miércoles, 15 de enero de 2014

47. Not even the Gods above can separate the two of us.

- Creo que tenemos una nueva parejita - dijo Zayn, al lado de Bianca, observando cómo Liam corría por los pasillos, evitando a la poca gente que quedaba.

- Bueno... - habló Bianca con duda. Conociendo a esos dos cualquier cosa podría pasar. 

- Ya... - comenzaron a andar hacia la salida. Atravesaron todo el pasillo en silencio, sin decir nada. Bianca miraba hacia sus pies, y Zayn la miraba a ella, de reojo. ¿Por qué casi ni podía apartar los ojos? Zayn estaba muy confuso. Nunca la había visto con los ojos con los que la observaba ahora. Era raro. Era como si cada vez que la mirase le picara la tripa. O como si tuviese un escalofrío, como cuando vas al dentista y te meten ese gancho que rasca los dientes. Era raro, y Zayn lo odiaba y lo adoraba a la vez.  - Mmm... Te acompaño a casa, si quieres. - dijo el chico una vez fuera.

- Claro... - Era ridículo. Llevaban toda la semana comportándose como amigos delante de los demás. ¿Pero cuando se quedaban solos? Surgía como una tensión en el aire. 

- ¿Y...qué libro te estás leyendo ahora?

- La casa torcida. Agatha Christie. 

- Ah. - siguieron caminando hasta llegar casi a la calle de Bianca. Sus conversaciones se basaban en preguntas cortas y respuestas de igual nivel. No bromeaban como antes, no decían cosas pervertidas porque ahora todo se podía interpretar de una forma. No se abrazaban, porque no se sentía como un abrazo normal. Bianca echaba de menos todo esto. Solo había pasado poco más de una semana y ya sentía como que se desmoronaba sin tener a Zayn diciéndole tonterías cada dos por tres. En parte se arrepentía de lo ocurrido, porque les había empujado a esa situación, pero por otra parte... Una voz en ella le decía que se lanzase sobre Zayn, que repitiesen experiencias. Y cada vez era más potente esa voz. - Pues... aquí estamos. 

- Sí... - Bianca suspiró, miró a Zayn y sonrió brevemente. Él también suspiró. - Oye...

- Bianca... - dijo él a la vez que ella hablaba. Ambos se sonrieron simultáneamente.

- Tú primero - volvieron a decir a la vez. Y otra sonrisa acabó recorriendo sus caras.

- Tú - dijo Zayn. Ella tomó aire.

- Es que... No debería ser así. - habló - Me refiero a que... Es muy extraño todo, y no sé, echo de menos cómo era antes.

- Ya... - Zayn se sacudió el pelo.

- Y... Quiero decir. Fue solo sexo, ¿no? Es... No sé, como compartir chicle, y nosotros eso lo hemos hecho miles de veces, y aquí seguimos.

- Sí, como compartir chicle - secundó el chico, aunque se había empezado a perder un poco. 

- Y pues eso. Que intentemos de verdad que las cosas vayas normales, porque al fin y al cabo solo... hemos compartido chicle... - Zayn asintió. - Asi que solo amigos... - está conversación seguía siendo rara, a pensar de los intentos de Bianca de calmar todo.

- Deberías... Entrar en casa. Tendrás hambre. 

- Sí... - dijo Bianca un poco desanimada. No esperaba que Zayn le dijese eso. Se quedó unos segundos más frente a él. ¿Le daba un beso en la mejilla? ¿Un abrazo? Finalmente le sonrió y se dio la vuelta, yendo hacia la casa. Zayn se volvió a sacudir el pelo y se pasó las manos por la cara, suspirando. Joder... Tenía que echarle huevos a la cosa. 

- ¡Bianca! - la llamó cuando ella tenía las llaves en la mano.

- ¿Sí? - se volteó tan rápido como si la vida le fuese en ello.

- Me preguntaba si... Em... ¿Este viernes tienes algo? - Bianca frunció el ceño. ¿Iba a hacer lo que de verdad iba a hacer?

- Eh, pues no, no creo. ¿Por?

- Nada, era que si te apetecía ir al cine y... No sé, comprarnos algo de comer y cenarlo en la playa. - la pelirroja se ruborizó y se mordió el labio.

- Estaría bien - confesó con voz temblorosa.

- ¡Genial! Genial... - Zayn imitó a su amiga y se mordió el labio.

- Pues... Hasta mañana.

- Hasta mañana. - se fijamente, a unos seis metros de distancia, durante dos segundos. Finalmente se sonrieron y Bianca abrió la puerta de su casa, temiendo que si se quedaba un segundo más mirándole se derritiese. 




(...)




Liam no recordaba haber corrido más en la vida. Nunca.
El corazón le iba a tal velocidad que tiraba de su cuerpo. 
La había cagado, y bastante. Aunque no fue su culpa que algún cabrón le dijese eso a Victoria, pero podría haberse comido el orgullo e ir a verla hace días.
Eso sí, Liam se imaginaba que la persona desconocida tuvo que haber oído cuando Liam le amenazó a Victoria con acostarse con Emily, porque sino no hubiese utilizado eso en su contra. 
¿Quién sería? 
Podría ser la misma Emily, pero Liam no lo veía muy fiable. La chica no era lo suficientemente cruel y lista para idear algo así.
Por lo que le lleva a Tania, aunque no tenía ninguna prueba, asi que no podía acusar. 
Pero ahora mismo eso le daba igual.
Atravesaba calles, doblaba esquina, saltaba aceras. Tan rápido como le fuese posible. 
Llegó a la casa de la chica, y decir que fundió el timbre era poco. No tenía muchas esperanzas en que Victoria le abriese, pero bueno.
Cuando estaba seguro de que habría dado al botón dorado unas diez veces, la puerta se abrió.

Victoria puso los ojos como platos, y rápidamente se arrepintió de no haber mirado antes por la mirilla. 
Ver a Liam en ese momento le sentó como si viese a un fantasma, o peor.
No sabía si se alegraba de que él estuviese ahí o si le cabreaba al recordar lo mal que lo había pasado.
Una mezcla de todo.


- Victo... - antes de que él acabase la palabra, ella le cerró la puerta en las narices. ¿Qué pretendía? ¿Acostarse con una fresca y ahora ir a por ella? No, no, no. Así no funcionaban las cosas con Victoria McArthur. Bueno, tampoco había otra forma de que funcionasen, ya que esta era la primera situación para ella en la que se enamoraba, y sufría... Y tal.


Liam maldijo, pero en ningún momento le hizo daño el comportamiento de Victoria, pues entendía que ese fuera su trato hacia él.
Se insultaba así mismo veinte veces cada minuto por no haberla visitado esos días. ¡Imbécil!
Ya que la puerta no dio resultado, fue a por el plan B.
Rodeó la casa hasta encontrarse debajo de la ventana de la chica. Bien. Estaba abierta.
Liam colocó la mochila y el abrigo en el césped, y se preparó para escalar utilizando las tuberías exteriores de la casa. Sabía que algún día de esos iba a no ser tan ágil y pisaría mal, cayéndose y haciéndose algo grave. Pero por Victoria valía la pena hacerlo.
Llevaba dos metros de altura cuando vio su cabello castaño asomarse. 
Mierda.


- Gilipollas, o te vas de mi casa o juro que te tiro algo. - Liam notó su voz entrecortada, aunque sobretodo notó rabia y furia. Eso sí, sus ojos brillaban más que nunca. Ese azul cielo le volvía loco.

- Victoria, escúchame. - escaló un poco más, sin ser muy consciente de dónde pisaba. Intentaba llegar rápido antes de que cerrase la ventana.

- ¡No te voy a escuchar! ¡Cerdo asqueroso! Y yo mientras enamorándome de ti... - Victoria salió e hizo amago de cerrar la ventana. El chico se movió más rápido, sin creerse lo que había oído. 

- ¿Qué has dicho? - pero sus palabras fueron en vano, porque ella ya había cerrado la ventana. pero aun así, Liam no se rendió. Siguió subiendo, hasta llegar a la altura deseaba. Tenía que hacer fuerza con los brazos y estar de puntillas, pero le daba igual. Victoria estaba al otro lado, con la mirada perdida y, creyó ver, los ojos a punto de soltar lágrimas. Se sorprendió al verle aparecer. - ¡Victoria! - habló fuerte, aunque ella no le oía. - Joder... - dijo entre dientes. Echó el aliento al cristal, creando una mancha de vaho. Con un dedo, ejerciendo más fuerza con la otra mano para sujetarse, dibujó un corazón, asegurándose de que ella lo viera. Y así ocurrió. Tan enternecedor le resultó que estuvo a punto de dejarle entrar. Pero luego recordó que se acostó con Emily y se le pasó. Joder... ¡Es que se acostó con ella! Imágenes que no quería imaginar se colaron en su mente, al igual que sonidos. Iba a estallar, por no decir llorar a moco tendido. No podía más, y fue por eso por lo que se dio la vuelta y se encerró en el baño, sin ver el "te quiero" que Liam había escrito en el cristal. 


Diez minutos de reloj pasaron, y el chico no cambió su posición. Eso sí, las piernas le dolían y las manos estaban empezando a dormirse. Pero él no se rendía. No pensaba pasar ni un día más sin ser su novio.
Esperó unos minutos más, hasta que milagrosamente la puerta del baño se abrió.
Victoria no se esperaba verle, sino que pensaba que ya se había ido.
Suspiró. Tendría que hacer de tripas corazón y al menos hacer algo.
Se acercó a la ventana y la abrió, empujando hacia arriba.


- Liam, enserio, vete - dijo de la forma más dura posible. 

- No me voy a ir hasta que hablemos.

- Me la suda todo lo que tú digas. - Liam bufó. Puso una mano en el alféizar, para impulsarse y entrar, pero Victoria adivinó sus intenciones. Asi que bajó la ventana.

- ¡Ah!  - gritó Liam, al que le había aplastado la mano.

- Joder, joder, lo siento - por un momento, solo uno, la sensible Victoria salió y levantó el cristal. - Que coño... No lo siento. - recapacitó. Ya era la misma de siempre. Bajó la ventana, y esta vez, en vez de la mano, atrapó el antebrazo entero. Liam hizo una mueca de dolor.

- Si sigues así me quedaré sin brazo. Y ya sabes lo mucho que te gusta esa mano.... - dijo con picardía Liam. Victoria abrió la boca y tartamudeó. Mira que le habían dicho cosas guarrindongas y soeces a miles, pero cada vez que venía de Liam, se le paraba la respiración. Ella quiso cerrar la ventana al completo, pero él se lo impedía. Liam puso el brazo tenso e hizo fuerza hacia arriba, que se defendía de la fuerza de Victoria. 

- Mira, haz lo que te de la gana - se quejó ella, llorosa y rendida. 


Soltó el marco de la ventana y se fue de ahí corriendo, desapareciendo de la vista de él. Liam resopló. Era imposible, difícil y dura como ella sola, pero mentir y decir que eso no le gustaba aún más sería erróneo. Consiguió empujar el cristal hacia arriba con su brazo, y a pesar del ardor de sus piernas y el cansancio de sus manos, se internó en la casa. Ahora solo le faltaba encontrarla, aunque primero estiró un poco sus extremidades. Después, empezó la búsqueda. 
Exploró todo el piso de arriba, de cabo a rabo, llamándola, pero nada. Había descubierto el cuarto de sus padres, un baño más, y un cuarto de invitados con un piano. 
Bajó las escaleras y supuso que estaba en la plata de abajo. No podría haber salido de la casa porque la puerta principal no había hecho ningún ruido de ser abierta y/o cerrada. 
Miró en el salón, detrás del sofá, la entrada, el baño, la cocina, etc. 
Nada. 
Liam estaba empezando a, aparte de preocuparse, sulfurarse. 
Se sentó en un sillón y se revolvió el pelo.
Esto estaba siendo más complicado de lo que había planeado.
Haciendo memoria recordó cuando todo iba bien. Recordaba cuando se presentó en aquella casa y les dijo a los padres de Victoria que eran novios. Sonrió tristemente. Ella se pilló un pequeño berrinche, echándole la bronca en...
Liam se levantó de un salto. ¿Cómo podía haber sido tan idiota?
Fue hacia la puerta corredera que daba paso al pequeño jardín. La abrió y se asomó. Allí, pegada a una pared, estaba la chica a la que más quería. 


- Vete. - dijo ella sin mirarle, aunque en tal caso de girarse hacia él tampoco podría hacerlo; las lágrimas empañaban sus ojos. Liam suspiró, y como cabezota que era, anduvo hasta llegar a ella y se sentó a su lado. - ¿Es que no lo entiendes? - ahora sí que le miró - Quiero que te vayas, que te alejes de mi vida.

- No puedo - confesó - Tú vida es mi vida - Victoria soltó una carcajada irónica y triste.

- ¿Eso lo has sacado de alguna cuenta cutre de twitter o qué? Deja esas mierdas conmigo. - Liam suspiró silenciosamente. Era tan dura, tan complicada. Cualquier cosa se la tomaba a mal. 

-Victoria, yo no hice nada. - empezó su disculpa.

- Ya, claro, ¿y se supone que eso debo creérmelo? - no quería mirarle. Se cruzó de brazos y echó la cabeza hacia atrás.

- Escúch...

- ¿Sabes qué? - Le cortó. - Esto nunca debió ser así. Primero tú y no deberíamos habernos vuelto a ver. Lo que ocurrió hace meses ocurrió, y ya. Bueno, aunque eso fue inevitable luego después... ¡Tendrías que haberme dejado en paz! Yo no quería acabar en esto. No se supone que las cosas tenían que ser así. Nos acostábamos, vale, y después cuando me diese la gana, cortaba lo que sea que tuviésemos. Pero no. El dichoso Liam empeñado en que hay que cambiar a Victoria, en que no se conforma con otra, no. Tiene que ir a por la chica que no quiere sufrir. Y si no es suficiente, vas y después te tiras a otra es que...

- En cualquier caso no estábamos juntos ni nada - dijo él como dato. Victoria por fin le miró, justo cuando dos lágrimas paralelas descendían por sus mejillas.

- ¿Asi que lo afirmas? ¿Lo de Emily? - y en ese momento, cualquiera sabría que Victoria estaba más rota que nunca.

- ¿Qué? - Liam sintió pánico. - No, no, no. Al diablo. No la tocaría ni con un palo. Joder, créeme. - se colocó delante de ella y la obligó a mirarle. - Lo de antes lo decía simplemente porque en el caso de haberme acostado con Emily, tú y yo no estaríamos juntos en tal momento. - Victoria le miró y fue a hablar - Ya sí, pero que aun así estaría mal. - interrumpió. Liam observó cómo seguía llorando. Y le dolía. Muchísimo. Que le llamasen maricón,  nenaza, huevón, lo que fuera. Pero en ese momento lo que le apetecía era abrazarla y llorar con ella, porque de verdad esa situación le provocaba ese sentimiento. Pero no debía derrumbarse sin antes conseguir su propósito. Asi que alzó la cabeza de Victoria, que la había bajado. - Mírame - Le obligó, aunque ella miró hacia abajo - Hazlo - mandó de nuevo, y accedió. - ¿De verdad crees que yo, que he estado meses sin acercarme a alguna chica por ti, que te he esperado, que haría cualquier cosa por ti; crees que yo me acostaría no con Emily, o con alguna chica que no seas tú? - Victoria bajó la cara.

- Pero... - balbuceó - Pero djiste... 

- Ya sé lo que dije. Y fui gilipollas por amenazarte así. Pero alguien me escuchó, y después quiso hacerte daño. Pero joder, es la verdad. No puedo ni pensar en otra persona porque tú siempre estás en mi cabeza. ¡No te vas! Y no verte estos días ha sido lo peor. Pero mi jodido orgullo... - suspiró, y se quedó callado. Básicamente su mensaje se había difundido. Victoria también se quedó callada, segundos, bajando la mirada y sin posar sus ojos en él, pero eso no impidió que Liam viese el momento en el que los ojos de ella se inundaron un poco más y empezaron a brotar infinitas lágrimas. Victoria se tapó la cara, dejando que aflorasen todos sus sentimientos. Liam la abrazó. No había cosa en el mundo que desease más en ese momento que eso, asi que la estrechó en sus brazos, y dejó que Victoria cambiara la postura y se recostase junto a él, mientras Liam la mecía y le acariciaba el pelo. Lloraba. Y eso fue lo único que se oyó en minutos. Liam sabía por una parte que ella le había creído, que habían avanzado un paso, pero no podía soportar verla así. Si alguien alguna vez le preguntaba que cuál pensaba que era la tortura más horrorosa, Liam diría sin duda que sería ver a Victoria sufrir por su culpa. Nunca se lo perdonaría. Cuando los sollozos se relajaron ciertamente y ella se frotó los ojos suspiró. Ya estaba más calmada, pero no por ello se separaría de Liam.

- Y... ¿En qué nos deja todo esto? - Liam sonrió tiernamente. 

- Pues está claro que no vamos a aguantar separados, asi que no te queda otra que ser mi novia. - Victoria calló, sin contestar, y Liam temió haber metido la pata.

- ¿Y ya? - habló entonces - ¿Así de fácil? ¿Soy tu novia y ya está? 

- Pues... sí, supongo que sí - dijo él.

- Que fácil. Si lo hubiera sabido hubiese dicho que sí antes. - Liam bajó la mirada y frunció el ceño. Ella sonrió tímida. - Era broma. - Liam siguió acariciándole el pelo. Ya está. ¿Ya está? Se supone que a partir de ahí era pareja. Pareja... Novios... ¡Era su maldito novio! Liam sonrió abiertamente. Puede que hubiesen pasado muchos meses, y que lo haya pasado muy mal, pero la tenía, era suya y de nadie más, e iba a hacérselo saber al mundo.  - Y una cosa... - dijo ella - Yo soy nueva en esto. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? ¿Poner en Facebook que tenemos una relación? ¿Poner una foto tuya de fondo de pantalla? - Liam rió.

- Ahora, lo que tienes que hacer, es besarme. - Victoria enrojeció. Era la mejor respuesta que podía tener esa pregunta, asi que se levantó, se puso de cara a Liam, se sentó en su regazo y pasó los brazos por detrás del cuello de Liam, acercándose cada vez más, pero él la paró. - Aunque antes... Dime... Que me quieres.

- ¿Qué?

- Eso. Que me quieres. Yo te lo puedo decir fácilmente. Te quiero Victoria McArthur. Ahora te toca decir "te quiero Liam Payne". - la chica se mordió el labio. 

- No voy a decir eso ahora. 

- ¿Por qué no? - ella enrojeció más.

- Porque no sé, ahora no. - Liam se encogió de hombros. 

- Bueno, lo tengo grabado en el móvil, podré escucharlo cuando quiera aun así. Asi que mientras tú seas una cobarde y no... - Victoria le puso una mano en la boca, callándole.

- No. Soy. Cobarde. - Notó sus sonrisa por debajo de su palma. Miró hacia los lados, como si fuese a hacer algo prohibido y buscase a alguien que la estuviese espiando. Tras eso, se centró en él de nuevo. Suspiró. - Te... TequieroLiamPayne. - dijo rápido. - ¿Te vale? - Liam asintió, contento - Por fin. - Victoria sonrió y se fue a acercar de nuevo, pero otra vez Liam la paró. - ¿Qué pasa ahora?

- Repítelo. - ella bufó. Este chico no se cansaba nunca. Le sujetó la cara con ambas manos y se juntó muchísimo a él, entrelazando sus respiraciones y rozando sus labios.

- Liam Payne, eres un maldito gran en el culo. Pero... te quiero. - dijo lentamente, sintiendo en realidad como si un peso le fuese quitado de encima.

- Ahora sí - accedió Liam. Y esas últimas dos palabras marcaron el inicio del primer beso como novios que se daban. 




(...)




Alex se quedó en el pasillo mirando la puerta. Le preocupaba, de verdad, pero no solo eso. También le echaba de menos. A él y a sus chistes malos, a sus raros cambios de humor, a su mirada penetrante que te ponía la piel de gallina...
Parecía extraño pensar así, teniendo en cuenta que había ocurrido ayer todo el barullo. 
Pero es que la anterior semana todo había sido tan cercano que estar un día sin él se hacía raro.
Finalmente se decidió y llamó a la puerta.
Un grave y ronco "pasa" se oyó al otro lado. Alex tomó aire y abrió la puerta, con pánico.
Miró al chico. Estaba tumbado sobre la cama, leyendo "El temor del hombre sabio" y, no podía ser de otra forma, iba solo con los pantalones y con la bandana de la bandera de Estados Unidos. Alex intentó relajarse. 


- Harry... - dijo llamándole. Él despegó la mirada del libro y la miró.

- ¿Qué?

- Eh... - se trababa - Solo quería... saber cómo estabas. - mintió. Quería hablar con él pero como que le daba cierta cosa.

- Bueno, estoy como debería estar una persona que quiere a otra y a pesar de que le dan esperanzas, resulta que nunca va a acabar con esa persona. Así estoy. - Alex bufó. 

- Harry... 

- Diciendo mi nombre no cambian las cosas. Sigo igual. Seguimos igual.  - Ese chico la estaba volviendo loca. Apenas con unas palabras la hacía sentir mal. 

- Ya sé que no cambian las cosas - suspiró - Mira, sé cómo te sientes...

- No, no lo sabes. No te sientes como si hubiesen jugado contigo. - se incorporó, quedando sentado en la cama. - Me gustaste casi desde el principio, desde los primeros días, y tuve que comportarme como un imbécil muchas veces para evitar pensar en ti. Y al final no pude. Y cuando me decido en ser maduro, vas tú y adoptas el papel de niña caprichosa. Manipular. Eso es lo que has hecho conmigo. - Alex se llevó una mano a la frente. Cerró los ojos intentando relajarse y después se alborotó un poco el pelo.

- Mira, paso de discutir. Ya está. Te veo luego. - ella salió del cuarto bajo la atenta mirada de Harry. 


No podía. Simplemente no podía lidiar con esto.
El pulso se le aceleraba. 
Se irritaba demasiado y eso hacía que se pusiese nerviosa.
Si tuviese una varita... La de cosas que hubiesen sido más fáciles. Pero no, no hay varita, asi que solo queda cerrar los ojos y suspirar. 
Se metió en su cuarto y se tiró sobre la cama. Cogió el móvil y estuvo jugando al Candy Crush hasta que notó que el colchón se hundía a su lado. 


- Hola Sophie - saludó.

- Hola Alex. - miró cómo la chica juntaba cuatro caramelos azules. - ¿Qué tal con Harry? - preguntó así de la nada. Alex se encogió de hombros.

- Supongo que bien.

- Os he oído hablar. - Alex dejó de jugar y miró a la niña.

- Sophie... Era una conversación privada. 

- Dejasteis la puerta abierta.  - Alex suspiró.

- Bueno, ¿y qué opinas?

- Soy una niña. No opino. - ella rodó los ojos.

- Te aguantas. Por espiar. - oyó a Sophie tomar aire.

- Pues... Opino que... Que los chicos son tontos. Todos. - Alex sonrió. - Pero que también hay chicas tontas, y que tú lo eres. Aunque lo de novios es asquerosos y darse besos también, pero si a ti te gusta Harry y a él le gustas tú... Deberíais ser novios. 

- Pero... Es que no es tan fácil.

- Lo difícil era que os gustaseis. Lo demás no puede ser tan complicado. - la chica negó con la cabeza. Le encantaba que Sophie tuviese una mente ciertamente avanzada, pero a veces le molestaba porque la confundía cada vez más.




(...)


Cecilia paró de estudiar Física durante un momento y pretendió escuchar con detenimiento.
Llevaba repasando cosas toda la tarde, y en los últimos diez minutos todo estaba... Curiosamente silencioso. 
Salió al pasillo de puntillas. Iba a investigar.
Normalmente se oía o a su hermana haciendo el imbécil por la casa o a su madre caminando, haciendo ruido con los tacones. Además, la puerta del despacho de su padre solía estar cerrada.
Intrigada, miró. La puerta del cuarto de su hermana estaba cerrada, supuso que estaba ahí. Y la del despacho abierta, totalmente vacía, sin nadie dentro.
Cecilia frunció el ceño.
No hermana tocapelotas molestando, padre no trabajando, madre no taconeando.
Con sumo silencio bajó las escaleras, y no fue hasta el último escalón cuando empezó a oír ligeras voces. 
Eran sus padres, desde la cocina. Desde ahí, si se concentraba, podría entender dos de cada cinco palabras.
La curiosidad le picaba más y más. 
Pero... ¿Por qué sus padres estaban susurrando en la cocina, como escondiéndose de lo demás?
Volvió a acercarse de puntillas hasta pegarse a una pared, cerca de la puerta. Esperaba que a ninguno de los dos les diese por salir en ese momento.


- ... No puedo hablar contigo. No veo cosas que podamos compartir. Cuando salimos a cenar o así solo hablamos de las niñas, del trabajo... - oyó decir a su madre. Vale, era cierto que sus padres eran muy distintos, ¿pero eso a qué venía a cuento?

- Podría interesarme en las cosas que te gustan, lo que sea. - oyó a su madre suspirar fuerte. 

- No Jared, no lo entiendes... Esta no es la vida que tenía planeada para mí.

- ¿Casarte y tener hijos? ¿Eso no es lo que tenías planeado? ¿Te arrepientes de todos estos años? - susurraban, pero su padre parecía alterado. Y a Cecilia no le gustaban nada las ideas que se le pasaban por la cabeza.

- Claro que no me arrepiento pero... Me siento acorralada, como que estoy viviendo la vida de otra. Y... Quiero enamorarme de nuevo, empezar de cero.

- ¿Qué coño dices? - Cecilia se tapó una mano con la boca. Quería llorar en ese momento, muchísimo, pero no le salía. Simplemente no podía - Tienes dos hijas, una casa y un trabajo. Es más de lo que tiene mucha gente. Estás delirando, no sabes lo que dices.

- ¡Jared! - su madre bufó - Mira, te tengo cariño, pero dejé de quererte hace años. - Cecilia en ese momento casi pudo oír como su padre apretaba los puños. 

- Puedo cambiar.

- No tienes que cambiar nada, he tomado mi decisión. Aunque debí hacerlo hace mucho tiempo...

- ¿Y qué de supone que vas a hacer ahora? - la voz de su padre sonaba entrecortada. Nunca había visto a su padre llorar, pero intuía que eso iba a ocurrir en breves.

- Divorciarme. 


Cecilia sintió que el corazón se le iba al suelo. Se dio la vuelta deprisa de ahí y subió las escaleras, también en silencio, pero con rapidez. 
No podía ser. Sabía que su madre tenía ataques de zorra, ¿pero eso? ¿Qué había hecho su pobre padre más que aguantarla?
Y parece que era algo de años... ¿Habían sido en vano todo este tiempo? Aunque Cecilia nunca se sintiese acorde con su familia, sabía que estaban unidos de algún modo, y ahora todo parecía tan falso.
Obviamente su madre podía sentir lo que sintiese, ¿pero guardarlo así pro años? ¿Utilizar a su padre? ¿Y todas esas veces que se besaban, que se encerraban en el cuarto, que veían una peli juntos? ¿Eran falsas? Cecilia no podía estar peor. Podría aguantar todas las broncas de su madre, ¿pero ver cómo su familia se partía en dos? ¿Empezar a ver a su padre triste cada día? ¿Saber que mientras él se deprimía su madre estaría por ahí buscando a otro hombre?
No quería una vida compartida, no quería tener que ir cada fin de semana a una casa, no quería empezar a sentirse incómoda si hablaba de su madre enfrente de su padre.
No quería pasar por esto, no estaba preparada. 
De entre todas las maldades que su madre podría haber hecho esa era la peor. Dejarles, solos... ¿Y Kate? Ellas dos se llevaban las que mejor. ¿Significaba eso que su madre iba a alejarla un poco más de su padre? 
Jared nunca habia sido un hombre de muchas palabras, ni hablaba mucho con Cecilia, pero eso no significaba que no le quisiese. 
Y ciertas palabras se habían quedado grabadas en su mente.
"Esta no es la vida que tenía planeada para mí."
Eso le había llegado. 
Era claro que Cecilia estaba mal.
Ya una vez en su cuarto se tumbó en la cama. Lágrimas bañaban su cara. Pero no podía seguir ahí, no podía seguir en una casa que se había construido a base de mentiras.
Necesitaba a alguien.
No a sus amigas o amigos, sino a Niall, el que le podía despejar la mente.
Agarró el móvil y abrió una conversación de Whatsapp.


"¿Podemos vernos?" escribió. "Necesito salir de casa." 


Esperó unos minutos mirando la pantalla a que contestase, pero no lo hacía. Depositó el móvil sobre el colchón y se quedó mirándolo un buen rato, tumbada en la cama. En esos largos minutos muchas cosas pasaron por su mente. 
Seguía llorando, y no sabía si pararía algún día.
Diez minutos después, la luz de su móvil se iluminó.


"Uf, estoy en la cama super cómodo. Mejor nos vemos mañana, ¿va? Tequiero:)"


Y a pesar de que Niall tenía toda la buena intención del mundo, eso le sentó como mil cuchillos clavándosele profundo.
De nuevo volvía a sentirse tan sola como se había sentido todo ese tiempo antes de relacionarse con Niall.
Puede que incluso más sola que antes.




(...)




Liam, ya metido en la cama, diez de la noche, sintió su móvil vibrar.
Era un número fijo, que la llamaba.


- ¿Sí?

- Hola... - oyó a alguien susurrar al otro lado.

- ¿Victoria?

- He robado el teléfono fijo sin que se den cuenta. 

- La de locuras que haces por mí - se burló Liam. En ese momento se la imaginaba con un gracioso pijama, tumbada en la cama a oscuras susurrando al igual que ninjas.

- Cállate lerdo. - Liam rió.

- Y bueno, ¿qué haces llamándome?

- Pues que... - Victoria suspiró - Nada, una tontería.

- ¿Qué? No, dímelo.

- Que no, que me da vergüenza.

- Por favor, a estas alturas tener vergüenza uno del otro es lo menos adecuado - Victoria se sonrojó.

- Es que es una cosa muy cursi.

- Con más razón quiero escucharlo. No todos los días la borde Victoria McArthur te dice algo cursi.

- Va, ahora ya sí que no te lo digo.

- Joe, venga - insistió Liam. Oyó cómo tomaba aire.

- Pues que... No me podía dormir sin oír tu voz una vez más. - él sonrió, abiertamente. - Ay Dios, mira lo que me haces. Parece que escupo purpurina cuando hablo. - rieron.

- Te parecerá cursi, pero solamente eso va a hacer que esté feliz mañana. - hubo un silencio se unos segundos.

- Tío, parecemos dos malditos niños de doce años, esto no puede ser - se oyó cómo reía por lo bajo. 

- Bueno, mientras estemos juntos me da igual lo que parezcamos. - contestó Liam. Victoria no sabía de dónde se sacaba este chico las frases, pero siempre hacía que le diese un vuelco el corazón al oirlas. 

- Liam...

- ¿Sí?

- Gracias. 

- ¿Por hacerte pasarlo mal, haber hecho que llores y ser un imbécil? - ella sonrió.

- Aparte. No, enserio. Gracias por todo. Sé que no soy buena en esto, y que la cagaré unas veinte mil veces en apenas unos días, pero ahora mismo no existe otra persona con la que quiera estar más que contigo. - Y si Liam ya estaba pillado, ahora al escuchar eso sabía que nunca se olvidaría de ella.

- Te quiero.

- ¿Solo eso? - bromeó - Digo una de las cosas más ñoñas del mundo, ¿y sólo me llevo eso? - él sonrió. 

- Bueno, confórmate con saber que eres la única. - se quedaron unos segundos en silencio, oyendo las respiraciones del otro. - Oye, ¿tienes mucho sueño?

- A medias. ¿Tú?

- No. 

- Ah va. ¿Y por qué preguntas?

- Porque no pienso colgar el teléfono hasta que te quedes dormida gracias a mí. 




(...)




El día siguiente llegó, con desgracias para unos y sorpresas para otros.
Liam estaba que ni podía consigo mismo. Tan feliz que hasta hacía daño. Iba por la calle caminando, mirando a la gente. Cuando le veían, ¿adivinarían que es novio de la chica perfecta?
Sonreía involuntariamente. 
Ese era uno de los momentos en los cuales, si fuese todo una peli, sonaría una canción feliz y que animase a todos.


- Dejen paso por favor, es un hombre con novia - dijo Zayn cuando le vio entrar por la puerta. Ayer, tras estar en la casa de Victoria donde, raramente, no hubo ni sexo ni guarradas, no faltaron segundos para comunicar a todos que estaban juntos, y se alegraban infinitamente por ellos.

- Dilo más alto - ironizó. 

- ¡Liam Payne tiene novia!- gritó Zayn, a lo que varia gente de la clase empezó a aplaudir y vitorear. Muy normal la cosa. Bianca y Alex, que estaban al lado del chico, le sonrieron contentas.

- Me alegro mucho por ti, enserio. - habló Alex, quién le abrazó.

- Sí, ya era hora. - apoyó Bianca - Sois la segunda parejita del grupo.

- Ey - saludó Niall sonriente, abrazando a Liam y felicitándole también - Oye, ¿Cecilia donde está? - preguntó. Alex se mordió la lengua.

- Está mala - contestó, sintiéndose culpable.

- Pero si ayer estaba bien.

- Es que cenó algo que le sentó mal.


Pero lo que nadie sabía era que Cecilia no estaba mala. Le había pedido a Alex que la cubriese, aunque no le confesó ni una mísera pista sobre lo ocurrido. Simplemente porque pensaba que sino lo decía en alto, sería menos real. 
Alex estaba preocupada, obvio era, pero respetaba a su amiga y guardaba el secreto.
Cecilia, por otra parte, le había dicho a su padre (a su madre ni la saludó por la mañana) que se encontraba fatal, temas de regla, y al final se quedó en casa.
No le apetecía lidiar con el día a día, ni sentarse en clase sintiéndose tan sola como se sentía en esos momentos, tanto familiarmente como respecto a Niall.
Además, ya bastante le costaba fingir todas las sonrisas que fingió en la cena, delante de su madre. Ahí, Jared no había hecho presencia, pues estaba en el despacho con la excusa de que "tenía mucho trabajo". 
Y mientras la perra de su madre sirviendo la cena, como si nada hubiese ocurrido.



Volviendo de nuevo al OEHS, en la clase contraria a la de Alex, dos chicos sentados juntos hablaban.


- Oye tío, ¿qué te pasa estos días? - preguntó Harry mirando a Louis - últimamente tienes una cara de culo increíble. - Louis alzó una ceja.

- ¿Y me vas a decir que tú no?- Harry sonrió de lado.

- Ya bueno, pero yo siempre he sido así, medio borde medio normal.

- Cierto. - Louis cogió un rotulador permanente y empezó a pintar la portada del cuaderno, haciendo rayas y líneas sin sentido.

-  Es por... ¿Alex? - Louis dejó de pintar y le miró, riendo por lo bajo.

- No, no es por ella. Tranquilo que ya... Ya nada.

- Uf... - suspiró - ¿Entonces?

- Es que... ¿Nunca te ha pasado que una persona que no esperas que te atraiga, simplemente que la vez como una amiga, como que se cuela en tu cabeza y no sale ni una maldita vez.

- Sí, ¿te está pasando?

- Exacto, y me siento como colapsado. - suspiró - Y bueno, te toca. ¿Qué pasa con Alex?

- Pues así en resumen, que podemos llegara hacer cosas guarras y a comportarnos como novios y dormir abrazados, pero luego ella no quiere salir conmigo. Vamos, es que es de coña.

- ¿Os habéis acostado? - preguntó Louis sorprendido. 

- No, no no... Fue una cosa de la fiesta de Tania. Demasiado alcohol.

- Oh Dios, no quiero ni saberlo. Has tocado lo que yo he tocado...

- Oye tú, cabrón, no me digas esas cosas por favor que se me vienen imágenes a la cabeza. - Louis rió. En ese momento el profesor entró en clase. Los amigos se miraron cómplices y sonrieron.

- Antes de empezar - habló el viejo profesor - Quiero dar la bienvenida a Kaya Spiegelman, se ha mudado hace poco desde Canadá. Continuará el curso con nosotros. - Harry alzó la mirada justo cuando una pequeña chica salía de detrás del profesor. Bajita, delgada pero con curvas, con un larguísimo pelo negro que caía hasta su cintura, llamó la atención de Harry. Por no hablar de esos enormes ojos azules que adornabas la nariz pequeña con muchas pecas. La mirada de Kaya vagó por toda la clase, con una gran sonrisa, hasta que sus ojos se pararon en Harry. Estos se hicieron mas grandes y la sonrisa disminuyó, empezando a morderse el labio. Harry dejó de observarla y miró hacia abajó, nervioso.

- Te está mirando como si quisiera comerte - le susurró Louis. Kaya mientras tanto dejó de mirar y se sentó en un sitio libre en primera fila.

- Ya lo sé - admitió él. 

- Es muy guapa. - Harry se encogió de hombros, sin contestar. Se atrevió a alzar la cabeza y ahí estaba ella, desde el ala norte de la clase, mirándole con timidez.




Sonó el timbre de la tercera hora, que daba paso al recreo.
Harry y Louis se pusieron en pie, saliendo de la clase. 
En esas tres horas Harry había pillado a Kaya girándose no diez, sino once veces. ¡Once! Y cuando lo hacía tenía que apartar la mirada, porque sino sentía vergüenza de que le hubiese pillado mirándole. 
Estaban en el pasillo, acercándose a la otra clase, cuando de repente Harry vio a la chica nueva frente a una taquilla, con muchos libros encima, intentando abrirla. 


- Oye, ahora voy hacia allá- dijo Harry. No sabía por qué iba a allí a ayudarla, pero algo le empujó a hacerlo. - ¿Necesitas que te sujete algo? - se pegó a la taquilla de al lado, cruzándose de brazos. Ella le miró y se sonrojó.

- No, eh... No por el momento. - con la mano libre dio vueltas y vueltas a la ruedecilla de la combinación de la taquilla. - Joder, esto no va...- Harry sonrió. Le hacía gracia la pequeña chica, con esa pila de libros, y ese acento canadiense que tenía. 

- No hace falta dejar los libros en la taquilla al salir de clase. En la cajonera caben. - ella sonrió, agachando la cabeza.

- Es la costumbre. - volvió a intentar meter la combinación y tiró, y nada. Harry, que se conocía esto, dio un golpe al metal, sorprendiendo a Kaya, y la taquilla se abrió. - Vaya... - le sonrió metiendo los libros, después cerró. - Gracias, supongo.

- Soy Harry - se presentó tendiéndole la mano, aunque luego se sintió como un imbécil porque nadie sacudía las manos con una chica. Eso era solo de empresarios. Pero ella la aceptó.

- Yo... Bueno, ya sabes, Kaya. - Sonrió. se quedaron unos segundos en silencio, sin saber qué decir. 

- Bueno, ¿y qué vas a hacer en el recreo? - se insultó a sí mismo por decir eso. Parecía que la estaba sugiriendo indirectamente que lo pasara con él. Y Alex se podía enfadar... Bueno, a Alex le daba igual Harry, asi que no, no se enfadaría.

- Pues... Una chica de clase... Eloise, creo. Me dijo que iba al baño y ahora vendría aquí, que... Iba a enseñarme todo el instituto. - Harry asintió.

- Ah vale. Entonces... - se alborotó el pelo. - Supongo que te veo luego.

- Sí...

- Adiós.

- Adiós. - ambos se sonrieron y Harry salió de ahí, empezando a andar, aunque se giró una vez más, sin razón alguna. Ella le estaba mirando, y ambos se sonrieron de nuevo.



- ¿Quién es esa? - preguntó Alex de brazos cruzados a Louis mientras Harry venía hacia donde estaban todos. 

- Una nueva, se llama Kaya, de nuestra clase.

- Tiene un pelo muy bonito.

- Y unas tetas muy grandes. - Alex le miró alzando una ceja y Louis rió. 

- Hombres - suspiró. Harry se unió al grupo y Alex le miró de reojo, aunque él no le miraba. Después se fijó en la chica nueva. 


No le gustaba.




- Bueno, - dijo Zayn en cierto momento, sentados todos en su mesa de siempre - quiero proponer un brindis imaginario por nuestro amigo Liam, que por fin se ha pillado a Victoria. - esté bufó. 

- ¿Un brindis imaginario? ¿En serio? - se rió Alex. - Por favor... Cuidado no os emborrachéis. - habló de broma.

- Eso díselo aquí al amigo - señaló divertido Niall a Louis - que en la fiesta... - todos rieron, y este agachó la cabeza negando, sonriendo tímidamente.

- Para borracha Bianca - habló Zayn - que este sábado no, el anterior, bebió como una posesa. - su amiga le dio un pequeño golpe en el hombro pero, mientras, Louis había borrado la sonrisa. Zayn se había equivocado. La fiesta no cayó en sábado, sino en viernes, además el sábado Bianca estaba... Louis se puso de pie de golpe, hecho una furia. 

- ¡Fuiste tú cabrón! - le gritó con dureza a Zayn - ¡Tú eres el que se ha tirado a Bianca!

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Hola! sé que es muy tarde, en plan ha pasado mas de una semana, pero estos días han sido raros y aunque no tengo excusa nosé...
que lo siento mucho
pero al menos así he podido hacer el cap mucho más largo
sinceramente me encanta como me ha quedado.
Bueno, no sé si lo verán, pero este cap quiero dedicárselo a Ana y Lucía, unas amigas mías y lectoras fiables, que bueno, son amor y sé que les hará ilusión esto
un beso y gracias por la espera
lo siento de nuevo :$

4 comentarios:

  1. Aaay maadree saanta! Una vez más, TÚ, Lidia Valencia... Has hecho que me quede sin habla... Cómo es que lo haces? No puede ser...
    Aún no me creo lo de Lictoria! QUE ESTÁN JUNTOS! SON NOVIOS! LE HA DICHO QUE LO QUIERE! ahora se dicen ñoñadas minutos si y minutos también! Jooopeee qué bonito:)
    y pues, que lo de Zianca, no sé si llegaran a ser algo, y sé que no te puedo decir qué hacer con la nove... Pero que sepas que me encanta Zianca, mucho. Y que Halex... Me dan pena esos dos... Pero no sé, siento como que si Alex se lo,mereciese, no sé. Ha de sonar muy cruel, pero yo lo siento así... No sé.
    Simplemente este cap me ha encantado, Lictoria, Zianca... Maravilloso:).
    Bueno, que lo de los padres de Cecilia me pone muy triste joopee:( qué mal... Y encima Niall no,le hace casooo, que sabemos que no iba con mala intención, pero que Cecilia le ha sentado mal... Y, no sé... No me gusta:( me pone triste... Pero bueno...
    Y bueno, Kaya? Enserio? Chica nueva? Y con algún vínculo especial con Harry? Que, vamos... Esos dos se miran como si quisiesen comerse ya, ahí. Ayyy no, esto no puede pasar. Que ya has dicho que quedan como diez capítulos... Esto ya va a terminar y Harry conoce a Kaya? Ayyy nooo la que se va a formar en breves :$
    AY NO. AY NO. AY NO. AY NO. AY NO! LOUIS DESCUBRIÓ LO DE ZIANCA! Y ahora qué va a pasar? Ayyy nooo, yo me mato hoy, ahora, enserio. Y vas a ser culpable, por hacerme esto :')
    Simplemente gracias, y que no te lo he dicho antes, porque... mmmm no sé porqué... Pero que me ha encantado haberte conocido y que de vez en cuando hablemos, simplemente me pone muy alegre, sabes?
    solo te lo,digo, hoy. Aquí. Ahora. No sé porqué, pero que me ha dado la vena y quería que lo supieras:)
    bueno... Creo que ya lo he dicho todo, y que mejor ya no me enrrolo más, que ha de ser un comentario del tamaño del Empire State ;) AJAJAJAJAJA.
    bueno, ya, ahora si, me voy.
    Byyeee:) que tengas una feliz semana, y que en todo lo que hagas te valla bien:)
    besoooo xx.

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  2. AY DIOS LIDIA PERO QUE HAS HECHO
    Vamos a ver, lo primero, por fin Lictoria juntooooooos askdnsjdnsj ayyy que bien que monos y que todo :D
    Lo segundo, Ciall NOOOOO jolin que se van a pelear otra vez y no quiero, que son mi pareja favorita y encima soy Niall Girl o como se llame y NOOO jopee que sufroooo :, (
    Tercero, la Kaya esa ya me cae mal, asi te lo digo jo, que se va a interponer entre Halex y no quieroooooo
    Cuarto, buuuua que emocionante, Louis se ha dado cuenta de lo de Zianca y ayyyyyys va a haber peleaa que bien. Por cierto, yo soy #TeamZianca
    Yyyy y último, que me ha encantado el capítulo, que la espera ha merecido la pena y que me encanta tu fanfic.
    Muuuuchos besos Lidia <3333
    @mullingarlies

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  3. Joder joder joder!! Flipo totaaaal!! Osea es q louis y zayn se vana pelear y niall y cecilia a la mierda otra vez ya veras y halex diiios y lictoooriiiiaaa!!! Al fin joder esta novela me hace feliz hostia!

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  4. DIOS AMO LA JODIDA NOVELA *-* PERO PLSSS, te lo pido por favor, KAYA Y HARRY NOOOO, no me gustaaan, jo, ese vínculo es malo, no quiero que den problemas a Halex, plss, es que Halex son demasiado *-* ademá me siento como súper identificada con Alex y es muy asdfghjklñ todo jj:3 Luego.. AYYY LICTORIA, POR FIN! Que amor jo. Y lo de Cecilia.. pobre.. yo he pasado por lo mismo y bueno�� y por último lo de Louis y Zayn omfg (ai temsiom)
    Sigue escribiendo así de bien
    Kisses

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