miércoles, 27 de noviembre de 2013

40. Little Black Dress.


Alex llegó a casa y empujó la puerta con fuerza, sabiendo que Harry estaba detrás de ella. Pero le daba igual, que se comiese la puerta si era necesario. 
El chico, al ver esto, se internó en la casa lo más rápido posible.


-"Cuidado Harry, casi te parto en dos, lo siento" - dijo el chico un poco mosqueado, aunque con cierta ironía.

- Ya ves tú cuanto me importa.- Alex empezó a subir las escaleras, dejando a Harry con el ceño fruncido.

- Eh, eh - se adelantó y a mitad de un  escalón la paró. - Hoy se te ha olvidado despertarme.

- Digamos que no se me ha olvidado, sino que simplemente no me ha dado la gana. - se dio la vuelta y siguió subiendo, volviendo a dejar a Harry confuso.

- ¿Qué coño...? - volvió a adelantarse y la paró de nuevo justo en la puerta de su cuarto - No me digas que sigues enfadada por lo de ayer.

- No, si quieres estoy de mala hostia gratuitamente. - bufó y se metió en su cuarto, con Harry pisándole los talones.

- No lo entiendo... Se supone que...No sé... Ya no querías a Louis.

- ¿Y tú que sabes? - Alex se encaró a él golpeándole en el pecho con el dedo índice de la mano derecha.

- ¿A si que sigues...? Pero no entiendo... - negó con la cabeza, con expresión triste - Creía que tú... Por mí...

- ¿Creías qué?  ¿Que ahora que ya no estoy con Louis me voy a poner a salir contigo? - soltó una carcajada irónica ante el silencio de Harry, que le confirmaba bastantes cosas - Qué imbécil eres... A ver si te queda claro, que tú solo eres un niñato mono, y que estoy obligada a pasar tiempo contigo. - Alex estaba más que enfadada. ¿Él no podía tener ni al menos un mínimo respeto por Louis? ¿Qué se pensaba? Además, su relación se había ido a la mierda esencialmente por culpa de Harry, y aunque la ruptura era lo mejor, no le gustaba las formas en las que se había llevado a cabo.

- Eres ridícula intentando inventar excusas.

- Ridículo eres tú que pensabas que iba a caer a tus pies inmediatamente.

- Lo harás.

- Iluso.

- Más quisieras.

- A ver, copón, que no lo entiendes. Harry, entre nosotros no habrá nada, y menos ahora. - Alex se mordió el labio, sintiéndose infinitamente bipolar.

- Ya claro, ¿y todas estos días? Harry duerme conmigo, Harry voy a contarte cosas íntimas, Harry vamos a tontear por cada rincón de esta maldita casa. - La chica se llevó las manos a las sienes.

- ¡Por Zeus, no te aguanto! - Harry resopló fuertemente, abriendo de forma extensa los agujeros de la nariz. Ya harto, empujó a Alex por los hombros hasta sentarla en la cama.

- ¿Qué haces?

- Mira, te vas a callar y me vas a escuchar.

- ¿Estás de coña? - Vamos, ¿qué encima se ponía a darle órdenes?

- Cierra. La. Boca.

- Estás tú... - se puso de pie, dispuesta a irse del cuarto e ir a... A cualquier otro sitio, en el que no esté Harry. Pero él, bien listo que es el chico, se adelantó y se dejó caer sobre Alex, tumbándola en la cama, provocando que ella gritase.

- ¡Pesas! - empezó a darle manotazos, tirarle del pelo, pellizcarle las orejas, lo que sea.

- ¡Ya vale! - Harry lo dijo con una voz tan ronca pero tan potente que la propia Alessandra se calló asustada y no opuso resistencia cuando él le agarró las manos y las sujetó por encima de la cabeza. - Y ahora, cabezota, me vas a escuchar. - Alex suspiró. Jopetas como imponía el macho este sin apenas pretenderlo. - Tú originaste casi todo con lo de tu dichosa conversación con Victoria. - Fue a contestar pero mejor de calló, por su bien. - Sí Louis no hubiese escuchado lo que le decías a Vics, él no habría pasado un día raro, y puede que quizás no hubiese venido a mi cuarto y haberme oído decir eso. Y en el caso de no haberte oído a ti, pero sí a mí, puede que aun así siguieseis juntos, porque eres tú la que está en la relación, no yo. Pero me juego lo que sea, a que en lo que le decías a Victoria, mi nombre salió unas cuantas veces. ¿Me equivoco? - Alex se mordió las mejillas por dentro. Quería negarlo, simplemente por orgullo, pero algo se lo impidió - Quien calla otorga. - Harry sonrió de lado y se le marcó un hoyuelo, atrayendo la atención de Alex, quien, de no haber sido porque tenía las manos ocupadas, hubiese metido un dedo en el pequeño agujero del moflete. - Así que no me vengas tocando el asunto con que yo soy solo un niño mono o algo así, porque sé que has dejado de querer a Louis por mí. - Alex giró la cabeza, sin mirarle. No quería hacerlo. - No te soy indiferente, y lo sabes. Y me costará lo que me cueste, pero te tendré. - ella bufó. Harry se acercó hasta su oído, tanto que sus labios rozaban la carne de la oreja. - Mira el lado bueno, ahora estás soltera y... Podré besarte cuando quiera. - Alex abrió los ojos abiertamente y reaccionó. Pero bueno, ¿esto qué es? Empujó a Harry, levantándolo un poco y rodó por debajo de él.

- ¿Pero de qué coño vas? Piensa un poco en Louis, gilipollas. Pero no, tú solo pensando en que ya me puedes besar - Alex negó con la cabeza suspirando, y señaló la puerta. - Vete y madura.

- Me voy a quedar.

- ¡Pero qué hecho yo para merecer esto! - prenunció retóricamente - Claro que te vas a ir... -Se acercó a él y tiró fuertemente de los pelos de la nuca.

- ¡Vale! ¡Vale! - se puso de pie, rápidamente y se dirigió hacia la puerta. Salió, pero retrocedió, asomándose. - Oye, ¿debería empezar a dirigirme a ti como mi novia? Total, en  poco tiempo lo serás. - Alex gruñó, irritada por el comentario de Harry pero sobre todo por su chulería. Agarró un cojín y lo lanzó con todas sus fuerzas a la puerta mientras gritaba.

- ¡Yo nunca seré tu novia! - Sabía que parecía un poco infantil, pero fue suficiente como para echarle. Así que cerró la puerta, para prevenir, mientras se repetía a sí misma una y otra vez que no, que Harry era solo un chico, sin más. Pero no debía mentirse. Se tiró en la cama, sulfurada, y agarró el móvil, el cual llevaba en silencio todo este tiempo. Lo desbloqueó y vio que tenía dos llamadas perdidas de Victoria. ¿Qué querría? Puso el móvil en el perfil normal y buscó el nombre de su prima en la lista de contactos, devolviendo la llamada, la cual fue contestada al tercer pitido de esos - Hola Vics... - Suspiró - Hoy he sentido la tentación de tirarme a Harr... espera, ¿por qué lloras? - se preocupó Alessandra al oír que su prima hacía ruidos propios de sollozos.

-Creo... Creo que está ocurriendo. ¡Pero yo no quería! No quiero... 




(...)




- Sé que vas a oír esto... Porque no aguantas ni un segundo ni mirar el Whatsapp. Y como mis llamadas no las respondes y los mensajes... Pues no sé si los lees o no, tampoco sé si te llegan porque mi móvil está hecho una mierda... Asi que te hablo por aquí y al menos si te veo "en línea" sabré que lo has escuchado. Podría haberte escrito mensajes... Pero es que ayer estaba tan estresado que me mordí mucho una uña y... Bueno, ahora me duele al escribir. Asi que dije, "¡pues le envío un audio!". Y... aquí estoy. Bueno, a ver. Mierda, ahora no sé qué decir. Supongo que lo siento, ¿no? Pero creo que sería ya la vigésima vez que te lo digo y parece que no da resultado... Yo ya no sé qué más quieres que haga. Me arrepiento... Sabes que... Mierda, se me ha caído un poco de lasaña en los pantalones - Cecilia sonrió tristemente - Que a ver... Por donde iba... Que sabes que te quiero y... También sabes que soy como medio lerdo y me entero poco de las cosas, así que a veces voy a tener que dejarme guiar por ti... Y qué... Bueno, que esto está siendo muy largo, y que me duele el dedo porque justo ha sido la uña del pulgar y soy tan listo de que le doy al dibujito del micrófono este... Bueno, en fin, que eso. 


La nota de voz acabó y Cecilia se echó con fuerza sobre la silla, pasándose las manos por la cara. Suspiró y bebió del Bifrutas que tenía a su lado.
Vaya mierda de día. Encima Niall le enviaba esa nota de voz, que jope, pues que era su voz y dolía, porque Cecilia no creía que en el fondo Niall se diera cuenta de lo importante aquí.
Seguramente Niall de lo que se arrepentía era de haber llegado a pegar a un amigo por haber sido imbécil.
Pero el tema principal es que él no confiaba en Cecilia, que a la mínima que ella tenía un amigo pues zasca, que Ceciliano le quiere.
Pues no.
Y le tocaba un poco el orificio nasal que así fuera.
Es que no, se negaba.
Pero el pensamiento que ocupaba más su mente era la pregunta de si había hecho bien en salir con Niall.
A ver, que le quería, pero si ya tenían problemas lo primeros días, ¿en qué se iba a quedar el resto de su relación?
Joder, sulfuración máxima.
Se echó hacia delante, apoyando los codos en la mesa y enterró la cara en sus manos.
¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?




(...)



Bianca miró a ambos lados. Era jueves, 3 de octubre, y de nuevo se encontraban en su sitio de siempre de los recreos.
Pero hoy no era como los días anteriores.
Hoy era peor.
La chica pelirroja se sentía estresada entre tanta tensión cortante del ambiente. Entre Harry y Alex saltaban chispas. Además, esta última les había contado a sus amigas que el día anterior se lo pasó entero en su cuarto, y que hasta tuvo que cenar ahí. Porque parece ser Harry era un pesado y tenía miedo de que la besase así porque sí cuando le diese la gana.
Luego está Louis que... Bueno, se ha quedado sin novia por lo que tampoco hay que exigirle mucho.
Y Liam... Que algo raro le pasa, porque no ha abierto la boca en todo el día.
Y por último Ciall, que... pues eso. Llevaban toda la mañana sin hablarse, solo echándose miradas. 
Asi que normal que Bianca, y también Zayn, se sintiesen ciertamente incómodos, porque a ver, estaban en todo el medio de la situación.


- Bueno... Aquí estamos... - Zayn dijo mientras con la mano derecha dibujaba ochos en la mesa. Bianca asintió suspirando.

- ¡Mira, ya estoy hasta las narices! - gritó Bianca en un momento, poniendo las palmas de las manos sobre el material con fuerza. Los demás se la quedaron mirando. - Estoy harta de que haya tensión, jope. Porque no sé si lo sabeis, pero a mí me deprime veros así. ¡Pero os aguantáis! Ya se haya enfadado tu novia contigo o no, - miró a Niall - o aunque la persona que te gusta te rechace - al resto. - Asi que por favor, pensad en Zayn y en mí y en lo que tenemos que aguantar. - se quedó entonces callada, soltando aire, mientras la mano izquierda de Zayn agarraba la suya. Los demás estaban callados, hasta que Cecilia habló.

- Lo siento... - dijo con boca pequeña.

- Y yo... - se disculpó Harry.

- No pasa nada... - Zayn medio sonrió - Solo que no nos gusta esta... Situación. - Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que Alex habló.

- ¿Vais a ir a la fiesta de Tania? - preguntó la chica. Bianca agradeció el cambio de tema, por lo que sonrió brevemente.

- Yo... Seguramente, vamos. - habló Liam, dando más paso a los siguientes.

- Yo también - dijo Niall. 

- Y yo - apoyó Zayn, y después también lo afirmó Harry.

- Pues yo... - Louis suspiró - No sé, no me apetece mucho, la verdad. - Alex y Harry inmediatamente se sintieron culpables.

- Ah no no no, tú vas como que me llamo Bianca - dijo la pelirroja decidida.

- No, en serio. Es que no tengo el cuerpo para fiestas - admitió  tristemente, justo cuando sonaba el timbre que daba por finalizado el recreo. Todos se pusieron de pie y empezaron a caminar. Bianca, tuvo cierta cordura y se acercó a Louis, intentando convencerle. Mientras, Alex se aproximó a Liam.

- Liam... - le llamó simplemente. Él se giró.

- ¿Sí? - le contestó serio, sin más.

- No la hagas mucho daño, por favor. Los dos sabemos que no es tan fuerte como parece. - el chico suspiró, sabiendo perfectamente de que trataba el tema.

- Ella es la que se está haciendo daño a sí misma.



(...)



Victoria caminaba por la calle, yendo a su casa. Ya empezaba a refrescar, por lo que los días de pantalón corto habían desaparecido. 
Miró hacia abajo y bufó, mientras con una mano se apartaba una lágrima de su cara.
Maldito Liam... Así, como quien no quiere la cosa, se había metido en su vida, y de forma bastante profunda.
Aquel día fue uno de los peores.
En el recreo tuvo que ir al baño para llorar en silencio.
¿Y que por qué lloraba?
Pues no sabía exactamente, pero se basaba en que le habían dolido las palabras de Liam.
Tanto decía él que la quería, pero después bien que la hería con sus comentarios.
Herir...
Esto le pasaba por haber dejado que él se acercase más a ella.
Nunca debió aceptar esa proposición de "solo acostarse". Debía haber dejado todo como amigos. ¿¡Pero qué narices!?
Liam y Victoria nunca podrían ser amigos. Había algo, sea lo que sea, que mantenía una conexión fuerte entre ellos. De todos los chicos a los que se había llegado a tirar, este era con el que mejor congeniaba. Y parecería una tontería, pero lo de que fuera también un friki de los superhéroes era un punto muy a favor. Y además Liam sabía (la mayor parte de las veces) tratarla como un caballero, y la protegería siempre, estuviese enfadado con ella o no. Era atento y se fijaba en los pequeños detalles de las cosas. Le daba igual lo que dijese la gente siempre que él estuviese feliz y sus amigos también, y por lo cual, Victoria también.
Pero aparte de ser atento, generoso, respetuoso y tal, tenía su lado travieso y salvaje, y a Victoria le encantaba la bipolaridad de esas dos facetas.
Pero la cosa era que ella y Liam o compartían una relación estable, o eran enemigos, una de dos.
Y Victoria tenía que decidir, entre si adentrarse en ese mundo de relaciones que tanto le asustaba o perder a una de las únicas personas que verdaderamente le ha llegado a gustar.

Ya con los ojos menos llorosos, abrió la puerta de su casa y atravesó el primer y pequeño pasillo de la entrada.
Tiró la mochila al suelo y empezó a desabrocharse la falda, pero paró al ver a su madre sentada en una silla del comedor se paró, pero sobre todo se preocupó.
Su madre pocas veces solía venir a comer, y cuando lo hacía era o porque se había manchado la ropa o por algo importante. Y Victoria no notó ninguna prenda distinta a las de esta mañana.
Asi que de algún modo... Había ocurrido algo importante.
¿Era con su padre? ¿Algún familiar? ¿Estaba ella en un problema?


- Hola mamá... - dijo con la voz un poco temblándole.

- Victoria Lilly McArthur. Siéntate. - Vale, sí, estaba en un problema.

- ¿Qué... Qué pasa? - se sentó y puso las manos en su regazo.

- Tú conoces a Geoff Brown, ¿verdad? - Victoria tragó saliva. Ese era el chico al que Liam había pegado.

- Sí... Va a mi clase.

- ¿Y sabes lo que le ocurrió la semana pasada?

- Sí...

- ¿Y cómo crees que debo sentirme si de repente me entero por una compañera de trabajo que tú tienes la culpa? - la chica palideció.

- No... No fue exactamente...

- Cállate. - se mordió el labio. - Sabes perfectamente quién es su padre, y las relaciones que tiene. Menos mal que el chico no ha querido decir nada ni presentar cargos ante el irresponsable que haya querido pegarle. ¿Pero tú? ¿Qué clase de educación se supone que te hemos dado? Siempre te dije que te mantuvieses al margen, que fueses invisible si era necesario. Tú padre y yo siempre te lo hemos dado todo, ¿y así nos lo pagas? ¿Ridiculizándonos? No sabes la vergüenza que he tenido que pasar cuando Kaylee me ha contado lo que le había dicho su hija... ¿Qué te está pasando? ¿Y qué es lo siguiente? ¿Fumar porros? ¿Robar? ¿Qué cada semana vayas a bares y discotecas buscando chicos como una fresca? - Victoria bajó la mirada. Había llegado a fumar porros, a robar y a buscar chicos como una fresca. Y su madre estaba haciendo que se sintiese mal por cada cosa - Yo de verdad que no lo entiendo... - se puso de pie y agarró el bolso - Estás castigada. Dos semanas sin salir de esta casa salvo para ir al colegio y a misa. - Victoria frunció el ceño. No le gustaba ir a misa, no era una fiel creyente. - Bueno... Que sean tres semanas por llevar la falda tan corta. Bájatela. Y dame el móvil. - mandó.

- Pero mamá...

- No quiero oír nada más. - su hija se calló. Sacó el teléfono del bolsillo de su chaqueta, lo apagó tristemente y se lo entregó. Cuando su madre estaba así, poco se podía hacer. Pero no lo entendía. Hasta ayer, Martha había estado super alegre con su hija, como una amiga más, pero hoy, cambiaba totalmente por cierta chorrada, de la que en realidad Victoria no había tomado parte, fue Liam el que pegó. Liam... ¿Qué pensaba de él? Aunque por lo visto, parecía que Martha no sabía que había sido él. - Victoria, una última cosa. - dijo antes de salir por la puerta, lo que confundió a la chica. ¿Sólo había venido para eso? Pues menudo malgasto de tiempo. 

- ¿Sí? 

- ¿Conozco al chico que pegó a Geoff? - Victoria suspiró.

- No, no le conoces.

- Menos mal. - dijo la madre- Ya decía yo que Liam era incapaz de armar tal escándalo. El es tan... perfecto. Y tú le haces soportar esto... Pobre... - Martha negó con la cabeza, y echando una última mirada de deshonra a su hija, salió se casa. 


En cuanto ella se fue, Victoria se tiró al sofá, tapándose la cara con un cojín y comenzó a gritar.
¿Qué más podía ocurrir?
¿Y ahora cómo vería a Liam?
Joder... Si Liam ya no pasaba tiempo con ella, podría estar pasando perfectamente el tiempo con la guarra de Emily.
¡Emily!
Mañana había una fiesta, de su supuesta mejor amiga.
Alcohol, gente bailando, tabaco, hormonas...
Victoria empezó a llorar de nuevo.
Iba a perder a Liam, y ahora, a estas alturas, se arrepentía de no haberle retenido cuando pudo.




(...)



Bianca llegó al Starbucks donde le esperaban Alex y Cecilia sentadas. Habían quedado allí de tarde de chicas, pero Victoria no estaba ya que no contestaba el teléfono ni nada. 


- Lo siento, he tenido que traérmelo, que me ha dado la plasta todo el rato diciendo que ya no pasábamos tiempo juntos - dijo la pelirroja señalando a Zayn que iba detrás de ella.

- Lo dices como si fuera una carga. - se quejó él. - Hola chicas. - les dio un beso en la mejilla a cada una.

- Es que eres una carga. - Bianca se sentó.

- Bueno, da igual, puede hacer de Victoria hoy - dijo Cecilia.

- Total, son iguales a la hora de pensar... - rió Alex.

- Oye tú,  - le dijo Bianca a su amigo - Levántate y cómprame un Frapuccino de vainilla y una cookie de chocolate blanco.

- ¿Y por qué yo?

- Porque yo no me voy a levantar. - Zayn bufó cogiendo el dinero que le ofrecía ella.

- Lo que tengo que soportar por mi mejor amiga... - se levantó, alejándose de la risa de Bianca.

- Pobrecito, qué mal le tratas, ¿no? - dijo Alex.

- Bah, es mayorcito para soportarlo. 

- Que asco de semana. - dijo así porque sí Cecilia. 

- Ya tío - habló Alex.

- Y menos mal que aún quedan dos semanas para los exámenes, que sino me deprimo. - volvió a hablar Cecilia.

- Pues yo... 

- Tú no hables - cortó de forma cariñosa Alex a Bianca. - Que ya sabemos que eres feliz.

- Oye, que no tengo novio ni nada.

- Yo te ofrezco a Harry, llévatele. 

- Y yo a Niall - dijo Cecilia, pero luego chasqueó la lengua.  - Nah, es broma, Niall es intocable. - sonrió tristemente.

- Oye, ¿por qué no os olvidáis los dos de todo lo ocurrido y seguís adelante? No me gusta veros tan... Así. - preguntó Alex.

- Pues porque no. Necesito que me demuestre de nuevo que confía en mí.

- Sabes que él lo hace...  - Cecilia se quedó callada ante el comentario de Alex.

- Oye, chicas...

- Aquí tienes, señorita. - dijo Zayn apareciendo con el pedido de su amiga.

- Gracias majo. - le sonrió exageradamente.

- ¿Sabéis qué? He ligado. - el chico bajó la mirada.

- ¿Quién es la chica? - se interesó Alex.

- Eh... No es chica. Era el camarero. - Bianca se atragantó con la cookie.

- No mames... - rió.

- Me ha insinuado sutilmente que salía a las ocho. - continuó Zayn.

- ¿Te va a llevar a bailar? ¿A ver la luna y las estrellas? ¿A lo alto de un monte con su coche? - siguió burlándose la pelirroja, provocando la risa en los demás.

- Cállate... Que he pasado mucha vergüenza. ¡Ha creído que yo era gay!

- Es que puede que lo parezcas... - añadió Alex. 

- Callaos... 


Siguieron en aquel lugar durante una hora más, que estuvo llena de comentarios graciosos hacia Zayn, riéndose de él por el momento que había pasado.
Hablaron de más cosas, obviamente, haciendo que la tarde se hiciese entretenida y amena.
Cuando se despidieron, Alex comenzó a andar hacia su casa, mientras escuchaba un popurrí de Marilyn Manson, AC/DC y Blink 182. 
En apenas diez minutos ya estaba enfrente de la puerta, la cual abrió y se metió en la casa.
No oyó ningún ruido, pero sabía que Harry estaba en la vivienda porque la luz del salón estaba encendida. Aunque él no estaba ahí. 
Subió a la segunda planta y vio la puerta de él cerrada. Obviamente estaba en su cuarto.
Anduvo hacia el suyo propio y se metió en él. Se quitó la chaqueta y fue a tirarla sobre la cama, pero vio una caja que le llamó la atención.
Era una caja de Vans.
La abrió con misterio y ahogó un grito tapándose la boca.
¡Eran las que quería! Las de plataforma con tachuelas y de color rosa fosforito y negras.
Fueron las que vio el dia en el que ella y Harry fueron a comprar el regalo de Niall. 
Espera... Solo Harry sabía que se había encaprichado con esas zapatillas.
Eso significa...
Alex dio un pequeño saltito sonriendo con energía. ¡Se las había regalado! Así porque sí. Las sacó de la caja y se las puso.
¡Eran perfectas! No se creía que Harry se las hubiera comprado...
Se las quitó y las guardó de nuevo en la caja. Iría hacia Harry y le daría un gran abrazo justo en esos momentos.
Pero se contuvo, y mantuvo su felicidad oculta, igual que la caja de Vans.

A la hora de la cena, sabiendo que sí o sí iba a tener que toparse con Harry, salió de su cuarto con la cabeza bien alta y llegó a la cocina.
Hoy tocaba pasta, hecha por él. Harry casi siempre cocinaba.
Él llevaba un delantal y estaba limpiando la olla en la que había hecho los tallarines. En la mesa había un plato individual, ya preparado, con la pasta, y a su lado los cubiertos necesarios y un vaso de agua.
Sin decir una palabra, con una sonrisa triunfante, Alex entró, sabiendo que Harry la miraba, principalmente porque el sonido de él limpiando había cesado. Sabía que él esperaba alguna palabra de ella. Sabía que él necesitaba oír algo.
Pero se iba a joder.
Cogió su plato, agarró los cubiertos con los dientes, y con la mano libre cogió el vaso, y salió de allí mirando finalmente sus propios pies, orgullosa.

Harry, desde donde estaba negó con la cabeza.
Menuda cabrona era...
No solo había sudado de dirigirle la mirada, sino que además había tenido las narices de entrar en la sala con las zapatillas que él le había comprado puestas.



(...)



Louis caminaba por la calle, había salido para despejarse un poco, y también porque tenía hambre y le apetecía comprarse una pizza.
Andaba dando patadas a las piedras, con la cabeza agachada.
Sabía que una parte de él seguía queriendo a Alex, pero por otro lado se sentía liberado.
Además, estaba ciertamente confuso por esa otra persona...
Y hay que añadirle al pato que Louis se preocupaba por Harry.
Era su amigo y sabía que Alex sería infinitamente más feliz con él que con nadie más. Entonces si veía que ahora las cosas entre Alex y Harry no discurrían bien, pues se preocupaba, porque quería lo mejor para los dos.
Y para colmo le ponen la puta fiesta esa mañana.
Que a ver, en cierto modo le apetecía, pero por otro no.
Y si iba, sabía que bebería, y a lo mejor cometería alguna que otra tontería, como suele pasar.

Caminaba pensando esto, dándole mil vueltas a lo que ya le había dado dos mil. 
Tantas cosas pasaban por su mente...
Pero una voz que le resultó familiar le paró.


- ¡Pero si ya te he dado los veinte centavos!

- No señorita, no me los ha dado.

- ¡Que sí! Que además esa es la moneda que me acaban de dar de cambio cuando he comprado condones!

- Mmmm... Habrá conseguido esa moneda del modo que haya querido, pero yo le digo que a mí no me ha dado ninguna moneda.

- ¡Pero si te la he dejado sobre la lata de cocacola!

- Pues aquí no está.

- ¡Pero...! – Esa una chica, con un largo y liso pelo negro que le llegaba hasta casi la cintura. Llevaba un gorro negro estilo inglés y un corto y pequeño vestido del mismo color, aunque el cuello era de color blanco. Llevaba también un collar, obviamente negro que desembocaba en una cruz plateada. Las medías que vestía, también oscuras, hacían un efecto extraño que las hacía parecer rotas, y finalmente llevaba unas Creepers negras de plataforma y tacón con un poco de blanco por la parte de delante. (Ropa de la chica para que te la puedas imaginar mejor)

- ¿Jane? – Por supuesto que era ella. Louis frunció el ceño, un poco divertido por la situación. La chica, a la cual no veía desde hace casi una semana, estaba discutiendo con el dueño de un puesto de chucherías y dulces. Se la veía ciertamente desquiciada.

- Tú eres... - ella sacudió la cabeza. Miró al hombre del puesto - Mire, toma esta moneda de 50 centavos y ya me dejas en paz. - cogió su piruleta con movimientos firmes, ante el ceño fruncido del hombre y fue hacia Louis. - ¿Te parece normal que haya pagado 70 centavos por una piruleta? ¡Es ridículo! - Louis rió - Tú eras uno de los de la boda, ¿no?  Lewis.

- Louis.

- Bueno, es lo mismo pero más formal. El novio de... Alex, ¿no? - le quitó el plástico a la piruleta y se la llevó a la boca.

- Mmm... Digamos que ex novio.

- Haces bien, las relaciones son un poco mierda. - Louis sonrió de lado. Esta chica era muy sincera - Pero que Alex me cae bien eh, pero no sé, pegaba más con el chico de rizos.

- Harry.

- Ese.

- Bueno, digamos que hemos cortado en parte por él.

- Me alegro por ellos - Louis alzó una ceja - Bueno, no te quejes, también me alegro por ti, que estar soltero es de lo mejor. - sonrió con cierta ironía ella.

- ¿Sabes qué?  Zayn tiene ganas de verte.

- ¿El morenito con las hormonas disparadas? - Louis rió.

- Ese mismo.

- Era... interesante. 

- Se quedó un poco rayado cuando de repente desapareciste.

- Pobrecito, se ha enamorado de una chica mayor - dijo con sarcasmo.

- ¿Zayn? ¿Enamorarse? - rió - Nunca.

- Bueno, a los chicos de vuestra edad le van las titis mayores. 

- Los chicos de SU edad. Yo tengo un año más.

- Oh... Repetidor... Chico Rebelde. Seguro que eres de los que fuman en los intercambios.

- En realidad soy el que tira los estuches por la ventana y el que le da la vuelta a las mesas. - Jane se acercó a él y le tapó la boca.

- ¡No digas nada más! Puede que me miren mal por estar cerca de un chico malo... - Louis sonrió por debajo de la mano, la cual fue apartada tras un segundo, acompañada de una sonrisa con maldad por parte de ella.

- Imbécil... - Louis negó con la cabeza. La miró, después hacia la derecha y de nuevo a ella. ¿Y si...? A los demás quizás le apetecería verla. - ¿Tienes algo que hacer mañana? -Jane frunció el ceño reprimiendo una carcajada.

- ¿Me estás pidiendo una cita?

- No, te estoy invitando a una fiesta.


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Eyyyy aquí estoy
Me estareis odiando infinitamente, pero bueno, idm.
Ya sé que dije que ayer subiría pero sobre las cinco de la mañana me quedé dormida y bueno...
Pero hoy me he quedado en casa porque en realidad yo debería estar estudiando, ya que tengo dos exámenes mañana, de los cuales hay uno que ni he empezado a preparar, pero bueno... Aquí estoy.
Ya me he acostumbrado a subir una vez cada semana, ¿sabeis? Es muy cómodo, ciertamente
Aunque bueno, voy a ver si aumento el ritmo, aunque siempre digo lo mismo pero no lo hago
SABEIS QUE AYER FUE EL CONCIERTO DE AVENGED SEVENFOLD?
Y QUE EN FEBRERO VOY A VER A THE PRETTY RECKLES Y A FALL OUT BOY?
ASDFGHJKLÑ
soy feliz
Bueno, respecto al capitulo
A mi este me gusta mucho, i don't know why
y lo que pasará en el siguiente... Buah
Solo os digo: Victoria llorando, Cecilia celosa, y Bianca besando a alguien
tan tan taaaaaaaaaan
Bueno, eso es lo que tengo pensando para el cap
VISTEIS LA 1DDAY?
YO SIII! ME ENCANTÓ EL VIDEO DE TALK DIRTY, Y CUANDO NIALL CANTABA YOU AN I, Y CUANDO SE REÍA, Y LO DE NINJA DE ZAYN, EL PASE DE MODELOS DE LIRRY, LOUIS QUUE SE HACÍA EL LIDER AJAJAJAJAJ
ETC
Además lo vi con mi mejor amiga y buaah, me encantó
TAMBIEN HE VISTO EN LLAMAS. Y ME HA ENCANTADO. CREO QUE ES DE LAS UNICAS PELIS QUE PLASMA MUCHO DEL LIBRO Y QUE NO ARRUINA LA DIGNIDAD DE LA SAGA.
Bueno, y eso, que tengo que estudiar.
besiiiiis:)

martes, 19 de noviembre de 2013

39. When it's broken you say there's nothing to fix.


Niall se despertó aquella mañana con pocas ganas. No le gustaba lo de que Cecilia estuviese enfadado con él, y eso ya había ocurrido dos veces en menos de una semana.
¿Qué clase de novio era si en unos pocos días su relación ya tenía problemas?
Aunque si nos ponemos a pensar en por ejemplo Louis y Alex... que a las dos semanas ya estaban cortando... Rápidamente Niall se sintió cruel por ese pensamiento, así que se levantó de una vez de la cama y cogió el móvil, comprobando si Cecilia le había respondido alguno de los muchos mensajes que le había dejado el día anterior.
No había ningún mensaje nuevo.
Niall frunció el ceño y escribió un nuevo mensaje.

"Buenos días rubia, creo que este es el vigésimo mensaje que te dejo. Lo siento mucho, de nuevo. Espero que hoy arreglemos todo. Te quiero"

Dejó el teléfono un poco desanimado y se metió en el cuarto de baño, dispuesto a darse una ducha. 
Tres minutos después salió, se vistió, preparó todo y bajó a desayunar. Saludó a su familia y comió una gran cantidad de comida. Después subió al baño, se lavó los dientes, unos últimos retoques, cogió todo y salió de casa.

Anduvo unos diez-quince minutos. No llevaba prisa, ya que como muchos otros días, se había levantado pronto ya que le gustaba estar antes en el instituto. 

Entró en el centro, encontrándose con unas pocas personas en el camino, y tras parar en su taquilla, fue a su clase, la cual, obviamente, estaba vacía. 
Se sentó en su pupitre y volvió a comprobar el móvil.
Nada.
Niall, rendido, apoyó la cabeza en la mesa y cerró los ojos.
Vaya caca de día. 
Cuando se empezó a aburrir, se puso de pie y se subió a la mesa, saltando después de pupitre en pupitre. 


- Esto es el puto karma... - oyó él. Se dio la vuelta y se encontró con Cecilia, que le miraba desde la puerta y parecía enfadada. Bueno, parecía no, directamente es que lo estaba. Niall se bajó rápidamente de la mesa de un salto y fue a abrazarla, pero ella le esquivó, fue a su sitio, y se sentó, sin apenas mirarle. Niall, desde donde estaba, suspiró.

- No me vas a perdonar, ¿verdad? - ella se cruzó de brazos, sin responder. - Sabes que estoy arrepentido - Nada. - Y que me siento mal - Nada. A Cecilia le estaba costando corazón y alma no ceder ante sus súplicas. - ¿Al menos has leído mis mensajes?

- Sí... - contestó ella aún sin mirarle.

- Pero no los has contestado.

- No podía, estaba follando con Harry - dijo ella con bordería, a lo que Niall rodó los ojos.

- Cels...

- No me llames así cuando sabes que estoy enfadada. - él resopló.

- Cecilia - marcó sílaba por sílaba la palabra - Ya te he pedido perdón. - Ella no contestó. Se quedó callada durante numerosos segundos, pero finalmente se puso de pie, dejando sus cosas ahí. - ¿A dónde vas?

- Quién sabe. Puede que haya quedado con otro chico para ponerte los cuernos. - dijo con sarcasmo. Salió de la clase con la cabeza alta, aunque sabía que Niall en ese momento estaría desquiciado, revolviéndose el pelo o frotándose los ojos, y aunque estaba enfadada con él, seguía queriéndole y resistiéndose brevemente a él, por lo que se asomó al aula una última vez. - Voy al baño - concluyó suavemente. Él alzó la cabeza rápido, la miró, con ojos tristes, se mordió el labio, y asintió. Cecilia sintió la tentación de entrar y abrazarle, pero no. Él la había cagado, y había demostrado que no confiaba en ella. Asi que se dio la vuelta desapareciendo del punto de vista del chico.

- Cecilia - dijo una voz cuando ella chocó con alguien, puesto que iba mirando al suelo.

- Lo siento Liam - se disculpó cuando le miró.

- Nada - sonrió - Oye, ¿estás bien? Hoy estás más pálida que de costumbre.

- Ah nada, es que los polvos que utilizaba se me han roto y he tenido que comprar unos nuevos que no...

- Niall, ¿no? - ella suspiró, parándose.

- Sí... - Liam se acercó y le dio un abrazo repentino.

- Ya verás como todo acaba bien. Además, ten el cuenta que el pobre es un poco...

- Como digas tonto te corto el asunto.

- Iba a decir despistado en las relaciones - comentó sonriendo.

- Ah vale. - se separaron.

- Y venga alegra esa cara.

- Lo intentaré. - ambos se despidieron y continuaron sus caminos.



(...)



Harry abrió los ojos, y rápidamente se extrañó por los rayos de sol que le daban en la cara. Normalmente no había tanta luz.
Pero bueno, como hay muchas cosas raras en esta vida,ignoró el tema y se sentó en el colchón, bostezando después.
Se revolvió el pelo y cogió el móvil, cagándose en todo por no haber puesto una canción más fuerte de despertador que le animase más.
Seguramente solo le quedarían unos diez minutos para prepararse, y Alex probablemente ya estaría desayunando.
Miró el Whatsapp y se sorprendió al ver un mensaje de Louis, bueno, varios, preguntándole que donde narices estaba.
WTF?
Entonces reparó en algo.
La hora.
¡Eran las diez putas horas menos veinte putos minutos de la mañana!


- Será cerda... - dijo Harry en alto sabiendo que Alex no había querido despertarle. 


Voló hacia el armario, descartando su ducha diaria de cada mañana (gracias a Zeus que no olía mal ni tenía el pelo lleno de grasa) y se vistió lo más rápido posible. 
Bajó, cogió un plátano y lo devoró mientras volvía a subir las escaleras.
Se puso las zapatillas, se lavó los dientes, y agarró todo, dispuesto a salir de casa.
Lo hizo, y empezó a correr hacia el instituto, hasta que se dio cuenta de que no le dejarían entrar en medio de una clase, sino que tendría que esperar hasta la siguiente, y para esta quedaban aún veinte minutos, por lo que redujo su ritmo y comenzó a andar.
Llegó al centro y entró, atravesó los pasillos hasta dar con su taquilla, en la que hizo un rápido intercambio de cosas, y después fue hacia su aula, aunque se quedó fuera, sentado en el suelo, pegado a la pared.

Esperó hasta que oyó como el timbre retumbaba en todo el edificio, por lo que se puso de pie. Se abrió la puerta y salieron un chico y una chica, y detrás Louis, quien se sorprendió al ver a Harry.


- A buenas horas mangas verdes - dijo Louis mientras comenzaban a andar hacia otro aula, en el que dan filosofía.

- Me he quedado dormido - contestó Harry un poco confuso, por la actitud de su amigo.

- Tampoco te has perdido mucho, eh. - le sonrió brevemente, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos. Caminaron durante siete segundos en silencio.

- Oye Louis... - Harry sacudió la cabeza y se echó el pelo hacia un lado - Yo o quería que todo ocurriese así...

- Hombre, ya lo imagino. Has acabado llevándote un puñetazo. - el otro rodó los ojos. Entraron en la clase y se sentaron al final.

- Me has entendido. 

- Aver, Hazza, no te rayes. Será raro al principio, pero al fin y al cabo es lo mejor. Tampoco es que yo estuviese enamoradísimo de ella.

- ¿Pero y si lo estuvieses?

- No es el caso.

- ¿Pero y si así fuese? 

- Entonces seguramente habría hecho lo que fuera por mantener a Alex a mi lado. - Harry agachó un poco la cabeza. No se había comportado bien con Louis, él lo sabía. Pero aun así su amigo tenía un corazón que no le cabía ni en el cuerpo, y le perdonaba todas, incluso sin enfadarse con él.

- Gracias. - dijo finalmente Harry con la boca pequeña.

- Ante todo eres mi mejor amigo. - contestó con una sonrisa, esta ya más verdadera.



(...)



- Me pica el nabo que te pasas - dijo Zayn, rascándose el asunto así por que sí. Era la hora del recreo, y todos menos Louis y Alex estaban en la mesa de siempre. Estos otros dos estaban hablando sobre su ruptura. El hecho de que ese fuese el tema de conversación, hizo que Harry no estuviera tan pendiente como si fuese una conversación normal.

- Joder... - expresó Bianca rodando los ojos, por las soeces de su mejor amigo.

- Seguro que te pica porque te ha contagiado alguna de tus putitas - habló Cecilia sonriendo.

- Pues... - Zayn le devolvió la sonrisa, pícaramente - te estás insultando a ti misma porque... - alzó y bajó las cejas, haciendo que Liam riese y que Niall le mirase duramente.

- Argh, me vas a recordar toda la vida que nos acostamos, ¿no?

- Venga. admite que te lo pasaste bien.

- Bueno... - se oyó decir a Niall por lo bajo.

- Fue una hora y media bastante divertida. - admitió al final Cecilia.

- ¡Oye, que estoy aquí! - se quejó Niall.

- Cállate. - habló fríamente y sin mirarle su novia.

- Joder... Que ya te he pedido perdón concha puta, ¿qué más quieres que haga?

- Púdrete Horan. - Niall dejó caer la mandíbula.

- No. No. No. Eso sí que no. Si estás enfadada no me digas esas cosas, porque sabes que me pone y no, no me cambies de situación. - Zayn, Harry, Liam y Bianca se rieron por las cosas que excitaban a Niall.

- Buf, cállate ya, ¿no? - mandó Cecilia.

- Pero antes una pregunta, que siempre he tenido la duda. - Cecilia resopló y le miró alzando una ceja.

- ¿Qué? - dijo borde.

- ¿Quién es mejor, Zayn o yo?

- Obviamente yo - habló Zayn.

- ¡No te voy a contestar a eso! - A Cecilia se le subieron los colores.

- Vamos, que Zayn. - Niall chasqueó la lengua, infeliz.

- ¡No he dicho eso!

- O sea, que yo.

- ¡No!

- ¿No?

- ¡Argh! - Cecilia se llevó las manos a la cabeza - Simplemente no lo voy a decir, yo sé quien es mejor y punto.

- Me cago en la leche... - Niall soltó aire - Al menos dime quien la tiene más grande - Cecilia alzó una ceja y le miró con cierta rabia. - A ver, en esto seguro que yo, porque ya sabes, tengo el mastodonte padre, con eso mato cabras.

- ¡Cállate! - Cecilia ya no podía. Ese niño la iba a sacar de sus casillas. Arrancó unas cuantas hebras del césped y se lanzó hacia Niall, metiéndoselas en la boca. Este empezó a escupir hacia el suelo, con cara de asco.

- Chicos, somos los únicos normales aquí - Le dijo Bianca a Harry y Liam de broma - ¿Huimos?

- Oye, yo también soy normal - Zayn intentó acoplarse.

- Tu fuera, bicho.

- ¡Victoria! - dijo de repente Liam.

- ¿Victoria? - se extrañó Harry.

- Me acaba de enviar un mensaje -explicó el otro, leyendo lo que le había escrito la chica. Conforme leía, una sonrisa se iba apoderando de su cara. - Dice que va a venir a la salida, y me pregunta que si como con ella.

- Macho, sois como una pareja normal. - Habló Cecilia.

- Sois peores que Ciall cuando no están enfadados - dijo Zayn negando con la cabeza.

-¿Ciall? - preguntaron Niall y Cecilia a la vez.

- Es que decir vuestros nombres es muy largo, asi que Ciall.

- Pues puede que Ciall acabe siendo solo Niall. - dijo Cecilia mirándose las uñas.

- ¿¡Vas a romper conmigo!? - gritó Niall enfadado.

- ¿Acaso he dicho eso?

- Lo has insinuado.

- No he insinuado nada. 

- Ya, sí, vale. Que sepas que me he picado, ¿eh? Enserio, estoy picado. No me hables más. - Niall se cruzó de brazos y se giró dando la espalda. Harry, Liam, Zayn y Bianca flipaban. Menuda conversación de besugos, enserio. Se comportaban como niños pequeños, ¡cuando tenían diecisiete años!

- Pues muy bien - entonces, en ese momento, todos los de ahi sintieron como sus móviles vibraban.

- Es el mío- dijo Harry cogiéndolo.

- Y el mío - habló Niall.

- También el mío-  todos acabaron sacando sus aparatos y leyendo el difundido de Whatsapp que acababan de enviarles.

- ¿Una fiesta? - preguntó Harry el primero.

- Parece que sí. Este viernes. - contestó Bianca.

- Y la organiza...

- Tania - dijo Cecilia con desagrado - No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento sobre esa fiesta.

- ¿Mal presentimiento? ¿Qué puede ocurrir? - habló Niall, con sus mejores intenciones.

- Quien sabe, quizás me tire a toooodos los chicos de la fiesta.

- Ya empezamos... - dijo Niall, suspirando. Y entonces, como si estuviese acordado, el timbre sonó.



(...)



Alex se sentía más relajada después de hablar con Louis. La verdad es que se había quitado un peso de encima, y lo agradecía.
Pero aun así, seguía enfadada con Harry, a pesar de que ahora ellos pudiesen estar juntos.
No selo merecía, y por su culpa había destrozado algo que no le incumbía.
Y aunque Alex por el entonces solo veía amistad en Louis, no podía evitar sentir ciertos ápices de dolor.

Las clases de después del recreo pasaron rápidas. Durante estas, Bianca le informó a Alex de la situación de Niall y Cecilia, de la fiesta de Tania y de la supuesta visita de Victoria al acabar las clases.
Todo esto la entretuvo un poco más, pero sobretodo le entretuvo el ver como Niall y Cecilia se ignoraban el uno al otro, a pesar de estar deseando arreglar las cosas.

Y así, como si hubiesen soplado, se pasó el tiempo, y se encontró recogiendo sus cosas y saliendo de clase con Bianca y Cecilia. 


- Vaya caca de día - dijo Cecilia poniendo una mueca triste.

- Yo me lo he pasado bien- habló Bianca.

- Que suerte tienen algunas... 

- ¡Vics! - Alex salió disparada y abrazó a su prima - Louis y yo hemos cortado ya oficialmente - le susurró en el oído.

- Era lo adecuado - respondió ella. Las otras dos restantes se acercaron y la saludaron con énfasis. - ¿Y Liam? - preguntó solamente, haciendo que las demás se mirasen entre ellas, cómplices - Bueno, Liam y los demás chicos... - Victoria se sonrojó.

- Ahora vendrán. - y en efecto así fue, ya que aparecieron todos, menos Liam. Uno a uno fueron saludando a la chica, aunque esta tenía la mente en otra parte. Soltó el aire cuando vio salir a Liam del edificio, aunque la puta de Emily iba a su lado, hablando con él. Victoria no pudo evitar que una sensación enorme de rabia se apoderase de su cuerpo,  y las ganas de matar a Emily incrementaron.

- ¿Entonces aquí sería una inecuación? - la oyó decir.

- Eh... Sí. - Habló Liam.

- Gracias- la cerda de Emily sonrió ampliamente y se puso de puntillas. Dio un rápido e inesperado beso a Liam en la mejilla y se fue. Liam, descorcentado,miró en la dirección en la que se había ido Emily. Después, siguió caminando hasta llegar a donde estaba Victoria.

- Hola - saludó él sonriendo, dándole un pico.

- Hola - saludó ella sin tantas ganas.

- ¿Qué tal?

- Supongo que bien - se encogió de hombros.

- El viernes tenemos una fiesta.

- Ya, ya me he enterado - Liam frunció el ceño. Estaba rara. 

- ¿Vamos yendo? - ella asintió. Se despidieron de los demás y comenzaron a andar. - ¿Te pasa algo? - preguntó Liam cuando llevaban 50 metros recorridos.

- No.

- ¿Enserio?

- Enserio.

- No me lo creo. 

- Pues vale. - caminaron durante casi 100 metros mas, hasta que Liam, ya impaciente, la paró en medio de la calle.

- En serio, dime qué te pasa.

- Nada, de verdad, solo que estoy un poco espesa. - Liam resopló, dándolo por perdido.

- ¿Pues preguntarte algo?

- Sí.

- ¿Qué diferencia hay entre una pareja de novios a lo que nosotros tenemos? - ella frunció el ceño, se mordió el labio y contestó.

- La diferencia es que entre nosotros, si yo me aburro dejo lo que sea que tengamos.

- ¿Cómo que si tú te aburres? ¿Yo tampoco tomo parte en esto o qué? - Liam había tensado la mandíbula, y estaba enormemente enfadado.

- Pues sí, es la verdad. ¿Qué te esperabas? ¿Que te dijese que tomo entre nosotros es perfecto? Pues no.  Y tú fuiste el que me propuso estar asi.

- Pero después has ido queriéndome.

- ¡Que yo no te quiero! - Liam entrecerró los ojos, miró duramente a Victoria y cogió su móvil, comenzando a buscar algo. - ¿Qué haces? - él no no contestó, solo dio al play. Y empezó a sonar la grabacion de casa de Alex, en la que ella decía "te quiero". - No, no no no. Esa no soy yo. - dijo horrorizada.

- ¡Claro que eres tú!

- ¡Encima me gabras sin mi consentimiento!

- ¡Ese no es el tema principal! - él apretó los puños fuertemente, y ella cerró los ojos y suspiró.

- Mira, en cualquier caso estaba dormida, asi que no cuenta...

- Sí que cuenta.

- ¡Joder! Mira, hasta aquí llego.Ya me he aburrido, dejo esta especie de relación. Entre nosotros ya no habrá nada más. - Liam se cabreó aún más. Y eso no era bueno, nada bueno.

- ¿Pues sabes qué? Que vale. Que te seguiré queriendo, pero mañana me voy a acercar a Emily y le pediré salir, y me la tiraré en los baños. Porque sé que tú me quieres, y tendrás que soportar el dolor de saber que estoy haciendo con otra las cosas que haría contigo - involuntariamente, los ojos de Victoria, quien estaba muda, se irritaron. - Y cuando tú te des cuenta de todo esto, yo ya no estaré. No, yo estaré tirándome a otra que no eres tú. Además, ¿sabes qué? Espero que llores, y que te entierres en tu habitación para estar sola, sin ganas de nada, porque es lo que te mereces, igual que te mereces perderme.- Victoria suspiró. Las ganas que tenía ella de llorar en ese momento eran increíbles. Pero ante todo, era orgullosa, asi que alzó la cabeza y dio un paso al frente.

- Pues que te vaya muy bien con Emily. Aunque tampoco es que me importe, puesto que tú solo eres alguien con el que acostarse. Y lo fuiste hace nueve meses y lo volviste a ser ahora. Así que eso .- se dio la vuelta y echó a andar.

- Lo pasarás mal.  - ella se encogió de hombros.

- Peor lo acabarás pasando tú - y así, poco a poco, ella se fue distanciando, dando por finalizado aquello que tenía.


Aunque obviamente ninguno se percató de que detrás del coche rojo que tenían al lado, estaba escondida Tania, quien en su camino a casa, había decidido pararles y ayudarles.
Y por una vez en su vida, pensaba ayudar a su amiga.

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A ver, rápido
Son las seis y media de la mañana, no se que coño hago con mi vida, pero bueno
me he ido quedando dormida a lo alrgo de la noche asi que....
No me emociona este capítulo, pero es que en los siguientes os la voy a liar parda asi que aguardad
he escuchado Midnight Memories! Y me ha encantado obviamente, que puta preciosidad
(soy de las que piensa que no voy a ser menos directioner por haberlo escuchado antes de que se publicase oficialmente,y las que digan lo contrario me tocan mucho el asunto)
Bueno, y eso
que lo siento por tanta espera
besooos