miércoles, 31 de julio de 2013

20. Said I had a dirty mouth.

- No, Niall, no.

- ¿Pero por qué?

- Porque me da vergüenza.

- Vaya, ¿Cecilia Oughtwood teniendo vergüenza ante algo tan simple? - Niall chascó la lengua, pero después la miró. Estaban dentro del aula, jueves día 19 de septiembre. Parecía mentira que solo llevasen una semana y media de clases. ¡Con todas las cosas que habían ocurrido! Parecía imposible... Y ahí estaban, Cecilia y Niall, ella siendo empujada suavemente por el chico.

-  Es que... - suspiró - No sé, a ver...

- Mira, te acercas a Alex y le dices "oye, que perdón por todo, somos amigas, ¿va?"

- Me va a mandar a la mierda. - dijo ella bajando la mirada.

- ¡Que va! - Niall rió - Si Alex es un amor... - Cecilia subió rápidamente la cabeza y clavó los ojos en él. 

- ¿Tu... te llevas muy bien con Alex? - preguntó.

- Bueno, nos llevamos muy bien. Es como mi mejor amiga.

- Ah.

- Bueno, ¿lo vas a hacer? - ella tomó aire.

- Lo voy a hacer. - dijo al fin, decidida. Comenzó a andar hacia el pupitre de Alex, con Niall en los talones, pero cuando faltaban dos metros, se dio la vuelta rápidamente, chocando con el pecho de él. - No, no, no, no puedo. Que en serio, me estoy poniendo nerviosa. - Niall puso una mano en cada mejilla de la chica, obligando a alzar la vista y mirarle. Ella se perdió en el azul celeste que sus ojos transmitían. Él, con dos dedos, apartó un mechón de pelo que se había escapado de la trenza de la chica, y lo colocó tras su oreja. Difícilmente se podrían esconder los dos círculos colorados de sus mejillas que se habían formado por el contacto entre ellos dos.

- Ey, si no quieres hacerlo está bien, nadie te obliga. Simplemente que sería bueno dejar las cosas zanjadas entre vosotras ya que ahora vas a pasar mucho tiempo conmigo. - Cecilia se mordió el labio a la vez que sonreía.

- ¿Y quién te ha dicho que yo quiera pasar tiempo contigo, Horan? - él frunció el ceño pero después volvió a relajar sus facciones.

- Nadie, pero sé que no aguantarías alejada de mí ni medio día. - ella soltó una carcajada y se acercó peligrosamente al chico, casi apoyando su frente en la de él.

- No te hagas tantas ilusiones rubio, que llevamos muy poco tiempo llevándonos bien. - Niall negó con la cabeza, viendo como ella rehacía sus pasos y se acercaba a la mesa de Alex. La siguió. - Em... Alex... - dijo ella tímida. La otra la miró, frunció el ceño y después miró a Niall. Cecilia también desvió la mirada un segundo para mirar al chico - Es que... - suspiró - Ya sé que no hemos empezado con buen pie, pero... - empezó a jugar con sus dedos de la mano, mientras movía lentamente hacia los lados la rodilla. - Que lo siento por todo... Y tal... - Cecilia volvió a mirar un microsegundo a Niall, quién sonreía. Alex abrió la boca, aún más confundida que antes, y la cerró - La cosa es que a mi me gustaba Harry, y supongo que estaba celosa, y ahora como que ese sentimiento se ha evaporado, por decirlo así, - rió y puso una mano en su nuca. - Y era eso...

- P...Pues... - titubeó Alex - Yo... También lo siento, por si alguna vez yo tampoco me he portado bien contigo.

- Asi que tregua, ¿no?

- Tregua - Cecilia asintió sonriendo y se mordió el labio, después, vergonzosamente, se dio la vuelta y comenzó a andar hacia su sitio. Niall iba a ir con ella, pero Alex le cogió de la mano. - Esto es cosa tuya, ¿verdad? - Niall le dedicó una sonrisa ladina y alzó los brazos, como si quisiese decir que él no tenía nada que ver en eso, aunque así fuera. Después se dio la vuelta y comenzó a andar hacia su sitio, que estaba al lado del de Cecilia.



Alex cambió la dirección de su mirada, un poco perpleja. No se esperaba eso, aunque la verdad era que a estas alturas, poco podía sorprenderla. 
Y es que ayer con Harry... Los dos tan cerca... ¿Qué conchas pasaba? Estaba segura de que si no hubiera aparecido Sophie, hubiese ocurrido algo más.
Aunque a ver, hay que analizar profundamente la situación. Alex estaba en esos días del mes en los que una tiene sus emociones ampliadas. Y claro, si de repente te encuentras a un maromo de primera enfrente tuya sin camiseta, cogiéndote de la cintura, con ese torso tatuado, los rizos salvajemente amenazando el poco espacio que había entre ellos, esos ojos verdes que taladraban palabras que hipnotizaban aún sin abrir la boca, ¡y hablando de bocas! Esos labios tiernamente coloreados de un tono carmesí, que se teñían una milésima de segundo cuando Harry los mordía suavemente...
Alex sacudió la cabeza rápidamente, apartándose sus pensamientos.

'¡Cojones! ¡Puta regla de las narices! Ojalá que me venga la menopausia ahora...' pensó.

Unas manos se pusieron en sus ojos, impidiéndola ver. Alex olió el aroma que desprendía la persona que estaba detrás suya y sonrió sin mostrar los dientes.


- Mmmm.... One Million... Hola Zayn. - dijo ella. El chico apartó sus manos y le dio un beso en la mejilla, a modo de saludo, después se colocó delante de ella con los brazos cruzados, apoyados en la mesa mientras se encogía de cuclillas.

- Vaya, tendré que dejar de usar esa colonia para que no me reconozcáis. 

- ¡No! - dijo Bianca apareciendo a su lado.

- Hola pelirroja - saludó Alex.

- Que sepas que por ti, me la seguiré echando - habló Zayn aún sobre la colonia, mirando a su mejor amiga - Para que puedas seguir poniéndote cachonda con mi olor. - Alex se rió y la otra frunció una ceja.

- Perdona, - Bianca alzó un dedo y apuntó hacia Zayn - pero si quiero que te la eches es para cubrir ese olor de chucho sudado que se folla a todo lo que se mueve. - el chico se rió y puso un brazo por encima de los hombros.

- ¿A que cuando la conociste nunca pensaste que llegaría a decir eso? - dijo Zayn divertido a Alex.

- La verdad es que no. - Zayn miró de arriba abajo a Bianca.

- Esto no puede ser. ¿Bianca sin llevar una sudadera hoy a clase? ¿Y con falda? - ella chasqueó la lengua. 

- Es que ayer acabé con la regla y prefiero usar pantalones cuando la tengo.

- ¡Ey, a mí me vino ayer! - dijo Alex feliz.

- De repente me han venido unas ganas de vomitar. ¿De qué será? - ironizó Zayn, para después empezar a caminar hacia su sitio, sacando alguna que otra sonrisa a las dos chicas. Bianca se sentó en su pupitre, al lado de su amiga.

- Vale, ya podemos hablar tranquilamente - dijo ella - Cuéntame qué tienes con Harry - obviamente a ella le interesaba ese tema, pues si a Alex le gustaba Louis, pero después había un rollete raro con Harry... Pues como que algo no cuadraba, y el pobre Louis... Por otra parte, los recuerdos acudieron a la mente de la chica del pelo rubio oscuro, recordando como después de que Bianca se fuera, ella no podía ni mirar a Harry, mucho menos a Sophie, y tuvo que pasar una cena con la cabeza agachada, sin casi alzar la vista para que no notasen en sus ojos ese rubor y esa vergüenza que tenían. 

- ¿Qué? Yo no tengo nada con él... - se excusó Alex, tan poco creíble como que Hitler fue un ser pacífico. Bianca arrugó el ceño.

- ¿Y lo de ayer qué? Porque que yo recuerde, yo no me pongo tan cerca de un chico con el que no tengo nada con él.

- Fue simplemente que yo estaba en el armario y él apareció, me iba a caer y me sujetó.

- Tía, se notaba la tensión sexual que había en el aire.

- ¿¡Que!? - gritó Alex, provocando qeu todos los de la clase la miraran.

- Lo que oyes.

- Chst, ¿tensión sexual? ¿Con el charlito montaperros ese? - soltó una carcajada falsa - Por favor... Si es insoportable, y el tampoco me soporta.

- Bueno, yo hablo de lo que vi.

- Pero muchas veces las cosas se distorsionan y se confunden. ¡Mira, ahí está Liam! - dijo cambiando de tema rápidamente, y suspirando después. El chico llegó hacia ellas, pero al contrario de ayer, no sonreía, y estaba serio.

- Hola Payne - dijo Bianca.

- Hola - contestó él serio. Encogió sus brazos y entrelazó sus dedos, después apoyó los codos en la mesa.

- ¿Estás bien? - preguntó Alex.

- Oh, sí, claro. Claro que estoy bien, ¿por qué no estarlo? - dijo fingiendo un estado alegre muy repentino, con una sonrisa falsa. Algo ocultaba. Alex y Bianca decidieron dejar el tema y se acercaron, para susurrar entre ellas dos.

- ¿Qué crees que le pasa? - preguntó Alex.

- Victoria, seguro.

- Ya, yo también pensaba eso. ¿Conseguiste hablar con ella ayer?

- Le envié un Whatsapp, pero dijo que ya nos contaría otro día.

- Ya, a mi me dijo algo parecido.

- ¿Crees que lo que le pasó ayer a Victoria también está relacionado con Liam?

- Obvio. - Alex se quedó pensando unos segundos - Es como si nos ocultasen algo, como si hubiese pasado algo entre ellos y que lo ocultan - Bianca asintió dándole la razón, sin ser conscientes de que averiguarían todo muy pronto.



(...)



Harry se levantó en cuanto sonó el timbre se puso de pie, y se acercó a la mesa de Louis. Esperó a que colocase todo y juntos salieron de la clase.


- Vamos hacia el sitio de siempre, ¿no? - preguntó el chico de rizos.

- Sí, pero espera que voy a ver si sale Alex - Harry resopló ante esto. Louis le miró - Deberías intentar llevarte mejor que ella, al fin y al cabo ahora es parte de tu familia - el chico abrió la boca para contestar, pero la cerró. Si Louis supiese la verdad, no le diría a Harry que intentase llevarse mejor con ella, obviamente.

- Ya bueno - fingió una sonrisa - Tiempo al tiempo. Yo... Voy a ir yendo hacia nuestro sitio.

- Vale - contestó Louis con una sonrisa. Este fue hacia la puerta de enfrente, y no tuvo que esperar mucho hasta que vio a una chica más menudita que él, con el pelo bastante largo y liso, saliendo de clase, con Bianca, Niall, Liam y Zayn detrás.

- ¡Lou! - gritó ella en cuanto le vio. Se lanzó hacia él y le abrazó - Ayer fue raro sin que estuvieses.

- Ya bueno, estaba malo - levantó la mano e hizo comillas - ¡Carrot! - le dijo a Bianca a modo de saludo. Ella se sonrojó discretamente.

- Hola Louis - saludó tímida. Este después fue saludando  los demás chicos, que le recibieron con una sonrisa. Todos juntos comenzaron a andar hacia su mesa de siempre, en la cual esperaba Harry. Alex en cuanto le vio, apartó su mirada, mientras su cuerpo se encogía en el interior. Genial, no podía ni mirarle, mucho menos hablar con él. 

- Ahora vuelvo - dijo Niall apoyando durante un segundo una mano en la espalda de Zayn. Después de eso se dispersó, yendo hacia otro sitio.


Niall comenzó a caminar, acercándose a la zona deportiva, en la que estaban las pistas de baloncesto y de fútbol. Se apoyó en un árbol que había por ahí y encogió su pierna izquierda. Sus manos las refugió en sus bolsillos, y esperó. 
Esperó hasta que cierta chica pasó delante de él.
Niall la miró mientras ella andaba. No se percató de su presencia hasta haberse alejado dos metros de él. Entonces Cecilia se paró y se giró, mirándole. Empezó a acercarse poco a poco.


- Mmmm ¿hola? - dijo ella cruzando los brazos.

- Buenas, señorita. - saludó él. Ella inclinó la cabeza brevemente.

- ¿Qué haces aquí?

- Buscarte.

- Ah... - relajó los brazos - ¿Y eso por qué?

- Tenía que decirte algo.

- ¿Y me lo vas a decir.

- Ah, es verdad. - Cecilia rió ante el despiste de él. - Aún tenemos que acabar el trabajo, y tiene que ser hoy o mañana.

- ¿Y el fin de semana? - preguntó ella. No es que hoy no quisiera quedar con él, pero simplemente tenía curiosidad.

- Me voy a Irlanda - ella levantó una ceja.

- ¿Y eso?

- Soy irlandés - Cecilia chasqueó la lengua.

- Niall, eso ya lo sé. - él sonrió.

- Tengo un bautizo de un primo - ella asintió. 

- Entonces hay que quedar hoy.

- O mañana.

- Prefiero hoy. Además, mi hermana tiene ballet y mis padres siempre van a verla en las prácticas - Sintió un pinchazo en su interior. Pocas veces sus padres habían ido a ver cómo hacía ballet en los entrenamientos cuando era pequeña.

- Vamos que tu casa está sola - ella asintió - Y por fin podré ver tu cuarto y descubrir si escondes algo. Un diario, bragas sucias y roñosas, algún cadáver... - Ella rió.

- Es un cuarto normal.

- Ya lo comprobaremos hoy. Por cierto, vente con nosotros.

- ¿Qué? - preguntó ella confundida. Niall hizo un gesto con la cabeza hacia la mesa en la que estaban sus amigos. 

- Pasa el recreo conmigo y mis amigos.

- Ah no. No, no, y no. 

- ¿Por qué? - preguntó él bajando la pierna.

- Pues porque no. Aún no.

- Vale, yo no te presiono ni nada - ella le miró bajando las cejas, con una pequeña sonrisa.

- Bueno, yo me voy yendo. En mi casa, a las cinco. ¿Sabes dónde es? - Niall asintió.

- Sí, se donde está por alguna fiesta que habrás hecho.

- ¿Te invité? - dijo ella confundida. Niall se rió.

- No, bueno, me colé.

- Vaya, un irlandés con complejo de allanador de morada - Niall sonrió encogiéndose de hombros. - Bueno, adiós Niall - dijo Cecilia con amago de irse.

- Adiós. - Cuando ella se fue, Niall se dio la vuelta y volvió a caminar hacia la mesa, en la que estaban los demás. Ellos hablaban sobre algo, pero se callaron al ver a Niall - ¿Qué decíais? - preguntó él.

- Alex nos contaba como Ceciilia y ella habían hecho las paces - dijo Louis. Niall se sentó.

- Y que ya no está interesada en Harry - añadió Zayn.

- ¿A por quién creéis que va ahora? - Bianca preguntó alzando las cejas.

- A por Niall - contestaron todos al unísono menos el rubio.

- ¿Qué? - dijo despistado - No.

- Yo creo que sí, habláis mucho últimamente en clase - dijo Alex.

- Que va - se defendió Niall.

- ¿Y no habías quedado toda esta la semana con ella? - dejó caer Liam al aire.

- Sí, bueno, pero por el trabajo...

- ¿No me dijiste algo de que se quedó dormida o algo así, y tu la tapaste, y que después se despertó y tocaste la guitarra? Parece que no estuvisteis muy ocupados haciendo lo de literatura. - Niall fulminó con la mirada a su amigo.

- ¡Yo no me enteré de eso! - dijo Alex.

- Mmmm, es que fue algo sin más.

- Yo creo que le gustas - dijo Bianca. Todos asintieron.

- ¿Cómo voy a gustarle si hace menos de una semana me odiaba?

- Dicen que a veces, cuando alguien odia a otra persona es para ocultar lo que siente - dijo Harry, mirando por el rabillo del ojo a Alex, quien tensaba la mandíbula, por el comentario de él 

- Pues este no es el caso.

- Pero a ver, tío, ¿a ti te gusta?

- A ver, coño, no me gusta...

- ¿Te parece guapa y que está bien? - dijo Zayn. Niall suspiró.

- Joder, es guapísima, ¿y has visto qué cuerpo? - empezó a modelarlo con las manos - Madre mía, es un monumento - todos se le quedaron mirando con una ceja levantada. - ¡Pero eso no significa nada! - aclaró él.

- Ya, ya... - dijo Alex con sospecha - ¿Y te parece agradable, no sé, maja? - Niall sonrió.

- Es increíble, puedo hablar con ella de todo. 

- Vale Niall, - dijo Louis levantándose. - Esa chica te gusta - dio una palmada en su espalda - Oye, voy al baño. - todos asintieron y se fue bajo la mirada de Alex.

- No me gusta - dijo finalmente Niall, resoplando - ¡Y vamos a dejar ya el tema! - todos se miraron con una sonrisa, pero después empezaron a  hablar sobre lo que iban a hacer el fin de semana. Pasados unos minutos, Alex notó cómo infinidad de pequeñas cosas se colaban por el cuelo de su camiseta, por la espalda. Se dio la vuelta rápidamente.

- ¡Louis! - gritó ella dándose la vuelta,y pillando al chico con un manojo de hierba en la mano, parte de él fue antes vertido por la espalda de la chica. Él se reía. Alex sacudió su prenda, sacando las hebras del cesped. - Eres tonto... - dijo conteniendo una risa. Después saltó el bando de madera en el que se sentaba segundos atrás y empezó a perseguir al chico, que salió corriendo. Empezaron a dar varias vueltas por el patio. Él estaba en buena forma, por lo que corría bastante, pero Alex no se quedaba atrás. Volviendo cerca de la mesa en la que estaban, Louis se refugió detrás de un árbol, pero la chica le vio, por lo que se acercó por la izquierda, sorprendiéndole. - Con que metiéndome hierba, ¿eh? - Louis soltó una carcajada.

- Eso ha sonado a fumeta que te cagas. - Alex sonrió.

- La verdad es que sí. - Louis miró hacia los lados. Alex estaba contra él, presionándolo contra el árbol. - Me siento como una nena en esta posición, ¿sabes? - ella frunció el ceño.

- ¿Qué? - Louis puso sus manos en las caderas de ella e invirtió los roles, colocando la espalda de Alex en el árbol, sin quitar las manos.

- Así mejor.

- Te mola el rollo de ser el macho alfa, ¿no? - él se encogió de hombros sonriendo. Se fijó en el cuello de la chica.

- Oh, se te ha quedado... Tienes... Ahí... - Louis levantó una mano y la acercó a la curva del cuello de la chica. Después, con los dedos, desprendió una hojita que se había quedado adherida a su piel. Alex se estremeció ante el contacto, a la vez que se ruborizaba. Levantó la cabeza y le miró fijamente.

- Tienes unos ojos increíbles, ¿sabes? - él chasqueó la lengua.

- Me gustan más los tuyos, verdes. - Louis pasó el perfil de su dedo índice izquierdo por el hueco que exitía entre la ceja y el párpado de la chica. Alex giró suavemente la cabeza, mordiéndose el labio y sonriendo por las pequeñas cosquillas que originaron ese simple toque. Louis bajó la mano hasta acunarla en la mandíbula de ella, e hizo que le mirase. Había esperado este momento mucho tiempo. Bueno, dos semanas, pero que para él se le habían hecho eternas. Quién lo diría... Dos semanas y estaba a punto de besar a aquella chica que le había gustado desde que Harry le enseñó la foto de ella. Harry, desde la mesa en la que estaba, observaba todo con recelo. No, no iba a permitir que pasase. Se puso de pie y anduvo hacia ellos.

- ¡Alex! - gritó. Ella le miró, apartándose un poco de Louis, con una mueca en la cara. Ya era la segunda vez que le cortaban en un momento como ese. - Mmm... - Harry pensó en qué decir. Sintió en él la mirada de Louis como diciéndole que ese no era buen momento para interrumpir. - ¿Qué hora es? - La chica soltó un suspiro.

- ¿Los demás no tienen reloj? - preguntó Louis.

- Dicen que tienen mal la hora. 

- Son las doce menos cinco - contestó Alex resoplando - El timbre debe sonar ya... - Y así fue, pues la musiquita que decía que tenían que volver a clase estaba sonando. Louis y Alex se despegaron, comenzando a andar. Harry se quedó parado, y cuando Louis pasó por su lado, se paró también. Le puso una mano en el hombro.

- Tío... - dijo pero con una sonrisa - Estábamos a punto de besarnos. 

- Ah, si, lo siento... No me había fijado - mintió Harry quedándose callado después.




(...)



Las clases acabaron, pero aún quedaba mucho día por transcurrir. El grupo de amigos se encontraba en la salida del colegio, reunidos. Iban a despedirse, cuando Louis se acercó a Alex.


- ¿Te vienes a comer por ahí conmigo? 

- Eh claro, ¿pero y mis cosas? - preguntó. Louis se quedó pensando. Cogió la mochila de ella y se acercó a Harry.

- Harold - dijo sonriente. Este se giró - Me voy a llevar a Alex a comer por ahí, podrías llevar sus cosas a casa? - Harry abrió la boca, formándosele la ira en la punta de la lengua. Sabía lo que iba a pasar hoy, entre ellos dos.

- Claro - no tuvo más remedio que aceptar. 

- Gracias - dijo el chico. Harry dedicó una mirada a Alex, que estaba a un metro y medio de distancia. Publicó una mueca de disgusto, a lo que ella reaccionó bajando la mirada. Después se despidió de los demás y empezó a caminar hacia casa.


Maldecía por lo bajo, cagándose en todo lo cagable.
La iba a perder...

'Chst, alto ahí' se dijo así mismo.

Y es que en realidad nunca la había tenido. ¡Pero joder! ¿Qué intentaba conseguir siendo insoportable con ella!
Solo había conseguido que Alex se centrara más y más en Louis.
Aunque lo que casi ocurrió ayer... le dejaba en dudas.
A ver, ¿se aclaraba o no?
Unos días dice que va a intentar ser borde con ella para no crear sentimiento alguno, pero ayer estuvo a punto de besarla.
Y el sabía que si una vez la besaba no podría parar, que llegaría hasta lo máximo.
Ay Dios... La piel de Harry se puso de gallina con solo ver las imágenes que se le pasaban por la cabeza.
¡Mierda!
¿Por qué todo era tan difícil?
Es que Alex y Louis seguro que hoy acababan saliendo, y claro, Louis no es virgen, y está claro que Alex tampoco, por lo que cuanto antes acabarían esos dos en una cama y eso ya sí que no podía soportarlo.
Aunque bueno, ayer le pareció ver a Alex perdirle tampones y compresas y cosas así a Grace, asi que tiene la regla por ahora.
Bien, eso le dará ventaja a Harry.

Entró por la puerta de su casa malhumorado, tirando la mochila de Alex y la suya al suelo.
La imagen de Louis y Alex dandose un posible beso no se apartaba de la cabeza. 
Con ira, dio una patada a la pared, haciendo que una pequeña mesilla a su lado temblase un poco, y que por milésimas casi se caiga un jarrón con flores.
Harry oyó un carraspeo y giró al cabeza, encontrándose a Sophie delante de él.


- ¿Y Alex? - preguntó ella.

- Ha ido a comer con Louis.

- Oh, ya entiendo todo - dijo con una maliciosa sonrisa.



(...)



- Me aburro - dijo Niall echándose hacia atrás en la silla. Había llegado a casa de Cecilia hace casi una hora. Tras un tour por la casa, subieron al cuarto de ella. Niall se quedó maravillado viéndolo, observando posters de grupos que a él también le gustaban, fijándose en la guitarra acústica azul metalizado que estaba sobre su cama, el desorden que había... Seguramente, nadie se imaginaba que la habitación de ella fuese así, bañada en tonos morados y blancos, con cierto caos. Niall la verdad es que se imaginaba un cuarto rosa y una cama con dosel, pero una vez más, Cecilia le sorprendía.

- Ya, yo también. Estoy de Edmund Spenser hasta los cojones - expresó Cecilia también echándose hacia atrás.

- No nos queda mucho, la verdad - ella asintió.

- ¿Tienes hambre? - preguntó.

- ¿Acaso lo dudabas? - dijo Niall con una sonrisa. Cecilia puso los ojos en blanco y se levantó de la silla. Después salió de su cuarto, para dirigirse a la cocina, donde cogería algo.


El chico, mientras tanto, se puso de pie y empezó a inspeccionar el cuarto. Se fijó en la balda de madera sobre la cama, llena de libros, los cuales gran parte él se había leído. Miró las fotos pegadas a la puerta del armario. Casi todas eran de Cecilia con gente, Tania y Emily salían en varias, y a Niall se le formó una desilusión al ver que él no estaba en ninguna.
Siguió viendo cosas, hasta que reparó en la pata de la mesilla de noche, que descansaba junto a la cama de sábanas lilas. En el suelo, había una prenda de color negro, hecha un ovillo. Él se agachó y la agarró. Era de un tacto rudo y un poco áspero, pero suave y cómodo a la vez. Niall lo estiró para ver qué era, y se llevó una sorpresa al descubrir un sujetador.

'Hostia puta... ¡Es enorme!' pensó.

Se quedó observando la prenda, repasando los bordes de encaje con el dedo. Abrochó y desabrochó el cierre dos veces. Después, agarrándolo de las copas, se lo colocó encima de su abdomen durante un segundo.


- ¿Qué estás haciendo? - dijo Cecilia a su espalda, llamándole la atención. Niall se sobresaltó, dándose la vuelta, escondiendo el sujetador con sus manos detrás de su cuerpo.

- Nada - respondió casi balbuceando. Ella, quien tenía en la mano un paquete de galletas Principe, elevó una ceja.

- ¿Qué es lo que tienes ahí? - dijo acercándose. Niall sacó la mano derecha y se la enseñó.

- Nada.

- En la otra. - Niall escondió de nuevo la mano derecha, puso el sujetador en ella y sacó la izquierda.

- Como ves no hay nada. - Cecilia reprimió una mueca y dejó las galletas sobre la mesilla, acercándose más a él.

- Levanta las dos manos a la vez - ordenó ella. Niall palideció. La miró dubitativo, y acabó bajando la mirada. Después enseñó su mano izquierda, con la prenda en ella. - ¡Esto es mío! - dijo arrebatándoselo.

- Es... Estaba en el suelo - dijo Niall avergonzado. Cecilia intentó contener una risa.

- Asi que... Tú, has cogido mi sujetador... Lo tenías en las manos... - él asintió - Mi sujetador - volvió a marcar.

- Sí... - ella soltó aire divertida.

- Intentaré interpretarlo de la mejor forma. - se dio la vuelta y guardó la ropa interior en el cajón. Volvió a girarse y agarró una galleta, empezando a comer. Niall seguía ahí, sin moverse. - Ay, no te preocupes - dijo pasándole una galleta que él aceptó - Ni que fuese el primer sujetador que tocas, ¿verdad?

- ¡No! Si yo... Yo he tocado cientos de sujetadores, vamos... - ella frunció el ceño y él abrió mucho los ojos - ¡No, no quería decirlo así! No cientos, a ver, no quiero que pienses que soy un golfo cabrón... ¿Puedo coger tu guitarra? - dijo para cambiar de tema rápidamente.

- Ah, si claro. - Niall se dio la vuelta y cogió la guitarra, sentándose en la cama con las piernas cruzadas. Cecilia hizo lo mismo, poniéndose en frente de él. El chico pasó las manos por las cuerdas, rasgándolas suavemente. Pero paró y miró a la chica.

- Te toca a ti tocarme algo con la guitarra.

- No, no, no. - se negó ella.

- ¿Por qué?

- Porque no.

- ¿Esto también te da vergüenza? - dijo él con picardía. Ella se sonrojó, pero rápidamente se estabilizó.

- ¡No tengo vergüenza! - agarró el instrumento y lo colocó sobre tus piernas. - ¿Que quieres que toque?

- No sé, lo que quieras, tu canción favorita, no sé.

- Mmm... - se quedó pensando.

- Cantarás también, ¿no? - ella le dirigió una mirada de odio. - Vale, vale, solo era una pregunta - dijo divertido. A cecilia ya se le ocurrió que canción tocar, y empezó a rasgar las cuerdas para ver si estaba afinada, que así era.

- A lo mejor no la conoces, pero bueno. 

- Te sorprendería la cantidad de canciones que conozco. - ella rodó los ojos y empezó a tocar. - ¿You de The Pretty Reckless? - adivinó con rapidez. Ella asintió sonriendo. - No me sé la letra pero no hay problema con eso. - Sacó su móvil y la buscó en internet en un momento. Empezó a cantarla ajustándose al trozo que estaba tocando ella. Para Cecilia era un sueño. Niall, con esa voz que tenía, cantando su canción favorita. Era tan genial como tener algún animal raro de mascota, no sé, como un koala o algo así. Niall seguía cantando, y ella tocaba los acordes, y sin controlar la situación, algunas palabras de la canción salieron de su boca. El chico se calló simplemente para escucharla. Cecilia se dio cuenta de esto y paró, hecha un tomate.

- Ay madre que vergüenza... - dijo ella frotándose la frente.

- No, - negó él - me gusta cómo cantas.

- Si claro, salvo que te guste el ruido de una foca gritando mientras es atropellada... - Niall sonrió. Iba a contestar pero su móvil empezó a sonar, con It's Time de Imagine Dragons - ¡Ey, la canción de tu baile irlandés! - dijo ella contenta. 

- Hostia, es verdad. - Niall agarró el teléfono y miró lo que había recibido - Nada, un mensaje de mi hermano. 

- Niall... - dijo ella tímida.

- ¿Sí?

- ¿Puedes bailar de nuevo tu baile? Es que me encanta - el chico sonrió, se bajó de la cama y se puso de pie, y empezó a hacer saltos y movimientos que formaban esa extraña danza que se le daba tan bien. Cecilia también se incorporó, dejó la guitarra en su soporte y se subió a la cama, empezando a intentar imitarle. - Dios, en mi vida me saldrá. - dijo, pero no paró, sino que en vez de hacer el baile irlandés, comenzó a saltar de forma normal sobre la cama. Niall se le unió.

- Algún día, ya verás. - ambos empezaron a saltar sobre el colchón, encogió las piernas y dando pequeños gritos de euforia, o al menos ella. 

- Imagina que ahora te das con la cabeza en el techo y mueres. - el rió.

- Sería divertido - ella hizo una mueca

- No tienes remedio - siguieron saltando.

- A este paso vamos a romper la cama - dijo Niall - Y tu familia pensaría algo indebido. - Cecilia soltó una carcajada. Estiró las piernas y se dejó caer de culo sobre el colchón, soltando un gruñido después. Niall hizo lo mismo quedando tumbado a su lado. También se quejó.

- Ha dolido caer así - dijo ella. Él lo secundó.

- ¿Sabes qué? - preguntó él - Mis amigos creen que nos gustamos, ¿no es absurdo? - dijo con diversión.

- Eh... Sí claro. Si yo hace una semana ni te soportaba.

- Exacto - contestó él - Además, ¿es que acaso un chico y una chica no pueden llevarse bien sin que haya nada de por medio?

- Ya... Eso pienso yo... - dijo ella con un poco de menos ganas que antes. De repente oyó algo, la puerta de la entrada cerrarse. - Mierda.

- ¿Qué pasa?

- Mis padres y mi hermana. - suspiró. Mierda mierda y mierda. ¡Se supone que el ballet acababa a las seis y media, y eran solo las seis! - Tengo que bajar a saludar.

- Claro, voy contigo. - ella resopló.

- Oye, si mi madre o mi hermana te dicen algo, no lo tengas mucho en cuenta, ¿vale? - dijo. Niall hizo un gesto restándole importancia. Ambos bajaron las escaleras, Cecilia un tanto asustada. - Mamá - dijo ella desde la escalera. Su madre estaba de espaldas, quitandole la chaqueta a Kate. 

- Ah hola. Hemos llegado antes porque una niña se ha hecho un esguince y se ha suspendido el resto de la clase - dijo. 'Justo hoy' pensó Cecilia. Su madre se dio la vuelta y alzó mucho las cejas, al ver al chico que estaba tras ella.

- Hola Cecilia - dijo el padre poniéndose al lado de la madre. Kate en ese momento huyó y fue hacia el sofá del salón.

- ¿Quién es este chico? - preguntó la mujer fríamente. Cecilia abrió la boca, pero Niall se adelantó bajando lo que quedaba de escaleras, y aproximándose a ellos. 

- Hola, soy Niall, encantado - dijo educadamente. Tendió una mano hacia el padre, quien la aceptó. Pero en cambio la madre ni se inmutó, mirándole por debajo de las pestañas. Cecilia se acercó a ellos.

- ¿Este es el chico al que vez todos los días? - preguntó fríamente la figura materna.

- Mamá, estábamos haciendo un trabajo - aclaró Cecilia. - Solo hemos quedado esta semana - ella chasqueó la lengua y se dispuso a valorar al chico de cabeza a los pies, con cara de desagrado.

- Mmm, yo creo que debería irme - dijo Niall. Cecilia le dedicó una mirada como pidiéndole perdón, y él sonrió. - Voy a por mis cosas.- se dio la vuelta y empezó a subir las escaleras. La madre de Cecilia miró a esta con enfado.

- ¿Desde cuando tienes el permiso de traerte chicos a casa? - dijo rudamente.

- Mamá. Era Un. Trabajo. De. Clase. - su padre la miró, pero callado. Siempre era su madre la que tenía el control en estos asuntos.

- Sí, claro. ¿No ves que se quiere aprovechar de ti? - Cecilia tensó la mandíbula.

- No conoces a Niall, él no es así.

- Ya, ninguno es así hasta que te dan la sorpresa. - suspiró - No quiero que estés con ese chico, que solo te va a querer para lo que le interesa - cruzó los brazos. Estaba hasta las narices de su madre.

- ¡Aquí estoy! - dijo Niall sonriendo, bajando las escaleras. Llegó hasta la entrada. - Bueno, me voy. Te veo mañana, y hay que acabar el trabajo - Cecilia asintió, mientras él, de repente, le daba un beso en la mejilla.  - Encantado - hizo un movimiento con la cabeza hacia sus padres.

- Igualmente - respondieron ambos, uno más falso que otro. Niall sonrió y fue hasta la puerta, agarró el picaporte y abrió, pero antes de salir se dio la vuelta. 

- Tienen una hija increíble, en serio. Sé merece todo lo bueno y mucho más. El chico que acabe siendo su novio será muy afortunado - y tras decir eso, finalmente se fue, dejando a Cecilia con una sonrisa, y a los padres con la palabra en a boca.



(...)



Alex subió las escaleras y entró en su cuarto, más feliz que nunca. Se quitó la chaqueta y la puso sobre la cama, después empezó a hacerse una coleta. 
Se dio la vuelta al oír como su puerta se cerraba, y se encontró con Harry de pie, enfrente de ella, mirándola.
Resopló.


- ¿Nadie te dijo que es de mala educación entrar en cuartos sin llamar?

- Desgraciadamente no - dijo con una sonrisa. 

- Bueno, pues ahora te lo digo yo, y si me hicieras el gran favor, ¿podrías irte? - él negó con la cabeza y se acercó a ella.

- ¿Qué tal con Louis? - preguntó. Rápidamente los recuerdos de aquella tarde se juntaron en la cabeza de Alex, recordando todo.



*Flashback*

Alex y Louis paseaban por la calle, no muy lejos de la casa de la chica. Habían comido en un Vips, entre anécdotas, risas y miradas cómplices. Todo el mundo que estuviese junto a ellos notaban lo que crecía entre ellos. 
Mientras caminaban, iban comiéndose un helado cada uno, ambos pagados por Alex, ya que el chico invitó a la comida, aunque Alex se negase, pues no le parecía justo.

Louis miró su helado de galleta María, y después miró a Alex, que estaba adorable lamiendo su cucurucho de pomelo rosa.


- Alex - la llamó. Ella se giró junto para notar como el helado de Louis manchaba su nariz. 

- Primero la hierba, ahora esto... ¿Qué va a ser lo siguiente? - dijo con una sonrisa mientras se limpiaba. Mojó su dedo en la fría textura y con él, pintó la mejilla del chico. - Ala, maquillado. - Louis recogió el helado y chupó su dedo índice. 

- Mmm... Me gusta. Me lo cogeré de pomelo rosa la próxima vez. 

- ¿Sabes qué? Cuando me has manchado de helado me ha recordado a la película de Cartas a Julieta.

- ¿Por qué? 

- Pues los protagonistas hacen eso. - Louis cambió su posición y se puso enfrente de ella, muy cerca.

- ¿Y qué pasa después? - dijo pasando una mano por la cintura de la chica y pegándola a su cuerpo.

- Pues... Acaban juntos.

- Y... ¿En algún momento se besan? - preguntó Louis con picardía. Alex abrió la boca soltando un jadeo cuando él la apretó más a él, y asintió, nerviosa, sabiendo lo qeu pasaría en breves. - Entonces se manchan de helado... Y se besan...

- Sí... - dijo casi en un susurro. 

- Yo ya te he manchado de helado, ¿lo justo no sería que ahora te besase? 


A Alex no le dio tiempo a afirmarlo, ni siquiera a sonreír, porque Louis, que no podía aguantar más las ganas, se lanzó delicadamnte a ella, besándola. Por fin sus bocas estaban juntas, por fin la lengua de cada uno danzaba con la del otro. Por fin Louis apoyaba la mano en la espalda de la chica y se juntaba, sin intentar aguantar sus necesidades. Por fín Alex pudo levantas sus dos manos y colocarlas en el cuello del chico, mientras era besada por él. Siguieron así unos segundos más, no muchos, porque Louis se separó soltando un gemido. 

- Alex, dime que tiraste el helado antes de poner tu mano en mi nuca. - Ella abrió al boca, despistada, y tiró el cucurucho al suelo. Intentó contener su risa, que en parte era por lo del helado, en otra parte era por haber besado a Louis.  El chico se pasó una mano por donde estuvieron los brazos de Alex antes, y lo notó mojado, tanto su cuello como parte del pelo. Pasó la manga y se limpió, después vio la mancha, que era grande. Alex abrió mucho los ojos al verla, y después miró a Louis, quien tenía una ceja levantada. Este dejó deslizar su helado hasta el suelo, y Alex dio un grito ahogado, antes de empezar a correr, con Louis tras ella. No pasó mucho tiempo hasta que él la alcanzó, debido a que corría más. Ya era la segunda vez que se perseguían entre ellos en aquel día. Louis llegó hasta ella y la cogió, dándola una vuelta en el aire, acompañada con la risa de ella, que era lo más precioso que Louis podía escuchar en aquel momento. La puso enfrente suya y colocó una mano en su mejilla y otra en su nuca. Ambos se miraron, siendo conscientes de que el mundo se paraba ante ellos, de que era como si estuviesen solos. Apoyaron la frente el uno en el otro, cerrando los ojos, antes de volver a besarse. Y esta vez, durante mucho, mucho más tiempo.

*Fin del Flashback super mega guay*




- No te incumbe. - respondió con frialdad volviendo a la realidad.

- ¿Estais juntos? - preguntó, aunque parecía más una afirmación que una pregunta.

- No. Te. Incumbe - marcó de nuevo. Harry se acercó más a ella, cogiéndola de los hombros y pegándola a la pared. Alex gruñó intentando liberarse de la jaula hecha con los brazos de él, pero el esfuerzo fue nulo.

- En realidad si me incumbe, porque tú ahora eres como de la familia y Louis es mi mejor amigo asi que... - Alex se distrajo un segundo bajando la mirada y observando como las palabras salían de los labios de Harry - ¡Ey! - dijo él animado - Me has mirado la boca, ¿me lo tomo como que quieres besarme? - ella abrió la boca indignada, se cruzó de brazos y le miró a los ojos.

- No digas gilipolleces - gruñó. - Es que tenías algo, chocolate quizás, o algo así. - contestó borde.

- Sabes que no... - él rió - Aunque muchas veces me han dicho que tengo una boca sucia... - sonrió lascivamente y pasó un dedo por el borde de la mandíbula de ella. 

- ¡Como si tienes granos en la punta del pito! - contestó ella empujándole. Se estaba poniendo nerviosa con tanta cercanía y con su toqueteo con el maldito dedo. 

- Aún no me has contestado. ¿Estáis juntos? - dijo ahora serio Harry.

- Pues mira, sí, estamos juntos. ¿Vale? - contestó duramente. Alex notó como Harry tensaba la cara y bajaba las cejas, además de entrecerrar los ojos. - Oh vaya, ahora te has enfadado. ¿Te has puesto celoso? - se burló.

- Más te gustaría que yo estuviese celoso. Tú no me interesas, ni lo más mínimo. Ni guapa, ni agradable, ni buen tipo - mintió - ¿Qué ve Louis en ti? - dijo enfadado. No quería que ella y Louis fuesen novios.

- ¿Sabes qué? Me das pena - dijo con fuerza - Si no querías que estuviese con Louis y sí contigo, podrías al menos haber intentado algo, esforzándote. Porque lo de ser un gilipollas conmigo te ha ido como el culo. - Harry soltó una carcajada.

- ¿Querer que estés conmigo? No te creas el ombligo del mundo, por favor. - Alex ya se estaba cansando de tanto juego. Se puso de puntillas y se acercó a Harry.

- Admite que te gusto, que cuando estoy cerca tuyo te pones nervioso - él iba retrocediendo,pero ella avanzaba - Que no soportas verme con Louis, por eso nos interrumpiste en la fiesta de Niall, igual que hoy en el recreo. Te pusiste celoso cuando me despedí de Zayn el primer día. Admite que solo estas comportándote como un capullo para ver si así dejabas de fijarte en mí. ¡Admítelo! 

- ¡Cállate! - gritó él cortándola, agarrando sus manos y pegándola de nuevo a la pared. - Cállate, cállate, cállate... - repitió con la ira a flor de piel. Alex permaneció en silencio. Harry se atrevió a recorrer las facciones de su cara con sus ojos verdes. Puede que otra persona tendría miedo en ese momento, pero ella no, aunque sentía que las piernas flaqueaban, que en cualquier momento sus rodillas fallarían por la situación. Harry la soltó y se alejó, mientras ella apoyaba las manos en la pared para no caerse. - Dile a Grace y a mi padre que no voy a bajar a cenar, que no me apetece - dijo dándose la vuelta. - Que seas feliz con Louis. - concluyó antes de irse, bajo la atenta mirada de Alex, aún asimilando todo lo que había pasado aquel día.


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Holaaa! Bueno, antes de que empiece a soltar tonterías de las mías, pido perdon por tardar, además que dije que subiría ayer pero me quede dormida. FAIL.
He llegado a la conclusión de que tengo un problema de horarios, y tengo que resolverlo.
Esque claro, la noche anterior Niall me mantuvo despierta, ya sabeis (pensad mal) y por eso ayer tenía tanto sueño.
Jeje.
Bueno, pues aquí está el capítulooo
Besitos entre Louis y Alex y dramón con Halex
y a que Cecilia y Niall son adorables? asdfghjkl
Si yo fuese alguien de la novela  sería Cecilia, definitivamente (y no tiene nada que ver que Niall sea mi debilidad, eeeh. Bueno, sí)
Mmmm, y ya no sé que deciiiir
Bueno, sí se que decir. Y es que en breves pasará algo chachiii
Bueno, muchas cosas chachis
Y voy a acabar ya este comentario que el ordenador me escribe retardado y me pongo nerviosa
jajajajajajajaja
un besiiinchi desde madrid 
PD: escuchad la canción de Cecilia, la de You de The Pretty Reckless que es preciosa, y Taylor Momsen, la cantante, es un amor (Es de estas chicas por las cuales una se haría lesbiana)



jueves, 25 de julio de 2013

19. Cause you were right there and I should have taken the chance.

 *HACE NUEVE MESES, EN UN LOCAL EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD* 

La música golpeaba tan fuerte que parecía que iba a derribar las paredes. Miraras a donde miraras, había vida. Una pareja bailaba en el centro, bastante junta. Se notaba la atracción entre el hombre y la mujer. Se notaba que entre ellos había algo. Solo había que observar cómo a ambos le brillaban los ojos al conectar sus miradas, sin olvidarse del detalle de sus cuerpos pegados y de sus caderas moviéndose al compás, elaborando movimientos de vaivén, como modo de vía de escape a todas las necesidades que había en ese momento.En una esquina, a unos veinte metros de la pareja que bailaba, había una mesa, y en ella, un grupo de amigos. La atención estaba en dos chicas morenas en el medio, que se besaban sin pudor alguno. Quién sabe si todo era fruto de una apuesta, o si el alcohol había tomado parte en ello, o puede que incluso fuese porque de verdad sentían amor la una por la otra, quien sabe.Adentrándonos un poco más, investigando en los cuartos de baño, específicamente en el de mujeres, se hallaba una pareja, en una cabina, copulando sin remordimientos. Él la sujetaba, ella le besaba. ¿Eran novios? ¿Amigos que habían tenido sus sentimientos reprimidos y por fin se soltaban? ¿O puede que solo desconocidos?Tanto esta pareja, como las dos chicas que compartían sus labios, como aquellos que danzaban, tenían una historia. Muchas cosas les habrían pasado para acabar justo en el momento, en el lugar, en el que están. Puede que una de esas historias sea la historia más bonita del mundo, o la más alucinante, o puede que la más triste. No lo sabemos, y tampoco lo sabremos. ¿El por qué?Pues porque la historia importante esta noche, no es ninguna de aquellas.La historia que nos interesa es sobre otro chico y otra chica que se llegaron a conocer.Me gustaría decir que su primer encuentro fue mágico, que saltaron chispas entre sus miradas, que se juraron amor eterno con solo verse.Pero esto no es un cuento de princesas, puesto que esta historia tiene tanto de cuento como tiene la Madre Teresa de Calcuta de putón verbenero. Es decir, nada.Asi que procedamos con nuestro no-cuento de princesas.

Un chico, castaño, piel clara debido a la estancia del invierno, se apoyaba en la barra. Un vaso de ron con Coca-cola descansaba entre sus dedos, con la mitad de la mezcla aguardando en su cuerpo. Llevaba ahí una hora y media, y no pensaba irse sin conseguir algo. O más bien alguien...Cerca, una chica con el pelo castaño claro y unos increíbles ojos azules, caminaba hasta el paradero del chico. Sintió varias miradas ponerse en su cuerpo antes de llegar. Varios chicos que pensarían en ella durante ese segundo. La chica sonrió irónica y continuó andando. Se posicionó al lado del chico de la barra, simplemente porque quien ocupaba ese lugar, se había ido, y era el único libre que quedaba, puesto que la barra estaba infestada de gente.Vio al camarero en la otra punta, atendiendo a otra gente. Ella resopló, tenía sed y no le gustaba esperar. Miró de nuevo al camarero, pero su mirada se desvió hacia un chico que estaba detrás, mirándola. Era moreno y con el pelo echado hacia atrás. Bastante guapo, la verdad. Victoria le dedicó una de sus mejores sonrisas, aquella que había ensayado tantas veces frente al espejo, para después saber fingirlas. El chico se mordió el labio y la miró más profundamente. Un vínculo se estaba construyendo entre ellos. La joven se movió un poco, inclinándose de una forma más provocativa.El chico que estaba a su lado en la barra notó como ella le rozó el brazo, y se giró para mirarla. Solo veía una cabellera brillante y con aspecto de seda de color cobre oscuro, tirando a marrón. Ella tenía la vista fija en alguien. Se fijó en el chico que recibía las miradas de ella. Tragó lo que le quedaba en el vaso y acercó su boca al oído de la chica, para decir algo.

- No se va a acercar - ella se giró sobresaltada en cuanto le escuchó. 
- ¿Qué? - dijo confundida. 
- Que el chulo que te interesa no se va a acercar a ti, al menos de momento. 
- ¿Ah sí? - preguntó ella volviendo a fijar los ojos en su presa. 
- Está claro, le gustas, pero no lo suficiente como para abandonar ese sitio, ya que el camarero le atenderá en pocos minutos. 
- Bueno es saberlo - dijo ella asintiendo. 
- Aunque si a lo mejor te insinúas un poco más, puede que renuncie a su bebida. - ella miró de reojo al desconocido que estaba detrás de ella y sonrió brevemente. 
- Pues esto em... Gracias por la ayuda. - le volvió a mirar, esta vez de forma entera, y de fijó en una chica rubia a dos metros de distancia. - Pues si te interesa, que sepas que esa quiere contigo - dijo mirándola. Él se giró y miró a la chica del pelo de oro, que le devolvía la mirada tímida. Le guiñó un ojo pícaro, haciendo que la chica se ruborizase. 
- Supongo que gracias a ti también - dijo él girándose para mirar a la chica de su derecha. Ella miró a ambos lados, buscando a algún otro camarero que la pudiese atender. 
- ¿A quién hay que follarse aquí para conseguir una maldita copa? - preguntó al aire ya desesperada. 
- Hombre, si te follas al dueño de todo esto te digo que no sólo conseguirás una copa - ella sonrió, riendo un segundo por lo bajo y le miró, más atentamente que antes. Ahora él miraba al frente, ofreciendo el perfil a la chica. Era guapo, con el pelo ni largo ni corto, y una nariz respingona bastante llamativa. Además, tenía una mandíbula marcada que daba ganas de recorrerla con besos. Ya está, decidido. Esa sería su nueva y final presa de aquella noche. 
- Soy Victoria - dijo ella entregándole la mano. Él giró la cabeza y centró su atención en ella, en sus increíbles ojos azules. 
- Yo Liam - concluyó él aceptando la mano de la hermosa chica, sin saber que eso sería el principio de algo grande.

(...)



Niall daba toques con sus dedos sobre la mesa del pupitre. La gente iba entrando, y él miraba para ver si alguna de aquellas personas era una cierta chica rubia con ojos azules. En ese momento entraron Alex y Biaca, quienes le saludaron y después fueron a su sitio. Segundos después fue Zayn el que entró, y repitió el mismo proceso.
Se podía decir que él estaba nervioso, y era así. Ayer, cuando Cecilia se fue tan rápido, se quedó confundido. Pensó que a lo mejor era alguna cosa de ella, algún flush que le había dado, pero es que estaba... No sé, fue algo distinto. Y eso a Niall le preocupó.
Al fin, la vio entrar en el aula. Ese día no llevaba una trenza, pero con el pelo suelto estaba igual de guapa. Llevaba una falda gris con una camiseta blanca, y encima una chaqueta de punto, además de unas botas. La mirada de la chica se juntó con la de él, pero fue apenas un segundo, porque la desvió con orgullo y fue hacia su asiento.
Niall observó cada uno de sus movimientos: como se sentaba, como depositaba su mochila negra sobre el respaldo de la silla, cómo se sacudía el pelo, como ponía el archivador sobre la mesa, como hablaba con Emily cuando esta entró, etc. Incluso la siguió mirando cuando ella apoyó los brazos en la mesa y la cabeza sobre ellos. Cecilia, por su parte, giró la cara en numerosos momentos, para encontrarse con las esferas azules de Niall, fijamente en ella. Le ponía nerviosa que no la dejara en paz con la mirada. Resopló varias veces hasta que se cansó.


- ¿Quieres dejar de mirarme? - dijo ella harta, frunciendo la mejilla izquierda de forma que un ojo se entre cerraba, y el labio superior se alzaba, regalando una ligera mueca de desprecio.

- Es divertido hacerlo - Cecilia se llevó las manos a la cara. Que sulfuración.

- Pues deja de hacerlo.

- Tienes unos ojos bonitos, ¿lo sabes? - dijo Niall atentamente.

- ¡Que dejes de mirarme! - imploró ella.

- Vale, vale - Niall se movió de forma que quedó sentado dándole la espalda. Cecilia estuvo a punto de acercarse y darle una colleja por su suma estupidez, pero también estuvo tentada a reírse, pero esto último lo alejó de su cabeza. - Ayer no hicimos nada del trabajo. - dijo Niall sin darse la vuelta. - Tenemos que volver a quedar. Hoy podría...

- ¡No! - le cortó Cecilia antes de que dijese algo. - Hoy no me apetece quedar porque no me da la santa gana.

- Vaya, parece que hoy tampoco has dormido bien. Te has levantado malhumorada.

- Uf, oye, ¿te podrías callar? Es que tu voz es una tortura en mis oidos. - Niall se giró y la miró. ¿Cómo podía ser tan bipolar?

- Ya veo que la norma vuelve, la echaba de menos. - tras decir esto Cecilia arrugó la nariz, centrándose en mirar la pizarra de enfrente y en despreciar en su cabeza a Niall.


En ese momento, un alegre Liam entraba en la clase con una sonrisa en la cara, para sorpresa de Niall, Alex, Bianca y Zayn, ya que esos días el chico había resultado estar amargo. Él se sentó en su sitio y saludó a todos.


- Vaya... - dijo Alex - ¿Algo que tengas que contar? - Liam se encogió de hombros.

- No, la verdad es que no.

- Pero es que...

- Tío, ayer y antes de ayer tenías una cara de culo impresionante - dijo Niall dándose la vuelta. - Y hoy... No.

- Ya - contestó el castaño con indiferencia.

- ¿Ha pasado algo con... ? - empezó a decir Bianca.

- ¿Con Victoria?- ella asintió con delicadeza.

- Que va, y no pasará nada. He decidido que voy a pasar del tema y de ella.

- Creo que haces bien - dijo Alex, y todos la miraron - A ver, yo conozco a mi prima, y es raro que todo aquello que teníais fuera a alguna parte - miró a Liam - Sin ánimo de ofender - él hizo un gesto con la mano, restándole importancia.

- Pues a mí me pegáis. - dijo Bianca. Ella también dudó en si contarle a Liam lo de que ayer ella y Zayn vieron a Victoria, pero prefirió no hacerlo.

- Y a mi -secundó Niall.

- Una persona puede pegar con mucha gente. Asi que en definitiva - habló Liam mientras entraba el profesor de Biología en la clase - que adiós Victoria, total, solo fueron un par de besos...


Pero ni en los mejores sueños él se haría creer que solo fueron un par de besos.


(...)


Todo el mundo salió a afuera para disfrutar de los veinticinco minutos de recreo que tenían. Alex y Bianca, más cuatro chicos (puesto que Louis no había venido ya que "estaba malo") estaban en su mesa de siempre, hablando.


- Uf... Su nombre... - dijo Alex pasándose las manos por los ojos - No me acuerdo.

- A ver - habló Zayn - Estaban Doraemon, Nobita, Shizuka, Gigante y... el otro, el niño pijo ese.

- ¡Sí! No me acuerdo de como era.

- Gigante en realidad se llamaba Takeshi, ¿sabeis? - comentó Liam con tranquilidad.

- ¿Te acuerdas del nombre de Gigante, que nunca se decía, pero no del del otro chico? - dijo Alex subiendo las cejas. Liam se encogió de hombros.

- Uf... - bufó Zayn - es que tengo el nombre en la punta de la lengua... Empezaba por "s"...

- Suneo - respondieron a la vez Harry y Bianca. Se miraron y sonrieron cómplices.

- ¡Eso! -dijo Alex - Suneo, es verdad...

- Pero aun así la mejor serie de dibujos no es Doraemon - habló Zayn - Siempre van a ser los Simpsons o Padre de Familia.

- O South Park. - añadió Harry.

- Yo siempre fui fan de Dragon Ball - dijo Liam.

- ¿A que sí? - habló Alex - Esa y Pokemon - él asintió y chocó los cinco con la chica.

- ¿Estáis tontos? - dijo Bianca - ¡Zatch Bell! - todos la miraron con cara rara - Sí, joe, lo del niño mamodo rubio que lanzaba rayos por la boca - todos siguieron con la misma cara de confusión.

- Perdonadla - comentó Zayn pasando una mano por el pelo a su amiga - Se dio un golpe de pequeña y no quedó bien.

- ¿Te mato?

- El golpe también hizo que desarrollara pensamientos violentos - dijo él sonriéndola. - Y bueno, lo de la cara ya fue irreparable. - Ella, a modo de venganza le tiró de los pelos de la pierna, haciendo que pegase un pequeño grito y elevase la rodilla, dándose con la mesa. Bianca le sonrió exageradamente.

- Ey rubio- le llamó Harry a Niall - estás muy callado. - Y era la verdad, puesto que casi no había abierto la boca. Y es que el chico se había pasado en recreo con la cabeza apoyada en las manos. ¿Por qué hoy Cecilia no quería quedar para hacer el trabajo? A ver, que sí, que lo de hacer un trabajo no es algo que suene sumamente alucinante pero joe, cuando se negó lo hizo de una manera... A lo mejor la chica tenía algo que hacer, y por eso no podía, pero si fuese así se lo hubiese dicho de otros modos y con otras palabras.

- Niall... - le llamó Liam ya que él no se había dado cuenta de que ahora la atención estaba en él.

- Eh sí, ¿que pasa? - dijo despistado.

- La cosa es que qué te pasa a ti. - dijo Alex.

- Ya, hoy no has hecho bromas, ni comentarios graciosos sobre miembros viriles, ni si quiera has sacado algo para comer - enumeró Bianca.

- Em... Pues anda - empezó a decir el chico - Simplemente cosas que tengo en mi cabeza. - Miró a todos y sonrió brevemente tratando de convencerles. Se frotó los nudillos hasta que quedaron blancos - Por cierto, voy al baño. - se levantó inmediatamente y comenzó a andar, pero se dio la vuelta en dirección hacia ellos - Ah, y que sepáis que las mejores series siempre van a ser Oliver y Benji y David el Gnomo - dicho esto se dio la vuelta y comenzó a ir al baño.

- ¿Qué creéis que ha pasado? - dijo Zayn.

- Conociéndole - empezó a hablar Liam - lo más seguro es que se le haya estropeado la nevera.




Niall salió del baño tras hacer sus necesidades, beber agua y lavarse la cara. El timbre ya había sonado puesto que lo había oído desde donde estaba. Cuando estuvo en el pasillo, la gente ya se juntaba para ir a sus clases. Un brazo se posicionó en sus hombros y tiró de él hacia el aula.


- Nialler - dijo Zayn - Venga cuéntame qué te pasa. - el rubio sonrío brevemente.

- Nada, tonterías mías. - el moreno le miró con el ceño fruncido y el otro resopló - Cecilia - aclaró finalmente.

- Mmmm vale... ¿Y qué pasa con ella?

- Pues que no sé, está rara conmigo. - Zayn soltó una risa por lo bajo.

- ¿Y eso no ha sido así siempre?

- A ver bueno, sí, pero estos últimos días con el trabajo de Literatura... No sé, estuvo más maja un día, pero después zasca! De nuevo vuelvo a ser el insoportable Horan. - Zayn se pasó una mano por el pelo a la vez que chasqueó la lengua.

- No se lo tengas mucho en cuenta. Cecilia es difícil, además a veces tiene ralladas por cosas familiares y tal. Créeme, que la conozco bien.

- Claro que bien... La conoces profundamente, ¿verdad? - dijo Niall guiñándole el ojo. Ambos sabían de lo que hablaban mientras entraban en clase.



(...)



- Que me dejes en paz - dijo Cecilia malhumorada a su hermana, que la muy gilipollas encontraba super divertido tocarla las narices en aquellos días en los que ella no estaba de buena actitud.

- ¿Y si no quiero? - resopló. Odiaba a su hermana. ¿Nunca la dejaría en paz? Y siempre se llevaba las broncas por su culpa. Bueno, y es que además sus padres siempre estaban de parte de la pequeña, puesto que para ellos, Cecilia siempre tenía la culpa, en todo.

- Déjame, ¿vale? - su hermana se quedó un momento apoyada en el marco de la puerta mientras Cecilia estaba con la guitarra. Rápidamente entró en la habitación y cogió el móvil de su hermana. Salió de ahí corriendo. - ¡KATE! - gritó hecha una furia. Recorrió el mismo camino que su hermana. La encontró en el sofá cotilleando sus cosas - ¿¡Pero tú eres imbécil!? - se lanzó sobre ella y le arrebató el móvil.

- ¿Qué pasa aquí? - su madre apareció por ahí frunciendo las cejas, como siempre. Miró a la mayor con cara de desaprobación y después a la pequeña, suavizando los gestos. Kate se las había arreglado para poner la cara más triste posible.

- Mamá - dijo ella fingiendo un sollozo - Yo solo quería que me dejara jugar con su móvil, pero nunca me lo deja, y después se ha tirado sobre mí haciéndome daño - Cecilia alucinaba. ¿Cómo podía tener una hermana tan puñetera?

- Te juro que... - empezó a decir.

- ¡Ya estamos otra vez! Cecilia, ¿por qué tienes que ser así con ella? Estoy harta de que Kate solo quiera algo tuyo y tú la rechaces. ¿Qué clase de ejemplo es ese?

- Pero...

- Cállate - le cortó bruscamente su madre - Me enerva que hagas lo que te de la gana. No solo con tú hermana. ¿Sabes lo que me ha contado la vecina? Que le han dicho que últimamente te ven con muchos chicos - Ella bufó - Lo que me faltaba, ¡que mi hija sea ligera de cascos?

- ¡Mamá! - Cecilia estaba que no aguantaba más. Encima con el mal día que llevaba... - ¿Y crees más lo que te dice una pedante vecina antes que lo que te pueda decir tu hija?

- Pues mira, sí.

- Ayer y antes de ayer fue a casa de un chico - habló Kate.

- ¿Eso es verdad? - dijo la madre.

- ¡Te dije que era para hacer un trabajo!

- Ya claro, la cosa es qué tipo de trabajo... - Cecilia abrió mucho la boca.

- No creo que hayas dicho eso... Vamos, es que esto es de coña... ¡De puta madre! - iba a explotar, lo presentía, agarró su móvil y empezó a andar.

- ¡En mi casa no quiero palabrotas! - gritó su madre desde abajo.

- ¡Me la suda!


Cerró la puerta de su cuarto y se dejó deslizar hasta el suelo.
No podía más. Estaba harta de todo.
Tenía una madre que pensaba que era una puta. Su padre pasaba de ella. Su hermana le tocaba los cojones a dos pares. No tenía verdaderas amigas, solo dos secuaces sin personalidad. Y respecto a los chicos nunca tuvo suerte pues ellos siempre la querían para lo que la querían, y ella, como era ingenua, acababa siendo engañada. Y esto originaba su mala fama actual. En el colegio la miraban con miedo, o con cierto desprecio. Había tenido que crear una actitud mala hacia la mayoría de la gente porque no le salía otra. Y para colmo lo último con Niall...
Vaya mierda de todo.
Cecilia notó como ya no podía más y las lágrimas se le juntaron en los ojos.
Desearía volver atrás en el tiempo y empezar a ser ella misma. Quizás todo fuese diferente.
Sintió que esas paredes de su cuarto se le hacían desconocidas. Necesitaba a alguien en ese momento, y decidió acudir a aquella persona que en esa semana le había dedicado al menos una cierta atención.
Se calzó, cogió lo necesario, y salió por la ventana.


(...)


Liam apoyó los brazos en la barra y giró la cabeza para contemplar durante un segundo lo que había detrás de él. La discoteca estaba más viva que nunca. Volvió a fijar su mirada en la pequeña chica castaña de su derecha.
  
- ¿Y qué estudias? - preguntó ella añadiendo un aleteo de pestañas. Liam suspiró. No iba a mentirle diciendo que era mayor de edad. 
- Estoy en el penúltimo año del instituto. - Victoria sonrió.  
- Aparentas ser más mayor, en plan de estar en la universidad. - él se encogió de hombros - Yo estoy en el mismo curso. - Liam frunció el ceño. 
- ¿Estas de coña? - ella negó con la cabeza y Liam recorrió su cuerpo con la mirada. Definitivamente aparentaba más edad,  a pesar de ser más baja que él. 
- ¿Y como has entrado aquí?  
- Carnet falso - contestó él. - ¿Y tú? 
-Me camelé al portero - Liam sonrió y negó con la cabeza. 
- ¿Y tu instituto cual es? - ella dudó antes de contestar. Sabía por experiencia que no debía dar muchos datos de ella, que pudiese revelar su paradero.  
- Ah, uno de por aquí, de las afueras. 
- Yo voy al OEHS. - ella se atragantó un poco. Ese centro estaba cerca de su casa. Victoria tomó aire. - Creo que tu tío chulo te ha abandonado - ella miró a donde Liam le indicaba y efectivamente el chico moreno se había ido. 
- Bueno, tu chica rubia tampoco está - Liam comprobó que esto era cierto. 
- A lo mejor nos han visto a nosotros dos hablando y se han aliado para intentar darnos envidia. - dijo él y ella sonrió. 
- A lo mejor están por aquí, en algún sitio, esperando a que les veamos - Ambos se giraron apoyando la espalda en la barra y mirando hacia los lados. 
- Y si estuviesen por aquí mirándonos... - Liam inclinó la cabeza y cambió su posición, poniéndose enfrente de la chica, mientras la acorralaba entre sus piernas. Ella le miró mordiéndose el labio - ... sería divertido darles celos, ¿no crees?  
- Puede ser. - Victoria alzó la mano y echó hacia atrás el pelo del chico. Liam la sujetó por detrás de la cintura, pegándola a él, y se fueron juntando. Los centímetros desaparecían entre ellos, las respiraciones se juntaban. El aire que ella soltaba, él lo tomaba, y vicerversa. Victoria añadió otra mano y la colocó en la nuca del chico, preparando la posición para ser besada. Liam se juntó más a ella, y cuando la chica cerró los ojos, cuando ya solo quedaban un par de milímetros, él cambió su recorrido acabando en el cuello de ella, dejándola confundida. Ella sonrió como una tonta mientras él depositaba pequeños besos desde su clavícula a su mandíbula, elaborando un sendero, haciéndola sufrir por demorar el beso en los labios que ella quería. Liam también estaba sufriendo, pues ansiaba con ganas unir su boca con la suya. Le había fascinado esa chica, simplemente porque no parecía la típica guarra tonta que se comportaba como una prostituta barata. Liam se separó y la miró, y se quedó durante unos segundos así. - ¿Piensas besarme o qué? - dijo ella con un tono casi desesperado. Liam se encogió de hombros sonriendo y se dio la vuelta, andando hacia la pista de baile. Sabía que ella le seguiría. Y así fue, porque anduvo tras él hasta alcanzarle y tirar de su brazo, con una ceja levantada. - A mi nadie me deja con las ganas, ¿sabes? - dijo divertida. Juntó su cuerpo al de él y empezó a moverse provocativamente acariciando su cuerpo al ritmo de la música. Liam supo contenerse y le puso las manos en la cintura. Ella, para subir la temperatura de la situación, puso una mano en el muslo del chico y comenzó a subir, hasta rozar brevemente el asunto del chico. Liam tragó saliva - Vaya, parece que ahora te he puesto nervioso - río delicadamente. Él, necesitado, agarró a la chica y la llevó  atravesando la pista, hasta ponerla contra una pared. Cogió una pierna con una mano, levantándola, mientras que la otra sacó la blusa de la falda y empezó a colarse bajo ella. 
- ¿Alguna ves has oído eso de que si juegas con fuego acabas quemándote? - ella sonrió y se inclinó hacia él. 
- Soporto muy bien las altas temperaturas - dijo entre suspiros, ya que la mano de Liam había subido por su ombligo todo recto, hasta acabar entre sus pechos, los cuales, después, fueron acariciados por su mano. El chico llevó sus dedos hasta el hombro izquierdo, acariciando todo lo que pillaba a su camino. 
- Mmm... Sujetador sin tirantes. Mi favorito. - miró atentamente a Victoria y viajó su mano hasta su espalda, y de un solo movimiento desabrochó su ropa interior, sacándola después por la blusa. Ella le miraba entrecerrando los ojos y con la boca abierta. - Te avisé - dijo él divertido. Victoria resopló, pero con una sonrisa. Le gustaba este chico. Tenía... algo. Los demás chicos que había conocido eran muy sosos la mayoría, deseando que Victoria hiciese todo. O simplemente se reducían a lo básico y punto. Pero Liam... Él ponía juego en todo aquello, él dejaba en el cuerpo ese gustirrinín de "quiero más". Él era especial. - ¿No te estás agobiando en este sitio? - dijo Liam con el sujetador en la mano. Ella asintió - Vamos. 
- ¿A donde? - preguntó. 
- A mi casa. No hay nadie - Victoria sonrió. Normalmente era ella la que tenía que pedir que fuesen a algún sitio. 


Liam cogió con la mano libre a la chica y tiró de ella, atravesando el local y saliendo, no sin antes recoger sus abrigos. Esperaron en la calle, echándose alguna que otra mirada, hasta que encontraron un taxi libre que les llevaría a su casa. Ambos se metieron y Liam dio la dirección.Tras varios minutos de caricias sobre la ropa, de risas silenciosas y de necesidades a punto de estallar, el coche paró en una calle. Él pagó al taxista y ayudó a la chica a bajar.  

- Bonita casa - dijo mirando la construcción de color blanco, con tejas oscuras. Se fijó en el resto de la calle. No estaba lejos de su casa, si eso a unos quince minutos andando, puede que veinte. 
- Es más bonita por dentro - Liam tiró de su mano llegando a la puerta, sacó las llaves y abrió. 
- Oye, a todo esto, ¿me devuelves mi sujetador? - Liam la miró mientras cerraba la puerta y negó con la cabeza. 
- ¿Para qué devolvértelo si después te lo volvería a quitar? - Victoria agachó la cabeza. Admitió que se había ruborizado. Caminaron por un pasillo hasta llegar a un gran salón, donde predominaban los colores ocres y el verde caqui. Victoria se fijó en una cosa que le llamó la atención. Se deshizo del agarre del chico y fue hasta un mueble, con marcos de foto dentro. 
- ¿Este eres tu? - dijo ella riendo. Era una foto en la que aparecía él de pequeño con solo un pañal y los labios fruncidos. Liam se pasó la mano por el pelo, agachando la cabeza, mordiéndose el labio y arrugando la nariz. A Victoria, ese gesto le pareció lo más adorable del mundo.  
- Em... Fue hace mucho tiempo - explicó él. Victoria sonrió de nuevo. Se dio la vuelta hacia él y siguió mirando el salón. 
- Voy a investigar tu cuarto. - ella salió corriendo tras una mirada fulminadora de Liam. A ver qué encontraba... Fue tras ella y subió las escaleras. Llegó al pasillo y vio su puerta abierta. Entró y encontró a la chica mirando todo lo que había. La abrazó por detrás. 
- Que rápido has encontrado mi habitación - le susurró en el oído con un beso en el cuello incluido. 
- No tiene mucha pérdida cuando en tu puerta hay un cartel con tu nombre. - Liam sonrió.  Ella abrió mucho los ojos y se separó, yendo hacia una esquina de la habitación en la que había una estantería, que contenía un objeto que la atrajo - ¿Es el antifaz de Batman? - dijo entusiasmada.  Liam se acercó. 
- Sí, uno de los muchos que utilizaron. - ella miró obsesionada - Lo conseguí en una subasta de la Comic Con del año pasado.  
- ¿¡Has ido a la Comic Con? - pegó un grito ahogado - ¡Yo siempre he querido ir! - ella siguió investigando al estantería. - ¡Y tienes comics! 
- ¿Te gustan? - Liam la miró sorprendido. Joder, esa chica cada vez le gustaba más. 
- ¡Claro! Pero tengo que esconderlos, porque mis padres son muy defensores de que sea una niña fina y femenina - hizo una mueca de asco y Liam rió. Miró el antifaz de Batman de nuevo, y después al chico. - Liam... 
- ¿Sí? 
- Mmm... ¿Puedes ponértelo? - dijo señalando la pieza negra. Él sonrió y levantó la caja de cristal que acogía el objeto. Después, con cuidado, se puso el accesorio y miró a la chica. Ella abrió la boca sin decir nada, elevando las comisuras de su boca. - ¿Y qué tal? - dijo acercándose a ella. Victoria iba retrocediendo, hasta chocar con una pared. 
- Joder, potente. - expresó ella. Liam sonrió y se juntó a ella, pegando su cuerpo al suyo. 
- Soy Batman - dijo él poniendo voz grave, al igual que lo haría Christian Bale. Ella soltó una carcajada y Liam creyó morir. Su risa era preciosa. Él se fue acercando mucho más, hasta atrapar el labio inferior de la chica entre sus dientes. 
- ¿Esta vez me vas a besar? - dijo ella tras separarse con una sonrisa. 
- No solo eso - contestó él quitándose la máscara y poniéndola en una mesilla. Después se inclinó sobre ella y la alzó, agarrando sus muslos mientras Victoria cruzaba sus piernas por la cintura de él. Y finalmente, junto al deseo de ellos, él la besó, llevándola también hacia la cama.


(...)


- ¿A dónde vas? - preguntó Harry asomando su cabeza por la puerta de la cocina. Él llevaba un delantal ridículo con un sol en el centro, ya que le tocaba lavar los platos.

- No te incumbe - le respondió Alex poniéndose las Converse rápidamente. Harry dejó de hacer lo que estaba haciendo y fue hacia la entrada, se apoyó en una pared y miró a la chica.

- ¿Vas a salir con alguien? - Alex se encogió de hombros. Harry se mordió el labio - ¿Co... Con Louis? - Alex alzó al cabeza y le sonrió maliciosamente.

- Puedes ser. ¿Por qué?  ¿Te molestaría? - al chico se le hizo un nudo en la garganta.

- N... Ni lo más mínimo - dijo rápidamente. - Adiós Alex. - Se fue de ahí y volvió a la cocina, tras una sonrisa triunfante por parte de la chica.


Alex, por su lado, salió de la casa y fue corriendo hasta el Starbucks que estaba a unas manzanas de distancia. Entró y se sentó en la mesa en la que estaban Bianca y Victoria.


- Siento al tardanza - contestó a la vez que cogía aire.

- No pasa nada - dijo Bianca.

- Te he cogido lo que te gusta- Victoria le entregó un café Mocca Blanco. - ¿Qué tal Grace?

- Histérica - contestó ella - Está super nerviosa con el tema de la boda.

- Es que queda super poco, solo una semana y media.

- Ya...

- ¿Y los demás? - dijo Bianca - Robin, Harry, Sophie...

- Pues Robin está bien, si eso pocas veces un poquito alterado, Sophie está ilusionada por ser la que lance los petalos de flores  detrás de mi tía en la iglesia, y Harry está como siempre. - continuaron hablando un poco mas sobre bodas, vestidos y tal, hasta que Alex decidió sacar un tema - Vics...

- ¿Sí? - dijo ella. Alex miró a Bianca, y empezaron a hablar.

- Liam hoy... Ha llegado sonriendo a clase...

- Ha decidido que va a olvidarse de ti, directamente - concluyó Bianca. A Victoria se le removió el estómago, bajó la mirada pero después la volvió a subir. Suspiró.

- Pues me parece muy bien. Yo solo le haría daño. No estoy hecha para las relaciones. ¿Y sabéis qué? Este fin de semana voy a ir a una discoteca, voy a escoger a un chico y voy a... - se quedó callada.

- ¿Y vas a...? - dijo Bianca.

- Iba a decir que a tirárselo, seguro. - Pero Victoria no contestaba. Se había quedado en silencio, mirando sus manos. No, no, no podía ser.

- Joder... Me cago en la leche... - consiguió decir.

- ¿Qué? ¿Qué pasa? - preguntó su prima.

- ¡Por eso Liam decía cosas como que sería la segunda vez que le haría daño o mierdas de esas!

- No me estoy enterando - dijo Bianca. Victoria suspiró y rápidamente se puso de pie.

- Me tengo que ir, lo siento. Es urgente - ella estaba inquieta. ¡Tenía que comprobar si era cierto como ella creía!

- Pero...

- Adiós. - cogió sus cosas y salió del sitio dejando a todas con la boca abierta. Agarró su móvil y marcó un número.

- ¿Sí? - dijo una voz al otro lado.

- Niall, necesito que me des la dirección de la casa de Liam.


(...)


Cecilia se limpió los ojos y llamó al timbre. Al segundo se arrepintió de haberlo hecho y se dio media vuelta. ¿Qué pensaba haciendo eso? Además, con lo mal que le había tratado esa mañana... Seguro que la desprecia, aunque total, uno más uno menos...
Oyó cómo la puerta se abría detrás de ella.


- Creía que hoy no quedábamos para lo del trabajo - dijo él. Ella se giró y le miró. Tenía el móvil en la mano. Involuntariamente comenzó a andar hacia él - ¿Has llorado? - ella bajó la cabeza deteniéndose sin mirarle a los ojos. - Victoria, te tengo que dejar - Cecilia subió la cabeza y vio a Niall, que la miraba fijamente, con el teléfono ahora pegado a la oreja - Sí, esa es la dirección - se quedó callado unos segundos - Denada, adiós. - colgó y guardó el aparato en el bolsillo. Después, inmediatamente, llegó hasta donde estaba Cecilia y se plantó frente a ella. - ¿Qué ha pasado? - preguntó preocupado. Ella no respondió, solo paso por brazos por la cintura de él y le abrazó, siendo correspondida por las extremidades del chico. Cecilia respiraba fuerte y deprisa, debido a que estaba alterada, pero en los brazos de Niall se sentía segura y tranquila. Cuando el chico notó que el cuerpo de ella se había relajado, se separó y la miró a los ojos - No me vas a contar lo que ha pasado, o al menos de momento, ¿verdad?

- Verdad - dijo ella en casi un hilo de voz. Tomó aire y se pasó la maño por los ojos - Solo quiero olvidarme por un momento de todo y... - dejó de hablar y suspiró. Niall se quedó pensando mientras ella jugaba entrelazando sus dedos. De repente se le ocurrió una idea.

- Sígueme - dijo.

- ¿A dónde vamos?

- ¿Confías en mí?

- La verdad es que no mucho. - Niall se giró hacia ella frunciendo el ceño y con los brazos en jarras - era broma - aclaró ella. Niall empezó a andar hacia un lado de la fachada, en el que había una especie de puerta enorme, que Cecilia supuso que era el garaje.

- Mmm, vale.  - dijo él cuando llegaron - Quédate ahí que yo voy a abrir desde dentro - Cecilia asintió y se quedó quieta viendo como el chico rubio entraba en la casa y, minutos después, abría la pesada puerta del garaje dándole a un botón. Ella se interno en aquel espacio y observó lo que había. No había ningún coche, por lo que supuso que Niall estaría solo en su casa de nuevo. Se fijó en un bulto que había, con una manta beige cubriéndolo. Niall se acercó a esto y agarró de la tela, la cual en pocos segundos fue retirada - ¡Y aquí está! - Cecilia observó la moto que ahora estaba presente en el garaje. Era negra y bastante grande para el juicio de ella, pero es que tampoco es que la chica fuese muy alta. Pero aún así le encantó.

- ¡Dios, es genial! - de acercó a ella y empezó a acariciar el asiento -  ¿Vamos a montar?

- Claro que sí - dijo Niall. - No lo he hecho últimamente porque aquí todo me pilla cerca, pero para viajes largos la uso. - Se subió a la moto y se echó un poco para delante, dejándole sitio a ella. - ¿Te subes, nena? - habló Niall poniendo voz grave y entrecerrando los ojos. Cecilia dejó escapar una sonrisa, y diez segundos después ya estaba sobre la moto.

- ¿Vamos a montar sin casco? - preguntó ella. Él se encogió de hombros.

- Sí, ¿por qué no?

- Porque nos puedes poner una multa - Niall hizo un gesto restándole importancia.

- Soy un chico rebelde. Las multas no son para mí - ella negó con la cabeza.

- Además, ¿y si me trago un bicho?

- En cualquier caso el que se tragaría el bicho sería yo, tú solo te tragarías mi pelo.

- Igual de horrible, o incluso peor.

- ¿A qué te dejo aquí? - le amenazó él divertido.

- Uf, venga, arranca ya. - Niall encendió el motor y en unos segundos había abandonado el garaje, circulando por la carretera. Cecilia se agarró a sus hombros y puso una mejilla en su espalda. No iba a hacer lo típico de pasar sus manos por la cintura de él. Sería un cliché muy típico.


En ese momento, Cecilia se sentía feliz. El aire empujaba su pelo, haciendo que se creasen ondas doradas en él. Sentía la frescura del ambiente, de la llegada del otoño. Sentía la velocidad. Cerraba los ojos y lo sentía todo.
A veces de dedicaba a asomar un poco la cabeza y ver cómo el pelo de Niall era echado hacia atrás, mientras conducía concentrado. Ella miró sus mejilla derecha, que cuando el viento la azotaba, temblaba ligeramente. Como si fuera un impulso, posó un dedo sobre ella, hundiéndolo en la blanda carne. Niall dejó escapar una ligera risa, haciendo que su boca se ensanchara, que las mejillas se arrugaran, por lo tanto Cecilia quitó el dedo.


- ¿Qué haces? - preguntó él.

- Me apetecía tocarla. - él volvió a sonreír.

- Por cierto, ¿a dónde vamos?

- No sé, - dijo él - a algún bosque o algún prado con flores, tipo peli. - ella soltó una pequeña carcajada. Volvieron a quedarse un rato en silencio. Ella apoyó de nuevo la mejilla en la espalda de él y cerró los ojos, dejándose llevar. No era la primera vez que montaba en moto, ni mucho menos, pero si era la primera vez que disfrutaba tanto de un viaje como aquel. Niall, mientras tanto, visualizó algo que se parecía algo que buscaba. Era un prado con algunos matorrales e hierbas altas, y algún que otro árbol. Aprovechó que en un tramo de la carretera no había quitamiedos y se internó en el espacio que le gustaba. Cecilia abrió los ojos cuando notó como la moto ya no iba sobre un liso asfalto, sino sobre tierra. Niall condujo más, hasta adentrarse en un lugar donde los árboles eran más abundantes y su follaje más denso, y paró la moto ahí. Ambos se bajaron.

- Me gusta - dijo ella observando el sitio. Niall asintió compartiendo la opinión. La chica se quitó la chaqueta y la depositó en el suelo. Después, se tumbó y apoyó la cabeza sobre ella. Niall hizo lo mismo después de ponerle el seguro a la moto. - Cuando llegue a casa tendré palitos y hojas hasta en las bragas - la chica sonrió tímidamente.

- Cecilia...

- ¿Ajá?

- ¿Me vas a contar ya lo que te pasaba? - ella giró la cabeza y se encontró con sus ojos, sus dos azules e increíbles ojos. Tomó aire, dudando entre si contárselo o poner como excusa que la regla le cambiaba mucho el estado emocional. Pero algo vio en su mirada, en la de él, que la convenció de que Niall era un chico en el que se puede confiar, por lo que las palabras empezaron a salir solas y Cecilia le acabó contando todo lo que había pasado, e incluso también como se sentía.

- ... Asi que resumiendo: mi madre, mi vecina y seguramente casi toda la gente me considera una puta, mi padre pasa de mí, mi hermana es gilipollas, no tengo amigas verdaderas y en el instituto solo me ven como un polvo más. ¡Tachááán, la historia de mi vida! - dijo esto último con ironía. Se volvieron a quedar en silencio - ¿Que piensas?

-Pues que, perdóname, pero tú familia es imbécil si no te saben valorar, y que si la gente del instituto te ve así es porque no te conoce de verdad. No conocen a la Cecilia que se queda dormida discretamente en ciertas camas - ella se mordió el labio ruborizándose -, ni la Cecilia que come mucho, ni la que toca la guitarra, ni la que disfruta como una niña pequeña montando en moto. - Niall dejó de mirar los árboles y se centró en ella, con una media sonrisa en la boca - Pero yo sí conozco a esa Cecilia, a la verdadera, y no pienso que seas un polvo ni mucho menos. - ella soltó el aire bajando la mirada, tímida. Puede que nunca nadie le hubiese dicho algo así. - Y en cuanto a Tania y Emily... Uf, mira que yo no tengo nada en contra de nadie, pero intentan ser igual que tú, y no tienen peronalidad, son muy pedantes. ¿Has pensado en dejar de ir con ellas? - ella sonrió irónicamente.

- Ya claro, ¿y con quién voy entonces? ¿Sola? No gracias.

- ¡Pues conmigo y con mis amigos! - dijo él poniéndose los brazos por detrás de la cabeza. Cecilia se entretuvo un segundo mirando cómo se le estiraban sus biceps antes de contestar.

- ¡Já! Alex me odia...

- No te odia, solo que no empezaste con buen pie con ella. - ella resopló.

- Y Harry creo que huye de mí o algo así. - Niall soltó una carcajada.

- Hombre, es que te llegaste a obsesionar un poco con él. El año pasado casi ni le dejabas en paz.

- ¡Oye! - dijo ella divertida y dándole un manotazo en la tripa - Simplemente me gustaba y yo pues... Me acercaba a él.

- Y una cosa... - dijo Niall sacudiéndose el pelo - ¿Te... sigue gustando?

- Pues... - se quedó pensando, mirando al vacío - En teoría debería ser que sí pero... Hace mucho que no pienso en él, y como que cuando el veo ya no me surgen cosquillitas en la tripa o algo así.

- ¿Cosquillitas? - dijo él medio riéndose.

- Pues sí, cosquillitas. - se cruzó de brazos fingiendo estar enfadada pero le volvió a mirar y rápidamente se le pasó todo. Pero eso sí, en su mente apareció el pensamiento sobre Niall que hizo que ayer se fuese de su casa, y no puedo evitar el preguntar - Niall...

- ¿Sí?

- Tú... ¿Por qué eres tan bueno conmigo? En plan, que yo a veces me sobro contigo, por ejemplo esta mañana y tal...

- Quiero ayudarte.

- ¿Ayudarme? - dijo ella confundida.

- Sí, a que seas tú misma.

- ¿Y.... No pretendes conseguir nada? - dijo pensando en esos chicos que solo querían acostarse con ella.

- Hombre, con una simple amistad yo soy feliz. - Cecilia sonrió como una tonta y rodó sobre su cuerpo, para quedar pegada a él y, casi involuntariamente, abrazarle. A Niall le pilló de sorpresa, pero acabó dando de vuelta el abrazo. Esa chica estaba llena de misterios. Y la verdad es que ambos estaban bastante cómodos el uno con el otro, por lo que se quedaron así durante un buen rato, con solo sus respiraciones como palabras.



En cierto momento, a Cecilia le resultó rara la situación. ¿Niall tanto tiempo sin hablar? Imposible.
Levantó la cabeza y vio que el chico tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, dejando escapar el aire por ahí.
¡Estaba dormido!
Cecilia tuvo que taparse la boca para o reírse. Parecía un oso.
¿Qué hacía? ¿Le despertaba?
No, iba a hacerle sufrir un poco.
Miró hacia abajo y vio el que la camiseta de él se había subido brevemente, dejando ver un trozo de piel blanca. Cecilia sonrió para sí, y con cuidado, se colocó sobre Niall con una pierna a cada lado de su cuerpo. Arrancó una un tallo de una fina planta, y con una mano cogió el borde de la camiseta, la cual empezó a subir lentamente hasta que quedó a la altura de los pectorales.

'Ay madre... ' pensó ella al verle así descubierto. Estuvo tentada a poner una mano sobre su cuerpo y comprobar si esos elaborados abdominales que el tenía estaban duros, pero no quiso arriesgarse. En cambio, agarró el tallo y empezó a moverlo rozando el ombligo del chico.
Niall se encogió ligeramente ante eso, pero no se despertó. Cecilia continuó con sus dibujos en el cuerpo de él, provocando que a veces se removiera.
En un momento, sorprendiéndola, fue obligada a ponerse con la espada en el suelo ya que Niall había salido de su sueño, y había agarrado las manos de la chica y había cambiado las posiciones, dejándola debajo.


- No. Hagas. Eso. - dijo pausadamente Niall intentando sonar medianamente amenazador, pero su sonrisa le delataba.

- Lo siento, la tentación me pudo - contestó ella - Además, ¡te habías quedado dormido!

- Mira por donde - exclamó el con gracia - Otra cosa de tenemos en común. - Cecilia chascó la lengua, y aprovechando que Niall relajó su agarre, hizo fuerza y volvió a cambiar las posiciones. - Te gusta estar encima, ¿eh? - dijo Niall pícaro y guiñando un ojo. Ella sonrío.

- No exactamente, pero me divierte ver cómo una chica puede contigo, nenaza.

- ¿Nenaza? Te vas a cag... Oh vaya, creo que se me ha metido algo en el ojo. ¿Podrías mirar? - Cecilia se acercó dudosa para ver el ojo de Niall, pero en ese momento, él, siendo muy listo, empujó con las manos y con las piernas y volvió a ponerse arriba - ¿Quién es la nenaza ahora? - Cecilia fue a mover los brazos pero Niall los agarró antes de tiempo inmovilizádola y poniéndolos por encima de su cabeza. Deslizó las manos por ellos hasta llegar a las de ella y entrelazar los dedos. Esto le obligaba a inclinarse un poco sobre el cuerpo de Cecilia. Ella fue consciente de la cercanía. Su pecho subía y bajaba.

'No, no... esto no debería estar pasado'  pensó ella.

¿O sí? ¿Se supone que este era el momento del beso? ¿Si esto fuera un libro, los personajes unirían sus bocas?
Quizás si que debería ser así, quizás tiene que ser así.
Pero la pregunta es, ¿ella quería que fuese así?
Y para su no sorpresa, la respuesta fue afirmativa.
Pero desgraciadamente, Niall se puso en pie deprisa, sacudiéndose el pantalón. Le tendió una mano a la chica.


- Es hora de irse, ya es tarde. Te llevaré a casa - ella asintió y aceptó la mano. Después, se montaron en la moto.


En el camino, Cecilia volvió a apoyar la mejilla en su espalda, y esta vez, sí que pasó las manos por su cintura. A la mierda los clichés.
Casi no habló, porque, ¿qué iba a decir?
"Hola Niall, antes casi nos besamos, bueno, casi no sé porque no sé si tú querías o no pero yo me moría de ganas de besar esos labios tuyos que tienes y acariciar ese pelo que me vuelve loca..."

'Uggh, cállate... ' pensó ella para sí misma.

El único momento en el que abrió la boca fue para indicarle a Niall dónde estaba su casa. Cuando llegaron, se bajaron, y Cecilia se colocó en frente de él.


- Pues ya estamos aquí... - dijo ella mordiéndose el labio y mirando hacia los lados.

- Sí.

- Em... Supongo que... Gracias, por todo, ya sabes.

- ¿Cecilia dándome las gracias? Esto debe ser un sueño - bromeó él.

- Cállate Horan o vuelvo a poner la norma, eh.

- ¿Asi que la habías quitado? - ella se encogió de hombros.

- Solo temporalmente - sonrió y se acercó al chico. Después, le dio un beso en la mejilla - Adiós Niall.

- Adiós Cecilia.



(...)



Victoria abrió los ojos y por dentro se maldijo varias veces a sí misma. Miró el reloj de la mesilla de la noche. Eran las seis y cuarenta y ocho de la mañana. 
'Vale, aún estoy a tiempo' 
Se deshizo con cuidado del brazo de Liam que la rodeaba y se puso de pie, después de salir de la cama. Miró hacia abajo y vio su cuerpo desnudo. Sonrió al recordar todo lo ocurrido horas atrás.Localizó su ropa en el cuarto y se empezó a vestir. No debería haberse quedado dormida, pero es que era una tentación, y después de todo lo que hicieron, había acabado derrotada.Joder con Liam, menudo Terminator era en la cama.Una vez ya vestida, miró de nuevo al chico que yacía en la cama.Era especial, ella lo sabía. Ese chico no era como los demás.A Victoria le había gustado, e incluso le daba pena desaparecer así, si decirle nada, que no se vuelvan a ver, pero no, ella no era así. Ella no podía estar atada a alguien.Se inclinó lentamente sobre Liam y rozó durante un segundo, y por última vez, sus labios con los de él.Después, bajó las escaleras y salió de la casa haciendo el más mínimo ruido.



(...)



La chica se posicionó delante de la casa y llamó a la puerta. Sentía que iba a explotar. El corazón le iba a mil, pero tenía que comprobar eso, tenía que saber si era cierto.
Liam abrió la puerta, y su cara fue épica al ver a Victoria ahí.


- ¿Estás solo? - preguntó ella fríamente.

- S... Sí - respondió frunciendo el ceño - ¿Qué haces aquí? - Victoria no contestó, simplemente entró en la casa esquivando a Liam.


Mierda, todo le sonaba muchísimo. El pasillo, el salón... Todo.
Para su sorpresa, sus pies la habían llevado involuntariamente hacia las escaleras, como si conociera aquello. Aterrada, subió las escaleras hasta llegar la planta de arriba, y fue a mano derecha institntivamente, justo donde estaba la puerta de Liam. Si todo era cierto, el cuarto le sería familiar. Si no era asi, simplemente sería una confusión suya.
Entró y rápidamente el corazón se le paró, la sangre dejó de circular, sus cuerdas vocales ya no emitían sonidos. Observó todo, acordándose de cada detalle que había. Pero lo que más atención tuvo fue una caja de cristal que contenía una máscara de Batman negra.
Victoria se tapó la boca empezando a sollozar. Fue hasta el antifaz y lo sacó de su cárcel, sosteniéndolo entre las manos.
Se sentó en la cama, mientras alguna lágrima se escapaba de sus ojos, y acarició el borde del objeto negro.
En su mente todo empezaba a tener sentido, las piezas encajaban.
Las reacciones de Liam... El comportamiento cuando se vieron por primera vez...
Y ciertas imágenes venían a su mente, recordándole hechos pasados.
De repente, escuchó un pequeño ruido, que era más bien una respiración. Sin girarse, dando la espalda al chico, comenzó a hablar.


- Tú te acordabas de todo, ¿verdad?

- Sí - respondió Liam apoyado en e marco de la puerta.

- ¿Y por qué no me lo dijiste? - preguntó con un sollozo.

- ¿Qué te iba a decir? ¿Recordar cómo desapareciste sin decir nada? - a pesar de todo Liam sonaba calmado. Ella oyó como él suspiraba, y segundos después, sorprendiéndola, lo tenía arrodillado frente a ella. - No entiendes cómo me sentí.

- Liam, yo no era buena para ti, yo simplemente quería pasarlo bien y punto - ella se echó el pelo para atrás con una mano. Liam iba a contestar, pero frunció el ceño al ver una venda rodeando la muñeca de ella.

- Dame tu mano. - exigió.

- Dios, las heridas del golpe ya se han curado. - dijo ella desesperada.

- No es eso. ¿Por qué llevas una venda? - no sabía si contestarle, le daba vergüenza - ¡Respóndeme! ¿No te habrás...? No has hecho ninguna tontería, ¿verdad? - ella levantó una ceja.

- ¡No me corto, si es lo que te preguntas! - dijo enfadada.

- Pues dame la mano.

- No. - Liam le cogió fuerte la muñeca, a pesar de que ella se resistía, pero acabó cediendo. Liam empezó a quitar la venda, para descubrir un tatuaje reciente: el símbolo de Batman. Liam alzó la cabeza y la miró a los ojos.

- Me gusta, ¿vale? - dijo ella agresivamente.

- ¿Ves? Por cosas así me gustaste. ¡Yo era como tú! Yo utilizaba a las chicas, pero te encontré a ti... Eras mi chica perfecta, ¿sabes? Dejé de querer acostarme con todas. Desde esa noche solo te quería a ti. Pero te fuiste sin decir nada... ¡Nada! Hubiese preferido que por la mañana me hubieras dicho que no querías nada conmigo, a desaparecer sin más. - ella bajó la cara, sollozando - Ni siquiera me diste la oportunidad de demostrarte que me interesabas de verdad. Y cuando te vi en casa de Harry... ¡Y tú no recordabas nada! Sentí que podía hacer las cosas bien esta vez. Y todo funcionaba pero... Las cosas parece que salieron mal.

- Lo... Lo siento - dijo ella en un hilo de voz.

- No lo digas si sabes que no es de verdad. Pero solo quiero saber una cosa. - Liam levantó la barbilla de la chica con un dedo, obligándola a mantener el contacto visual con él. - Dime que esa noche, cuando ocurrió todo, que yo solo fui un chico más y ya está, que no sentiste nada cuando me besabas, que cuando te fuiste lo hiciste sin remordimientos. Dímelo y te dejaré en paz, para siempre.


Victoria abrió la boca, notando como nuevas lágrimas amenazaban con salir.
Sentía que su corazón se encogía, que no iba a poder con su cuerpo.
No, no podía.
No podía mentirle, pero tampoco decirle la verdad.
Simplemente se levantó de la cama rápido, depositando la máscara sobre la cama, y salió de la casa sin mirar atrás, igual que aquella noche hace nueve meses, con la misma sensación de angustia y culpa en el cuerpo.



(...)



- Yo creo que con esto tenemos para un ocho, ¿no? - dijo Bianca escribiendo la última palabra en el ordenador.

- Sí, así está perfecto.


Después de tomar algo en el Starbucks y de que Victoria se fuese corriendo, fueron a casa de Alex para hacer el trabajo de Literatura. Llevaban unas dos horas y media con él, ya que decidieron hacerlo aquel día todo y quitárselo de encima.
Ahora habían acabado, al fin, y ya no tenían que pensar más en temas sobre el barroco o sobre la puta madre de un maldito escritor de la época.
Se quedaron sentadas en las sillas del comedor hasta que oyeron un carraspeo detrás de ellas. Ambas se dieron la vuelta y vieron a Sophie.
Bianca ese día la había conocido, y parece que a la pequeña le encantó ella.


- Vas happenin, Soph? - dijo Bianca. Alex la miró con una ceja levantada. - Se me pega de Zayn, ¿vale? - la otra sonrió.

- ¿Que quieres Sophie? - preguntó Alex.

- Habéis acabado el trabajo, supongo - ambas asintieron - Entonces... - la niña empezó a mover un pie - Podéis jugar conmigo - Alex y Bianca se miraron y encogieron sus hombros.

- Claro, - dijo la pelirroja - ¿a qué quieres jugar?

- ¿Metemos Barbies en el microondas? - expresó Alex ilusionada.

- ¿A qué clase de juego jugabas tú de pequeña? - le preguntó Bianca sorprendida.

- Pues a los normales.

- Sí... A los normales.

- Había pensado que podíamos jugar al escondite - dijo la niña.

- Uf, el escondite - empezó a decir Alex - Un juego mediocre en el que... - recibió un codazo de Bianca - ¡Claro, me encantaría jugar! - miró a su amiga fulminándola con la mirada.

- ¡Vale! Pero yo ligo - dijo Sophie entusiasmada. Se puso en una pared y miró a las dos chicas - ¿Os escondéis o qué? - estas reaccionaron y empezaron a subir las escaleras.

- ¿Y yo donde me escondo? ¡Que no me conozco mucho esta casa! - dijo Bianca.

- Pues donde veas. - Bianca fue hacia una puerta - En mi cuarto iba a esconderme yo... - pero era demasiado tarde, ella ya se había escondido ahí.


Alex miró a todos los lados, y decidió meterse en el cuarto de Harry, ya que se supone que este estaba en la cocina merendando. Entró y fue hacia el armario, ya que era de estos muy profundos en los que cabía una persona. Se metió dentro y con cuidado cerró las puertas, cogiendo aire y soltándolo.
Pasaron algunos minutos, en incluso oyó la voz de Sophie diciendo que había terminado de contar hasta  cien.
Alex encogió más los brazos y movió un poco los pies, sin mucho resultado, ya que el suelo de ese armario estaba infestado de cosas, ya fuesen zapatos como ropa interior.
Eso sí, olía a Harry, y era cómodo.
En un momento oyó cómo la puerta de deslizaba. Cerró los ojos instintivamente, no sabía por qué, pero solo le salió eso ante la idea de ser pillada.
Contuvo en aliento, incluso cuando oyó cómo alguien, seguramente Sophie abría las puertas del armario.
Alex abrió los ojos rápidamente, pero se llevó un susto al ver unos grandes ojos verdes que la miraban desde arriba.
Del impulso de encontrarse a Harry, se echó para atrás, pisando un zapato y por poco cayéndose. Bueno, "cayéndose". En realidad sería chocar con la fachada de los cajones. Pero una mano la sujetó de la cintura para que no se cayese, y ella puso las manos en el pecho de Harry como apoyo.
Le llevó poco darse cuenta de que Harry estaba sin camiseta.


- Iba a cambiarme pero... ¿Estás bien? - preguntó el susurrando. Seguramente sabía que estaba jugando al escondite. Alex asintió lentamente, como si a la vez estuviese asimilando que Harry semidesnudo la había sujetado de la cintura para que no se cayese y que ahora estaban peligrosamente cerca, con los rizos del chico casi rozando su cara. Alex bajó la mirada y se fijó en la infinidad de tatuajes que había en el cuerpo del chico. No es que antes no los hubiese visto, pero en ese momento se había parado detenidamente a observarlos. Con un dedo empezó  perfilar los pájaros que estaban dibujados por debajo de las clavículas. Harry la miraba atentamente. ¿Cómo podía ser alguien tan bonita? Con esos ojos claros que siempre brillaban, la sonrisa que iluminaba habitaciones enteras, ese pelo rubio oscuro que le caía en cascada y esas pecas que daban ganas de ponerse a besar cada una de ellas. Alex levantó la cara y miró al chico que la tenía firmemente sujeta y pegada a su cuerpo, y cuando miró sus ojos, perdiéndose en ellos, se le olvidó todo lo demás. Casi ni se dio cuenta de que la mano libre de Harry se posó sobre la mejilla de ella y fue descendiendo de su mandíbula a su cuello, hasta rozar la nuca.

- ¡Te pillé! Oh vaya... - dijo Sophie rompiendo el momento bonito entre aquellos dos - Veo que interrumpo algo - habló con malicia. Alex empujó a Harry apartándole, a la vez que se ponía roja.

- No, no interrumpes nada.

- Oh, claro que sí. Estabais a punto de besaros, es más, si fuese una película empezaría a sonar una canción bonita y os acabaríais besando. Pero yo ya me voy, y podéis seguir a lo vuestro, haced como si nunca hubiese estado aquí - Alex cada vez estaba más colorada. ¡No se atrevía a mirar a Harry!

- Sophie cielo, ven, vamos al salón a ver la tele - dijo Bianca apareciendo de repente y cogiendo a la niña de la mano. Alex articuló la palabra "gracias" con los labios, y Bianca le echó una mirada en plan "no hay de qué pero algún día de estos tendremos una charla". Las dos chicas, Bianca y Sophie, abandonaron la planta de arriba, dejando a Harry y a Alex de nuevo solo.

- Que conste que yo no te iba a besar - dijo Alex haciendo un gesto con la mano.

- Creo que eso no es así. En cualquier caso YO no te iba a besar, pero tu parecías muy dispuesta. - ella soltó una carcajada falsa.

- Por favor, no me hagas reír - Harry puso las manos en alto.

- No, si yo no hago nada, pero no creo que a Louis le guste saber que la chica que le gusta quería besar a su mejor amigo. - ella abrió la boca como indignada, mientras él luchaba por contener la risa.

- Uf, mira, olvida lo que ha pasado, bueno, más bien lo que NO ha pasado, porque no ha pasado nada, ¿entiendes? NA-DA. - marcó bruscamente. Después de eso salió del cuarto, pero asomó la cabeza y le apuntó con el dedo - Olvídalo. - Harry asintió frunciendo los labios, cómo dándole la razón.


Ella sacó la cabeza del cuarto de Harry bufando. Por fin el ya podría cambiarse de ropa, pero sobre todo, lo que al fin haría sería sacar esa sonrisa de pícaro que llevaba conteniendo.

'Cada vez más cerca...'



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Uf me cago en la leche lo que me ha costado escribir este capitulo
Definitivamente este es el mas largo que he hecho en mi vida
y es super importante! porque es la base por ejemplo para toda la historia entre lictoria
y a que ciall son mazo de asdfghjklñ
por cierto, la madre de cecilia es una puta, a que si?
y Halex, os he puesto momento guachi eeeh
Bueno, otro tema que queria tratar
Para el futuro, si veis que tardo mas de tres dias o cuatro en subir capitulo no me atosigueis, porque yo tambien estoy de vacaciones y tengo cosas que hacer.
Este cap he tardado en subirlo porque he estado tres dias fuera de mi house, y además porque es la polla de mazo de largo
Y bueno, esa eso y nada mas
Simplemente que este cap se lo dedico a la fea de Nerea Garcia porque si, porque me da la vena (te quiero guarra)
Y ya estaaaa
un besoteeee
se os quiereee:)