jueves, 29 de agosto de 2013

25. Take you to another world.

Alex abrió los ojos, parpadeando lentamente. Su despertador no había sonado, pero en cambio, una voz llamándola la había sacado de sus sueños.


- Alessandra... - susurró grave.


Alex reaccionó un poco más y los abrió firmemente, quedando un poco atontada por el recién despertar, pero rápidamente se puso en marcha al ver a Harry inclinado sobre ella. 


- Alex.... - volvió a decir él alargando la primera vocal. Ella elaboró una mueca de asco y alzó la mano, abofeteándole después la mejilla con ella. - La hostia... - dijo Harry frotándose la parte dolorida.

- ¿¡Qué haces aquí, en... encima mío!? - él se incorporó un poco, sentándose en el colchón y señaló la mesilla de al lado de la cama con la mano que tenía libre, a que la otra estaba en la mejilla. Alex miró hacia la dirección y se encontró una bandeja,  en ella dos tostadas con nocilla, un plátano y un vaso con zumo de naranja. - ¿Me... Me has traído el desayuno?

- Pensé que era una buena idea. - contestó encogiéndose de hombros. Alex estuvo tentada a sonreír y empezar a comerse el rico manjar, pero recapacitó. 'Venga Lex, es Harry. ¿No te parece raro que te haya traído el desayuno?'. Y con este pensamiento se le borró la sonrisa y cambió su parecer.

- Ya claro, para aprovechar y echar algún laxante en la comida o algo así. No cuela. - se puso de pie malhumorada, y el chico después, que fruncía el ceño.

- No te he echado nada. Simplemente quería llevarte el desayuno a la cama.

- Ya, los cojones. - cogió la bandeja y se la entregó - ¿Es que no puedes simplemente dejarme en paz? ¿Tanto te cuesta? - él, decepcionado, tomó la bandeja e hizo amago de salir del cuarto, mirando antes por última vez a Alex, quien fruncía el ceño. Después se fue.


Había que admitir que ella se entristeció. 
La idea de que él le llevase el desayuno a la cama le encantó, y si hubiese sido de verdad... Pero no. Él es Harry, seguro que hacía algo para molestarla. Pero a pesar de eso aún recordaba la conversación de antes de ayer con su tía.
Fue al baño, se cepilló el pelo, lavó la cara, se vistió y bajó las escaleras para ir a la cocina. En el camino empezó a oír dos personas que hablaban: Harry y Grace.


- Yo de verdad que me esfuerzo, pero ella no aprecia nada de lo que hago. - se oía decir a él.

- Dale tiempo, es más, yo conozco a mi sobrina como al palma de mi mano, y sé que hacia ti siente...

- ¡Buenos días! - dijo Alex apareciendo antes de que Grace dijese algo indebido que ella no quería oír. Echó una mirada fulminadora a su tía y abrió la nevera, de la cual sacó un yogurt y chocolate, el cual metió ayer para que no se deshiciera y quedase duro.

- Bueno días Alex - dijo Grace un poco nerviosa, ya que no sabía si ella había escuchado la conversación entera, en la que Harry le explicaba a su futura madre todo lo del desayuno de Alex. Grace miró al chico, y ambos se preguntaron mentalmente lo mismo, si ella había oído algo. 

- Yo... Me voy yendo a clase. - dijo Harry.

- Mejor. - aclaró cortante Alex. Él cerró los ojos tensando la mandíbula y los abrió. Después salió y subió hacia su cuarto, donde seguramente se lavaría los dientes y cogería las cosas que necesitaba para hoy. Mientras tanto, Alex miraba a su tía de forma dura. - Sé lo que intentas.

- ¿Intentar qué? - Grace se hizo la sueca.

- Sé que ayudas a Harry con no sé qué, pero por favor, deja de hacerlo. ¿No ves que él solo quiere tocarme la narices? - su tía negó con la cabeza elaborando una pequeña sonrisa.

- No tienes ni idea Alex. Abre un poco los ojos, es más que obvio. - dijo Grace saliendo después de la sala.


Alex frunció el ceño. ¿Por qué ahora su tía estaba del bando de Harry? A ver, que si quiere acercarse a él pues de puta madre, ¿pero tan ciega está ella que no se da cuenta que Harry, desde que llegaron a la casa, está molestándola?
Además había otra cosa en la cabeza de Alex. 
¿Qué es lo que se supone que ella no aprecia? 




(...)



- Te voy a matar algún día de estos, pelirroja. - Zayn alcanzó a su amiga pasando un brazo por los hombros. Bianca se rió al recordar lo de ayer. 

- ¿Qué tal con tu folleteo de ayer?

- Pues todo iba genial hasta que una mujer, de una tal empresa de transexuales me llamó diciendo que en breves irían dos chicos disfrazados de enfermeras a mi casa. Y me cortó el rollo. 

- Admite que fue gracioso. 

- ¿Gracioso? - Zayn agarró de la coleta a ella y tiró, haciendo que el cuerpo de Bianca quedase curvado - Últimamente estás muy vacilona tú, ¿no? - se colocó de forma que Bianca, quien estaba en forma de luna, con la cara debajo de la de Zayn, que la miraba.

- Te encanto, y lo sabes. - él suspiró y se acercó más, poniendo una mano en la cintura de Bianca. Se acercaba más y más a ella, pasándose la lengua por el labio superior. La chica estaba a punto de descojonarse en su cara. ¿Pero qué hacia este?

- Si y... Siempre he querido decirte... Desde hace tiempo yo sentía que... - sin esperarlo, Zayn liberó un poco de saliva sobre el pómulo de Bianca - ¡Toma cosa graciosa! - echó a correr mientras ella, gritando, se limpiaba la cara.

- Le voy a petar los putos huevos cuando le coja... - empezó a correr también siguiendo el camino que había empezado su amigo. Le veía en la distancia, cerca del instituto. Aligeró más la marcha, ganando unos cuantos metros, y cuando le faltaba poco para cogerle, Zayn entró en el edificio. Bianca esquivó a las personas que se encontraba en su camino. Pasó por los pasillos que iban hacia su clase, corriendo, saltando, lo que fuera para llegar al imbécil de su mejor amigo. Pero algo la frenó, más bien alguien, la espalda de alguien, que hizo que se cayera al suelo de culo. - Hostia puta... - dejó escapar en un gruñido. 

- ¡Ay la leche! Lo siento, lo siento, lo siento. ¿Te has hecho daño, Carrot? -Bianca abrió los ojos, los cuales los tenía cerrados sin darse cuenta, y se encontró con los azules de Louis, quien fruncía el ceño preocupado. Al fin y al cabo no había tenido tan mala suerte... Aceptó la mano que él le mostraba, para ayudarla a ponerse de pie.

- Eh... Estoy bien - dijo un poco aturdida. ¿Donde se había metido Zayn ahora? Seguro que ha ido hacia el aula. Louis mientras sonrió.

- Parece que al caerte te has transportado a otro mundo. ¿En serio estás bien? 

- Sí, sí, claro - se centró en mirar sus ojos. - Oye, ¿por casualidad no habrás visto a Zayn corriendo por aquí?

- Sí, hace unos segundos, se ha metido en vuestra clase.

- Ya decía yo... Será mamón...

- ¿Qué ha pasado? - preguntó interesado?

- Nada, que el niño es un puerco, eso pasa. Pero Zayn es Zayn - se encogió de hombros mientras él se reía brevemente. - Bueno, voy a la clase, que tengo unos huevos que romper. 

- ¿Y te vas a ir así, sin mi beso de buenos días? - Bianca palideció. ¿Beso de buenos días?

- Uf... Lo que hay que hacer por los amigos - dijo intentando evitar que le flaquease la voz. Se acercó a él y le besó la mejilla - Te veo después Louis.

- Adiós carrot. - ella rodó los ojos y empezó a caminar. Si no conociese a Louis, creería que él estaba tonteando con ella, pero él siempre se comportaba así de dulce, es su forma de ser, aunque bueno, algún que otro avance había hecho. 


Bianca entró en clase y visualizó de inmediato a Zayn, y en su regazo a Tania, la antigua secuaz de Cecilia, y es antigua porque Cecilia está en proceso de transformación y parece que habrá buenos resultados. Bueno, al tema. Que Zayn podría creerse muy listo creyendo que si está con una chica, Bianca se contendría, pero no. Además Tania le caía como el puto culo, que solo era una mojabragas con ganas de un polvo. Se acercó a él bruscamente.


- Eh tú, so lerdo. - cruzó los brazos y le miró acusadoramente.

- Oye, ¿no ves que estamos hablando? - dijo Tania con aire de superioridad.

- Como si le estás haciendo una mamada, pedazo de guarra - empujó a Tania, la cual se cayó, generando algunas risas a su alrededor de cierta gente cotilla. Zayn tensó la mandíbula e hizo amago de levantarse, pero ella puso una mano en su hombro y le obligó a quedarse sentado. - Zayn... Amor mío, Zayn de mi vida...

- Oye, solo era una broma, lo sabes, ¿no?

- ¡Voy a tener que lavarme la cara con lejía cuando llegue a casa!

- Oye que solo son mis babas...

- Asqueroso.- desvió la mirada y se fijó en la mesa de Zayn. Ya había un libro y el estuche. Cogió este último y lo lanzó hacia la entrepierna de Zayn, todo tan rápido que él ni si quiera pudo evitarlo.

- ¡Joder! - se quejó él antes de llevarse una mano a la zona dolorida. 

- Ey, pero que te quiero, ya sabes. 

- Te odio. - ella le sonrió y se dio la vuelta, yendo hacia su sitio.

- Hola Liam - dijo ya que pasó cerca de su pupitre.

- Hola señorita - contestó alegre. Ella alzó una ceja.

- Liam... ¿no estás muy... feliz?

- ¿Por qué no estarlo?

- Bueno, después de la confesión del viernes, todos pensamos que estarías un poco mal. - Ya sabes... Victoria.

- ¡Ah...! - se pasó una mano por el pelo - Hablamos y tal...

- ¿Ah sí?  Ella no nos dijo nada.

- Bueno, no le gusta hablar de sus intimidades mucho... Quedamos como amigos, sin malos rollos.

- ¿Amigos? ¿Solo amigos?

- Solo amigos.

- Pues que pena. Erais una pareja peculiar, me gustabais.

- ¿Te gustaba el qué? - preguntó Alex deslizándose en la silla de al lado de Bianca.

- Liam y Victoria. Parece que hablaron y ahora son amigos.

- ¿En serio? Ella no nos dijo nada. ¿Cuando hablasteis?

- Pues... Ayer, por la noche, en una llamada.

- Por cierto Bianca, ¿estás bien? - dijo Alex - Louis me ha dicho que te has chocado con él y te has caído al suelo.

- ¿Le has visto?

- Ha estado esperando a que llegase.

- Vamos, que os habéis estado pegando el lote en las taquillas - aclaró Liam. Alex se sonrojó, delatándose y Bianca agachó la cabeza.

- Oye, ¿habeis visto a Cecilia? - Niall apareció, puso las manos sobre la mesa de Alex y se agachó, poniéndose de cuclillas.

- Se dice hola, buenos días, y tal, ¿sabes? - casi exigió Bianca.

- Hola, buenos días, y tal - dijo el rubio sonriendo - Ahora contestadme, por fas.

- No, aún no ha llegado - respondió Liam.

- ¿Por qué tanto interés en verla? - Alex miró se reojo a Bianca, cómplice.

- Por nada, simplemente es mi mejor amiga.

- ¿Qué tipo de amiga?  - Bianca insistía con una sonrisa.

- Pues de esas amigas que son mis amigas. - las chicas rodaron los ojos, y mientras, una pequeña chica muy rubia entraba por la clase. Miró a Alex y Bianca, quienes abrieron la boca para hablar, pero les negó con la cabeza, como diciendo que hiciesen como si no estuviera.  Cecilia anduvo silenciosamente por la clase hasta su asiento. Aunque, ¿qué pretendía? Niall la iba a ver de un momento a otro. Pero aun así, se sentó con cautela, justo cuando el timbre sonó. Niall fue hacia su asiento y entonces la vio.

- No te había visto entrar - se sentó mientras a Cecilia se le congelaba la sangre.

- A...Acabo de llegar - ¿Por qué narices tenía que estar tan guapo? Ese día los ojos le brillaban, muchísimo, y su pelo... Qué cojones, su pelo era perfecto siempre. - ¿Qué tal en Irlanda?

- Genial, el bautizo estuvo muy bien, y vi a mis antiguos amigos, a mi antigua exnovia... - y sonrió. Pero a Cecilia se le formó inmediatamente una ira repentina. ¿Él sonreía porque siempre sonreía o sonreía porque le había gustado ver a  su exnovia? Y ademÁs, Niall solo pasaba largas temporadas en Irlanda en los veranos. ¿Y si esa exnovia era reciente, de este verano? 

- Ah... - contestó desganada.

- Por cierto, ¿has traído el trabajo de Literatura?

- ¡No, si quieres después de esta interminable semana he decidido dejarlo en casa! - soltó de forma brusca. Niall la miraba confuso, pero es que Cecilia estaba alterada, no podía evitarlo.

- ¿Estás bien?

- ¡Claro que sí! ¿Acaso no puedo estar bien? ¿Por ser una adolescente con problemas o puedo estar bien? - Niall agachó la cabeza. ¿Había hecho algo mal? No le gustaba haber puesto a Cecilia así, era su amiga. Ella se dio cuenta de cómo había saltado en apenas cinco segundos y se arrepintió. - Lo siento, no sé qué me ha pasado. Mal fin de semana...

- Claro... - Niall sonrió, viendo que ella se relajaba. - ¿Y por qué un mal fin de semana? ¿Mal de amores? - Niall lo decía con aire gracioso, pero para ella fue como un jarro de agua fría. Cecilia le miró abriendo la boca. ¿De verdad? No le soltaba una bofetada porque no... Pero en ese momento ganas tenía, muchas. Relajó un poco la cara y fingió una sonrisa.

- No, ya sabes, cosas de chicas - contestó mientras entraba el profesor. A los dos segundos le llegó un papel a su mesa. Lo desdobló y leyó.


"Mal de amores? AB."

Miró hacia atrás, hacia Alex, quien sonreía junto a Bianca, riéndose ambas de la situación.

- Yo hoy mato a alguien, en serio - dijo apenas susurrando. 




(...)




El recreo llegó, deseo de todos, y en cuando Alex salió por la puerta, unas manos la cogieron y la alzaron, colocándola sobre el hombro, a modo de saco de patatas.

- ¿Complejo de paquete, eh Alexander? - dijo Louis sujetándola firmemente. Alex río. El chico pasó una mano por las piernas de ella, quien se estremeció ante el tacto. - Bonitas piernas - Alex se sonrojó y, desde donde estaba, miró hacia abajo.

- Bonito culo.

- No es la primera vez que me lo dicen - rió. Después de este comentario, bajo a la chica y la besó.

- Iros a un hotel - dijo Cecilia al verles, cortándoles el rollo. A su lado estaban todos los demás.

- Dejadla, ha tenido un fin de semana dificil - Niall pasó un brazo por los hombros de la chica y, a pesar de que dijo el comentario con toda la mejor intención del mundo, con cierto aire de broma, Cecilia le fulminó con la mirada. En ese momento salieron Tania y Emilly, quedándose enfrente de Cecilia. Emily, al ver a Liam agachó la cabeza suspirando.

- Cecilia, ¿vamos? - pregunto Tania.

- Eh... No. - la chica frunció el ceño mirando a Cecilia, después miro al resto y elaboro una mueca. 

- ¿Qué haces con ellos? - dijo despectivamente - Creia que no soportabas a Alex, y mucho menos a Horan.

- Si claro... Después del morreo que se metieron el viernes... - dijo Louis riéndose por lo bajo. Alex le dio un codazo para que se callase, aunque a ella también le había hecho gracia. Mientras, Cecilia salia a la defensiva.

- Mira, Tania, no se tu, pero yo tengo el derecho de estar con quien me salga de la vagina. Además, sin estoy con ellos significara que les soporto. Es mas, puede que les soporte mas de lo que alguna vez te he llegado a soportar a ti. Asi que si no te importa, ¿puedes darrme un respiro e irte? - Tania se quedó muda, poniéndose roja. Después, con malhumor, se dio la vuelta y se fue. Cecilia se giró hacia sus amigos, quienes estaban un poco sorprendidos. - Estoy un poco alterada, ¿vale?

- Mola la Cecilia agresiva - dijo Harry pasando un brazo por sus hombros. Ella le miró y sonrió tímidamente, comenzando todos a andar. Niall contempló la escena confuso. La sonrisa de Cecilia... ¿Ella seguía sintiendo algo por Harry? Niall estaba seguro de que si. Y eso de algún modo le molestaba.

- Ey duende - Alex le saco de su burbuja. Sin apenas darse cuenta, se había quedado estancado en el pasillo.

- Voy. - comenzó a andar a su lado - Oye... ¿Entre Cecilia y Harry hay algo? - la chica dejó escapar una carcajada. 

- ¡Que va! ¿Por qué? No me digas que tienes celos...

- ¡No! Pero ya sabes, es mi amiga... Me intereso por ella. - Alex le miró y fingió que la había convencido con esa triste excusa, pero no. Aunque hizo como si nada.

- Pues que sepas que no, no hay nada. - Niall asintió, llegando ambos a la mesa donde estaban los demás. Cecillia miró hacia él, pero Niall estaba mas pendiente fijándose en que Harry y ella se habían sentado al lado. Algo le decía que entre ellos dos había algo mas. 






- Oye, ¿de que color vais a ir a la boda? - preguntó Bianca tras diez minutos de recreo.

- Yo creo que con un vestido fucsia y tacones plateados - dijo Zayn mirándola, divertido.

- Tu lo que eres es gilipollas.

- ¿A que te escupo de nuevo?

- ¿A que te doy en los huevos de nuevo? - Zayn sonrió y le dio un beso en la mejilla.

- Sois los mejores amigos mas raros del mundo - dijo Niall. Bianca resopló quitándole importancia.

- Lo del color. Y va para las chicas, que ya sé que vosotros iréis de negro o gris - se dirigió a los chicos.

- Las damas de honor tenemos que ir de negro, - contó Alex.

- Yo voy hoy a comprarlo - dijo Cecilia, y a Alex entonces se le ocurrió una idea.

- Cels, yo no que hoy no puedo, pero alguien podría acompañarte, ¿no? - miró a la rubia cómplice.

- Yo puedo ir, si quieres - dijo Harry. Alex le miró mal, e iba a darle una patada, pero Niall se adelantó hablando.

- No. - contestó firme - Iré yo. - y si la mirada de Alex hacia Harry fue terrorífica, la de Niall hacia este mataba en cuestión de milésimas. El del pelo rizado alzó las manos.

- Vale, vale. Toda tuya. - Cecilia se sonrojó al ver como Niall había reaccionado. Al segundo, notó unas manos en sus hombros. Se giró alzando la cabeza y se encontró con Tyler. Para aclarar cosas, Tyler era un chico de la clase de Louis y Harry, el base del equipo de baloncesto. Sus amigos le llamaban "Doble-T" ya que se llamaba Tyler Taylor (si, muy graciosos sus padres a la hora de ponerle el nombre). Era un chico musculoso, con el pelo negro azabache, piel ligeramente morena y ojos verdes, ademas de una sonrisa increíble. En definitiva, que era de estos tios a los que te tiras incluso con anorak.

- Hola Tyler - le sonrió.

- Hola. - devolvió la sonrisa - me han dicho que mañana la entrenadora va a hacer las pruebas de animadora.

- Ya, me llegó un email ayer.

- Ah, bueno. Pues suerte. Aunque no la necesitas, la entrenadora siempre acaba eligiéndote para la capitana.

- Ya, - se sonrojó - gracias. - Tyler miró a Liam.

- Payne, te quiero de nuevo en el equipo en octubre.

- Claro. - en el OEHS, la temporada de baloncesto empezaba en octubre, en cambio las animadoras empezaban a entrenar antes. Tyler se despidió, bajo la mirada de todos, mas de las chicas que de los chicos.

- Le haría de todo. - confesó Bianca aún mirándole.

- Es como un dios griego - apoyó Alex. Entonces Louis carraspeó. Ella se giró hacia él y le miró. 

- Menudo repaso le has hecho con la mirada, eh. - dijo Louis. Pero no sonaba como novio celoso, sino mas bien con un toque de diversión.

- Como si tú no te fijases en otras chicas - excusó su novia - Seguro que le has mirado el culo... - dijo lo primero que se le vino a la cabeza - por ejemplo a Bianca. - la pelirroja alzó la mirada, quedándose helada un tiempo.

- Lo siento, esas cosas son privadas en los hombres - dijo Louis con gracia.

- Asi que animadora, ¿eh? - le dijo Zayn a Cecilia, queriendo cambiar de tema para que su amiga no pasase por una situación incomoda.

- Si, como todos los años.

- Deberíais apuntaros las demás - dijo Harry.

- Ya claro... - contestó Bianca - con tal de vernos en minifaldas... - los demás rieron.

- Bueno, en cualquier caso si queréis estar en el grupo lo tenéis fácil. Yo puedo enchufaros. - agregó la rubia.

- Gracias, pero yo no, no me gusta exponerme ahí, en público. - Alex habló.

- Pues yo... A lo mejor me lo pienso. - dijo Bianca. 

- Si quieres te dejo uno de mis uniformes, que la entrenadora se fija mas en las que lo llevan.

- Vale.




(...)




Victoria aun recordaba cómo el día anterior, por la noche, Liam le había enviado un mensaje deseándole dulces sueños. También, aquella mañana, el chico le deseo buenos días. Victoria no respondió, pues ante todo era una chica firme y no debía caer así de facil por dos mensajes mensajes simples, aunque eso no evitaba que le hubiesen encantado, pues asi era.
Y también recordaba la ultima conversión, pues él le envió un mensaje al salir del colegio.



Liam: "puedo verte hoy?"

Victoria: "bueno, en mi agenda tengo un hueco para ti"

Liam: "No te hagas la ocupada, que sé que necesitas verme"

Victoria: "La necesidad no es de verte exactamente..."

Liam: "Me estás tentando a ir inmediatamente a tu casa"

Victoria: "Puedes venir, no hay nadie"

Liam: "No me das un respiro para comer? Joder chica, se te ve muy ansiosa"

Victoria: "Calla y come, anda"



Y cuarenta y seis minutos, veintitrés segundos y ocho centésimas después, ella se encontraba recorriendo su salón, dando varias vueltas, nerviosa por saber cuándo iba a venir Liam. Y gracias a Gandalf, el timbre sonó.
Le faltaron segundos para lanzarse hacia la puerta, abrirla y observar al chico de fuera. Llevaba unos vaqueros oscuros con una camiseta gris de Jack Wills, y encima una chaqueta de cuero negra, en plan motero. Victoria habría hecho algún comentario sobre qué ridículo era que llevase esa chaqueta haciendo un día caluroso, pero es que le quedaba tan sumamente bien que no tenia palabras para negarle algo. Antes de decir nada, metió al chico en la casa y cerró la puerta. Inmediatamente le besó, pero Liam se separó al poco.


- Hola Liam, ¿qué tal estás? Por cierto, te veo muy guapo con esa cazadora. Te has afeitado, ¿no? - dijo él con ironía. Victoria sonrió, pero levantó una mano y señaló a Liam.

- Mira, soy una chica muy sensible a la hora... De ponerse cachonda - soltó asi, con toda la tranquilidad del mundo - Y tu has conseguido con dos segundos que esté al máximo de mi capacidad. Asi que ahora mismo vamos a ir a mi cuarto a hacer cositas de mayores, sin preliminares ni nada, directamente al grano.

- ¿Ni siquiera me ofreces un vaso de agua? - dijo él gracioso, porque aunque deseaba echar un quiqui con ella desde que la vio, le gustaba irritarla un poco.

- ¡Liam, a mi cuarto! - Victoria le cogió de la mano y tiró de él.

Subieron las escaleras con prisa, ambos deseosos. Llegaron y la habitación y en un abrir y cerrar de ojos, ella empujó salvajemente pero con cierta elegancia a Liam, colocándolo sobre la cama. Se sentó en su regazo y se acercó a él para besarlo de una forma que nadie calificaría como delicada. Liam se incorporó un poco, quedando sentado con la increíble castaña sobre él. Quitó su camiseta y después el sujetador, dejando sus pechos al aire, con los cuales se entretuvo mientras Victoria acariciaba su cuello con los labios.
Para estar en igualdad de condiciones, ella hizo desaparecer la camiseta de Liam, y con ella ambos pantalones, tanto los suyos como los de él. Ya estaban los dos con solo una prenda.
Liam alzó su barbilla, mirándola fijamente, y volvió a besarla, esta vez poniendo gran parte de ternura en él. Se las arregló para tumbar a Victoria en la cama y colocarse sobre ella. Entre ciertos gemidos, bajó poco a poco, dando besos por el cuerpo de Victoria, llevándose todo lo que pillaba a su paso. Agarró el borde de la ropa interior de color añil de ella y la deslizo fuera de sus piernas. Cuando Victoria alzó la cabeza, vio que Liam también se habia desecho de su ropa interior. Él se volvió a colocar sobre ella, obligando a que abriese las piernas. Pasó una mano por su espalda, la cual arqueó, y volvió a besarla. Es más, estaba convencido de que nunca se cansaría de ello.
Victoria jadeó al sentir que Liam, con su famoso Empire State en marcha, que así lo llamaba, rozaba la entrada de su intimidad. No había necesidad de preservativos, ya que Victoria tomaba sus propias medidas.
Deseando -y un tanto desesperada- que Liam hiciese ya su movimiento oficial, elevó las caderas hacia él, pero las rechazó.

- ¿En serio que nada de preliminares? - dijo, pero con solo la intención de arruinar su paciencia un poco más.

- ¡Liam! - se quejó - Métemela ya o juro que te pongo un bozal. - aunque la verdad es que para Victoria sería ciertamente encantador ver a Liam con uno, rollo sumiso, además de gracioso.


Él sucumbió a sus plegarias y se hizo con el cuerpo de ella, introduciendo la parte más preciada de su cuerpo. No esperó a tomar ritmo, sino que directamente, desde que se alojó en su interior, lo hizo brusco, como si quisiese marcar territorio. Volvió a repetir el movimiento, gruñendo entre dientes por culpa del gran placer que sentía. ¿Cuántas noches había soñado con esto? ¿Con volver a encontrarla? ¿Con besarla y hacerla suya sin remordimiento alguno? Y ahí estaba él, cumpliendo uno de sus sueños. 
Victoria mientras tanto gemía en manos de Liam, ya que él tenía el control. Empezó fuerte, llevándola en su cabeza a sitios donde nadie más la había llevado, teniendo que agarrase con fuerza a la cama por miedo de desplomarse, debido a que era incapaz de controlar las emociones de aquel instante. Después de varios minutos de bastante energía, Liam redujo el nivel, yendo lento esta vez. Pero por lo que Victoria notaba, no era solo cómo lo hacía, sino algo más. Liam transmitía más que ternura, mas que dedicación. Había un sentimiento extraño para ella. Como si Liam deseara esto desde hace mucho, como si el mundo se fuese a acabar mañana y solo les quedase ese instante. Además, los primeros besos durante el acto habían sido sobretodo carnales, pero ahora era como si hablasen, como si le susurrasen cosas a Victoria. Cosas que la hacían sentir que de algún modo pertenecía a él.
Y de repente, sin esperarlo, Liam salió y entró en ella de una embestida, provocando que un gemido desgarrador por parte de ella llenase la sala.
Volvió a reanudar su marcha lenta. Aunque Victoria sentía que habían traspasado sus barreras, que ya iba a llegar a su meta. ¿Cuando se acostaron por primera vez fue así? No. Es verdad que fue increíble, pero nada se comparaba a la situación del momento.


- Liam... - susurró en un hilo de voz entre sus labios, queriendo avisarle de que iba a llegar a la cúspide. Él, cuando oyó como decía su nombre con tanta dulzura, no pudo evitar que su cuerpo se disparada de nuevo, volviendo a las embestidas. Y a los pocos segundos, Victoria llegó al, quizás, el mejor orgasmo de su vida, con Liam pisándole los talones. Ambos se desplomaron sobre el colchón, aunque Liam se apartó un poco para no aplastarla. Abrió la sábana y Victoria se metió en ella Liam hizo lo mismo, juntándose a su delicado cuerpo. La acercó a su pecho y la sujetó junto a él. Victoria estaba tan cerca que hasta contaba los latidos de su corazón uno por uno. Las palabras sobraban en ese momento, que se prolongó de unos segundos, a minutos. Victoria sentía que los brazos de Liam eran el mejor escudo que nunca podría tener, un abrigo que la protegía de todo lo demás. En ese instante no se miraban, ella simplemente respiraba con tranquilidad, y él peinaba el pelo de ella con sus dedos. Había algo en el aire, entre ellos. Cualquiera notaría este sentimiento. Ambos se querían, es cierto. Él lo sabía, y ella no quería creerlo. Sintiéndose mal por romper el silencio, Victoria formuló una pregunta. - Liam.

- ¿Sí?

- Desde que nos acostamos... Tú dijiste que no hubo ninguna chica más, ¿verdad? - alzó la cabeza,separándose centímetros de él y le miró.

- Verdad.

- ¿Entonces has estado nueve meses sin... nada? Ni besos ni... Nada más.

- Bueno, Emily me besó en la fiesta de Niall.

- Oh, es cierto, la puta de Emily... - dijo con una voz un tanto fría. Liam estuvo a punto de sonreír por el signo de celos que vio en sus ojos. - Es que no sé, pasaste casi un año sin...

- ¿Y pasa algo por eso?

- No, pero... - bufó - Quería decir que para haber estado tanto tiempo en modo tranquilo, no has perdido nada de práctica. - Liam sonrió orgulloso - Pero nueve meses me sigue pareciendo mucho tiempo... - su voz adquirió un tono pícaro, y empezó a hacer círculos sobre el pecho de él - Asi que mejor que vayamos recuperando el tiempo perdido, ¿no? - él se mordió el labio.

- Nunca he estado más de acuerdo con alguien - En un instante Victoria se puso sobre él, con los miembros de ambos en contacto.

- Solo que esta vez, tendré yo el control. - y con un rápido movimiento, Liam volvió a estar dentro de ella.




(...)



- ¿Llego muy tarde? - dijo Cecilia jadeando por haber corrido. Había quedado con Niall en la puerta del centro comercial y se había retrasado.

- No, solo quince minutos, nada más - respondió él con una sonrisa. Además, había aprovechado su tardanza para ir al Starbucks y comprarse una porción de tarta de queso.

- Uf... Lo siento, ha sido culpa de mi hermana, que me ha obligado a prepararle la merienda. - Niall rió.

- ¿Entramos? - Cecilia asintió, feliz, pues nada le ilusionaba más que pasar una tarde junto a él. - Bueno, dime, ¿más o menos qué estas buscando?

- No sé, un vestido bonito, elegante, y que me quede bien. - Niall frunció el ceño con sarcasmo.

- Vaya, con eso has resulto todos mis enigmas.

- Cállate, anda. 


Tiró de él y entraron en la primera tienda que les pareció atractiva. Miraron y miraron por el local, pero no había de su interés. Es verdad que encontraron algún vestido bonito, pero ninguno era el ideal. ¡Y es que tenía que ser el vestido perfecto! Porque claro, en aquella boda Cecilia no era del todo como la pareja de Niall, pero sí, entonces tenía que estar espectacular.
Salieron de la tienda con las manos vacías. Anduvieron un poco, pasando por establecimientos de ropa, pero era ropa informal rollo casual, no para una boda. 
Su segunda parada, y con muchas más expectativas, fue en una tienda dedicada casi toda solo a vestidos. Entraron y empezaron a mirar prendas. A los diez minutos, ella ya había escogido tres vestidos, utilizando al pobre Niall como perchero, y entonces Cecilia localizó el cuarto.
Era precioso. Bueno, al igual que los tres que también había cogido. Es más, no se decantaba por uno en especial, aunque había que verlos puestos. 

Entraron en los probadores, y Cecilia se metió en una cabina, corriendo la cortina. Niall, mientras tanto esperaba fuera, sentado en un banco.
Cecilia se empezó a cambiar de ropa, sin poder ocultar la sonrisa que llevaba encima. Se puso el primer vestido y se miró en el espejo. Para qué mentir, estaba super guapa con él.
Con el orgullo por las nubes, corrió la cortina y salió.

En cuanto Niall la vio se tragó sus palabras. El vestido era el último que cogió, uno rojo fuerte de palabra de honor, que bajaba hasta abajo del todo, volviéndose más claro. En la parte de la falda había incrustadas algunas piedras plateadas que daban brillo al vestido. Niall tampoco podía ignorar la abertura a la derecha de la prenda, por la cual se deslizaba la pierna de ella.


- ¿Qué tal? - dijo apoyándose en una de las paredes de la cabina, dando un toque seductor aunque no planeado por ella.

- Siempre me ha gustado el color rojo en las chicas, ¿sabes? - Cecilia rodó los ojos - Estás preciosa, de verdad. -dijo a fin sincerándose. Ella se ruborizó y antes de que él lo notase, volvió a correr la cortina, con ella dentro. Niall no tuvo que esperar mucho, a penas dos minutos, para que ella volviera a salir. Esta vez llevaba, si creía recordar bien, el primero que cogió. Era blanco, con varias capas. La inferior era totalmente opaca y se ceñía al cuerpo, haciendo que se pudiese ver las curvas de la chica. Encima estaba cubierto por una serie de pedazos de tela de gasa blanca que se superponían unas con otras, de forma que si Cecilia agitaba un poco su cuerpo, estas capas se movían con libertad. A diferencia del otro, este tenía tirantes. - Me encanta - confesó mirándola de arriba a abajo, sin que ella apenas le hubiera preguntado - Pero sigo siendo más defensor del vestido rojo, aunque este te hace un cuerpo increíble - Niall no se había dado cuenta de que mientras dijo eso, sus ojos bajaron de nuevo para inspeccionar su fabuloso cuerpo. Tampoco se dio cuenta de que Cecilia observaba cómo la comía con la mirada. No sabía si echarse a reír como una histérica, sonrojarse a más no poder, u otra cosa. Decidió responder con algo rollo indiferente.

- Si quieres puedes hacerme una foto, que dura más. - Niall alzó la mirada ruborizado.

- Siguiente vestido. - dijo rápido, sentándose. Cecilia rió por lo bajo, anotándose unos puntos para sí misma, y metiéndose de nuevo en la cabina. Niall mientras esperaba, se pasó una mano por el pelo. Al minuto oyó que la chica pegaba un pequeño grito. Se puso de pie rapidísimo, dispuesto a correr la cortina. - ¡Cecilia! - la llamó antes de que abriese.

- ¡No entres! - exigió ella. Niall se frenó.

- ¿Pero pasa algo?

- Es que... ¡Es perfecto! Digo el vestido, el que llevo ahora. Simplemente perfecto. Este es el elegido y no se hable más.

- ¿Y no me lo vas a enseñar? - A Niall le surgió la curiosidad por saber qué vestido consiguió superar la perfección que alcanzó con el vestido rojo.

- No. Va a ser sorpresa, ya verás.

- Me dejas con intriga.

- Te jodes. - Niall sonrió, y se quedó ahí, al lado de la cortina, esperando.

- Oye, ¿sabes qué? Si estuviésemos en una peli este sería el momento en el que tu me dices que te baje la cremallera, o que te la suba o algo así - Cecilia soltó una carcajada.

- Muy cliché. Pero es que las de las pelis son como tontas, porque lo que pueden hacer es que si la cremallera está por la espalda, que se la abrochen por delante y luego van girando el vestido hasta que se coloque en su lugar.

- Vamos, que no me dejas que te suba o baje la cremallera. - Cecilia esbozó una sonrisa. le hubiese encantado que Niall entrase ahí, ya fuese para tocar cremalleras como para hacer otras cosas, pero no sentía que era adecuado.

- Pues no. Simplemente espera. 


Niall se calló y se quedó ahí, pero la curiosidad de saber cómo le quedaba el vestido le podía, así que se acercó un poco al borde de la tela que los separaba, que tenía una rendija de apenas tres centímetros, y miró.
Pero no fue el vestido lo que vio, pues ya estaba fuera de su cuerpo. 
Se encontró con Cecilia en ropa interior, con un sujetador sin tiras negro, opaco en la parte central y con encaje en el resto, además de unas bragas a juego.
Madre del amor hermoso. Niall se pasó una mano por la boca, que acabó pellizcando su labio mientras observaba. Sus ojos iban de arriba a abajo, empezando por los atributos, los cuales serían la envidia de toda mujer, después bajaba hasta la pequeña cintura de piel de tono claro, que quien la viese nunca se creería que Cecilia comía mucho, después llegaba el trasero, el cual hacía que Niall olvidase todo lo demás, y acabando en unas piernas, no largas, pero sí finas y sin imperfecciones.
Simplemente todo era... perfecto.
Niall se apartó cuando vio que ella empezaba a ponerse la camiseta, asi que volvió al banco y se sentó.
Ya no podía pensar en otra cosa que no fuese la visión de Cecilia con solo dos prendas. 
Joder, sabía que la chica estaba muy bien, pero no tan tan tan bien.
Además, no es como si el chico nunca hubiese visto a otra mujer desnuda, o medio desnuda.
Eso era lo extraño: que había visto a más chicas en estados más ligeros, pero solo con Cecilia había notado que la mente se le quedaba en blanco.
Cecilia salió, rompiendo su burbuja que se había creado a base de repetir esa imagen una y otra vez.


- ¿Pasa algo?

- Eh... No, no - contestó balbuceando y poniéndose de pie.

- Vale. Voy a dejar estos vestidos y pago el que me llevo. Ya verás el sábado que bien me queda. - dijo ella feliz.

- S...Sí, estoy deseando verte desnud... ¡Digo con el vestido! Sí, con el vestido. - Cecilia rió por lo bajo pero confusa. Si bien no se equivocaba, le parecía haber oído que Niall iba a decir que quería verla desnuda. Pero no, luego había rectificado. Seguro que era una confusión mental. Habría estado pensando en alguna famosa de estas de PlayBoy y claro, así pasa.

- Voy a pagar y luego tomamos algo de comer, ¿vale? - Niall asintió. 


Sí, comer era lo que necesitaba ahora para quitarse esos pensamientos impuros que le habían surgido en la cabeza sobre Cecilia.


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LIDIA'S BAAAACK!
A ver de cuantas maneras os puedo pedir perdon?
he tardado más de una semana en subir, lo sé, pero hubo complciaciones, no tenía wifi, a demás que estos últimos días han sido horrorosos. De verdad, dio el verano. Allá dodne esté el invierno con sus sudaderas, bufandas y gorros que se quite todo lod emás.
También admito que ha habido un poco de parte de culpa mía ya que casi todo el tiempo he estado leyendo libro y libros y libros
PERO OS RECOMPENSO CON ESTE CAPITULAZO TAN SUPER GUAY QUE OS HE DEJADO!
Y eso, que ayer fue el cumple de Liam aaaw:3 nuestro Batman ya tiene 20 añor, es uuuf increible, ya no es un adolescente, joe, que no crezca más.
Luego por aquí habrá muchas que habrán visto THIS IS US. Yo no, ya que la veré el luens con la mejor compañía del mundo que alguien puede tener.
AVISO. COMO ALGUNA DE LAS QUE HAYA VISTO LA PELI TENGA COMPLEJO DE SPOILER Y ME LA DESTRIPE JURO QUE LA DESTIERRO DE MI BLOG NO SIN ANTES CORTARLA LA CABEZA, VA?
:)
Y que más?
Ah si, que nos e si habéis notado algo, pero entre Cecilia y Harry hay algo. ¿habrá Carry o no?
Y por cierto, de qué sois? #teamLalex o #teamHalex?
Un besoooo
PD: por si hay alguna lectora que no lo sepa, yo tengo una novela ya acabada, super mega guay, de one direction (obvio) si la quieres leer pincha aquí http://andalltheselittlethings5.blogspot.com.es/

martes, 20 de agosto de 2013

24. A game that I'm destined to lose.

Alex estaba en su cuarto, ordenando su armario que últimamente estaba hecho un desastre. Había llegado de casa de su prima hace a penas una hora. En ningún momento se cruzó con Harry pues, después de lo mal que se sentía por pensar en él siendo novia de Louis, no le apetecía verle, y que la culpa se hiciese más presente.
Estaba doblando una camiseta gris de Star Wars cuando su móvil sonó, llenando la habitación con Out Of My Limit, de 5 Seconds Of Summer, un grupo  australiano no muy conocido.
Esa era la canción que había asignad para cuando llamase Louis. 
Con una sonrisa tonta en la cara se lanzó a la cama a por el aparato.
Que pensase en Harry cuando estaba con Louis no significase que por él no sintiese emociones fuertes. 


- ¿Digamelón? - dijo ella feliz.

- Melón. - contestó él divertido. Alex rodó los ojos.

- Idiota...

- Ota. - ella bufó mientras Louis reía - Era broma. Solo llamaba para desearte buenas noches.  Asi que... ¡Buenas noches! - la joven rió por lo bajo.

- Igualmente.

- He pasado un día genial, ¿sabes? Bueno, al menos la parte en la que he estado contigo, porque por la tarde una de las gemelas se ha puesto mala y ha vomitado. - Alex volvió a reír.

- Yo también lo he pasado muy bien el rato que he estado contigo.

- Mira, yo no soy mucho de ponerme sensiblón pero... Alex, contigo soy feliz, enserio. No es que antes no lo fuese, pero ahora, cada vez que me despierto pienso en que estamos juntos y... No sé, como que me animo más. - Alex cerró los ojos, mordiéndose el labio, mientras un sentimiento de culpa le iba desde la cabeza hasta la punta de los pies. Ella no se merecía salir con Louis. Él es un chico increíble, y ella estaba jugando con él. Aunque si se veía desde cierto modo... Alex pensaba tanto en Louis como en Harry, pero le gustaba la idea de que ella era la novia de Louis. También disfrutaba cuando pasaba tiempo a su lado, y cuando le veía sonreía. Por lo que quizás no estuviese haciendo las cosas tan mal. Quizás lo de Harry fuese algo pasajero. Pero también puede que no fuese así. La cosa es, ¿por quién merecía más la pena arriesgar?

- Joder, Louis, si me dices esas cosas la que se pone sensiblera soy yo - sonrió y cogió aire - Te quiero Louis.

- Y yo a ti, Alexander.

- ¡Ey! Ya le has quitado todo el romanticismo llamándome así - dijo divertida. 

- Bueno, ya sabes, para invertir un poco los papeles. Tú Alexander y yo Louisa - contestó con el mismo aire burlón que ella, ambos sonriendo, pero cada uno en casas distintas.




Harry estaba poniendo la mesa, centrado en que los cubiertos estuviesen bien colocados, cuando notó que alguien le pellizcaba el culo.


- ¡Ay! - se quejó. Se dio la vuelta y se encontró con Sophie, con una sonrisa exagerada en la boca. Aquel día el pelo rubio le brillaba más que nunca. Harry dobló un poco la cabeza y entrecerró los ojos - A veces me pregunto que cómo es posible que yo tenga el pelo castaño oscuro y tu rubio muy claro. - La niña bajó la mirada, suspiró y le miró.

- Es que... Papá nunca quiso decírtelo, pero... Eres adoptado. - Harry soltó una carcajada.

- ¡Pero si eres igual a mí!

- Si bueno, esos son detalles secundarios. - el chico volvió a reír, más bajo. - Bueno, a lo que iba. Que Grace me ha dicho que te diga que subas a decirle a Alex que vamos a cenar. - Harry tardó unos segundos en procesar todo ello, pero después, se colocó las manos en la cadera y miró a su hermana con aire de superioridad.

- ¿Y si no lo hago? - obviamente todo esto de broma. Pero Sophie levantó una ceja.

- Harry, claro que lo harás. Utilizarías cualquier ocasión para acercarte a Alex y hablar con ella. - él abrió la boca, pero sin decir nada - Ey, que te conozco muy bien.

- Uf, anda, continua poniendo la mesa. - le dio los cubiertos restantes a Sophie y fue hacia las escaleras, con destino el cuarto de Alex. Odiaba que su hermana fuera tan lista. Siempre decía comentarios de ese tipo. Se acercó a la puerta. Recordó el momento de esa mañana, los dos rodando por la cama. Y bueno, el momento en el que la vio en ropa interior. Jesús... Estaba a punto de entrar en su cuarto, cuando oyó que hablaba con alguien.

- No, probablemente elegiría vivir en una mansión con mucho dinero pero teniendo que llevar ropa de chico siempre... - Harry frunció el ceño. Em.... ¿oc? - Vale, que aproveche. - ¿Con quién hablaría? Quizás con Bianca, puede ser. - Yo también te quiero. Adiós Louis. - Tensó la mandíbula y cerró los ojos. Nunca había sentido impulsos violentos hacia su mejor amigo, pero en aquel momento, si pudiese, le pegaría. - Cuelga tú. - dijo de repente Alex. Pasaron unos segundos y se oyó a ella reírse. - ¿Vamos a recurrir al clásico y cutre "cuelga tú"? - Volvió a reír - Vale, a la de tres. Una... - dejó de hablar ya que había colgado antes de tiempo, riéndose. Harry se apoyó un poco en el marco de la puerta, apretando los puños como nunca, y mirando a la chica que le frustraba cada día. Estaba de espaldas, con una coleta y una camiseta negra, además de unos cortos pantalones de pijama de colores. Estaba enfadado. Estaba enfadado con Louis por tener más suerte que él. Estaba enfadado con Alex por no fijarse en Harry desde un primer momento. Estaba enfadado con todo el mundo por todo.

- Fregona - mencionó fríamente. Alex se giró fulminándole con la mirada. Ella se preguntaba por qué era así con ella. Esa mañana había estado encantador (dentro de lo que cabe siendo Harry) y ahora se comportaba así. ¿Pero ella que había hecho? - A cenar. - concluyó.

- ¿Lo de ser imbécil te vino de nacimiento o solo es algo temporal? - dijo mientras se levantaba y salía del cuarto.

-  Cállate por favor, que tu voz me produce dolor de cabeza. - ella se giró hacia él malhumorada.

- ¿Sabes qué? Debe de ser muy duro... - Harry frunció el ceño. 

- ¿El qué? - Alex sonrió maliciosamente y se acercó un poco más a él.

- Lo de que tu mejor amigo salga con la chica que te gusta. - Harry dejó caer un poco la mandíbula, mientras entrecerraba los ojos. Sí, era duro. Muy duro. Y más teniendo a Alex en su casa, viviendo con él. Tomó aire y lo expulsó.

- A ver si lo entiendes de una vez. Tú. No. Me. Gustas. Y tampoco creo que ocurra algún día. Pero lo que no me parece adecuado ni justo para Louis es que tú vayas por ahí haciéndote ilusiones de que yo tengo interés en ti. Deberías estar pensando en él más que en mi, ¿no? - ella bufó exasperada.

- Eres ridículo, en serio. - y empezó a bajar las escaleras, con Harry detrás. Alex estaba que echaba chispas. ¿Cómo podía ser tan... tan...? Arrrrrrgh. ¡Es que era tonto! Un día le hacía saber indirectamente que a él le gustaba, y hoy se lo niega con todas las letras. ¿Pero la está tomando por una imbécil? Llegó a la mesa de comedor y se sentó, con Harry enfrente, al igual que cada noche. Le miraba como si quisiese hacer volar su cabeza. La cosa era que el sentimiento era mutuo. Robin sirvió la comida y todos empezaron a comer. Robin y Grace hablaron sobre algunas cosas de la comida, algo sobre la boda, cosas así. Sophie también compartió comentarios sobre que en el colegio en breves tendrían una excursión.

- Ya hemos tomado una decisión sobre qué pasará con vosotros cuando nos vayamos de luna de miel. - Alex abrió los ojos. Se le había olvidado la luna de miel... Ellos iban a pasar dos semanas en un bungalow de Indonesia.

- Sophie, tú te irás con la abuela. - dijo Robin. La pequeña rubia dio un grito de emoción sonriendo abiertamente. - Y vosotros dos - miró a Harry y a Alex - Hemos pensando que tenéis la edad suficiente, y espero que la madurez también para quedaros solos cuidando la casa.

- ¿¡Solos!? - dejó escapar en cuanto lo oyó.

- Si, no creo que haya problema - habló Grace. Miró a Harry queriendo en ese momento coger un cuchillo y matar a todos.

- Será interesante - sonrió con ironía mientras la miraba. Alex soltó un suspiró y se concentró en el postre. - Y bueno, Alex, cuéntanos que tal con tu novio. - ella levantó la mirada odiándole. Nadie además de él de esa casa sabía lo de Louis.

- ¿Novio? - preguntaron Sophie y Grace a la vez. Marujas tenían que ser las dos... Harry fingió cara de sorpresa.

- Ah, ¿que no lo sabíais? Creía que Alex ya os había contado lo de Louis.

- ¿Con Louis? - dijo Robin animado - Es un gran chico, le conozco desde que tenía apenas tres años.- Alex tomó aire.

- Sí, con Louis... Llevamos juntos desde el jueves. - por debajo de la mesa le arreó una patada, por lo que él se mordió el labio para contenerse.

- ¿Y no me lo dijiste aún? - se quejó Grace.

- Bueno... Iba a decíroslo pronto. - y así empezó a ser interrogada por su tía y Sophie, más algunas preguntas de Robin. Harry se reía en silencio. Alex contestó de forma sencilla a cada cosa que le preguntaban, incluso pasando por el fatídico momento en el que se atragantó con el agua ya que Sophie preguntó si se habían acostado ya. Después de cenar, Alex se quedó recogiendo la mesa y poniendo el lavavajillas. Ese día le tocaba hacer esa labor. Estaba colocando los vasos en el segundo piso cuando Grace se acercó a ella.

- Asi que Louis eh... 

- Sí, contestó ella sin alzar la mirada.

- Me gusta. Es un buen chico y me cayó bien. - Alex asintió, y miró a su tía justo para ver cómo abrió la boca y la cerró. Como si quisiera decir algo más.

- Suéltalo. - Grace suspiró.

- Creía que te gustaba Harry la verdad. - Alex se volteó hacia ella, mirándola con los ojos abiertos. 

- ¿Harry?

- Sí... No sé... Noté como algo entre vosotros.

- Pues no sé de que "algo" hablas. Harry y yo no es que nos llevemos muy bien, especialmente.

- ¿Alguna vez te he contado cómo nos conocimos Robin y yo?

- Mil veces. Fuiste a por un batido el segundo día a la cafetería del hotel. Viste a Robin y os enamorasteis. Quedasteis y os disteis muchos besos.

- Bueno... No exactamente. Hay una parte que no sabes, solo Robin y yo. - Alex frunció el ceño mientras seguía metiendo cosas en el lavavajillas.

- ¿Qué parte? - su tía suspiró.

- Yo me choqué con Robin cuando iba a por mi batido. Al verle me pareció guapísimo y encantador, habría caído a sus pies si no fuera porque cuando nos chocamos, por su culpa, me tiró encima el café que llevaba. - Alex soltó una carcajada. 

- ¿Enserio?

- Sí. Y después me cabreé con él y empecé a soltarle cosas. Ya sabes cómo soy yo cuando me enfado, y más si me manchan la ropa. Asi que le odiaba. ¡Era mi jersey favorito! Esa misma noche, descubrí que su habitación estaba en mi misma planta. Y cuando le vi volví a soltarle unas cuantas cosas. Y él también a mí, no creas que se quedó corto... Me llamó histérica, loca, y demás. Y en un momento, cuando ya no podíamos gritar más, me dice "¿quieres cenar conmigo?". Y me quedé super sorprendida. Pero acabé aceptando... Al cenar nos pedimos perdón y ya sabes el resto. Pero que sepas que dice que en cuanto me vio le parecí una mujer increíble. 

- ¿Y... con esto quieres decirme que aunque Harry y yo nos llevemos mal acabaremos juntos? - Grace sonrió.

- No, yo solo quería contarte la historia. La conclusión la has sacado tú sola. - Alex se quedó subiendo una ceja.

- Eres una arpía, lo sabes, ¿no? - su tía rió, pero después miró fijamente a Alex.

- Eres una chica lista, sabrás hacer bien tus decisiones.


Alex se quedó pensando mientras su tía salía.
¿Qué quiso decir con eso?





(...)



Victoria abrió los ojos. Su móvil estaba sonando. Alargó la mano hacia su mesilla, donde el iPhone se estaba cargando.


- ¿Si? - dijo con vagueza.

- ¡Buenos días! - dijo una voz al otro lado de la línea. Victoria abrió mucho los ojos. Se volteó en la cama y miró el reloj que estaba también la mesilla.

- ¡Liam! ¿Qué haces llamándome a las once y media de la mañana?

- Pues me acabo de despertar, y pensé: pues voy a despertar a mi folliamiga. - ella hizo una mueca al oír esa palabra.

- Eres imbécil... Y no me llames folliamiga que no me gusta.

- ¿Y cómo quieres llamar a esa relación rara que tenemos?

- Pues personas que se van a acostar sin ningún tipo de compromiso.

- Vamos, folliamigos.

- ¡Que no! Además, tú no eres mi amigo especialmente.

- Asi que estás dispuesta a que me acueste contigo pero no me consideras tu amigo... Mucha gente podría especular ciertas cosas sobre eso.

- Eres imposible, ¿sabes? - él rió - Por cierto, ¿como has conseguido mi número? No recuerdo habértelo dado en ningún momento.

- Tengo mis contactos.

- Niall, ¿no?

- Sí.

- ¿Pero él...?

- No, él no sabe nada. Simplemente le dije quería hablar contigo - Victoria suspiró, soltando el aire. - Bueno, Victoria, solo quería despertarte y creo que ya lo he conseguido - ella frunció el ceño. ¿Iba a colgar tan rápido? ¿Por qué? ¿No podían hablar un poco más? 

- Ah bueno... - Liam, que estaba al otro lado, creyó captar un toque de desilusión y sonrió.

- Adiós. - y colgó rápidamente. Seguro que ella se había quedado un poco rayada al otro lado. Él no pararía hasta dejarla loca por él y comiendo de su mano.



(...)



Harry bajó a la cocina frotándose los ojos por el sueño. Abrió la nevera y miró. Al ver que no había nada de su agrado la cerró, y cinco segundos después la volvió a abrir, cogiendo un bote de zumo de naranja que encontró.
Lo abrió, bebió un gran trago y lo cerró. Lo depositó de nuevo en su sitio y empujó la puerta de la nevera hasta su lugar inicial. Al cerrar, dio un pequeño bote, pues no esperaba encontrarse a Grace al otro lado.


- Cojón - dejó escapar llevándose una mano al pecho. Grace sonrió.

- Buenos días Harry - se acercó a su futuro hijastro y le dio un beso en la mejilla.

- Buenos días.

- ¿Has visto a Alex?

- Ayer dijo que hoy saldría a correr, ¿no?

- Cierto. Menos mal que tu te enteras más de lo que dice ella. - Grace miró de reojo a Harry. Este se había sentado después de haber cogido un plátano.

- Sí, bueno, simplemente me acuerdo de lo que dijo.

- Mmm... - Grace se sentó al lado de él - Habrá salido hace mucho, porque cuando me desperté no estaba. - suspiró -  Y bueno, ¿qué tal tu relación con ella? - el chico tosió.

- ¿Relación?

- Sí, ya sabes. Si os lleváis bien ahora que vais a compartir mucho tiempo juntos.

- Ya... - se pasó una mano por el pelo - No nos llevamos muy bien, pero supongo que se hará lo que se pueda. No es fácil adaptarse tan rápido a una chica de mi edad.

- Por supuesto - Grace empezó a jugar con sus  uñas. - Aunque ahora estaréis más unidos y tal.

- ¿Por qué? - se preguntó Harry extrañado.

- Por eso de que sale con tu mejor amigo, digo yo. - él tensó la mandíbula, igual que siempre que salía ese tema o parecidos. Recordar que Louis era quien la besaba, quien tenía el título de ser su novio, quien quizás conseguiría llevarla a la cama pues como que no le hacía mucha gracia.

- Bueno, puede que eso no sea razón suficiente... - la mujer le miró mordiéndose el labio, como pensando en algo. Él mientras dio otro bocado a la fruta, centrándose en clavar sus ojos en el vacío. Ella dejó escapar el aire. Era hora de coger la sartén por el mango.

- Mira Harry, yo no soy tonta, y fui adolescente en mis días - esto hizo que él alzara la mirada hacia ella - Sé que entre Alex y tú hay algo. No sé el qué, pero hay algo.  - Harry alzó una ceja. No porque pensara que ella estuviese equivocada, sino porque le sorprendía que averiguase las cosas tan fácilmente. - Y yo en realidad no debería estar haciendo esto, ya que vais a ser como familia en el momento en el que tu padre y yo nos casemos, además de que el hecho de que Alex y tú estéis bajo el mismo techo resulta... peligroso, por decirlo así, pero...

- Grace, yo...

- Déjame hablar - le cortó con una sonrisa - Alessandra es una chica increíble, pero con mucho carácter. ¿Conoces esa frase de que quien la sigue la consigue? - Harry asintió sin abrir la boca - Pues eso tienes que hacer tú. Gánatela, y por favor, dejad ya de tonterías de cabrearos o cosas así que tenéis 17 años. 

- Pero es que ella ya es borde conmigo por defecto.

- Pues intenta empezar de cero. Y deja de llamarla fregona, por favor, que tiene un pelo precioso - Harry rió. - Y eso. Que está en tus manos que todo acabe como debe acabar. Aunque cuidado con Louis. Lo que menos queremos es que alguien salga muy mal parado de todo esto. - el chico suspiró. La verdad es que no quería que Louis perdiera a Alex. Estaban muy bien juntos. ¿Pero de verdad sentían algo el uno por el otro? ¿O simplemente fue cosa de que se llevaban genial como amigos? Harry no creía que Louis estuviese enamorado hasta los huesos de ella, y Alex igual. Aunque cariño el uno por el otro si que sentían. ¿Debía pensar en sí mismo por esta vez e intentar tener lo que quería?

- Yo.... - la puerta de la entrada se abrió de golpe y al segundo se cerró. Oyeron ambos unos pasos y después, Alex entró en la cocina con una bolsa en la mano.

- ¡Hola! - saludó animada a su tía, aunque habiendo echado de reojo una mirada a Harry - He traido huevos y leche, que no quedaban.

- Gracias - respondió Grace. Alex se acercó a ella y le besó la mejilla. Después abrió la nevera y empezó a colocar las cosas. Grace miró a Harry como queriendo transmitirle un mensaje. Él, dudoso, se levantó y se puso al lado de Alex, apoyándose en la encimera. 

- Hola Alex - esta no le contestó, ni si quiera le miró - ¿Qué tal tu paseo? - ella cerró la nevera y se cruzó de brazos, mirándole.

- No hace falta que finjas delante de Grace haciéndote el niño bueno. - puso una mueca de asco mirándole de arriba abajo - Y la próxima vez no te acerques tanto a mí para decirme algo. No me gusta que invadan mi espacio vital. 

- ¿Entonces Louis te besa a distancia o qué? Aunque el viernes en la entrada no había mucho espacio vital que digamos... - Grace carraspeó a propósito desde donde estaba.

- Lo que haga con Louis o deje de hacer no te incumbe. Y solo quiero que mantengan el espacio aquellas personas que no me gusta tener cerca. ¿Entendido? - se dio la vuelta decidida y empezó a caminar. Harry miró a Grace, quien fruncía el ceño.

- Yo lo he intentado - se excusó él encogiéndose de hombros.



(...)



- Sí, ya estamos llegando a tu casa. - dijo Victoria caminando con su prima a su lado.

- ¿Vas con Alex? - preguntó Bianca desde su casa.

- Sí, nos quedan dos manzanas solo.

- ¿Avisaste a Cecilia?

- Le mandé un Whastapp. Estará de camino. Dijo que la llevaba su tío que había ido a su casa para comer o algo así.

- Vale. Bueno, pues nos vemos ahora.

- Okeys, adiós.

- Adiós.


Victoria colgó. 
Las chicas, las cuatro, habían quedado en ir a casa de Bianca aquella tarde. Bueno, al principio iban a ser solo tres, Bianca, Alex y Victoria, pero decidieron que estaría bien que fuese Cecilia también.
Victoria había pasado por casa de su prima para ir juntas andando desde ahí. Ambas habían tenido mañanas muy distintas. Por un lado, la castaña había estado sola casi todo el día, pues sus padres habías ido a misa y luego a hacer la compra. Ese era uno de los únicos días a la semana que tenían libres para hacer cosas normales de padres. En esa mañana, el único momento destacable para Victoria fue cuando llamó Liam, y aún así se quedó desilusionada porque colgó muy rápido. Por otro lado, Alex, tras llegar de correr, se había duchado y había visto "El Club de la Lucha" con Robin. Después comieron todos, ella teniendo que ignorar cómo Harry se hacía el niño bueno, y durmió la siesta. Finalmente se preparó para quedar con sus amigas.
Llegaron a la casa de Bianca justo cuando un Fiat granate se paraba al lado de la acera. De él bajó una chica rubia, que visualizó a las otras dos y fue hacia ellas.


- Hola... - las saludó tímidas. Aún tenía que soltarse un poco más. Parecía mentira que Cecilia, la que hacía una semana estaba siendo una pécora, ahora pareciese tan dulce y delicada.

- ¡Hola Cels! - saludó gritando animadamente Alex. Ella y su prima le dieron un abrazo. La rubia se quedó sorprendida. ¡Si más o menos la conocían de un día (interiormente)! La puerta de la casa se abrió y salió Bianca apoyada
 en el marco de la puerta.

- ¿Pero que son estos gritos? - dijo sonriendo.

- Peores serán los tuyos cuando te acuestes con alguien, so cerda - contestó Victoria así como si nada, de jajas. Las tres se metieron en la casa, saludando a la anfitriona. Aunque Victoria se llevó un golpe en el brazo por su comentario, pero se rió. Bianca les enseñó un poco el lugar, mostrándoles por donde iban, aunque solo la planta de abajo. Llegaron al salón donde les esperaban dos boles con palomitas y un sofá enorme.

- La leche - Alex dio un saltó y se dejó caer en el sofá, de cara. - Yo de aquí ya no me muevo. - Victoria se sentó sobre el culo de su prima, bajo los quejidos de esta. Bianca y Cecilia se rieron porque Alex intentaba apartar a Victoria, que mientras estaba comiendo palomitas, de encima pero no lo conseguía.

- Elegimos peli, ¿no? - preguntó Bianca.

- Sí - contestó Cecilia - ¿Cuáles tienes? - la pelirroja extendió un brazo e indicó un mueble con un estante lleno de películas. Cecilia se acercó, y al rato se le unió Alex, que se había librado de Victoria.

- ¿Step Up? - dijo Alex cogiendo una carátula.

- No - contestó Victoria - La vi ayer por la noche.

- ¿La naranja mecánica? 

- Ya me la he visto muchas veces - dijo Bianca. 

- ¡Oh joder, jodeeeer! - Alex se pusó de pie y empezó a dar saltos. Se volvió hacia las otras con una sonrisa. - ¡Tienes la película de Justin Bieber! - Bianca se sonrojó.

- Si bueno, siempre fue mi amor platónico.

- Es que hay que ver como está el niño... - Victoria suspiró.

- Yo no la he visto - comentó Cecilia.

- Va, pues decidido, vemos a Justin. - Alex cogió el DVD y se lo dio a Bianca, quien lo puso en el reproductor. Todas se sentaron en el sofá, cogiendo los boles, y se prepararon para verla - Ay jope, que ilusión, hace mucho que no la veía. 

- Parecemos niñas de trece años, ¿sabéis? - dijo Victoria.

- Pero que es super guay, no lo niegues - argumentó Bianca.


Empezaron a ver la película, desconocida para Cecilia aunque para las demás no. Alex estaba super ilusionada ya que vio esa película hace mucho tiempo y no se acordaba del todo de como era. Empezaron a pasar los minutos y aquello era un sin fín de risas, ya que Bianca empezaba a cantar las canciones super motivada, mientras que Victoria se las inventaba como podía ya que no las sabía. En un momento en el que el chico, aunque era hace unos años, salía sin camiseta, Alex pegó un grito y tiró las pocas palomitas que quedaban en el bol que ella tenía. Las demás la miraron raro, pero se empezaron a reír.
Pasó más tiempo, hasta que la película acabó. Bianca, que recordó sus momentos de fan del artista, se emocionó y todo, soltando alguna que otra lágrima. Alex en cambio estaba histérica. Ahora no dejaba de cantar las canciones que se le habían pegado. Victoria y Cecilia mientras tanto se miraban como diciendo "yo a estas no las conozco".


- Joder, después de esto creo que quiero hacerme Belieber - dijo Alex mientras Bianca apagaba la tele.

- Yo esta noche me descargo sus canciones - complementó Victoria.

- Pues yo creo que aún me queda algún poster suyo por ahí. - Bianca se sentó en el suelo, al lado de Cecilia, ya que tiempo atrás se había bajado del sofá a ahí.

- Niall sabe tocar la de "Never Let You Go" con la guitarra... - Cecilia bajó la mirada ruborizandose. Las tres se miraron, pasando comentarios similares por sus mentes.

- Hablando de Niall - dijo Victoria - Menudo morreo os pegasteis el viernes, ¿eh?

- Por poco os poneis a fornicar ahí mismo.

- Bueno... - Cecilia pasó una mano por su pelo. - Pedisteis un beso y os dimos un beso. - cada vez su voz se iba apagando más, hasta que se quedó en nada y suspiró tristemente. La idea de pensar en que Niall no la veía del mismo modo que ella le veía a él le entristeció.

- Oh, hay algo más. - dejó escapar Alex.

- ¿Qué?

- ¡Que sí! - se tiró sobre Cecilia tumbándola en el suelo. La miró fijamente mientras la otra alzaba una ceja. - ¡A ti te gusta Niall! - las demás se acercaron.

- Yo lo sospechaba - dijo Bianca.

- No me gusta Niall - se defendió la rubia de forma poco creíble.

- ¡Mentira! - Alex empezó a hacerle cosquillas a Cecilia, y las demás siguieron el juego.

- Para, para, ¡para! - pero las demás aumentaron el ritmo - ¡Si me gusta! ¿Vale? - dijo para concluir. Las tres se separaron orgullosas.

- Lo sabía.

- Sois un coñazo, ¿lo sabéis?

- Sí, sí, pero que te gusta el irlandés. - Cecilia se ruborizó.

- Yo creo que le gustas - habló Bianca - Toda esta semana estuvo como medio enchochado contigo.

- ¿Y te acuerdas el día que entraron en clase empapados?

- Pues yo... Como no voy a vuestro instituto pues no sé mucho... - dijo Victoria - Pero eso sí, el viernes entre vosotros había feeling.

- No le gusto - aclaró Cecilia.

- Que sí, que yo creo que sí. - Alex se sentó cruzando las piernas.

- Que no, que me lo dijo.

- ¿Qué?

- Es que... El viernes le besé.

- ¿No jodas? - dijo Victoria sarcásticamente.

- ¡Me refería a cuando me acompañó a casa!

- La poya de Troya - expresó Bianca. Todas se rieron porque era raro oírla decir esas cosas.

- ¿Y qué pasó? - quiso saber Victoria.

- No continuó el beso. Dice que le atraigo, pero que no me ve como nada más... Asi que yo le dije que lo del beso fue solo un impulso debido al alcohol. Por lo que cree que yo por él no siento nada, simplemente que estaba borracha. - las otras tres se callaron. ¿Qué iban a decir? La verdad es que se esperaban que Niall hubiese correspondido a Cecilia. - Pero bueno,dejemos ese tema a parte. Total, ¡como si no hubiera chicos en el mundo! - sonrió, aunque una parte de ella aún seguía un tanto triste. Las demás de miraron y decidieron pasar de aquel tema, para no deprimir más a Cecilia.

- Buah, se me ha ocurrido una cosa que podemos hacer. - dijo Victoria.

- ¿El qué?

- Gastemos una broma teléfonica a los chicos.

- ¡Ya sé a quién! Tengo una idea genial. - Bianca sacó su móvil y marcó un número, poniendo el número oculto antes, de forma que cuando llamase no se viese quién era. Después, puso el altavoz.

- ¿A quién llamas? - preguntó Alex mientras el teléfono daba los sonidos estos raros de antes de llamada.

- A Zayn - Bianca sonrió maliciosamente.

- ¿Sí? - contestó una voz enojada al otro lado, pero también como fatigada. Bianca tapó el auricular y rió.

- Este estaba dándole al tema con una chica - quitó la mano y puso voz grave. - ¿Señor Malik?

- Soy yo - se oía una voz aguda de fondo, de la supuesta chica. Las cuatro se miraban conteniendo la risa.

- Para asegurar plenamente que es usted, ¿nos puede confirmar que vive en la calle Saint Glenn número 27?

- Ahí vivo.

- Muy bien, simplemente era para confirmar - Bianca tomó aire a punto de soltar una carcajada - Quería avisarle de que nuestro grupo de colaboradores llegará a su casa antes de tiempo, en apenas unos minutos.

- ¿Colaboradores?

- Sí, ya sabe. Los artistas que pidió para esta tarde a las siete y media.

- Creo que se equivoca, yo no he pedido nada.

- Señor, recibimos una llamada esta mañana de usted, exigiendo que quería un pedido de dos hombres vestidos de enfermeras para esta tarde - Cecilia se tapó la boca antes de emitir algún ruido.

- ¿¡Que yo he pedido que dos transexuales vengan a mi casa!? - sonó alterado.

- Por favor, o use ese tono conmigo. Le estoy diciendo lo que tengo apuntado en mi agenda. Como esto sea una broma de críos aténgase a las consecuencias. Este trabajo es una cosa muy seria. ¿¡Acaso tiene algo en contra de las mujeres atrapadas en el cuerpo de un hombre!?

- ¡No! ¡Pero es que yo no he pedido nada!

- ¿Entonces por qué llamó usted?

- ¡Yo no llamé!

- ¿Haría el favor de dejar de gritar. Me ofende usted.

- A ver. - Zayn suspiró - Yo no llamé a ningún sitio, ni pedí nada. Lo siento si he ofendido a vuestro trabajo o lo que sea, pero yo no he hecho nada. Lo que quisiera saber es cómo han conseguido mi número y mi dirección. - Bianca ya no podía aguantar más, temía que se iba a echar a reír en cualquier momento.

- Perdone, pero yo solo me ciño por lo que está apuntado en la agenda, señor. - tomó aire - O debería decir... Oso amoroso... - esto último lo dijo con su voz normal. Se oyó a Zayn gruñir.

- ¡Bianca! - gritó malhumorado. Ella colgó.

- Y asi señoras, es como se cabrea a Zayn Malik - dijo antes de que todas empezasen a reir. 


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aqui estoy de nuevooo!
Finalmente encontré wifi. No creais que fue facil, puesto que mi ordenador tiene fastidiada la bateria y solo funciona si lo enchufo con el cable
Bueno, no tengo mucho tiempo, simplemente deciros que eso, que aquí está el capítulo
Un besoteee:)