sábado, 28 de septiembre de 2013

31. And the tears stream down my face.

La gente estaba en el pasillo del instituto, aún. Muchos de ellos hablaban, susurraban. Otra parte se había empezado a esfumar del lugar. Y una última parte, los curiosos, se quedaban quietos esperando ver alguna reacción por parte del rubio.
Niall, quien se había quedado con la boca entreabierta, y con la mochila apunto de caérsele, solo pudo mirar a todos lados, sin saber qué decir, ni qué hacer. Cecilia ya había salido del edificio, pero sin él tras ella.
Louis, poco a poco se acercó a Niall y le puso una mano en la espalda.


- Venga, vámonos a casa. - dijo. Pero el otro no se movió, simplemente le miró.

- Tío... Que... Que le gusto. - dijo al fin, aún sin creerselo, y sin haber asimilado el mensaje.

- Bueno, ya era hora de que te enterases.

- ¿Tú lo sabías? - preguntó incrédulo.

- Niall, cielo, todos lo sabíamos. - habló Bianca, que se había acercado junto con el resto a ellos.

- Solo había que ver cómo te miraba. - esta vez dijo Alex.

- Pero ella estaba enfadada conmigo...

- Porque la hiciste sentir utilizada, y como que no pensabas en ella ni en sus sentimientos. - Niall agachó la cabeza ante el comentario de su amiga la pelirroja. En ese momento se sentía muy miserable.

- Pero... ¿Por qué yo no me enteré de nada?

- Porque eres gilipollas. - respondió Harry llevándose una mirada vacía de Niall.

- Bastante gilipollas - apoyó Zayn. Niall volvió a agachar la cabeza y suspiró.

- Soy gilipollas. - dijo finalmente.




(...)



Bianca y Zayn estaban en un Starbucks, ambos sentados con sus pedidos.
Después de que Niall se fuese a su casa con la cabeza agachada, los demás empezaron a disolverse, yendo cada uno por su camino.
Habían comido, después tuvieron un poco de tiempo libre (en el caso de Zayn ese tiempo libre se redujo a dormir) y después salieron. Necesitaban una quedada de mejores amigos.
Habían paseado por ahí, por el paseo marítimo, y tras dos horas de recorrer la zona, entre risas y demás, fueron al Starbucks en el cual estaban ahora, y en el que llevaban media hora.


- ¿Ya has decidido que vestido robarle a tu madre pasa ir a la boda? - Bianca sonrió.

- No, esta vez el vestido es mío y solo mío. - Zayn parecía asombrado.

- ¿Y cómo es?

- No te lo voy a decir.

- Es que tengo que saberlo, para saber si ponerme traje negro o gris o azul marino. Tengo que ir acorde con mi acompañante.

- ¿Quién dice que yo vaya a ser tu acompañante?

- Bueno, tú vas sola, yo voy solo... - Bianca sonrió.

- Harry también va solo. Y juzgando lo ocurrido hoy Niall y Cecilia también van solos, y Liam y Victoria ni idea, pero algo me dice que las cosas no van muy bien ahora entre ellos.

- Pues bueno nada, orgía de acompañantes, da igual - ella rió por lo bajó y alzó los ojos. Le hubiese encantado ser la acompañante de Louis en la boda, y bailar juntos después del banquete, y conocer a nuevas personas, y que Louis la presentase como su novia. Eso era lo que quería. Pero mientras tanto tenía que aguantar a un moreno narcisista, un chico de pelo rizado obsesionado con Alex y a un duende irlandés rubio que no se entera de lo que tiene que enterarse. En el fondo no era mala compañía. Bianca iba a decir algo, algún comentario en plan broma para picar a Zayn, pero entrecerró los ojos y se quedó mirando a alguien que estaba a unos metros de distancia. Zayn, al ver que su amiga se había quedado empanada, se giró hacia donde estaba ella.

- ¿Esa no es...? - empezó Bianca a decir, pues había visto una cara familiar, de una chica con el pelo caoba y muy largo, de piel ligeramente tostada.

- Está buena. - dijo Zayn mirándola de arriba abajo, entonces en ese momento Bianca cayó.

- ¡Es Caroline!

- ¿Quién?

- ¿De verdad que no te acuerdas? Te la tiraste antes del verano, creo que la conociste en una discoteca.

- ¡Hostia! Pues es verdad. - Zayn volvió a hacer un repaso a la chica - Antes no estaba así. Ha cambiado, a mejor. - el chico se giró hacia Bianca - ¿Crees que podría acostarme con ella de nuevo? - la chica alzó una ceja.

- Puedes intentarlo. - Ambos esperaron en sus sitios hasta que dos minutos después, la chica pasó por al lado de ellos. Zayn le agarró de la mano e hizo que ella se girase.

- Caroline, ¿te acuerdas de mí? - ella abrió los ojos, y puso cara de enfadada.

- Hijo de puta. ¿cómo te atreves a hablarme, so mamón de mierda? - parecía que escupía fuego por la boca - ¡Te llamé mil veces, y tú me ignoraste! - Bianca en ese momento supo lo que tenía que hacer.

- No, Zayn, no la escuches, no lo hagas. - puso una mano en el hombro de su amigo, y este, conociendo la técnica que estaba empleando Bianca, agachó la cabeza - ¿cómo puedes decirle eso? - Bianca fingió su mejor cara de desagrado.

- Pe... Pero... ¿qué le pasa? - preguntó la famosa Caroline intrigada, pues se esperaba de todo menos eso.

- Él se arrepiente de todo el daño que ha llegado a hacer a las chicas, pasó una época muy mala. ¡Hasta fue a un campamento de verano para intentar liberar su alma! - Caroline en ese momento cambió la faceta como una de pena. - Y claro, ahora vienes tú recordándole su pasado... ¡Él ya tiene suficiente avergonzándose de sí mismo! - Zayn se sentía orgulloso de la actuación de su amiga.

- Bi, da igual... - dijo el chico suspirando - Ya sé que mi pasado siempre me perseguirá, que nunca podré librarme de él... Soy un monstruo - esto último lo dijo tapándose la cara con las manos, y la chica, Caroline, que observaba todo eso, se sintió malamente mal.

- Lo... Lo siento... No pretendía... ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?

- Nada...

- No se me ocurre otra cosa, pero quieres... Nosé, dar una vuelta conmigo y me cuentas sobre ese campamento de verano. - Zayn alzó la cabeza y puso ojos de corderito.

- ¿Enserio querrías pasar tiempo conmigo después de lo que te hice? - ella suspiró.

- Sí... - Zayn sonrió humildemente y se puso de pie. Él y Caroline se despidieron de Bianca, dispuestos a irse. Y cuando estaban a punto de cruzar la puerta, Zayn se giró hacia Bianca e hizo un gesto de orgullo, como una felicitación así mismo por haber conseguido lo que se propuso.


Bianca se quedó un cuarto de hora más ahí y salió del Starbucks, sola.
Cualquier persona pensaría que pobre Bianca, que era "abandonada" por su mejor amigo. Pero daba igual. Ella comprendía las necesidades de su amigo, y además ya estaba acostumbrada.
Iba caminando, pensando en lo suyo, cuando se chocó con alguien, un imbécil que tampoco miraba a donde iba...


- ¿Louis? - se sorprendió Bianca, al saber que el chico al cual había calificado como imbécil en su cabeza, resultó ser él.

- Anda Carrot, ¿qué haces por aquí? - sonreía. Dios, puta sonrisa.

- Pues nada... Estaba con Zayn pero sintió la llamada de su pene - Louis rió. Dios, puta risa.

- Bueno, los hombres somos hombres.

- ¿Y tú que haces aquí?

- Pues... Me aburría en casa. Asi que decidí pasear.

- ¿Solo?

- Sí bueno, Niall está "reflexionando", - utilizó los dedos como comillas - Cecilia estará de mal humor, Liam no me contesta el teléfono, Victoria tampoco, Zayn pues... Está ocupado, Harry dice que no le apetece quedar y Alex... - suspiró - Esta muy rara, ¿sabes lo que le pasa? - una vaga idea apsó por la mente de Bianca, y no supo si alegrarse por esa idea o entristecerse.

- No, no se nada. Quizás esté, no sé, teniendo una mala racha.

- Puede ser. Pero es como que siento que en ocasiones me evita.

- Dale tiempo. - dijo finalmente Bianca, intentando calmarle.

- Ya, supongo... - volvió a suspirar, puso los brazos en jarras y miró hacia la derecha. Después se mordió el labio y miró de nuevo a Bianca. - ¿Tienes algo que hacer o quieres terminar el paseo conmigo? - Bianca sonrió. Era obvia la respuesta.



(...)



Alex suspiró, encerrada en su cuarto, con las piernas juntas y encogidas, agarrándoselas. Tenía de fondo a Blink 182, sonando a través del altavoz del móvil, y pensando en... Para ser sinceros, estaba pensando en Harry.
¿Pero qué le pasaba?
Ni ella misma se reconocía.
Había estado como una lechuga casi toda la semana, y sabía que seguiría así hasta que con Harry no se aclarase el tema.
Desde aquella noche, que le confesó pues... eso, él se había mostrado normal, como si nada hubiera ocurrido. Y Alex debía admitir que eso le molestaba. ¿No le importaba? ¿Sudaba del tema? Pero luego por otra parte miraba su sonrisa, y las malas cosas se le borraban de la cabeza.
Y es que aquel viernes Harry había estado más feliz, como más libre.
Parece que se había quitado un peso de encima.
Por otro lado, Alex miraba a Louis, y sentía cariño. ¿Pero qué tipo de cariño era?
Su mente era una cesta de confusiones, en serio.
Y encima de todo esto, estaban los problemas entre Niall y Cecilia, entre Victoria y Liam (su prima la había llamado contándole todo), y que la boda era mañana.
¡Hostia puta, que la boda es mañana!
Eso significaría que vería a Harry en traje... ¡Digo Louis!
Sí, Louis en traje.

Un golpe en la puerta la sacó de su encrucijada, y la cabeza de Harry, con una pañuelo en esta que le apartaba el pelo, se asomó por la madera. Alex alzó la mirada e inmediatamente un cosquilleo le atravesó la espina dorsal. Si ella volvía a ver a Harry con ese pañuelo en la cabeza durante un segundo más, tendría claro que debería cambiarse de bragas.


- ¿Molesto? - dijo Harry. Era gracioso verle solo con la cabeza asomada, como si flotase. Parecía un balón de futbol con pelo.

- No... - contestó Alex en apenas un hilo de voz. Harry notó que en su voz había desgana, y sacó su mano, y en ella había una carátula.

- ¿Te apetece ver una película?

- Mmmm... No, la verdad...

- ¿Y si es una película especial? - Harry entrecerró los ojos, como haciéndose el interesante. Alex se sintió intrigada.

- ¿Cuál? - el chico sonrió, la había convencido al menos un uno por ciento.

- ¿Resacón en las Vegas? - Alex se mordió el labio, esa era una de sus pelis favoritas.

- ¿Me va a costar algún precio? - respondió.

- Solo aguantarme durante una hora y cuarenta minutos - su impecable sonrisa que no faltase.

- Mmmm... Mierda, me has convencido.


Se puso de pie, temblandole ligeramente las piernas ya que, joder, era Harry, un maldito dios griego, ¿quién no se sentiría así? Los dos salieron de la habitación y cruzaron el pasillo. Harry estaba encantado, era una oportunidad perfecta para acercarmientos. Llegaron al salón, desde ahí se oía a Robin y a Grace hablar desde la cocina, estarían cocinando algo. Se sentaron en el sofá y empezaron a ver la película. Desde el segundo en el que comenzó, las risas empezaron.
En cierto momento, Harry se juntó más a ella, inclinándose ligeramente hacia el cuerpo de Alex, y ella lo notó, pero inconscientemente se acercó a él también. ¿Qué narices pasaba por su cabeza? Pero simplemente sabía que se moría por acortar esa distancia.  Pasaron unos minutos más, veintitrés mintos y cincuenta y cuatro segundos exactamente, y Alex notó como la mano de Harry rozaba su muslo, y un destello de emociones cobró vida en ella. La chica le miró de reojo, y se encontró con que Harry le devolvía la mirada. Vergonzosamente, apartó los ojos, mordiéndose el labio después. Los finos dedos de Harry comenzaron a elaborar pequeñas circunferencias en la piel de ella. Era increíble como un solo ligero roce provocaba que su ritmo cardiaco estuviese a mil. Simplemente increíble.
La película transcurría, y Alex sintió la necesidad de estar más cerca de él, además de que el culo se le estaba quedando plano. Por lo que alzó las piernas, encogiéndolas, y las puso en el reposabrazos, pero esta posición requería inclinarse un poco, asi que la cabeza de Alex acabó sobre el costado de Harry, y este, para mayor comodidad de ella, levantó un poco el brazo, rodeandola, y empezó a acariciarle el pelo, tan suavemente, que en apenas quince minutos, Alex se quedó dormida, junto a él, cuerpo con cuerpo.



(...)



- ¿Y de verdad ella te dijo eso? - Niall preguntó tirado en la cama, con el paquete de galletas Oreo ya vacío, sobre él. Aquella tarde, tras muchos comederos de cabeza decidió llamar a su mejor amigo, el que le entendía en cualquier situación, Liam. Este, a su vez, le había contado lo ocurrido con Vicoria.

- Sí...

- Bueno, hiciste bien en ir a hablar con ella.

- Ya, es que no puedo perderla, tío. Otra vez no. - comentó Liam, bajando un poco la voz, lo cual fue percibido por Niall.

- Sigo sin creer que le pegases al gilipollas ese. ¡Tres veces!

- Sí, bueno, se lo merecía... - Liam suspiró.

- Y oye, ¿tú con Cecilia qué vas a hacer? - al igual que el castaño le había contado a Niall lo ocurrido con Victoria, él le había hablado sobre el altercado en medio del pasillo.

- Pues... Uf, no sé.... Es que... No sé lo que siento por ella. - Liam soltó una risa irónica.

- ¿De verdad Niall, de verdad?

- ¿Qué pasa?

- Pues que realmente eres gilipollas. ¿Cómo puedes dudar si te gusta o no?

- A ver...

- Niall, la llevaste en tu moto, la arropaste en tu propia cama, le tocaste la guitarra, la defendiste enfrente de sus padres, bailaste con ella como si fueras un puto bailarín de ballet, te pones nervioso al verla cada día, te excitaste cuando la viste en el probador...

- ... Oye yo no...

- .... Te pones celoso si se arrima a cualquier otro chico que no seas tú, te afecta mucho si está enfadada contigo, y simplemente la necesitas para respirar. ¿Alguna prueba más? - Niall no contestó. ¿Qué se supone que debía contestar? Ni si quiera lo sabía... Miles de cosas volaron por su mente en ese momento, hasta que se dio cuenta de que las cosas eran tal cual las había dicho su amigo.

- Joder... - suspiró abatido - Tienes razón... Me gusta Cecilia... - volvió a suspirar y, desde donde estaba, abrió mucho los ojos - Hostia puta, ¡que me gusta Cecilia!

- Muy bien hombre, ya te has dado cuenta.

- ¡Pero que me gusta Cecilia!

- Sí,  que muy bien, que me he enterado.

- ¡Es que no lo entiendes! Ella ahora está enfadada conmigo, me odia.

- Bueno, yo creo que si le gustas, dejará de lado su enfado.

- ¿Tú crees?

- Sí.

- Buah, pues mañana ataco, le echo la mirada tigre y ya. - dijo Niall convencido, esperando que todo saliese bien. Pero... ¿acabaría siendo así?




(...)



- ¡Qué vamos a llegar tarde! ¡Alex! ¡ALEX! ¡Ven rápido! ¿¡Y las flores!? ¿¡Ha llamado Robin!? ¿¡Ya está ahí!?

- ¡QUE ALGUIEN LA CALME! - gritó desde las escaleras Martha, la madre de Victoria.


El día anterior, Alex se despertó y estaba recostada en el sofá, ella sola. Después de eso, fue a cenar, aguantando los nervios de tanto Robin como Grace, más de la chica que del chico en realidad. Después de cenar, todos se fueron a dormir, ya que el día siguiente iba a ser un día movidito. Al despertarse, Robin y Harry ya no estaban en casa, sino en casa de un buen amigo del novio. De ahí, ellos irían a la boda. Las chicas mientras tanto estarían en la casa de Alex, esperando. Ahí estaban Grace, obviamente, Alex, Victoria, Sophie, Martha y Helen, la otra dama de honor que había, una vieja amiga de Grace. Esta, la novia, estaba desquiciada, y era apreciable. Solo había que pararse a escuchar cómo hacía comentarios de todo y preguntaba constantemente. Alex, Victoria y Martha bajaron las escaleras de la casa, y allí esperaban las demás.
Estaban ya listas para partir.
Salieron de la casa, todas con el pulso a mil, y se metieron en el gran coche negro de siete plazas que estaba fuera, esperándolas.


- ¿Voy bien? ¿Se me ha desecho el moño? - preguntó la prometida mientras iban de camino.

- Vas perfecta. - dijo Sophie, mirándola con una sonrisa. Parece que esto la tranquilizó bastante, pues no volvió a abrir la boca en lo que quedaba de viaje, aunque eso no evitó que las piernas le temblaran y que se mordiese el labio varias veces.


Tras diez minutos en coche, llegaron a un recinto con salones y jardines, que solía dedicarse a organizar bodas, cumpleaños, fiestas, etc. Estaba a las afueras de la ciudad, pero tampoco lejos. Al salir, Alex miró al cielo. No hacía sol, pero tampoco iba a llover. Simplemente el día estaba un poco apagado, aunque franjas de cielo azul se filtraban entre las blancas nubes. Helen cogió a Grace y a Sophie y se las llevó hacia el lugar donde debía esperar la novia, hasta que le diesen la entrada. Martha, por otra parte, fue a buscar a su marido.
Victoria y Alex, las dos vestidas igual, entraron en el recinto, atravesando una gran sala, y salieron a los jardines. Había una gran carpa, con el altar debajo, y al rededor, muchos asientos, la mayoría ocupados.
Había gente de pie, señoras hablando, niños corriendo, y Alex supo diferenciar a ciertas personas de Londres, su antiguo hogar.
Sus ojos rápidamente cayeron sobre dos chicos que hablaban, sonriendo, uno con ojos verdes, y otro con los ojos azules.


Harry  no tardó mucho en dejar caer su mriada sobre la chica que acababa de llegar. Alex estaba preciosa. Nunca la había visto con el vestido de dama de honor, y le resultó un gran impacto verla así. No es que solo esa vez estuviese impresionante, pero en ese instante... Todo se salía. (Ropa de Alex)
Llevaba un vestido negro, de palabra de honor, que caía hasta el suelo, liso como una cascada. En el pecho, se cruzaban dos tiras también negras con remaches en ellas, y debajo de las tiras, había una horizontal, marcando el lugar de la cintura. Llevaba unos tacones negros con pedrería en el talón; eran los de la fiesta de Niall. Y el pelo lo llevaba recogido en un moño, que partía de una trenza.
Iba simplemente increíble, más que eso. Parecía estar en otra dimensión.
Victoria, a su lado, iba igual que ella, pero sin duda, para él, Alex se llevaba el premio, por muy guapa que estuviese Victoria también.


- Harry, dice Robin que vayas a tu puesto, que empezará todo en cinco minutos - dijo Niall acercándose a él, con Liam al lado. Ellos, junto a Louis, habían llegado hacía un cuarto de hora. Harry no contestó, estaba demasiado atento a otra persona. Niall miró hacia allá - ¿Esas no son Alex y Victoria? Estás increíbles. - Liam giró la cabeza para mirar como si la vida le fuese en ello. Victoria estaba ahí, y más guapa que nunca. Llevaba el mismo vestido negro que Alex, y un moño, solo que más simple. Los zapatos casi ni se le veían ya que la largura del vestido los escondía. El corazón literalmente le dio un vuelco. Casi involuntariamente, empezó a andar hacia ellas. Bueno, su destino era Victoria, realmente.

- Estáis increíbles - dijo anda más plantarse frente a ellas, mirando más a la castaña.

- Gracias - contestó Alex. Victoria por su parte estaba cortada. Liam estaba guapísimo con traje. Le daba un aire de Christian Grey que no se lo quitaba nadie. Además, le sorprendió que llegase así con una sonrisa, después de lo ocurrido ayer. - Oye Liam - siguió hablando Alex, con una sonrisa maliciosa - Tienes el puño colorado, ¿has estado pegando últimamente a alguien? -  Victoria le dio un codazo a su prima, y esta se rió por lo bajo.

- Solo a algún gilipollas que se lo merecía. - dijo sinceramente. Los demás chicos se unieron a ellos tres, cada uno con su reacción propia: Niall halagó a las chicas con piropos, Louis se acercó a su novia y la besó, después saludó a Victoria, y Harry simplemente sonrió brevemente. - Oye, ¿podemos hablar? - susurró Liam en el oído de Victoria. Ella asintió no muy convencida. Se alejaron unos metros de ahí. - Estás preciosa, de verdad.

- ¿Eso es lo que querías decirme? - atacó Victoria, cruzando los brazos, y Liam no pudo evitar fijarse que al hacer ese gesto pues... que se realzaban notablemente los atributos.

- Eh no... - dijo apartando la mirada.

- ¿Entonces?

- Era que si ya habías legado a una conclusión. - ella bufó.

- Liam, que no, y punto. Además, ya hablamos de esto ayer. ¿No vas a darme espacio?

- ¿Cómo pretendes que te de espacio si casi ni puedo evitar estar cerca tuyo?

- Pues... ¡No sé! - suspiró - Además, no entiendo que me ves... Se supone que te hice daño... - Liam se encogió de hombros.

- Así son las cosas, uno no elije de quién se ena... - Victoria abrió mucho los ojos y le tapó la bcoa.

- ¡No! ¡No digas esa palabra! - le cortó antes de tiempo - Entre nosotros no hay sentimientos, no hay nada. Solo algo carnal y punto, ¿vale?

- ¡Aquí estáis! - una voz hizo que Victoria se echase hacia atrás, destapando la boca de Liam, y que se pusiese roja. Era su padre, Sean. - Liam, encantado de volver a verte.

- Igualmente - se estrecharon las manos. A Victoria le sorprendió la complicidad que había entre ellos, a pesar de que casi ni se conocían.

- Bueno, ¿de qué hablabais? - preguntó curioso el padre.

- Nada. - respondió Liam - Solo le recordaba a Victoria lo muy enamorado que estoy de ella. - la chica bajó la mirada, deseando poder haberse tapado los oídos en ese momento. Pero aun así, un extraño sentimiento cruzó de sus pies a la cabeza, como un escalofrío que parecían miles de hormiguitas que andaban por su cuerpo. Debía admitir que ese sentimiento le agradaba, igual que admitía lo bien que habían sonado aquellas palabras saliendo de la boca de Liam.



(...)



La mayoría de la gente ya se había sentado en los sitios. Se podía ver a Robin nervioso, al lado del altar, con el padrino.
Bianca y Zayn caminaban hacia donde estaban sus amigos, y la chica tenía que sujetarse el en chico ya que sino se caería, pues andar con los tacones que llevaba por una zona con hierba era dificil.


- ¡Zayn! - se quejó ella en un momento en el que casi tropieza, pues el chico se había girado para mirar a una chica que caminaba por ahí.

- Lo siento - se disculpó entre risas. Llegaron a donde estaban.

- Joder, la próxima vez vengo en Vans - dijo Bianca, llamando la atención de los demás.

- Joder - dijo Harry al verla, asombrado.

- Estás... Increíble - le hizo saber Louis.

- Sí, Bi, más de alguno va a acabar hoy a tus pies - habló finalmente Niall. Bianca iba guapísima, y era verdad. (Ropa de Bianca) Llevaba un vestido rosa palo tirando a carne que caía hasta abajo, de una estructura simple. Llevaba unos tacones a juego, que dejaban casi todo al piel al aire, pues eran como unas sandalias con un tacón muy fino. El la mano traía un pequeño bolso dorado, que junto a unos pendientes y un collar de la misma tonalidad, complementaban el modelito.

- Yo también estoy muy guapo, eh. - comunicó Zayn con una sonrisa.

- Claro que sí campeón - dijo Alex, haciendo que Zayn entrecerrase los ojos. Una mujer mayor, que era la madre de Robin, se acercó al grupo de jóvenes y pidió que se sentaran. Liam ya había cogido sitio para todos, y mientras Victoria esperaba al lado del altar, hablando con Robin. Alex y Harry fueron a donde estaban ella, y los demás llenaron los asientos, de forma que quedaban colocados en este orden: Liam, Niall, Louis, Zayn y Bianca.

- No habéis visto a Cecilia aún, ¿no? - preguntó Niall un tanto nervioso. Deseaba que llegara con creces. Los demás negaron y eso lo único que hizo fue que el malestar aumentara en el cuerpo del rubio. ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si había ocurrido algún accidente? El cura mandó callar cuando de repente, Niall oyó una voz conocida. Se giró justo para verla.

- Lo siento por llegar tarde - se disculpó Cecilia mientras se sentaba. La boca de Niall se abrió, muda, incapaz de hablar. Decir que estaba preciosa era poco. (Ropa de Cecilia) Llevaba un vestido azul marino, de tela fina y delicada como con varias capas, que se agarraba solo en un hombro, y descendía hasta medio muslo. Unos tacones blancos le proporcionaban varios centímetros más de altura. Y estos tacones eran como raros, porque estaban cubiertos entero por perlas de distintas formas y de color blanco y gris claro. Llevaba un bolso, del estilo del de Bianca, pero de color azul marino, tirando a oscuro. El pelo, esta vez, se lo había dejado ondulado, y en un lateral lo llevaba apartado gracias a una flor blanca. Probablemente, uno a simple vista hubiese preferido el vestido rojo largo que se probó Cecilia en el probador, pero luego era verla con el azul y... las dudas se iban. Era obvio que ese era el indicado, el perfecto. La mirada fría de ella encontró un segundo la de él, y rápidamente la apartó, haciendo saber a Niall que cualquier cosa que haga, tendría que hacerla con mucho esfuerzo, deshaciendo los errores que cometió en el pasado.



(...)



La música empezó a sonar, e instintivamente todos se giraron. Primero salió Sophie, con un bonito vestido blanco hasta las rodillas, con un lazo en la parte de atrás y manoletinas del mismo color. Iba lanzando pétalos de colores suaves por ahí. Y después, al fin, apareció la protagonista, la novia, que sonreía enormemente.
A su lado iba un amigo de la infancia, ya que puesto que por desgracia los padres de Grace no seguían vivos, él sería el encargado de llevarla al altar. Llegó hasta el final de la alfombra roja que cubría el suelo y se alojó debajo de la carpa, bajo la atenta y deseosa mirada de Robin, y ahí, la boda comenzó de verdad.
Palabras se dijeron, miradas volaron en el aire. El cura hacía que el proceso se llevase a cabo.
Todos los presentes sonrieron y se enternecieron cuando la parte del "sí quiero" llegó. Estaba siendo una boda perfecta, y poco podría arruinarla.
En el momento en el que Grace iba a responder a Robin, la mirada de Alex, que estaba fija en la pareja, vagó rápidamente hasta Harry, pero sus mejillas se tornaron de rosa cuando descubrió que él la miraba también, asi que la apartó.
¿Por qué le miró justo en ese momento? ¿Por qué en ese y no en otro? ¿Qué tenía el 2sí quiero" de Grace que hizo que sintiese la necesidad de mirar a Harry? ¿es que acaso no estaba Louis unos pocos metros atrás para mirarle también?

La ceremonia acabó con el  beso final que finaliza todas las bodas, pero ahora llegaba lo mejor: el banquete.
Cada uno se dirigió al salón que estaba en el recinto, con varias mesas, y se sentó en su sitio correspondiente.
Alex, Harry y Victoria (quien estaba en el baño) tenían que estar con los novios y el resto de los padrinos y damas de honor.
En una mesa estaban Liam, Niall y Louis, junto con algunos familiares. Y en otra mesa, puesto que habían sido los últimos en invitar, estaban sentados Bianca, Zayn y Cecilia.
Liam alzó la mirada de su ensalada de canónigos con pasas, philadelphia, higos y anacardos cuando vio desfilar a victoria vestida completamente diferente.
Recordaba algo que mencionó Alex de que Victoria se cambiaría, pues quería usar un vestido específico y no todo el rato el de dama de honor. (Ropa de Victoria)
Con esa excusa, apareció con un vestido de palabra de honor, hasta medio muslo, de un color similar al de Bianca. Tenía como por encima una capa de encaje grueso, que cubría el traje entero. Llevaba unos tacones simples y sencillos color carne, que cuando Victoria se los compró, tuvo alguna discusión con su madre, ya que los veía demasiado altos. Liam se fijó en que se había desecho el moño que llevaba, y que ahora tenía el pelo suelto, que caía por sus hombros desnudos.
El chico tuvo que controlarse y seguir comiendo, pues la necesidad de llevársela y encerrarla en un bao con él le empezaba a superar.
A pesar de ese subidón en el cuerpo de Liam, la comida transcurrió tranquila. Camareros que iban y venían, alguna que otra copa de champagne, tanto los mayores de edad como los que no lo eran, platos con muchos ingredientes pero de cantidades reducidas, etc. Robin y Grace dieron ambos un discurso, rollo de "ya estamos casados y quiero mucho a mi marido/mujer". La madre de Robin, el amigo de este y Helen también tuvieron sus minutos de discurso emocional. Y después de eso, se cortó la tarta.
Así hasta que la comida desapareció de los platos, significando que la hora de bailar y de emborracharse aún más había llegado.

Todo el mundo se trasladó a otra sala, dentro de aquel complejo de salones que había, y los recién casados, al ritmo de Iris de Goo Goo Dolls, inauguraron la pista de baile.

Cecilia estaba en una pared apoyada, sonriendo mientras parejas se unían a Grace y Robin, bailando.
Suspiró. Envidiaba a aquellos que se sentían correspondidos, hablando sentimentalmente.
Y mientras ella lidiando con su agonía. Nunca debió enamorarse de él. Era demasiado doloroso. ¿Por qué Niall? Siempre le había odiado, su forma de ser, y esa sonrisa suya de optimismo que llevaba por la vida. Y ahora las cosas habían cambiado. Le encantaba él, su forma de ser, y esa sonrisa suya que le alegraba los días.
Daba pequeños golpes con el tacón al ritmo de la música, cuando sintió que Niall se paró a su lado.


- Si vienes a reírte de mí por lo patética que soy por favor déjalo, no me arruines la boda - dijo con bordería. Niall sintió que el corazón se le caía a los pies. Él había provocado que se sintiese así.

- Yo no creo que seas patética.

- Ya claro... Pero en cambio aún así bien que te diviertes haciéndome daño.

- Cecilia...

- No, Cecilia no. ¿Vienes aquí para compadecerte?

- No joder, tengo algo que decirte.

- ¿El qué? - espetó borde.

- Pues que joder, que lo siento...

- ¿Sentir qué? ¿El hacerme daño? - tenía cierta ironía.

- No a ver... ¿Me dejas hablar?

- ¿Para qué? ¿Para que me sienta más patética aún?

- ¡Joder! - gruñó Niall. Sujetó la cara de Cecilia, callándola. Esta se sobresaltó por la cercanía - Me vas a escuchar. A ver... Lo siento, ¿vale? No me di cuenta de nada, no se por qué, y me arrepiento de eso... Y no sé como decir esto... Pero... Como que me di cuenta ayer... A  ver, que de  verdad yo también... Joder que complicado es decir esto - se pasó una mano por el pelo - Como que yo también empecé a sentir algo... - Cecilia creyó morir. ¿Le iba a decir lo que ella llevaba esperando tanto tiempo? - Tu me...

- ¡Niall, te vienes a...! - Zayn se calló. Había aparecido de repente, cortando el rollo entre los dos, cortando la magia. Los dos le miraron con cara fulminadora - Hostia... He roto uno de esos momentos en los que os ibais a besar, y tal, ¿no? - los dos rubios se sonrojaron.

- Yo... Yo.. - empezó a decir una cortada Cecilia - Voy a por algo de beber... - necesitaba respirar un segundo - Ahora vuelvo... - sonrió a los dos y se alejó. Fue hasta la barra en la que servían copas de champagne. Cogió una y la bebió de un solo trago. Dios, maldito Zayn... Les había cortado su momento. Pero aún así la sonrisa que tenía en la cara no desapareció. Caminó hacia los dos chicos, quienes ahora estaban de espaldas, y se acercó, oyendo lo que estaban hablando.

- ... Nunca podría salir con Cecilia... - oyó decir a Niall - Es histérica, superficial, a veces no se fija en los demás, odia muchas cosas, y principalmente me odiaba a mí... ¿cómo alguien como yo podría salir con alguien como ella?... - Cecilia no quiso escuchar más. Se dio la vuelta, echando a correr, con las lágrimas a punto de salir.


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HOLAAA!
A ver, tengo poco tiempo que la señorita Meme me mete prima, ajajajaja vaya trabalenguas
bueno, a ver quería decir que siento haber tardado, pero esque esa época ha sido de mucha presion, entre mi cumple y lo de las entradas, (QUE POR CIERTOOOO HE CONSGUIDO) pues eso, que mucha presion
Quiero dedicar este capitulo a Meme que creo que me va a matar si no lo hago, a Nere, por que va a ir conmigo al WWAT, a mis amigas por el regalo que me hicieron, y eso
quue muchas gracias por leer y siento la tardanza de nuevo
Besooteeeeeees:)

domingo, 22 de septiembre de 2013

30. I wanna tell the world that you're mine.

Alex se dio la vuelta un poco asustada al principio, básicamente porque no se esperaba que nadie estuviera despierto a esas horas.
Harry estaba unos escalones más arriba, con solo un pantalón largo de pijama.

'¿Es que no se podría tapar un poco?' pensó ella mientras un hormigueo recorría su cuerpo.

- No. - contestó de forma simple. Se giró, mirando de nuevo hacia el frente, y cerró los ojos, rogando para que Harry no bajase y se sentase a su lado. Pero como la suerte nunca estuvo mucho de su parte, el chico se acomodó junto a ella.

-¿Y por qué no te podías dormir? - Alex se encogió de hombros. No le iba a empezar a decir a Harry que su cabeza estaba llena de cosas  sobre él y Louis. 

- ¿Y tú? - le preguntó.

- No sé. Creo que es porque tenía mucho calor... Quién sabe. - frunció los labios.


Tras ese momento, los dos se quedaron en silencio. No sabían qué decir.
Harry empezó a jugar con sus dedos, luchando en su mente por buscar algo de lo que hablar, pero es que en ese momento no se le ocurría nada. 


- Antes de venir aquí no tenía ni idea de todo lo que se me iba a venir encima. - Harry miró a Alex, confundido por su comentario.

- ¿Venir encima?

- Sí... Bueno, a ver, han ocurrido muchas cosas... Y no sé cómo cargar con algunas...

- Y...¿qué cosas son esas? - Harry por un momento tuvo miedo de formular esa pregunta, y que su nombre estuviese en la respuesta. Miró fijamente a Alex, quien abrió la boca como si fuese a decir algo, pero la cerró. Sus pupilas se hicieron más pequeñas, y en ese momento Harry comprendió que los ojos hablaban más de lo que uno creía. Ella, finalmente suspiró.

- A veces me pongo a pensar en... - sacó una sonrisa triste - En cómo serían las cosas si no estuviese aquí... Pero no me gusta pensar en eso. - desvió la mirada de nuevo hacia el frente - Me alegro de haberte conocido - confesó, y Harry creyó morir. Conociendo su relación con Alex, eso era de lo más bonito que le había llegado a decir. - A ver, - empezó a rectificar ella - A ti y a los demás, como que ahora sois mi familia.

- Pues si te sirve de consuelo, yo también me alegro de haberte conocido. - Alex volvió a sonreír, y se quedaron en silencio de nuevo, aunque fue un silencio más corto.

- No debería decir esto pero... Lo bueno de que mis padres hayan muerto es que he acabado viniendo aquí - rápidamente se tapó la cara con las manos. - Ay no, ha sonado muy heavy. Quiero decir que si ellos siguiesen vivos yo no... Eso... - Harry le quitó las manos de la cara, obligándola así a que le mirase.

- Ey, te he entendido, no pasa nada - sonrió ladinamente. - ¿Les echas de menos? - vaciló antes de hablar.

- La verdad... No. A ver, no lo malinterpretes. Yo tenía seis años cuando se fueron, asi que casi no me acuerdo de el tiempo que estuve con ellos. Aunque hay veces que... Sí, me gustaría que viviesen solo para que viesen cómo he crecido o algo así. - Sonará a mariquita, pero a Harry se le enterneció el corazón con ese comentario.

- Pues se llevarían una gran alegría si viesen que te has convertido en una chica increíble. -Alex se mordió el labio intentando no sonrojarse. 

- Hay cosas de las que me acuerdo, ¿sabes? - arrugó un poco la frente - Recuerdo... Que una vez me caí de la encimera de la cocina - rió- Creo que me torcí un tobillo, o algo así. También hubo una vez en la que una señora me gritó mucho, porque le corte la trenza a su hija. - Harry no pudo evitar soltar una carcajada. Alex de pequeña debió ser la niña más peligrosa del mundo. - Y creo que también rompí un espejo de mamá... Y... - suspiró tristemente y bajó la cabeza - Iban a llamarle Edie, de Edward.

- ¿A quién? - preguntó Harry confundido.

- Mi madre estaba embarazada cuando tuvieron el accidente. - Harry se quedó medio boquiabierto. ¿Qué se supone que debía decir en ese momento? - Lo... irónico de eso es que yo no quería un hermano, no me gustaban los bebés. Es más, tenía pensado tirarle de la cuna por las noches y cosas así pero... - suspiró - Ni si  quiera llegué a conocerle... - la voz empezó a romperse - Era mi hermano... - se tapó la cara, justo cuando Harry abrió los brazos hacia ella y la abrazó, acogiendola, sintiéndose un miserable por los momentos en los que la había hecho daño, porque bien sabía el mundo que ella no se lo merecía. 


Él le acariciaba el pelo y ella seguía escondida entre sus brazos. Alex se negaba a llorar delante de Harry, pero eso no evitó que unas pocas lágrimas escapasen de sus ojos. Al fin y al cabo habían pasado ya más de diez años, y se supone que ya lo debería haber asumido. Es más, lo había hecho, pero en ese momento tenía la vena sentimental y simplemente se había puesto más ñoña. 
Cuando Harry sintió que Alex había dejado de temblar, y que ya no se escuchaban tristes suspiros, se separó de ella y le puso un mechón de pelo detrás de la oreja.


- Ya está... Estoy bien. - le dijo para tranquilizarle con una tímida sonrisa.

- ¿Enserio? - asintió. Se quedó unos segundos pensando, y después se puso de pie, tendiéndole la mano a Harry. 

- Ven, quiero enseñarte algo. - él se levantó y la siguió, intrigado por aquello que le iba a enseñar. Entraron en el cuarto de la chica, y esta fue hacia su armario, el cual abrió y se metió en él, a buscar algo. Harry mientras tanto se sentó en la cama. - Aquí está - dijo en bajito, ara no despertar a nadie. En sus manos llevaba una caja, que tenía el tamaño de una caja de zapatos. Se sentó en la cama junto a él, con las piernas cruzadas.

- ¿Qué es?

- Esto - refiréndose a la caja - es lo único que me queda de mis padres. - a pesar de que el comentario debería llevar tristeza, ella sonrió, como si ya fuese algo natural que los últimos recuerdos estuviesen encerrados en esas seis paredes de cartón. Ella la abrió, dejando ver unos objetos, no muchos. Lo primero que sacó fue una petaca, cubierta en la parte central por cuero de color marrón. - Era de mi padre, y antes fue de su abuelo. Grace me contaba que mi padre siempre la llevaba encima, estuviese o no llena. - el siguiente objeto fue un anillo - El anillo de compromiso de mi madre, no sé por que no lo llevaba puesto - Harry iba mirando las cosas como si fueran tesoros, reliquias. De repente Alex soltó una pequeña riza, sacado un collar hecho con macarrones, algunos de ellos rotos - Este lo hice en la guardería, para mi madre. Aunque no se lo puso - Harry sonrió tiernamente - Un chupete que habían comprado para mi hermano, un broche de mi madre, era libra - el broche tenía la forma de ardilla, y esta tenía en sus patas una balanza, que es el símbolo de libra. Era plateado, con algún que otro diamante, que Harry supuso que era faso, aunque no estaba seguro, pues brillaban mucho - la navaja de mi padre y... - sacó una foto, en la que había un hombre, no muy alto, de ojos verde ocre y gafas, que sonreía. En cuanto le vio Harry pensó que esos ojos eran como los de Alex. Al lado de él, estaba una mujer, casi igual a Grace, solo que más mayor y con el pelo más oscuro, y en sus brazos había una niña, de pelo largo y muy liso, rubio oscuro, que miraba a la cámara cerrando un ojo y sonriendo, con una flor en una mano. Harry cogió la foto e instintivamente, pasó una mano por la cara de la niña, mirando después a Alex, sabiendo que en el fondo no había cambiado nada - Esos eran mis padres... Se llamaban Cone y Diana.

- Se parecen a ti.

- Sí... Aunque mi padre estaba gordito y yo, como verás, pues no. - sonrió, empezando a guardar las cosas. Tapó la caja y se puso de pie, yendo hacia el armario. Harry se pasó las manos por la cara. Sabía que ese era el momento idóneo. Ella había estado muy agradable con él, e incluso le había hablado sobre sus padres. Y Harry sabía que él era el primero al que le contaba aquello, que ni a Louis le había sacado ese tema. 

- Lo admito.

- ¿Qué? - dijo Alex confundida mientras cerraba el armario.

- "Admite que te gusto, que cuando estoy cerca tuyo te pones nervioso". - Alex frunció más el ceño, no entendía nada.- Eso fue lo que me dijiste el día que... Empezaste a salir con Louis. Asi que ahora, un poco tarde, te digo que lo admito. - ella se quedó parada en el sitio, sin saber qué decir. Había imaginado en su cabeza muchas veces cómo sería esta escena, pero había llegado y no estaba preparada. - Y me pones nervioso cuando estás cerca mí, y tengo muchos celos de Louis, muchísimos. Tantos que hasta a veces le daría un puñetazo, y mira que ante todo es mi mejor amigo - sonrió intentando quitar tensión a la situación - Y que sé que a veces me he comportado como un gilipollas, pero era para probar si de ese modo veía algo malo en ti, o tú te alejabas de mí, como debe ser, pero no ha dado resultado... - la cabeza le daba vueltas a ella, de verdad que no estaba preparada.

- Yo quiero a Louis... - dijo con un hilo de voz, como puso.

- Me cago en la leche, lo sé. Y tienes que quererle, porque él es feliz contigo y se lo merece. Pero... No puedes negar que entre nosotros hay algo, sea algo minúsculo o enorme, pero algo hay, ¿verdad? - Alex no contestó, solo agachó la cabeza, y eso fue respuesta suficiente para él - Mira, no te voy a decir que te voy a esperar, o que voy a luchar por ti, o algo así, porque como dije ante todo Louis es mi mejor amigo y si vosotros debeis acabar untos, que así sea, yo no me meteré en medio. Simplemente dejemos que ocurra lo que el mundo quiera que ocurra. - Alex se atrevió a mirarle, pero aún sin decirle nada. Harry se puso en pie, suspirando, y fue hacia la puerta. Y en ese momento, algo se cruzó en la mente de Alex.

- Harry - le llamó. Este se dio la vuelta, mirándola. - Sé que me voy a arrepentir de esto, y que sería muy cruel por mi parte después de lo que me acabas de decir pero... - Miró hacia la cama - No voy a poder dormirme ahora, o al menos no sola... - los ojos del chico brillaron más que nunca.

- ¿Quieres que... duerma contigo?

-Sí... Bueno - se pasó una mano por el pelo - Simplemente necesito no estar sola. - Harry sonrió y se metió en la cama, abriendo una arte de la sábana para que se metiese ella. Alex caminó hacia él sin expresión alguna en la cara, aunque antes de acostarse, dudó.

- Ey - tranquilizó - No pasa nada. Solo vamos a dormir juntos hoy, sin nada más. - ella se metió, aunque aún le rondaban preguntas en la cabeza. Harry se acercó hacia ella debajo de la tela, y asó una mano por su cintura. Alex se sobresaltó por el tacto, y él sonrió. - No te asustes. Simplemente quiero dormir a tu lado, pensando que soy yo el afortunado que está en el puesto de Louis, y ya después, cuando te despiertes, olvidas todo esto, y continuamos como si no hubiese ocurrido nada, como antes. Hasta te dejo que me llames escarola. - por fin consiguió sacarle una sonrisa a Alex, quien finalmente cerró los ojos y se acomodó en la cama, mientras Harry se acercaba a ella y la arropaba con sus brazos.


Harry podría decirlo las veces que quisiera, pero Alex comprendió que desde ese momento, ningún día volvería a ser como antes.





La chica abrió los ojos y cogió su móvil, el cual la había despertado con la alarma que programó el día anterior. Miró a su izquierda y le sorprendió ver la cama vacía. Se hubiese creído que todo lo de Harry había sido un sueño si no fuese porque su olor se había quedado impregnado en las sábanas y en la almohada. Se levantó y fue al baño, tomó una ducha y se vistió, aún preguntándose qué había sido de Harry. Pero lo que más pasaba por su mente era la pregunta de cómo debía comportarse ahora con él. 
Bajó las escaleras frotándose un poco el pelo y llegó a la cocina, donde por fin encontró a Harry, que estaba de espaldas, haciendo café. Alex se apoyó en la puerta, observándole, hasta que él se giró, con una taza en la boca.


- Hola fregona - saludó él tras pegar un sorbo. Alex se lo hubiese tomado a mal si hubiese sido otro día, pero en ese instante, la sonrisa del chico transmitía que le había llamado de esa forma en plan cariñoso y ciertamente cómplice.

- Hola... Escarola - contestó más tímida, sin atreverse mucho a mirarle a los ojos.

- ¿Café? - ella asintió y él empezó a prepararle una taza. 

- ¡Buenos días! - dijo Robin sonriendo mientras entraba en la cocina. Parecía muy feliz. Este seguro que había echado un polvo mañanero. Bueno, eso y también que en veinticuatro horas iba a ser un hombre casado. 

- Buenos días - saludaron Alex y Harry al unísono.

- ¿Habéis dormido bien? - ella se mordió el labio.

- Sí - contestó, y vio cómo Harry sonreía. Bien sabía el mundo que ambos habían dormido más que bien.



(...)



Cecilia llegó corriendo a la puerta del instituto. Si hubiese ido andado, dad por hecho que hubiese llegado tarde. La verdad es que esos días Cecilia se estaba retrasando.
Iba a entrar, pero, sin mirar por donde iba, chocó con alguien.


- Ay, lo siento... - empezó a decir, hasta que alzó la mirada. - Tú... - sus ojos se clavaron en los de Niall como cuchillos.

- Sí, yo. - contestó con la misma bordería. 

- Podrías haberte apartado, ¿no? - le echó en cara.

- Perdona, pero yo iba andando tan normal hasta que tú me placaste como una loca. - ella bufó.

- Vete a la mierda anda. - entró en el edificio y empezó a andar. 

- Qué infantil - contestó un metro tras ella.

- Pues vale, así soy yo.

- Pues muy bien.

- Pues eso.

- Cállate ya, ¿no?

- Cállate tú, no te jode.

- Pues no, no me jode. - Cecilia volvió a bufar, mientras entraba en clase, viendo a Bianca sentada en su sitio y a Zayn a su lado, de pie.

- Por favor, decidle al niño este que me deje en paz - les pidió mientras se sentaba.

- ¿Cómo que "al niño este"? - Niall tensó la mandíbula.

- A ver, ¿qué te ha hecho ahora el malo de Niall? - ironizó un poco Zayn.

- Pues tocarme las narices, que no se calla. 

- Tu tampoco te calas eh - le dijo el rubio.

- Dame una buena razón para callarme y lo haré.

- Buenos días - saludó Alex entrando en clase, atrayendo la atención de los cuatro ya que estaba más seria de lo normal.

- Ey Alex, ¿te pasa algo?  - preguntó Bianca poniéndole una mano en el hombro.

- No. - contestó simplemente. Alex no tenía ganas de hablar, pues después de la noche que había pasado, su cabeza estaba más liada que antes. Le había encantado estar junto a Harry, y además era la primera vez que se sinceraba con alguien sobre el tema de sus padres, y se supone que esa persona debería haber sido Louis, pero no, fue Harry. Y el simple hecho de recordar la facilidad que había tenido para contarle aquellas cosas... La seguridad, la comodidad del momento, hacía que sus sentimientos se volviesen borrosos de nuevo.

- Oye Lex - dijo Niall - luego si quieres hablamos y me cuentas.

- Pues estará perdiendo el tiempo con un chico como él... - dijo por lo bajo Cecilia.

- Eh, que te he oído - habló Niall enfadado.

- ¿Y qué pasa por que me hayas oído? ¿Ahora me vas a prohibir hablar o qué?

- Eres... - Niall movió las manos he hizo como si apretara un cráneo. 

- Ey, parejita - habló Zayn - callaos de una vez y sentaos - dijo pues, además de harto de sus disputas, había llegado el profesor. Niall se acercó a Cecilia.

- Y lo gracioso de todo esto es que estoy enfadado porque tú te has puesto así por algo que ni siquiera sé que he hecho. Ridículo, ¿no?

- Anda Niall, no seas fantasma. - la chica miró al frente con mucha ira en el cuerpo, pero sobre todo con mucho dolor, pues, ¿quien quiere estar así con la persona que te gusta? Pues nadie.


Pero a todo esto, ¿dónde está Liam?



(...)



Las doce del mediodía. 
Hace tiempo que Liam nos e despertaba a esa hora, y la verdad es que echaba de menos el no madrugar. 
Aunque si tuviese que elegir entre madrugar de buen humor o despertarse de mala leche, hubiese preferido lo primero. Y es que el cabreo que tenía en ese momento era importante. 
Ayer, tras recibir el mensaje de Victoria, se puso hecho una furia, y acribilló con mensajes de vuelta a la chica, pidiendo explicaciones pero ninguno fue contestado. Pensó en plantarse en su casa, pero entre que era tarde y entre que sabía que Victoria ya había aprendido a que debía cerrar las ventanas, pues como que no.
Asi que ese día tomó al decisión de no ir a clase y calmar todo el monstruo que crecía dentro de él. 
¿Por qué se comportaba así?
¿Por qué de repente ese mensaje?
Coño, es que no lo entendía. Habían pasado una buena tarde, habían ido a comprar tampones y compresas, ¡hasta le había cogido de la mano y ella no se había quejado!
Además, debía de haber ocurrido algo grande para que Victoria, con lo fogosa que es, renunciase al sexo con Liam, que seguro que era el mejor que había tenido en su vida.
 Asi que, ¿qué conchas había pasado?
Porque Liam no entendía nada.
Y no habría aparecido otro... ¿verdad?
O puede que haya ocurrido...

Liam se incorporó de repente, con una ligera idea en la cabeza.



(...)



Victoria salió del colegio, como siempre: mirándose los pies y andando rápido; pero algo hizo que se saltase su tradición aquel día. Pues al salir, oyó a unas varias chicas hablar diciendo cosas cómo "¿Has visto al chico de ahí?" "No es del colegio, ¿verdad?" "Le haría de todo" "Tiene un pelo castaño precioso" "¿Y has visto que graciosa su nariz? Es como respingona".

Espera un momento. 
¿Chico que no es del colegio?
¿Que está bueno que te cagas?
¿Castaño?
¿Nariz respingona?

El corazón de Victoria dio un vuelco, un gran vuelco el corazón, sin mencionar que por poco se le cae la mandíbula al suelo. 
En frente suyo estaba la persona a la que justo no quería ver, pero que a la vez deseaba ver. 
Entrecerró los ojos y anduvo hacia él.


- ¿Qué coño haces aquí? - preguntó cruzándose de brazos.

- Bueno, merezco una explicación, ¿no crees? - Victoria notó a Liam enfadado, y eso no le gustaba. Sabía que Liam podía ser super tierno pero de la misma forma podría construirte un infierno cuando estaba enfadado.

- No hay explicación, simplemente no quiero seguir con lo que tenemos y ya.

- ¿Por qué?

- Vaya, Vicky, ¿es tu novio? - ella sintió como un brazo se colocaba sobre sus hombros. Era Geoff Brown, un gilipollas de turno que tocaba las pelotas todo el rato a Victoria.

- No me llames así, imbécil - contestó separándose. Volvió a mirar a Liam, quien había dejado de ponerle cara de asco al chico ese y que ahora había vuelto a centrarse en ella. - Porque sí y ya está, no insistas más.

- Vicky, aún no me has contestado. - Geoff volvió a acercarse a ella.

- Oye, ¿te importa? - le dijo Liam intentando no soltarle la hostia padre. - Estábamos hablando sobre algo importante.

- Bueno, bueno, bueno, que el novio se altera - se burló. El grupo de chicos que estaba detrás de ellos empezó a reírse. Imbéciles lameculos de Geoff... Liam tomó aire y lo soltó, como controlándose.

- ¿Por qué no te vas? - le espetó Victoria al intruso.

- Ya la has oído. 

- En realidad tu no quieres que me vaya, ¿verdad? - el chico volvió a poner un brazo sobre los hombros de Victoria, quien se quejó.

- Vuelve a tocarla y desearás no haberlo hecho. - Geoff sonrió con sarcasmo.

- ¿Enserio? Tengo varias dudas sobre eso - bajó la mano, llegando a ponerla sobre el culo de Victoria. Ella se apartó soltando algún que otro insulto, pero antes de eso, Liam ya había salido hecho una furia hacia él, y rápidamente le plantó un fuerte puñetazo en la cara.

- Te lo dije, gilipollas. Ni se te ocurra acercarte de nuevo a ella. - Geoff se llevó la mano a la nariz, la cual sangraba, y le miró con odio. A su alrededor ya se estaba empezando a formar un corro.

- Hijo de puta, te voy a matar. - él le lanzó a hacia Liam, con amago de devolverle el puñetazo, pero Liam le paró el brazo, agarrándoselo, y con la mano que le quedaba libre le dio un segundo golpe, esta vez en el pómulo.

- No te vuelvas a acercar a ella, ya te lo he dicho. Saldrás mal parado si oigo que como mínimo la miras, ¿entiendes? Ella no tiene por qué aguantar a babosos como tú, capullo, merece algo mejor. - Liam miró a la gente que le rodeaba - ¡Y esto va para todos! Como algún gilipollas más se acerque a ella le destrozo la cara, ¿¡entendido!? - por si alguien lo dudaba, Liam estaba más que enfadado. Victoria se acercó a él y tiró de su camiseta.

- Liam, vámonos. - contestó fríamente. Ella también estaba enfadada.

- Sí, llévatela - se oyó a Geoff decir dos metros más atrás. ¿Es que acaso este tío no se iba a callar nunca? - Que aquí nadie la quiere. Todos sabemos lo puta que... - no acabó la frase, pues el puño de Liam, más fuerte que nunca, impactó de nuevo su cara, haciendo que el chico cayese al suelo. Liam tenía pensado echarse sobre él y matarle a base de golpes, pero Victoria le agarró fuertemente el brazo.

- ¡Liam, vámonos! - él se levantó a regañadientes y empezó a andar con ella. Al menos se había quedado satisfecho con la imagen del gilipollas aquel retorciéndose de dolor en el suelo. - No deberías haber venido.- dijo tras unos minutos en silencio.

- Oh no, es verdad, mejor dejarte sola con ese gilipollas - ironizó más que enfadado.

- ¿¡Pero tú sabes la que has liado!? Dios... Me podrían expulsar por eso, ¿sabes? El padre de Geoff es íntimo del director, y nosé, podrían hacer algo... - se pasó las manos por la cara, sulfurada.

-Se lo merecía, y si hace algo ya me encargaré yo de que ese tío no vuelva a ver la luz del sol. - Victoria se plantó delante de él. 

- ¿Por qué haces esto? Yo no te pedí que me defendieses, ni nada. Es más, deberías estar cabreado conmigo y haber dejado que él se burlase de mí, o algo así. 

- Estoy cabreado contigo - dijo - Pero en mi vida dejaré que alguien más te toque así. 

- Perdona, pero me tocará quien yo quiera, te guste o no.

- ¡Pues no! ¡Eres mía, y punto!

- ¿Desde cuando he pasado a ser de tu propiedad? - dijo ella encarándose.

- Desde que no te sales ni un puto segundo de mi cabeza. - Victoria se quedó un segundo sin respirar. Esa no era la contestación que esperaba. - Y ya sé por qué ahora te separas de mí. Sientes algo, lo sabes, empiezas a quererme y te asusta, y quieres cortar de raíz, pero yo siempre voy a estar intentándolo, porque ya te lo he dicho, eres mía igual que yo soy tuyo.

- ¡Yo por ti no siento nada! 

- ¡MIENTES! - Victoria retrocedió un paso por el grito de Liam. Este se relajó un poco - Te conozco, mejor que nadie. ¿Y sabes por qué? Porque yo era como tú, hasta que te encontré. Y llevo nueve meses esperando a tenerte de nuevo y no creas que porque ahora quieras alejarte de mí no vas a conseguir algo. 

- Liam, no voy a cambiar por ti. - él soltó una carcajada irónica.

- Aunque tú no lo sepas, ya has cambiado. ¿Desde cuando vas a comprar tampones para tu madre con un chico por el que no sientes nada? ¿Desde cuando se lo presentas a tus padres? ¿Desde cuando pasas todas las tardes con un chico así? De lo que tú no te has dado cuenta es de que estos días nos hemos comportado como si fuésemos novios, y los dos sabemos que eras feliz con ello.  - Victoria abrió la boca para hablar - Déjame acabar - la cerró - Y sé que dentro de poco te darás cuenta de que yo tampoco salgo de tu cabeza, y de que me necesitas, igual que yo te necesito a ti. Solo espero que ese momento no llegue muy tarde. No solo por mí, si no para que no te hagas daño a ti misma. 

- Liam, vete. Aquí el único equivocado eres tú. - él sonrió tristemente.

- Bueno, supongo que te veré mañana en la boda. - se acercó a ella para darle un beso en los labios, pero Victoria se apartó, y tuvo que dárselo en la mejilla. Liam se separó y la miró fíjamente - Le he pegado bien al gilipollas ese de Geoff, eh. - una sonrisa se empezó a formar en los labios de ella.

- Como si fueses un boxeador profesional. - apoyó. Liam volvió a sonreír.

- Resérvame un baile mañana, eh. - dijo ya andando de espaldas, en dirección hacia su casa. Victoria asintió y se cruzó de brazos, viendo cómo se alejaba.


No había quién entendiese a ese chico. Hace dos minutos estaba como un energúmeno, y ahora había hablado con cierto humor. 
Pero no eran los cambios de humor lo que le sorprendía a Victoria, sino lo bien que la conocía, pues había acertado diciendo que se daría cuenta de que Liam no iba a salir de su cabeza.
Pero de este hecho, se había empezado a dar cuenta hace tiempo.
Liam era su perdición, pero a la vez, era su salvación.



(...)



Faltaba apenas un segundo para que sonase el timbre que finalizaría las clases en el OEHS. Ese día había sido un poco peculiar para casi todos. Empezando porque Liam había faltado, pero todos se lo tomaron como que se había quedado dormido o algo así. pero no era algo usual que faltase. 
Luego estaba el comportamiento mustio de Alex, el cual había preocupado un poco a Louis, pero ella, sin darse cuenta de que actuaba distante con él, le dijo que no le ocurría nada. Por otro lado, Harry estaba preocupado de que su confesión de aquella noche hubiese hecho que Alex estuviese así.
Lo que menos quería era ponerla en un aprieto.
Bueno, seguimos. Luego estaban Niall y Cecilia, que no se hablaban. Bueno, no se hablaron en lo que quedaba de clases, y eso afectó a los dos, pues les dolía. 
Los únicos que se salvaban de embrollos eran Bianca y Zayn, aunque se amargaban viendo que en el grupo existían tensiones.
A la hora del recreo, las chicas se juntaron por un lado, pero no por petición de Cecilia, como esperaría todo el mundo, ni de Alex, que era la segunda opción, sino por Bianca, que creyó que necesitaban un recreo de relax, sin hablar cobre Nialls, o Harrys o Louises. 
Bianca había planeado esto con Zayn, entonces él se ocupó de llevarse a los chicos por ahí, y los cuatro jugaron al fútbol, olvidándose de los demás por un rato. 
Pero el problema llegaría al final de clase, pues en cuanto sonó el timbre, Cecilia se levantó con sus cosas y salió a fuera, guardando algunos libros en la taquilla. A su lado, de repente, se paró Tyler Taylor, con una gran sonrisa, y muy cerca de ella.


Niall estaba saliendo de clase, hablando con Bianca, cuando se quedó quieto, mirando el panorama que se le presentaba.
Un malestar inexplicable empezó a crecer en su cuerpo cuando vio la imagen de Tyles apoyado en las taquillas ligeramente inclinado hacia Cecilia.
Tyler siempre fue buen tío, pero desde ese momento pasó a la lista negra de Niall. Y es que sabía que un chico nunca se acercaba así a una chica si sus intenciones eran solo de amistad.
Uf... Es que debió verlo el día en el que Tyler le dijo a Cecilia lo de las animadoras... ¡Estaba claro!


- Oye, ¿desde cuando Tyler se lleva tan bien con Cecilia? - preguntó con ira a Zayn, quien se había unido a ellos junto con Alex.

- Mmm no sé... Pero pegan. - contestó mirando a su amigo de reojo.

- ¿Que pegan? - Niall bufó. - Por favor, con él no. Cecilia pega más con... rubios. - Alex y Bianca se miraron entre ellas. ¿Había algo más obvio?

- Pues puede que si que empiecen a pegar dentro de poco... - soltó Zayn.

- ¿Por qué? - preguntó Niall alarmado, y muy, muy celoso.

- Porque algo oí de que le iba a pedir tener una cita con él o algo así. Parece ser que quiere que sea su novia... - Niall cerró los puños con intensidad y tensó la mandíbula.

- Ah no, eso no va a ocurrir. - Niall empezó a andar cabreado hacia los dos de las taquillas.

- ¿Por qué le has dicho eso? - le dijo Bianca a Zayn - Todos sabemos que Tyler no quiere nada con ella, ¡está colado por Steph desde hace meses! - Zayn sonrió satisfecho. 

- Para un poco de diversión, a ver cómo reacciona - rió.

- ¿Qué pasa? - preguntó Louis apareciendo - ¿Y Niall y Cecilia?

- Tu calla y observa - le contestó Alex.



Niall llegó a las taquillas y se coló entre Tyler y Cecilia.


- Bueno Cels, esta noche te vienes a mi casa, ¿no? Para conocer a mi familia y tal - empezó a improvisar. La chica le miraba raro - Ah, Tyler, estás aquí, no te había visto - fingió Niall. 

- Hola Niall.

- Ah, por cierto, creo que alguien te busca, no sé alguien de un curso menos, un tal Drew.

- ¿Jay?

- Sí, eso. Era Jay. 

- Ah, pues gracias - Tyler sonrió. Parece que no se había enterado de nada. Una vez que se fue, Cecilia se cruzó de brazos y miró acusadoramente a Niall.

- ¿Qué coño haces?

- Deberías darme las gracias. Tyler iba a pedirte salir.

- ¿Qué mierdas dices? - Cecilia se extrañó - Me estaba pidiendo consejos para salir con Steph, so imbécil. - Niall frunció el ceño.

- ¿Steph?

- Sí. ¿cómo me iba a pedir salir?

- Pero...

- Además, ¿todo ese rollo de ir a tu casa que no sé qué?

- Zayn me dijo... - Niall miró hacia su amigo, quien se encogió de hombros como haciéndose el sueco.

- Mira Niall, ya estoy harta. Unos días te comportas como un celoso y al siguiente como si nada. Estás jugando con mis sentimientos y yo ya no puedo más, lo vuelves a hacer siempre.

- ¿Qué? ¿Sentimientos? ¿Volver a hacer?

- Y ahora harás como sino hubiera ocurrido nada. 

- ¡Es que no sé de qué estás hablando!

- Mira Niall, ¿eres gilipollas o qué? Todos los demás lo saben y tú no. - ¿Los demás?

- ¿Saber qué?

- ¡QUE ME GUSTAS, COÑO! - gritó ya cansada callando a Niall - ¡Y que estoy harta de que un día te apetezca besarme y al siguiente quieras que vayamos de tan amigos! ¡Tengo sentimientos! ¡Contigo me sinceré y te conté que los chicos me utilizaban, e incluso te pareció mal, pero ahora eres tú el que me trata como un juguete! Va a resultar que mi madre tenía razón... - y tras decir esto se dio la vuelta, habiendo causado un gran numerito en el pasillo lleno de gente, y dejando a Niall boquiabierto. 

Tenía mucho que asimilar.


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Buenas nocheees!
ues bueno, yo diría que este es el capitulo de las confesiones, no?
Por cierto, con este cap damos por finalizada la primera aprte de la historia
pues si se dividiese en tres que daría esto como la introducción. 
Por cierto, mucha gente me viene diciendo, oye, que pasa con Zayn? y cosas así
Pues ya vereis
Dentro de poco va a ser el resurgir de Zayn
También, los que hayais visto el blog desde el ordenador, os habreis fijado de que lo he cambiado
era simplemente porque me hacía ilu cambiarlo eeh, no más.
He incluido ya a Jane en la zona de personajes, y aparecerá en capitulo siguiente, bueno, creo que aparecerá.
Por cierto, FELICIDADES ATRASADAS A PAULA VILLA!
Tenía pensando felicitarte en el dia correcto por aqui, pero entre que subo tarde y tal... pues eso
Bueno, estoy que me subo a las paredes, ¡que el proximo sabado ya salen als entradas para 1D!
creo que voy a morir
Por cierto, así como dato. El martes 24 es mi cumpleaños. Sí, mi cumpleaños, pro fin 15, y bueno, que es mi cumpleaños, yo lo dejo caer, je
Por último quiero agradecer a todas als que leen mi novela, ya las conozca como sino
que muchisimas gracias
no sabeis lo mucho que significa para mí.
Bueno, un besazo enorme, con purpurina y todo
:)