber venido. - Alex miró a Louis, que la miraba fijamente, y sus ojos trasmitían un destello especial. Bajó la mirada a sus labios, y sintió, que en ese momento, lo único que le apetecía era besarle, es más, faltaba solo un pequeño empujoncito para hacerlo.

- ¿Puedo hacer algo que siempre he querido hacer? - dijo Louis. Alex estaba que se salía. ¡La iba a besar!

- Claro - dijo ella con una sonrisa.

- Mmm, espera, me tienes que dar antes tu bolso - ¿El bolso? ¿Para qué?  Alex se lo dio y Louis lo cogió, después, para sorpresa suya guardó en él unas cosas que tenía en los bolsillos y lo colocó sobre la desierta arena. - Ya está. - De repente Louis se agachó un poco y cogió a Alex de los muslos y la levantó, hasta colocársela sobre su hombro como un saco de patatas.

- ¿¡Pero qué...!? - el chico comenzó a andar hacia el agua - ¡Oh no! ¡Louis, ni se te ocurra! ¿¡Sabes lo mucho que tarda en secarse un sujetador!? - Louis se rió.

- Lo siento, pero tú me has dado el permiso.

- Pero... Pero... - Alex ya podía sentir pequeñas gotas del mar que la salpicaban en los pies.

- A la de una... a de dos... - Louis cambió un poco de posición a Alex para que estuviese más recta - y a la de... ¡Tres!


Louis se tiró de espaldas sobre el mar y cayó en la arena mojada, con Alex encima suyo. Menos mal que era cerca de la orilla y el agua no cubría lo suficiente, por lo que Louis solo se mojó la mitad, y Alex simplemente por salpicaduras.


- Uf... Me llegas a mojar y.... - Alex rápidamente se arrepintió de sus palabras, ya que Louis intercambió posiciones y dejó a Alex abajo y él encima.

- ¿Qué decías?

- Te voy a matar Tomlinson.

- Sí, sí... - Louis levantó una mano y con esta apartó un mecho empapado de la frente de Alex, y se lo colocó detrás de la oreja. Este simple movimiento hizo que a Alex se le parara el corazón. - ¿Alguna vez te han dicho que estás preciosa con el pelo mojado? - Alex se ruborizó.

- La verdad es que no.

- Pues ala, ya he sido el primero. - Alex sonrió y se quedaron unos segundos en silencio, mirándose fijamente el uno al otro.

- Louis, tengo frío. - dijo Alex. El chico se puso de pie y ayudó a Alex a levantarse.

- Yo te voy a quitar el frío. - de repente cogió a Alex de los muslos pero esta vez se la cargó en él como si fuera un koala, mientras ella pasaba los brazos por su cuello y escondía la cabeza en él.

- No quiero molestarte...

- Que va, si pesas poquísimo, pareces una pluma. Además, ¿no has visto mis músculos? - Alex rió. - Ahora cuidado que voy a agacharme para coger el bolso - Lou se agachó y lo cogió - Vale, sostenlo tú - Alex lo agarró con una mano. - Ahora vuelta a casa, que estamos cerca.


En el camino, Louis le fue contando a Alex cosas de su infancia. Anécdotas y cosas graciosas que le pasaron, ya que era un niño bastante revoltoso.
Alex estaba super cómoda, es más, cinco minutos más y se hubiese quedado dormida.


- Pues ya estamos - dijo Louis bajando a Alex y dejándola en los tres peldaños que llevaban a la puerta de entrada.

- Gracias por todo, Lou - le agradeció ella.

- A ti. Me lo he pasado muy bien.

- Y yo, aunque mi sujetador aún no se ha secado eh... - dijo con una sonrisa. Él también sonrió.

- Bueno, yo me voy.

- ¿Y me piensas dar un abrazo?

- El mejor abrazo. - Louis abrió los brazos y estrechó a Alex en ellos. Y por ese instante, a Alex se le olvidó que tenía la ropa mojada y que tenía frío. Se separaron y el chico le dio un beso en la frente a ella - Te veo mañana Alexander.

- Hasta mañana Louisa - dijo antes de que Louis empezase a andar hacia su casa.


Alex cogió las llaves y llegó hasta la puerta, donde metió las llaves y la abrió. Comenzó a andar sin hacer ruido por el pasillo hasta que de repente se encontró con Harry.


- Hola - dijo él.

- Hola.

- ¿Qué tal con Louis? 

- Genial - Harry asintió con los labios apretados.

- Vienes mojada.

- Ya - dijo ella con una gran sonrisa. Después, subió las escaleras de la casa. Harry agachó la cabeza a la vez que suspiraba, desanimado.

- Vaya, parece que tengo razón - dijo Sophie apareciendo detrás de Harry y dándole un susto.

- ¿Razón en qué? - dijo el chico girándose para verla. Ella se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa maliciosa, dejando a Harry más que confundido.


(...)


Los créditos aparecieron y la película acabó, dejando todo el salón a oscuras.
Mientras habían estado viendo las películas, habían disfrutado como niños. Sabiéndose los diálogos, cantando la canción de "Hay un amigo en mí", reído con las ocurrencias de los personajes y comentando datos curiosos relacionados con Toy Story, como que Lotso aparecía en un momento en la peli de Up.
Y por varias razones, Victoria había acabado tumbada en el sofá con la cabeza colocada sobre las piernas de Liam, y la mano de este, estaba sobre el brazo de ella, moviéndose a veces de arriba a abajo para darla un masaje.

Él la observaba atentamente. El pelo le caía por los hombros y la espalda creando ondas perfectas. Su impoluta piel parecía de porcelana. Sus labios eran más tentadores de lo que nunca nadie podía imaginar. Sus ojos hipnotizaban a cualquiera. Y su cuerpo producía infartos.
Era simplemente... Perfecta.

Victoria alzó la cabeza y pilló a Liam mirándola muy fijamente. Esbozó una sonrisa.


- Liam, si me miras tanto me vas a desgastar - el chico se puso super rojo de repente.

- Eh... Es que me parecía que tenías algo...

- Sí, sí, sí... Yo solo te digo que si mi cabeza nota un bulto duro por la zona de tu miembro, te echaré de mi casa a patadas.

- Probablemente si ese bulto estuviese, te hubiera atravesado la cabeza - Victoria soltó una carcajada, e incluso él mismo se sintió un poco sorprendido. ¿Desde cuando hablaba así?

- Vaya, te lo tienes muy creído, ¿no? - Liam se encogió de hombros. Victoria se levantó de un salto y le tendió la mano a Liam. - Vamos, que te voy a enseñar mi cuarto.  


Liam aceptó la mano y empezaron a andar -de la mano, cosa que a Liam le encantaba- hasta subir unas escaleras y dar con una puerta blanca, que era la de Victoria. La abrió y entraron. Liam se encontró con un cuarto enorme de color azul cielo, con muebles blancos. En el centro había una cama enoooooorme blanca, con dosel y todo, en plan princesita.
Liam giró la cabeza mientras andaba un poco, y se fijó en una estantería llena de premios.
Que si concursos de mates, de lectura, de patinaje artístico, de conocimientos sobre Europa, más de gimnasia, más de mates, más de todo...
Liam estaba impresionado.


- Vaya, es increíble... ¿Todo esto lo has conseguido tú? - Victoria asintió.

- Todos yo.

- Joder, yo solo...

- Chst. - le cortó de repente Victoria mandándole callar.

- ¿Qué pasa? - susurró Liam.

- Escucha. - se quedaron en silencio un momento.

- ¡Victoria! - se oyó a alguien decir desde la planta de abajo.

- ¡Mierda! - susurró la susodicha - Son mis padres. - miró hacia la ventana. Cogió a Liam de la mano y tiró de él hasta ella. La abrió. - Vale, a ti te gusta mucho Batman, ¿no?  - le preguntó. Él asintió confundido - Pues ya está. Hoy vas a ser Batman y vas a salvar a la damisela en apuros, que soy yo.

- ¿Qué?

- ¡Victoria! - se volvió a oír desde abajo.

- A ver, mis padres creen que soy la hija perfecta y sin defectos que no hace nada malo y no se ve con chicos.

- Uy, les tienes muy engañados - dijo en bajo susurrando.

- Ya, por eso necesito que no te vean y bajes por la ventana.

- Vale, ya entiendo - Liam sacó una pierna y se apoyó en un borde de la fachada.

- Hay tuberías, y ramas por ahí, asi que podrás bajar - Liam asintió.

- ¿Victoria? - se oyó un poco más cerca.

- Mierda... ¡Mama! ¡Estoy en el baño, que tengo la regla!

- ¿De verdad tenías que especificar que tienes la regla? - dijo Liam.

- Vete - le contestó ella con una sonrisa. Liam hizo amago de salir pero volvió a meterse dentro.

- Espera.

- ¿Qué haces? - dijo sorprendida.

- Victooooooria - más cerca.

- Me falta algo - dijo Liam. Se acercó rápidamente a la chica y le dio un suave beso en la mejilla - Ya está. - Liam volvió a la ventana y sacó el cuerpo, pero volvió a asomarse.

- Una última cosa.

- Liam, ¿estás loco? Vete ya - dijo susurrando pero como si quisiese gritarlo.

- ¿Volveré a verte?

- Claro - sonrió - en la fiesta de Niall.

- Victoria - esta vez sí que sonaba más cerca que nunca. Liam asintió y tras un movimiento de mano a modo de adiós, salió por la ventana y empezó a bajar la fachada con la ayuda de una tubería que estaba ahí para recoger el agua de lluvia. En ese momento entró la madre de Victoria en el cuarto. - Hija, estás aquí. - sonrió - Te estaba llamando.

- Es que estaba en el baño, ya sabes, la regla.

- Oh, si claro. 

- Hoy habéis llegado más pronto, ¿no?

- Sí, teníamos menos trabajo - la madre se acercó y le dio un abrazo para saludarla. - Bueno, voy a cambiarme y ahora me cuentas que tal el día. Tu padre está abajo.

- Vale - Victoria sonrió y cuando salió la madre de su cuarto, suspiró echando toda la tensión acumulada en esos últimos cinco minutos por Liam.


Ese chico estaba loco, sí, pero loco por ella.


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Holaa! aqui estoy con otro capitulo, un poco tarde pero es que mira, estaba escribiendolo pero de repente veo que en la tele echan un concierto de justin bieber, y yo que fui believer en mi día y le tengo cariño, pues me apeteció verlo, y me lié.
Después, mis amigas, a las que quiero mucho, me enredan por WA y hacen que demore el tiempo
y finalmente mi madre que creo que se ha enfadado por estar a estas horas con el ordenador, pero bueno, SOY UN PUTO UNICORNIO ROSA Y NADA PUEDE CONMIGO.
(Vale, pensad que a estas horas se me va la cabeza, lo siento. Igual que con lo de Ted Mosby de "cómo conocí a Victoria" pero es que me ha salido solo. Para los incultos que sepan que Ted Mosby es el prota de Como conoci a vuestra madre)
Bueno, que si. Que ese cap me gusta mucho mucho. es la polla, no me digais que no.
Con lo de las princesitas, el bulto de Liam, Liam poniendose chulo, Liam teniendo que huir por la ventana (JODER CON LIAM, ESTA ON FIRE) Dios, tengo que dormir más....
Bueno, y ya está, que si quereis preguntarme algo por el ask podeis. http://ask.fm/Lidius1D
Y que si quereis comentar, ya sabeis
Disfrutar y haced publicidad anda.
UN BESOTEEE, SE OS QUIEREE:)
PD: Este cap es la hostia de largo, asi que no os quejeis si tardo un poquin en subir, okey?


jueves, 27 de junio de 2013

9. If only you saw what I can see.

- Adiós Louis, que tengo que alcanzar a Harry - dijo Alex dándole un beso en la mejilla al chico castaño que iba a su lado.

- Adiós Alexander - se despidió él.

- Oh, cállate Louisa.


Le dedicó una sonrisa después echó a correr calle abajo, viendo a bastantes metros la figura de un chico andando a paso rápido, cuyo pelo se podía distinguir claramente. 


- Bueno, ¿a ti qué te pasa? - le preguntó ella medio jadeando tras ponerse a su lado. Harry no contestó, ni si quiera la miró, solo aligeró el paso. - Gilipollas... - susurró.

- ¡Te he oído! - gritó él a dos metros. Alex volvió a correr hasta ponerse a su altura.

- Ahora sí que hablas, ¿no? - Harry resopló.

- Déjame en paz.

- ¿Pero qué te he hecho ahora?

- Nada.

- Eres muy raro, ¿sabes?

- Me la pela. - Alex bufó. Ya habían llegado a su casa. Harry sacó las llaves y entró.

- Ya veo que estás en este plan. No hay quien te soporte.


Alex le adelantó y se fue a su cuarto, no sin antes saludar a Sophie y a los prometidos, que hacían la comida. Entró en su habitación y cerró la puerta, procurando no dar un portazo. Se quitó la ropa y se puso algo cómodo, después, tras mirar sin muchas ganas el movimiento en Twitter, se acostó en su cama derrumbada, donde se quedó dormida.


(...)


Liam vaciló un poco antes de entrar en la casa de Victoria. Espera, espera, espera. ¿Todo esto está pasando de verdad? ¿Victoria y él?
Bueno, y las verdaderas preguntas son: ¿desde cuando por una chica se había puesto tan de malhumor con sus amigos? ¿Y desde cuando él se mueve hacia la casa de esa chica simplemente por un simple perdón?
Ni él mismo se reconocía.

Ambos dejaron atrás el recibidor y llegaron al salón. Si la situación fuese distinta, Liam se habría fijado en la gran foto en blanco y negro que descansaba sobre el sofá gris, en la que Victoria salía de pequeña en la playa, con una flor blanca en la oreja. También se habría fijado en la gran tele que destacaba en aquella sala. Se habría fijado en muchas cosas, pero el no podía apartar los ojos de Victoria, que se movía con delicadeza con aquella simple toalla.

Ella se dio la vuelta pillando desprevenido al chico, justo cuando hacía el repaso número mil a su deslumbrante cuerpo. La joven sonrió notando aquello.


- Bueno, yo me tengo que ir a cambiar, porque como entenderás... No es adecuado comer así - Victoria soltó una pequeña risa - Hay de comer lasaña, espero que te guste.

- S...Si, me encanta - la chica volvió a sonreír.

- Pues solo hay que calentarla. Dos minutos, en el microondas. 

- Vale, perfecto.


Victoria se giró y comenzó a andar hacia las escaleras, pero de repente se paró volteándose.


- Dios, soy imbécil - dijo - Tengo que decirte donde está la cocina - Liam asintió bajando la cabeza y sonrojándose un poco. 'Qué mono' pensó Victoria. Después le llevó hacia la puerta blanca de la derecha. La empujó y se mostró delante de ellos una cocina, en la que predominaba el color naranja, contrastando con unas encimeras y electrodomésticos de color oscuro casi negro.  - El microondas está a la derecha.

- Gracias - dijo Liam con timidez, frotándose las manos. Victoria sabía que él estaba así por ella. Muchas veces le había pasado lo mismo con otros chicos, que se ponían igual por la simple presencia de ella. La chica se acercó a él y le dio un suave beso en la mejilla, haciendo enloquecer a Liam.

- Ahora vuelvo - dijo con una sonrisa.


Liam estaba que ni se lo creía. Uf, que sulfuración. Se volvió a frotar las manos, que le sudaban. Después, cogió la fuente con la lasaña que estaba sobre la encimera, y la metió en el gran microondas. 
Seleccionó el tiempo y esperó. Cuando acabó, sacó las cosas de aquella máquina, y la puso de nuevo sobre la encimera. 
Miró hacia todos los lados, pensando dónde podrían estar los platos. Abrió un armario, pero encontró los vasos. Esto no le vino tan mal, pues también los necesitaba. Salió de la cocina con dos de ellos en la mano y lo puso en la gran mesa de comedor que había en el gran salón, más cerca de la puerta de la cocina. Volvió a entrar ahí y buscó de nuevo los platos, hasta encontrarlos. Así hizo también con los cubiertos y las servilletas, hasta que tuvo la mesa montada, con la lasaña incluida.
Se sentó en una silla a esperar, esperar a que Victoria bajase.
Y no se hizo de rogar mucho, ya que la chica bajó al cabo de un minuto, con una camiseta blanca un poco ancha y unos cortos pantalones grises de Hollister.


- ¿He tardado mucho?

- No...No. - respondió él atónito.

- Bien. - miró la mesa - Gracias - dijo.


Después se sentó en la mesa y comenzaron a comer, en silencio, ya que no sabían de que hablar.
'Vamos Liam, que está frente a ti' pensó el chico. Se armó de valor y abrió la boca para decir algo.


- Y.... ¿Dónde están tus padres?

- En el trabajo. Pocas veces están en casa. Pero bueno, no importa demasiado. Aunque no quiero hablar de mi. Hablemos de ti, quiero conocerte - a Liam le dio un vuelco el corazón.

- Pues no hay mucho que saber. Me llamo Liam James Payne...

- James - le interrumpió. - Me gusta. -  Liam sonrió.

- Entoy en el último año del instituto... Em... No sé... Nací en Wolverhampton, pero vine a ese sitio con un año... Tengo dos hermanas mayores... Y no más.

- Vaya, con eso me desvelas todos tus secretos íntimos - ambos sonrieron - ¿Algo más que deba saber?

- Me gusta Batman - dijo Liam con seriedad, aunque no sonó de tal modo. Victoria soltó una carcajada.

- ¿Batman? - Liam asintió - Es raro, te tomaba más por un chico de gustos no sé, más política y economía que superheroes.

- Bueno, en el fondo no parezco tan serio... Tengo mi lado... Por decirlo así... Salvaje - Victoria sacó una sonrisa ladina.

- Si te sirve de consuelo, a mi también me gusta Batman. - Liam puso cara de sorprendido, aunque él ya sabía que a ella le gustaba Batman.

- Pues pareces más una chica buena e inocente, enamorada de las películas bonitas y tal. - mintió.

- Se ve que aún no me conoces. Y una cosa; viviendo tan cerca, ¿como es que aún no nos habíamos visto? - Liam se quedó unos segundos callado. ¿Se lo decía o no?

- Eh... Pues no sé.

- Y mira que alguien como tú es difícil de olvidar. - el chico agachó la cabeza sonrojado. Si ella supiera... - Pero tu cara me sigue sonando mucho.

- Bueno, chico castaño con ojos marrones. - hizo una mueca - Como yo hay muchos.

- No, como tu no hay nadie. - Liam se atragantó con el agua que estaba bebiendo.

- Em bueno... - quiso cambiar de tema - Yo estoy lleno.

- Nenaza - Victoria sonrió, se puso de pie y retiró los platos. Liam también se levantó con intención de ayudarla - Ay no, déjame a mí.


Liam dejó lo que estaba haciendo y permitió que fuese Victoria la que retirase las cosas. Después ella se metió en la cocina. Él se dio la vuelta, quedando frente a los sofás, y entonces estudió detenidamente la gran fotografía en blanco y negro que había. Ella no había cambiado nada, ni desde que era pequeña ni desde hace nueve meses, cuando él la conoció.
Seguía observando la foto, mirando cada detalle, cuando de repente sintió como alguien se subía bruscamente a su espalda. Era Victoria, que parece que en ese momento había decidido subirse a caballito sobre él.


- Joder, que susto. - dijo él.

- No se dicen palabrotas  - Liam puso los ojos en blanco.

- ¿Y cómo es que te has subido a mi espalda?

- Pues te vi ahí dado la vuelta, con esa espalda tan ancha y fornida - el chico se ruborizó - y me dio el subidón de ir ahí y subirme. Como cuando te apetece mucho pegar a alguien sin razón y le pegas.

- Yo no voy pegando a la gente por ahí sin razón, ni aunque me apetezca.

- Oh vaya, se me olvidó que eres un chico serio e inocente.

- Vaya... Creo que ahora si que me está apeteciendo pegar a alguien... - entonces Victoria, como escarmiento por esto, se acercó al cuello de Liam y le mordió - ¡Ah! - se quejó este.

- Recuerda siempre que soy más peligrosa que tu - Liam sonrió - Bueno, ¿me piensas bajar o qué?

- Me da que no. Por morderme.

- Venga, que era broma.

- Mmm... No. Es más... - Liam anduvo hasta el sofá, y se dejó caer en él, haciendo que Victoria quedase debajo, siendo aplastada por Liam

- ¡Liam! - gritó ella respirando con dificultad- ¡No tengo aire! ¡Levántate, levántate, que no respiro!


El chico se puso de pie super rápido, asustado por si a Victoria le había pasado algo. Si es así, Liam se moriría, pues habría sido todo su culpa, pero de repente una risa le interrumpió.


- ¡Te lo has creído! - dijo ella animada.

- Eres mala, ¿lo sabes?

- Así vivo bien.


Entonces la chica, como si fuese un impulso, se puso de rodillas en el sofá, y cogió los bordes del cuello de la camiseta de Liam. Tiró hacia abajo fuerte, haciendo que Liam, despistado por el comportamiento de la chica, cayese encima de ella en el sofá. Pero ahí no acabó la cosa, pues cuando el chico ya despertó de su nube, agarró a Victoria de la cintura y rodó por el sofá, haciendo que finalmente los dos acabasen en el suelo, ella debajo de él.
Liam se empezó a poner nervioso por la situación. Ella... Él... Tumbados uno encima del otro... Tan cerca... Le sería tan fácil besarla, recordar viejos tiempos, disfrutar como aquella vez...
Pero todo esto hizo que se acordara de que ella no sabía que se conocían. Ella no recordaba quien era Liam... Y eso, quisiera o no, hacía que las cosas fuesen distintas.

Victoria también notó la cercanía, pero con pensamientos distintos a los que tenía Liam. Casi de forma involuntaria, desvió la mirada hacia los labios del chico, que descansaban ligeramente - y provocativamente - entreabiertos.
Si hubiese sido otro chico, ya le habría devorado la boca, le hubiese subido a su cuarto y haber hecho cosas de mayores, incluso sin subirle a su cuarto, sino ahí mismo, en el sofá. 
Pero con Liam... Con él no podía. En ese momento sentía que no debía comportarse como una guarra con él.


- Eh... Liam - dijo ella para cortar el raro silencio que había dominado la sala - Me estás aplastando... Em... Los asuntos.

-  ¡Oh, sí, lo siento! - él enrojeció y se levantó, un poco confundido por todo lo que había pasado. No solo en ese momento, sino en todo el día. Hoy había sido todo una montaña rusa. Miró su reloj - Em... Yo creo que me debería ir yendo.

- Claro, te acompaño a la puerta.


Victoria también se puso en pie, y ella y él fueron a la puerta. Ella también estaba un poco rallada por todo eso. 
'La regla' pensó.


- Bueno, muchas gracias por todo, por la comida y tal - dijo Liam cuando ya habían llegado ahí y habían abierto la puerta.

- Gracias a ti por venir y por disculparte y tal. Ha sido un bonito detalle.


Ambos se miraron sin saber que decir. ¿Y ahora qué? ¿Dos besos? ¿Un hasta luego?
Además, Victoria no sabía por qué, pero no le apetecía que el chico se fuese. Simplemente... No quería.


- Eh... - dijo ella - ¿Mañana haces algo? - Liam sacó una sonrisa ladina.

- No, ¿por? ¿Pretendes tener una cita conmigo?

- No sería una cita - corrigió - Sería una quedada de dos personas.

- Mmm... Yo eso lo interpreto como una cita.

- Bueno, que si quieres quedar conmigo, ¿sí o no? - se estaba poniendo nerviosa. Normalmente era ella la que jugaba, no él. Liam sonrió.

- Me encantaría. 

- Mmm... ¿Peli en mi casa?

- Perfecto.

- ¡Oh ya sé! ¿Te gusta Toy Story? - él abrió mucho los ojos.

- ¿Estás de coña? ¡Es mi peli de dibujos favorita! - ella sonrió enormemente.

- ¡La mía también! - en ese momento Liam se estaba muriendo de ternura. Le encantaba la faceta infantil de ella. - Mira, mañana nos hacemos maratón de Toy Story, ¿te parece bien?

- Más que bien - el silencio volvió a hacerse presente, pero entonces Liam, con más confianza, se acercó a ella y le pasó una mano por la cintura, la acercó a él y la dio un beso en la mejilla, haciendo que Victoria se ruborizase. - Entonces te veo mañana.

- S...Sí... - Liam se dio la vuelta y comenzó a andar. - ¡Oye! - dijo ella - ¡No tengo tu número!

- Mmm.... tendrás que ganártelo - dijo Liam burlón.

- ¿Desde cuando se ha visto que el chico tenga que ser el misterioso, en vez de la chica? - Liam sonrió.

- Es parte de mi actitud de salvaje. - Victoria sonrió irónica - Mañana estaré aquí a las cuatro, ¿vale? - ella asintió. Liam levantó la mano y se volvió a despedir. Siguió su camino, bajo la atenta mirada de Victoria, que no se metió en su casa hasta que Liam desapareció al doblar la esquina.



(...)



- ¡Alex! 


La chica abrió los ojos y se encontró co otros muy verdes mirándola.


- ¿Que quieres, Soph? - preguntó.

- La comida está lista.

- Vale, ahora bajo.


Ella se puso en pie, y junto con la pequeña, bajó las escaleras. Llegó al comedor y vio que todos estaban sentados y que... Genial, le tocaba en frente de Harry. Se sentó y ni siquiera le dirigió una mirada. 
Empezaron todos a comer y llegó la lluvia de preguntas sobre el primer día de clase. Alex fue la que más habló, omitiendo detalles como los de Cecilia, o lo de Zayn. Harry casi no hablaba, y si lo hacía respondía solo con monosílabos. Estaba raro, sin ganas. Pero eso, a Alex, le daba igual.



Y así pasó el resto del día. Alex sudó de Harry completamente y se encerró en su cuarto. Habló con su prima, quien le contó todo lo de Liam.
Alex se quedó un poco sorprendida cuando le dijo lo de que mañana iban a quedar.
¿Desde cuándo Victoria se comportaba así?

Después estuvo con el ordenador, viendo Crónicas Vampíricas, y como le sobraba tiempo y no tenía nada que hacer, decidió ponerse a ver a su amigo Harry Potter, en la película de 'El Caliz de Fuego'.
Y esa fue su tarde.
Pero como pasa cada día, después viene la noche.
Que tampoco fue algo anormal, simplemente una cena, evitar a Harry y mirar como Sophie hablaba sobre cosas de su colegio. 

Finalmente llegó la hora de dormir.
Alex estaba en su cama, y normalmente se hubiese dormido rápido. Pero aquella noche no.
Solo daba vueltas y vueltas en la cama. Ni la música había funcionado.
¿Qué la pasaba?

Se sentó sobre el colchón y se hizo una coleta. Un pensamiento se le pasó por la cabeza.
¿Culpabilidad?
Ni de coña.
¿Culpabilidad porque ahora Harry estaba desanimado?
¡Pero bueno! ¡Si ella no había hecho nada!

Se volvió a tumbar en la cama, pero nada de nada. Seguía sin dormirse, y lo peor es que ahora no podía dejar de pensar en Harry. 
Puta mierda. ¿Por qué no se iba de su cabeza?

Ya cansada de todo esto, Alex se puso en pie y salió de su cuarto, hasta presentarse frente a la puerta del chico del pelo rizado.

'No sé por qué estoy haciendo esto...' pensó.

Abrió con suavidad la puerta y entró en el cuarto.


- Harry... - le llamó. Silencio - Harry... - silencio - Harry... ¿Estás despierto?

- Sí... - dijo él de repente con una voz ronca. Una sonrisa se formó en la cara de Alex.

- Em... He tenido un pesadilla - improvisó.

- Uf... - oyó suspirar a Harry - Venga, ven aquí. 


Alex anduvo satisfecha hasta donde estaba la cama y se tumbó en ella, a escasos centímetros de Harry.
Él chico estaba de espaldas a ella, pero lo que más destacaba era el silencio que se había formado entre ambos.


- No tengo ni quiero nada con Zayn - dijo ella de repente, a la vez que se ponía de costado, mirando la espalda de Harry. Nadie contestó - Sabía cómo era él por lo que me habíais contado, y le dejé claras mis intenciones. Le dije que si solo pretendía tener una amistad conmigo, estaría encantada de que así fuera. Y ya está. - de nuevo nadie contestó. Alex temía que Harry se hubiese dormido. - Pero lo que no entiendo es tu reacción... Ni si quiera me dejaste explicarme... - el silencio seguía. Alex suspiró y entonces pensó que había sido una mala idea haber ido a su cuarto. Pero entonces notó como el colchón se hundía y Harry se quedaba frente a ella, también apoyado en el costado.

- No quería que te hiciera daño. Simplemente eso.


Alex se quedó mirándole. Incluso en la oscuridad sus ojos brillaban más que nunca, y ese brillo... Tenía algo especial. A Alex le encantaba.
Y entonces la chica sintió el impulso de pegarse más a él, y apoyar su cabeza en su pecho, acomodándose.
Harry se quedó un poco sorprendido al principio. Pero observó como estaba ella... Pegada a él... Con los ojos cerrados... Parecía tan dulce...

Finalmente el chico pasó un bazo por la cintura de Alex, estrechándola a él, abrazándola.

Y entonces así, ambos se quedaron dormidos, sabiendo que ese momento había sido distinto a los que habían vivido los anteriores días.