49. People always try to escape it.

- ¿Crees que estará bien? - preguntó Bianca a Louis, ambos sentados en la cama.

- No lo sé, eso espero.

- Es que mira que le he visto a veces enfadado, pero esta vez... - suspiró. - No quiero perderle.

- Llevais años juntos. No creo que os separéis ni aunque le pagasen.

- Ya... Pero no sé... - sonrió tristemente y se quedó mirando a un punto perdido.

- Y entonces... ¿Nosotros...? - Bianca le miró.

- La verdad es que no tengo ni idea. No sé como manejar esto.

- Podríamos intentarlo.

- ¿Pero y si sale mal? Ya he perdido casi a Zayn, no quiero perderte a ti. - se llevó las manos al pelo y comenzó a retocarse la trenza.

- Mira, esta semana, no sé, nos acercamos más, ya que hemos estado unos días más alejado.

- Lo recuerdo - Bianca elaboró una sonrisa un tanto triste. 

- Y si va bien pues... - Louis se mordió el labio - ...pues Zayn tendrá que soportarlo, si te quiere de verdad. - Bianca asintió con la vista perdida.

- Me parece bien, supongo. 

- Anda, ven aquí. - Louis tiró de ella, abrazándola, y Bianca sonrió contra su pecho.

- Louis. - dijo en bajo entre sus brazos.

- ¿Sí? 

- ¿Por qué te enfadaste mucho con Zayn pero conmigo parecía que casi ni estabas enfadado?

- Supongo que contigo no puedo enfadarme. - Y Bianca volvió a sonreír, acurrucada en él, pero a la vez no dejaba de preguntarse qué estaba haciendo Zayn en ese mismo momento.




Mientras, en la planta de abajo, la puerta principal se abrió, y Victoria entró, con la cabeza agachada y un poco más confundida que cuando salió de ahí. Llegó al salón donde estaban los demás.


- ¿Cómo está? - preguntó Cecilia preocupada por el bienestar de Zayn.

- Bueno... 

- ¿Pero qué le han dicho? 

- No lo sé, no me lo ha contado. 

- ¿Y ahora donde está? - Victoria se encogió de hombros.

- Oye - habló antes de que otra persona le preguntase algo - yo debería irme a casa.

- ¿Qué? ¿Ya? - quiso saber Liam, y Victoria, por primera vez desde que entró en la casa hizo contacto visual con él.

- Eh sí. Tengo... Tengo que hacer, ya sabeis, eso, cosas. - intentó fingir. 

- Ah. ¿Te acompaño a casa? 

- No, no no. - quiso negarlo rotundamente. Quería ir sola. 

- No me cuesta nada eh.

- Que no, que puedo ir yo sola.

- ¿Enserio? Es que...

- ¡No! - dijo un poco más alterada, y todos los de la sala se miraron entre ellos. ¿Y esa reacción?

- Bueno, vale... - Victoria suspiró, no quería seguir más ahí. Dijo un adiós colectivo, cogió sus cosas y se fue, sin haber siquiera dado un beso a Liam, o algo así. 


En el camino no dejaba de pensar en las formas en las que Liam podría hacerle daño.
La principal era yéndose con otra.
¿Y si todo esto era una venganza desde el principio que Liam ideó hace meses por si se volvía a encontrar a Victoria? ¿Y si todo estaba planeado para que finalmente él le hiciese daño?
Victoria quitó esos pensamientos.
Algo tan rebuscado no era.
Pero sí que debía prepararse para un futuro bache, un golpe que la hiciese sufrir, porque estaba claro que con ella nunca funcionaría una relación. 
Siguió caminando mientras veía a la gente pasar.
Había caras que quizás había visto alguna vez, pero otras que no.
Especialmente la de un chico, moreno, alto, obviamente apuesto, con unos ojazos oscuros y el pelo escondido debajo de un gorro gris. Ciertamente tentador.
Si se lo hubiese encontrado hace un mes, o hace mes y medio, no hubiese dudado en emplear sus técnicas femeninas, y quizás se hubiese ido ese día a la cama con un nombre más en su lista. 
Pero ahora en el presente, cuando veía a ese chico espectacular que venía en dirección contraria hacia ella, lo único en lo que pensaba era en Liam.
Aunque en cierto modo echaba de menos su antigua vida. Esa libertad, el ser inmune al dolor, en sentir el poderío de utilizar a la gente. Le gustaba eso, y se cuestionaba si quizás, en un futuro, lo echaría más de menos, y retomase la costumbre.
Nadie sabe. 
Y a pesar de todos estos pensamientos, no le impidieron girarse a ver al chico cuando este, al pasar cerca suyo, la había sonreído lujuriosamente.
¿A qué chica no le gusta ser deseada?




Louis y Bianca bajaron finalmente. Habían estado todo el rato hablando. Tras ese largo abrazo, se tumbaron el la cama mirando el techo y comenzaron a conversar como antes de todo el embrollo, diciendo tonterías, Bianca contándole los libros que se había leído, Louis hablándole sobre sus hermanas, etc...
Parecía que esas semanas de brecha entre ellos no habían pasado.
Cuando ya hablaron lo suficiente, creyeron necesario bajar abajo con los demás.
Louis no había soltado la mano de Bianca hasta que se situaron a la mitad de la escalera.


- Ya era hora - dijo Harry al verles.

- ¿Se puede saber qué narices ha pasado con Zayn? - preguntó Cecilia.

- Bueno... - empezó a hablar Louis - No se ha tomado muy bien que yo pueda estar interesado por Bianca. 

- Entonces vosotros... - dijo Liam.

- No, no estamos juntos. 

- Pero vemos, que dentro de poco sí. - sugirió Alex. Bianca y Louis se encogieron de hombros. 

- Eso es lo que estamos viendo. 

- ¿Por qué siempre hay líos y problemas en este grupo? - preguntó de repente Niall, mientras Louis y Bianca se les unían en los sofás. Y en ese momento, cuando Niall dijo eso, Alex miró a Harry, quien la estaba mirando. 


Y es que era verdad, ¿por qué siempre había líos y problemas?



(...)



Zayn dio un trago al cubata que tenía sobre la barra.
Esa noche ya le había avisado a su madre que no cenaba en casa, y gracias a su carné de identidad falso, pudo entrar en uno de los locales que solía frecuentar. Aunque en apenas tres meses ya no tendría que usar carnés que le añadiesen años, pues ya sería mayor de edad. 

Se encontraba eligiendo presa, observando las chicas que se repartían por la pista y se meneaban, deseando ser encontradas.
Dio otro trago.
Esa noche ninguna le parecía suficiente.
Quizás una era demasiado morena, quizás otra no tenía el pelo suficientemente largo, o quizás ninguna era Bianca.
Suspiró.
Seguro que Louis y ella ya se habrían liado, o hecho más cosas. Y en cambio Zayn teniendo que llevar todo el peso a cuestas, algo que nunca se iba de su cabeza.
¿Pero sabéis qué?
Que ya le daba igual.
Volvería a ser el Zayn de siempre, al que odian bastantes chicas, y al que desean el resto, el que no le da importancia a los demás, primero va él mismo. El que no sufría, el que solo hacía sufrir.
Ese Zayn.
Y tenía que volver rápido, porque el pensamiento de imaginar a Bianca besando a otro le mataba.
Se acabó su bebida y se decidió.
Si seguía ahí estancado sin dar un paso al frente y poniendo quejas no avanzaría.
Se puso un poco de puntillas y miró por encima.
Morena, rubia, morena, castaña, castaña, puntas azules, rubia oxigenada, castaña, pelir...
El corazón se le paró.
Había una chica, pelo liso, pelirroja, de espaldas. Parecía delgada y más bajita que él, y por lo que podía ver de piel, era blanca.
Como... Justo como ella.
Pero no podía, no podía estar ahí teniendo a Louis al que podía meter la lengua hasta la campanilla.
Zayn tensó la mandíbula y fue avanzando.
Una parte de él quería que no fuese ella, porque le fastidiaría todo su plan de "vuelta-al-antiguo-yo", pero por otra parte deseaba con todo su alma que fuese ella por varias razones:
1. El simple hecho de verla.
2. Eso significaría que no estaba con Louis.
3. Podría emborracharla y acabar teniendo algo de nuevo.

Zayn se mordió el labio pensando en este último punto.
Pero sus esperanzas se fueron disipando cuanto más se acercaba a la pelirroja enigmática.
Se iba fijando en que el color del pelo no era tan brillante como la de Bianca, ni tenía la piel de porcelana. Tampoco se movía con esa suavidad con la que lo haría Bianca.
Pero durante unos segundos sí que fue ella, y eso fue lo que impulsó a Zayn a escogerla.
Y tras un breve cortejo, acabaron teniendo sexo en el baño del local, donde él, a pesar de haber llevado a cabo una distracción, no se borraba de su cabeza los momentos vividos con Bianca.




(...)




Alex se despertó y bajó las escaleras corriendo aquella mañana de sábado, donde el frío ya era protagonista y alguna que otra escasa lluvia.
Pero eso no era lo importante.
Lo importante era que quién coño llamaba a esas horas al timbre.
En esa casa había como unas ciertas reglas respecto a las llamadas por la mañana en los días de descanso.
Y la norma era que ni Grace ni Robin se levantarían hasta más pasadas las diez y media; Sophie había establecido una propia regla que se asemejaba a la de los adultos, y la otra regla era que ni Harry ni Alex podían ponerse reglas sobre evitar abrir la puerta.
En este caso Alex no sabía lo que el otro estaba haciendo, tampoco quería molestar, asi que fue ella la que abrió la puerta, arrepintiéndose un segundo después de lo hecho.

Alex era media cabeza más alta que Kaya, pero en ese momento, la chcia se sintió mucho más menuda.
Ahí estaba, frente a la nueva "mejor amiga" de Harry. No pudo evitar que un sentimiento asesino le recorriese la espalda. 


- Buenos días - saludó Kaya con una sonrisa. "Pero no me sonrías, guarra" pensó Alex.

- Hola. - saludó ella no tan abiertamente.

- Em... Había quedado con Harry para, eh, desayunar y tal. 

- Ah.

- Uf, me ha costado mucho encontrar la casa, aún no me adapto - sonrió. Alex asintió.

- Voy a avisar a Harry.

- Vale. - Alex le dio un último vistazo a la chica. Estaba claro que era muy guapa, y además, con esos jos enormes y brillantes. Y ese pelo tan largo... Pero lo tenía mojado, al igual que algunas prendas de ropa. Quizás le había llovido en el camino. Una brisa fresca se coló en la casa y Alex sintió cómo se le congelaban los pies. Entonces, debido a esto, sintió un  ápice de debilidad, dejando pasar a Kaya.

- Puedes esperar en el salón, mientras tanto. - dijo entre dientes. 

- Gracias. - Alex sonrió, un poco con cierta falsedad, y después fue hacia las escaleras. ¿Se conocía de una semana y ya desayunaban juntos? ¿E irle a buscar a casa? A Alex esto no le gustaba ni un pelo. Y además, iba ella por ahí, con su aire flower power, su acento canadiense, su pelo perfecto, su cara perfecta, su altura perfecta para poder ponerse taconazos, además tenía más pecho que Alex. Eso ya era el colmo. Ella suspiró, intentando relajarse, justo en el momento en el que llamó a la puerta del cuarto de Harry.

- Pasa.

- Em... - habló tímida - Ha llegado Kaya... - Alex terminó la frase, pero difícilmente, pues Harry solo tenía una toalla enrollada en la cintura, y el pelo y el cuerpo mojados. Mira que habían dormido juntos muchas veces, o incluso otras cosas, pero se seguía quedando anonadada cuando Harry estaba semidesnudo. 

- Dile que ahora bajo, en unos minutos - le dijo sin muchas ganas.

- Vale. - Alex se mordió la mejilla por dentro, volviendo a recorrer el cuerpo de Harry con los ojos.

- Si quieres te doy una foto, que dura más - dijo él, aunque sin ninguna pizca de humor.

- Eh... - Alex se quedó callada, de nuevo, sin saber qué decir. Miró a Harry, esta vez a los ojos, mientras que al mismo tiempo las piernas empezaban a resultar ligeras. En sus pupilas creía ver algo. Bueno, sabía que había algo. Simplemente le miraba y era como si se cerniese sobre ella un enorme imán que atraía hacia él. Alex suspiró. Ya habían pasado unos cuantos segundos y ahí seguían, mirándose. ¿Pretendía enviarla algún mensaje o que interceptase una señal? Ni idea, pero sea lo que sea que hubiese entre ellos en ese momento, fue interrumpido por el chico.

- Ahora bajo - repitió, y Alex salió de su trance. Asintió vergonzosa y se dio la vuelta, sin mirar atrás. Bajó las escaleras, maldiciéndose a sí misma en su mente, y llegó al salón, donde Kaya seguía sentada en el sofá.

- Eh... Ahora viene, que se está vistiendo.

- Vale - Kaya sonrió. Ambas se quedaron en silencio, mientras Alex se sentaba en el sofá, solo que alejada de ella. - Una casa muy bonita - dijo la invitada.

- Gracias. - otro silencio incómodo no, incomodísimo. "Venga Alex, saca alguna conversación..." pensó. "Empieza a hablar con ella y averigua por qué le gusta a Harry. ¡Pero si a Harry no le gusta! ¿O sí? Quizás lo haya insinuado, o... ¡Empieza una conversación!" - ¿Y cuanto tiempo vas a estar aquí? - "Genial, eso ha sonado como que quiero que se vaya ya. ¡Cállate conciencia!"

- Pues no sé, técnicamente hasta que se mejore el tío, pero a mis padres les ha gustado Inglaterra y dicen que les inspira para sus novelas asi que... - Alex rebobinó un momento. ¿Mejorar? ¿Su tío? De repente la vena de marujeo femenino dominó su mente.

- Perdón, ¿tu tío? ¿Qué le pasa? 

- Oh... Bueno... - las mejillas de Kaya se sonrojaron un poco. - Un cáncer de estos raros, que afectan a las extremidades... No sé mucho sobre el tema. - Alex se mordió el labio y se juntó a ella. La odiaba, sí, pero jope, que pena.

- Lo siento. 

- No no no, son cosas que supongo que pasan... - habló tímida.

- ¿Y tu tía o tus primas, o primos o bueno, su familia? - marujeo de nuevo. 

- No tiene ningún hijo, su mujer murió antes de... bueno, de tener alguno. - a Alex se le encogió el alma. Ay copón, pobre tío. Oyó que Kaya dejó escapar una risita nerviosa - Lo siento, pensarás que soy ridícula contándote algo a´si, que quizás intento dar pena, pero es que me abro muy fácilmente y empiezo a hablar y a hablar... 

- Da igual... - quitó importancia Alex, pretendiendo decir algo más.

- Aquí estoy. - apareció de repente Harry, bajando las escaleras, quien en cierto modo se sorprendió al ver que las dos chicas no estaban peleando ni tirándose de los pelos. Ambas miraron a Harry, ambas se sonrojaron y ambas se pusieron de pie. El chico se acercó a Kaya y le dio dos besos, bajo la mirada atenta de Alex. - Bueno, ¿vamos? - la invitada asintió.

- Un placer hablar contigo - dijo educadamente a Alex, sonriendo.

- Igual. - contestó no tan verdaderamente. Sí, ahora sentía lástima por ella y cuando pensaba cosas malas en su cabeza se sentía en parte mal, pero seguía siendo el "enemigo". Unas despedidas finales y Harry y Kaya se fueron, dejando a Alex sola en la sala, quien después se subió a su cuarto a dormir un poco más.





Tras una buena hora de sueño, Alex se quedó en su cuarto estudiando, o haciendo cualquier cosa que la distrajese y evitara que pensase en qué estaban haciendo Kaya y Harry.
Más de una decena de sugerencias se le venían a la cabeza. Finalmente, después de la comida, al ver que no venían, dio por perdido su intento de estudio ya que su rayadura de cabeza no la dejaba concentrarse. Por lo que bajó al salón donde Robin estaba viendo una película.


- ¿Qué ves? - dijo desplomándose a su lado.

- Sin Frenos.

- ¿No es muy joven para ti? - Robin alzó las cejas, riendo.

- Bonita forma de insinuar que soy un viejo - Alex rió.

- No, me refería a que, no sé, la historia es la típica para más... - Robin la siguió mirando así -... jóvenes.

- Ya, ya... - elaboró una sonrisa ladina y se centró de nuevo en la película. Ambos estuvieron viéndola unos veinte minutos, hasta que él le preguntó algo a Alex. - Esa chica que ha salido con Harry... ¿Quién era?

- Kaya, una chica nueva de su clase.

- Y... ¿Tienen algo? 

- Pues la verdad es que no lo sé, no he preguntado, pero no, creo que no.

- Sinceramente creía que vosotros dos ya estábais juntos o algo así.

- Bueno... Es que es raro. Está claro que él quiere, y yo... Quiero pero algo me echa a atrás. 

- Ajá.

- Y bueno, él ahora está enfadado un poco conmigo porque se supone que le daba esperanzas falsas.

- Hombre, es que a los hombres nos gusta o sí o no, pero algo intermedio nos harta. - Alex suspiró.

- Ya, lo he comprobado. Pero, uf, espero que me aclare pronto, porque no creo que sea bueno esta tensión que hay.

- ¿Quieres saber mi opinión?

- Claro, supongo que por eso estoy hablando contigo. - Robin sonrió.

- Pues lo que yo creo es que lleváis viviendo juntos más o menos un mes y medio, o casi, y os veis el doble que dos personas que no comparten casa. Es decir, es como si os conociéseis de hace tres meses. A lo que quiero llegar, es que si tuviese que ocurrir algo, hubiese ocurrido hace mucho. Quizás en un futuro sí que os planteáis las cosas más en serio, pero ahora no creo que sea vuestro momento. Quizás la cosa es que al veros tanto, os habéis creado cierta dependencia uno del otro. ¿Qué en realidad sí que os gustáis y os queréis? Puede ser, pero yo tiro más hacia la otra. - Alex fijó su mirada en la mesa. ¿Y si era verdad todo lo que decía? Estaba claro que existía un alto porcentaje de que así fuese. Total, Robin tenía más experiencia en la vida. 

- Tú en otra vida debiste ser mujer - Robin rió fuertemente ante el comentario de Alex, y ella sonrió, a pesar de que en ese momento, de repente, lo que más le apetecía era llorar.




(...)




Victoria echó para atrás el pelo de Liam, el cual había crecido un poco. Ese sábado, a pesar de la paja mental que le había surgido el día anterior, se levantó con inmensas ganas de ver a su novio.
Además, sabiendo que se avecinaría catástrofe, ya que era el destino en cualquier relación que tuviese Victoria, tenía que aprovechar al máximo con él.


- ¿Cómo crees que se les ocurrió a Bob Kane y a Bill Finger el personaje de Batman? No sé, ¿tenían obsesión con los murciélagos o qué?

- Se supone que antes de ser Batman, fue Birdman, asi que la inspiración le vino de los pájaros. - Victoria en encogió de hombros. - Juro que algún año te llevaré a la Comic Con. - Victoria se mordió el labio. Le acababa de hacer una promesa que nunca se cumpliría. Estaba claro no durarían más de dos meses. ¿Cómo iban a pasar dos meses sin que nada malo ocurra?

- Sí, eso estaría bien... - dijo aparentando seguridad. Liam la atrajo para sí mismo y la abrazó. 

- Sigo sin creerme que por fin estemos juntos. Después de tantos meses... - ella se sonrojó. - Me ha tocado la lotería. - La abrazó con más entusiasmo, no quería soltarla nunca. Mientras tanto, Victoria pensaba cuantos días tardaría Liam en dejar de pensar esas cosas.




(...)




Era domingo por la tarde, a fuera llovía débilmente, pero eso no impedía que, tras unos cinco minutos en la calle, uno acabase empapado. Desde un Starbucks de la zona más central de la región, dos amigos hablaban, mientras cada uno se tomaba una bebida correspondiente.


- Yo que tú se lo diría. - le dijo ella al chico.

- ¿Qué le digo? ¿"Oye, estoy encoñado contigo pero por eso me he tirado a otras"?

- A dos exactamente - Zayn bufó.

- No le puedo decir eso a Bianca, ahí sí que se decidiría finalmente por Louis - Zayn antes le había contado a Jane todo lo ocurrido, y esta no se sorprendió al saber que él se había acostado con Bianca. Ella opinaba que entre ellos existía la típica historia de mejores amigos de películas, en las cuales acababan teniendo algo. Jane, al saber la historia, entendió que lo que le contó Louis sí que de verdad estaba relacionado con él, pero también se lo esperaba, pues anda que no había usado ella la excusa de "tengo un amigo...". En sí le deprimió que Louis se mostrase tan interesado por Bianca. Ella era una chica maja, pero si Louis se sentía atraído por alguien, mejor que ese alguien fuese Jane a cualquier otra, ¿no? Pero bueno, aun así Jane era de roca maciza, y ese tipo de cosas no la rompían, aunque sí quizás la agrietaban un poco. 

- Pero a ver, lerdo. Una vez que se ha acostado contigo...

- Dos veces más bien. - Jane alzó una ceja.

- ¿Me dejas hablar o te mato? - Zayn sonrió.

- Habla.

- Bueno, lo que quiero decir es que sabiendo la relación que tenéis de mejores amigos, más el hecho de que os hayáis acostados DOS veces - remarcó eso para satisfacción del chico - crea un vínculo entre vosotros. ¿Que le pone el ojazos?

- ¿Ojazos? - Zayn soltó una carcajada. 

- Que me dejes hablar.- Jane le fulminó con la mirada.

- Vale vale.

- A ver, que si le pone Louis pues muy bien, pero entre vosotros también hay feeling. Y por eso tú vas a decirle lo de que te tiraste a unas cuantas, porque de ese modo la pones celosa. Y así se fija más en ti. Ella acaba contigo, copulando como conejitos, y yo acabo con Louis, haciendo cosas de las cuales no te voy a dar detalles porque eres aún muy pequeño.- sonrió exageradamente - Ala, fin del plan. Todos felices. No hace falta que me des las gracias. 

- Bonita historia, pero si hubiese ese vínculo que tú dices, el viernes no se habría quedado con Louis en vez de estar conmigo. 

- A ver lerdo, se supone que el amor de su vida le acaba de decir que le gusta. Obviamente que quería pasar tiempo con él. pero eso no significa que luego por las noches no sueñe contigo. Por favor, ¿hay que explicarte todo? Creía que sabías de chicas. - el chico alzó una ceja. Cogió la pajita con la cual bebía de su frapuccino, la sacó, mojó la punta en la nata, y rápidamente se la puso a Jane en la frente. - ¿Qué haces? - cogió una servilleta y empezó a limpiarse.

- Escarmiento merecido.

- Ya verás escarmiento. - Jane metió el dedo en su café y con él, mojado, dibujo una cruz invertida en la servilleta. Después cerró los puños y los ojos. - Rat suhan eggelit Satan fur borler. - empezó a decir.

- ¿Qué coño haces? - Zayn flipaba. ¿Esa tía esta zumbada o qué?

- He invocado a Satán para que haga acto de presencia. Lo aprendí en la orgía del pentágono invertido.

- Estás de coña, ¿no? Con eso no bromees, ¿eh? - Jane sonrió malignamente - Oye, no, tú, que eres rara y das miedo, es coña, ¿verdad? - Jane se empezó a reír.

- Eres gilipollas. - siguió riéndose. 

- Va, oc. - Zayn volvió a hacer lo de la pajita solo que en vez de restregarla la agitó, salpicándola.

- ¡Oye!- Jane le copió, solo que ella lo hizo con los  dedos, y así empezaron una guerra de salpicaduras. 

- Estos jóvenes enamorados de hoy en día... - dijo un señor cincuentón que pasó cerca suyo justo cuando un pegote de nata aterrizó en la nariz de Jane. Ambos se miraron ante el comentario del hombre, y se empezaron a reír. Qué disparates tenía la gente.


O quizás no.




(...)



Al día siguiente Zayn se despertó contento. El día anterior consiguió dormirse sin tener remordimientos por haber tenido tema con otras chicas, además casi ni pensó en Bianca. Le venía bien salir con Jane. Era tan sumamente rara que le hacía olvidarse de todo durante un periodo de tiempo. Por eso, Zayn sonreía mientras se vestía, hasta que, lavándose los dientes, empezó a pensar que en ese día quizás veía a Louis y a Bianca caminar por los pasillos de la manita, dándose besitos y cosas así, porque vamos, era obvio que ya deberían estar saliendo.
En ese fin de semana había evitado cualquier tipo de información sobre ellos, asi que técnicamente lo último que sabía sobre Bianca y sobre Louis era lo mismo que sabía el viernes cuando salió de casa de Niall.
Por lo tanto, en el camino al instituto estuvo más tenso de lo normal. Cuando llegó, estuvo a punto de darse media vuelta. Pero no. Había que actuar con orgullo.
Entró con paso firme y recorrió los pasillos yendo hacia su clase. Cerca de la puerta, esperándoselo en parte, se encontró a Louis y a Bianca apoyados en las taquillas hablando.
Cerró los ojos y suspiró.
Y después, con dos cojones, se acercó a ellos.


- Hola parejita- dijo de primeras fríamente - ¿Qué tal estáis? ¿Celebrando vuestros primeros tres días de novios? - añadió con sarcasmo.

- Zayn, no estamos juntos. - comentó Bianca a la que no le hacía ni pizca de gracia la actitud de él.

- No hace falta que finjáis por mí, si ya me da igual - intentó hacerse el indiferente.

- Que no - esta vez habló Louis - que de verdad no estamos juntos. - Zayn alzó una ceja.

- ¿Y por qué? Bueno, no, no me lo digáis, si como ya he dicho me da igual. - sí que quería saberlo, pero tenía que actuar como si fuese inmune. Se apartó y anduvo hasta entrar en clase.

- ¿Este está imbécil o qué? - dijo Bianca mosqueada. No había contestado a ninguno de los mensajes que le había dejado, ¿Y ahora se ponía así? Pues claro que le fastidiaba. 

- Suda - le sugirió Louis, intentando que se relajase - Ya se le pasará.



Mientras, en clase, Alex se acercó a Cecilia.


- Y bueno... ¿Tú no me tienes que contar algo? - la rubia se mordió el labio.

- No es el momento.

- Ya, claro que no es el momento, nunca lo es. - Alex se estaba preocupando por Cecilia, demasiado. Intentaba sonreír, pero Alex sabía que tras esas sonrisas falsas había un mundo destrozado,y quería saber cuál era la razón.

- Alex, de verdad, te lo contaré, pero ahora no, y menos aquí. - la chica suspiró.

- Bueno, pues entonces cuando tú quieras. - Alex volvió a su sitio, y minutos después el timbre sonó, justo en el momento en el que Niall entró por la puerta. Al ver a su novia sonrió. Era lo más bonito del mundo, y razones para sonreír al verla había muchas. Se acercó y le dio un corto beso.

- Buenos días- saludó.

- Buenos días - devolvió ella con una sonrisa aunque un poco forzada. Niall se sentó en su sitio y poquísimo tiempo después, el profesor entró por la puerta, dando por iniciada la clase. Cecilia se centraba en la materia que se estaba dando y prestaba atención, porque eso hacia que se olvidase por un momento de la mierda que la rodeaba actualmente. Pero por la mitad de la clase, notó que Niall se acercaba con la silla hacia ella y la cogía de la mano. Y en ese momento, se sintió segura de nuevo.





(...)





Victoria, en un momento del recreo, fue al baño. Normalmente adoraba los lunes, simplemente por el hecho de que los demás los odiaban, pero ese lunes no estaba siendo su favorito. Echaba de menos a Liam. Bueno, echaba de menos a todos sus verdaderos amigos, y daría lo que fuera por estar en el instituto en el que ellos estaban. En el baño se miró en el espejo, retocándose el pelo, y después se metió en una de las cabinas individuales a hacer sus necesidades humanas. Tras salir de ahí y lavarse las manos, estuvo a punto de abandonar el baño, pero oyó de repente un sollozo proveniente de la cabina más pegada a la ventana.
Pensó en abandonar el tema y pasar de la chica que estuviese llorando ahí, ¿por qué le debería importar lo que le ocurriese a otra persona que ella no conocía?
Pero algo en ella le obligó a preocuparse.
Eso de tener novio la estaba volviendo blanda.
Llamó a la puerta dos veces.


- Oye, ¿estás bien? - preguntó desde fuera. 

- No, lloro porque soy la persona más feliz del mundo - contestó con sarcasmo. En otra ocasión, Victoria hubiese soltado cuatro palabras mal sonantes por aquella contestación, pero en su época ñoña, entendía que el ánimo cuando una estaba triste o enfadada era pésimo.

- Vale... ¿Puedo saber qué te pasa? - se interesó.

- No creo que te importe. - contestó al otro lado.

- Créeme que ahora prefiero escuchar los problemas de otros que centrarme en los míos propios. - respondió sinceramente. La chica que estaba dentro no contestó, pero segundos después la puerta se abrió, dejando ver a una chica castaña de ojos claros, un poco mas bajita que Victoria, y con aspecto de haber llorado bastante. Victoria la reconoció como una chica de un año menos. Puede que se llamada Cassie, o algo así.

- Me ha dejado mi novio por otra - dijo de repente la supuesta Cassie, dando por confirmado que las palabras de Victoria la habían convencido. Esta última suspiró. ¿Y qué le decía ahora? 

- ¿Llevábais mucho juntos?

- Apenas dos meses. No es mucho pero... bueno.

- ¿Es de aquí, de este colegio?

- No, no. Es de otro centro. - Cassie suspiró acercándose al espejo.

- Ah ok. - silencio - Pues lo siento...

- Yo también lo siento. ¿Y sabes qué es lo que más me duele de todo? Que una semana antes me estaba prometiendo cosas que cumpliría. Y ahora... - la chica se echó a llorar, y Victoria la abrazó. Entonces la imagen de Liam le vino a la cabeza. "Promesas..."


- Mira, los chicos son un asco, pero las relaciones más. ¿Mi consejo? Has lo que te salga del asunto. Líate con quien quieras, utiliza a quien sea, pero olvídate de lo de novio, que eso solo trae problemas. 

- ¿Pero y si nunca llego a olvidarle? - Victoria suspiró. Sabía cómo se sentía.

- Supongo que tendrás que aprender a hacerlo.- le recomendó también, mientras a la vez se planteaba en su cabeza si ella también debería aplicarse sus propios consejos.




(...)




Llegó el jueves, tras unos pocos días llenos de algunos exámenes, por lo que varia gente se quedó encerrada en su casa por las tardes. Pero respecto a lo que se dice dentro del instituto, el OEHS, las cosas no marchaban del todo bien.
Había como dos grupos, uno "liderado" por Bianca y Louis y otro por Zayn.
Y no es que los demás hubiesen elegido un bando, simplemente que se repartían para no dejar a nadie solo.
Esos días Cecilia estuvo un poco más sonriente, pero aun así el vacío interior seguía. Y aunque con Niall se sentía ciertamente alejada, más que antes, continuaban estando juntos y teniendo momentos compartidos.

Ese jueves, al llegar a casa, ocurrió algo que quizás influiría en todo lo demás respecto a Cecilia. 
Había cerrado la puerta principal y caminó por el corto pasillo de la entrada. Tenía pensado ir a su cuarto pero, extrañamente, sus padres estaban en el salón ambos, callados.


- Cecilia - la llamó su madre, de forma poco cariñosa. La chica dejó las mochilas en el suelo y fue hacia ahí, temiéndose algo que sabía seguro que iba a ocurrir. Miró a su padre, con la cabeza agachada y ojeras. Sí, era evidente lo que iba a ocurrir. Los ojos empezaban ya a escocer por las lágrimas que querían ser liberadas. Se sentó en el sofá, al lado de Jared, mientras su madre, con esos ojos duros de águila, la miraba desde el sillón. - Tu padre y yo hemos tomado una decisión. - Cogió aire - Nos vamos a divorciar. - Cecilia alzó una ceja. 

- ¿Lo habéis decidido los dos o solo tú?

- ¿Qué quieres decir? - Cecilia decidió no tomar rodeos e ir al grano. Total, ¿para qué?

- Os oí hablar. - Jared alzó la vista y miró a su hija. - Sé lo que has hecho todos estos años mamá, nos has engañado a todos. 

- Perdona, pero tenía mis razones.

- Sí, ya. ¿Sabes qué? A pesar de todo yo te quiero, por qué eres mi madre, pero espero dejar de hacerlo algún día. Es que... - ya empezaban las primeras lágrimas. Su padre le agarró la mano, dándole consuelo. - ¿Cómo has podido? No te comportas como una madre. Eres una arpía, ¿¡cómo eres capaz de hacerle eso a papá!?

- Cecilia, si fueras buena hija apoyarías mis decisiones. - la joven se enervó.

- Y si tú fueras buena madre quizás yo hubiese aprendido a apoyarlas. - Hubo un silencio de unos segundos, en el que Cecilia miró a su padre. Ambos estaban llorando, silenciosamente. - Mira mamá, no quiero oír ya ninguna excusa tuya. ¿Que quieres echar tu vida a perder? Pues muy bien. No vas a conseguir nada. Estás casi menopáusica, tienes las tetas caídas y nadie te aguanta. 

- ¡No me hables así! - su madre se puso de pie, y Cecilia también.

- ¿¡Qué vas a hacer!? ¿¡Castigarme!? Total, te irás en, ¿cuánto? ¿una semana, dos? Y ten por seguro que no me voy a separar de papá, ni mucho menos ir de esta casa. - la madre se puso más tensa. - Estoy deseando que te vaya mal y te arrepientas, de verdad, para que luego nosotros no te dejemos volver, en serio. - Cecilia respiró fuerte. Se llevó una mano a la frente. Hace dos semanas todo esto hubiese sido algo surrealista. - Mira, no puedo seguir aquí. Necesito ver a Niall. 

- ¿Al rubio ese? - dijo su madre con desagrado. 

- El rubio ese es mi novio y al menos demuestra que me quiere, no como otras personas - devolvió con frialdad. Cecilia se acercó a su padre - Papá, te quiero, ¿vale? Lo superaremos juntos - le susurró mientras le abrazaba.

- Te quiero muchísimo - contestó Jared. Cecilia se separó y le sonrió tristemente. Si mirar a su madre, fue hacia donde estaban las mochilas y cogió las cosas que necesitaba, como el móvil, llaves, y dinero, y después salió de casa.


Estaba lloviendo y echó a correr. Las lágrimas se borraron con las gotas de la lluvia, y ya no parecía que había estado llorando, pero su interior seguía todo en pedazos. Corrió y corrió por las calles. Le daba igual si tenía flato. Quería huir.
Las calles aparecías y desaparecían, a la vez que Cecilia recordaba momentos de su infancia, en los que quizás recordaba ver a su madre feliz.
¿Qué fue lo que cambió todo?
Siguió corriendo. No quería pensar en eso.
Quería pensar en lo bien que se sentiría en los brazos de Niall. Con él, hayan tenido sus más y sus menos, todo lo malo se disipaba.
Era su salvación.
Finalmente llegó a la calle de Niall y Victoria, y se dirigió hacia la casa del rubio.
El último tramo lo recorrió más rápido que nunca.
Estaba empapada, muchísimo, pero le daba igual.
Llamó al timbre con insistencia. 
Daba saltitos sobre sus piernas. Que le diese igual si estaba mojada o no no significaba que no tuviese frío. 
Finalmente la puerta se abrió, y Cecilia sonrió enormemente cuando vio a la madre de Niall.


- ¡Cecilia, estás empapada! - dijo lo primero con sorpresa.

- Ya bueno... - estaba impaciente - ¿Está Niall? - preguntó sonriendo.

- Eh... En realidad había salido a comer con Harry. - y entonces la sonrisa de Cecilia desapareció.

- ¿Ah sí? N...No me había dicho nada. - el alma se le cayó a los pies - Pero bueno, era eso...

- Pero hija, pasa si quieres que estás empapada. Te doy ropa o te llevo a casa, lo que quieras.

- Nonono - negó rotundamente ella. 

- Que no es molestia, de verdad.

- Insisto. No. - finalizó.

- Vale, vale. - no parecía satisfecha.

- Bueno Maura... Gracias.

- Denada cielo. - ella se mordió el labio.

- Hasta... em... Otro día.

- Sí. - Cecilia sonrió triste y fingidamente, y después se dio la vuelta comenzando a deshacer sus pasos, oyendo como la puerta se cerraba detrás suyo. Se subió la capucha de la sudadera que llevaba y cogió el móvil, iniciando una llamada y poniéndoselo en la oreja.

- Alex - dijo al oír la voz de su amiga al otro lado de la línea, mientras las lágrimas volvían a camuflarse bajo las gotas de lluvia. 



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aquí estooooy! a ver, que son las cuatro asi que no me demoro mucho
me gusta este cap y a la vez no me gusta
mi parte fav? jane y zayn, obvio, que son mazo asdfghjklñ
que mmm, no se que decir la verdad
ah si, que creo que quedan como cuatro caps de la novela o así
nose, aun no lo he pensado pero buah, ya vereis
por cierto, una de mis mejores amigas, que es rarita como yo rollo oscuridad, muerte, sangre y tal pues ha empezado una novela sobre misterio, crímenes y tal (se supone que yo soy una chica llamada isis weee) y este es el link http://darknesscanbeaddicted.blogspot.com.es/
y bueno, que pls, si alguien no me sigue en tw que lo haga, que doy follow back, #jurao
soy @fuckdisaster41
y eso, que miles de gracias y besinchis
PD: me ha encantado MM por si alguna lo pregunta y los exámenes bieeen