lunes, 3 de junio de 2013

3. Oh how I wish that was me

- ¡Alex! ¡Levanta! - le susurró Sophie medio gritando a la chica que hace diez segundos dormía plácidamente.

- ¿Qué quieres pequeña? - contestó con un bostezo entre medias.

- ¿Despertamos a Harry?

- Buf - resopló la chica. Con solo oír el nombre de ese imbécil ya se le amargaba el día. Se dio la vuelta, quedando de cara a la pared, apoyada sobre un costado - A ese no le despierto yo ni aunque me pague, que mejor durmiendo que despierto.

- No te lo niego - dijo la pequeña rubia - Pero... ¿Y si lo despertamos a nuestra manera? - dicho esto Alex se giró y miró a Sophie con el ceño fruncido, interesada en lo que ella le había propuesto.

- Mmm... ¿De qué manera? - Sophie sonrió maliciosamente.

- Hielo en los calzoncillos y agua muy fría en toda la cara.

- Me niego a lo de los calzoncillos.

- Tranquila, de eso me ocupo yo, que ya he visto muchas veces a Harry desnudo, no pasa nada. - Alex soltó una pequeña risa.

- Eres mala, ¿eh?

- Bueno, ¿eso es un sí o un no?

- Es un por supuesto.


Las dos chicas, con grandes sonrisas en la cara, bajaron a la cocina. Menos mal que ni Robin ni Grace se habían despertado, aunque no faltaba mucho para que lo hicieran. Prepararon las cosas que necesitaban y subieron con júbilo las escaleras, para llegar al cuarto de Harry.
Sophie abrió con cuidado y silenciosamente la puerta, dejando hueco para que ellas dos pudieran pasar.
En cuento lo hicieron, Alex pudo visualizar el cuarto. Era como el de ella, pero en color azul marino, aunque la mayoría de las paredes estaban cubiertas por posters de grupos de música, que para sorpresa de la joven, coincidían con muchos de los grupos que a ella le gustaban. Nunca se imaginó que pudiese tener algo en común con aquel odioso chico.
Tras observar esto, se percató de que pegada a una pared, debajo de una gran ventana, había una cama con sábanas negras, y sobre estas, descansaba un chico boca arriba, con muchos tatuajes, y solo unos calzoncillos grises claros.
Alex apartó rápidamente la mirada, no quería ver bultos indebidos.
Aunque ella debía reconocer que la milésima de segundo que vio el cuerpo de Harry, pensó que tenía un buen parecer, que aquel chico no estaba mal y se cuidaba.

- Sophie, yo no quiero ver nada que no quiera ver - le dijo a la pequeña - Asi que cuando tu pongas los hielos me avisas y le vacío el agua.

- Tampoco hay mucho que ver eh - dijo Sophie entre risas - Pero vale.

Ambas se acercaron, Alex sin poner casi la mirada al cuerpo de Harry, solo para verle la cara. Qué distinto parecía cuando dormía. Parecía simpático y todo. Incluso de esa forma la joven empezó a considerar que a lo mejor, Harry, tenía un lado bueno, que a ella le gustaría conocer, que deseaba conocer... ¿¡Pero qué bobadas estaba diciendo!?
A ver, Harry era un gilipollas integral y ya está. Ni lado bueno ni penes.

- Preparada... - dijo Sophie - Lista... ¡YA!

En cuanto oyó esas palabras, Alex arrojó el vaso de agua fría en la cara del chico, empapando todo lo que llevaba a su paso, sobretodo los rizos.
Tiempo no le faltó a Harry para incorporarse entre gruñidos y notar casi todo su cuerpo empapado, además de sentir ganas de gritar por algo muy frío que estaba rozando su miembro.
Giró la cabeza y vio a las culpables riéndose enfrente de él. Su hermana y Alex...
Que Sophie hiciese eso le daba igual, puesto que como hermanos que eran, se habían llegado a hacer perrerías de todo tipo.
¿Pero la otra? 
Ya llevaba tres días en la casa y le había tocado las pelotas a dos manos. No iba a permitir que aquella engreída se tomase tantas libertades con él.
Le estaba hartando ya entre tanta tontería. No iba a permitir que llegase a SU familia de rositas y empezase a hacer lo que le diese la gana.
Por lo que se levantó hecho una furia, haciendo que las dos chicas se sobresaltasen. La pequeña, Sophie, fue ágil y rápida, y se escabulló de todo saliendo del cuarto, pero Alex no tuvo la misma suerte, ya que Harry se echó sobre ella y se la cargó al hombro como un saco de patatas, más enfurecido que nunca, ignorando el hielo que se iba deshaciendo cada vez más deprisa en sus calzoncillos.

- Mmmm hola Harry, bonitos tatuajes. ¿Me bajas por favor? - dijo ella inocentemente, sabiendo que eso a Harry le cabrearía más.

El chico no contestó, solo se limitó a gruñir mientras se dirigía hacia su destino. Alex, que no veía hacia donde estaban yendo, asomó la cabeza y la vio el plan de Harry.


- No, no, no. La ducha no. - se quejó ella. Ahora Harry soltó una carcajada. - ¡HARRY! ¡BÁJAME!

- No. - dijo el otro. Depositó sin mucho cuidado a la chica en el plato de la ducha y se adentró un poco él para coger la alcachofa que soltaba el agua.

- ¡HARRY! - se quejó Alex - ¡Que tampoco ha sido para tanto!

- ¡TENGO LOS COJONES COMO DOS PUTAS PASAS POR UNOS MALDITOS CUBITOS DE HIELO!

- Ey, ey, que lo de tus huevines ha sido Sophie, yo me he encargado del resto. - Harry la miró con el ceño fruncido. Vale, ya estaba más que cabreado, lo había conseguido. Abrió el grifo y empezó a mojar a Alex de arriba a abajo. - ¡HARRY!

- Oh vaya, creo que te estás mojando.

- ¡Que ayer me había planchado el pelo! - ahora Alex si que estaba empezando a odiar a Harry pero en cantidades industriales.

- Me la pela - contestó con bordería el chico.

- Pues ala, a mojarte tu también.

Alex agarró de los hombros a Harry y tiró de él, haciendo que se metiese entero en la ducha. Hábilmente le arrebató la alcachofa de las manos y le amenazó con ella al  chico, poniéndosela delante de la cara.

- Me da igual, total, ya estoy mojado. - respondió él. 

Alex acercó la mano a los mandos de la ducha y los manipuló, haciendo que saliese ardiendo, y se lo puso a Harry en el cuerpo.

- ¡Ah! ¡Quema! ¡Quema! - La joven se lo estaba pasando de miedo riéndose de Harry, que pegaba saltitos por el agua. Volvió a manipular los mandos y la puso congelada - ¡Fría! ¡Fría! - Alex volvió a reírse, pero después, por pura compasión, dejó el agua a una temperatura normal - Muy graciosa estás tu hoy, ¿no? - Alex se encogió de hombros, entonces Harry tuvo una idea. 

El agua caía entre ellos dos. Se entretuvo unos segundos mirando a la chica. El pelo largo y rubio, teñido a más oscuro por el agua, descendía mojado por su cuerpo. La camiseta del pijama, de color blanca, se pegaba a su cuerpo y dejaba ver ciertas transparencias, haciendo que el sujetados negro de la chica quedase al alcance de la vista. Un pantalón corto, también empapado, de color granate, daba paso a unas largas y morenas piernas, que acababan en unos delicados pies. 
Si hubiese sido otra chica, Harry no hubiera tenido reparos en arrancarle la ropa y tirársela en ese mismo momento, ya que la situación resultaba bastante provocadora. 
Un chico solo en boxers... Una chica en un corto pijama... Ambos empapados... Sí, verdaderamente sonaba tentador, pero a Harry, le simple hecho de pensar que esa chica era la inaguantable Alex, hacía que se le quitasen totalmente las ganas, por muy buen ver que tuviese la chica.

Bueno, a todo esto, a Harry se le ocurrió una idea.
Se posicionó delante de la puerta de la ducha, bloqueando el paso, y se llevó las manos hacia la cinturilla de los calzoncillos.

- ¿Qué haces? - espetó Alex.

- Nada, que aprovechando que estoy aquí pues me doy una ducha.

- Estarás de coña, ¿no? - el chico sonrió maliciosamente - ¡Harry! ¡Déjame salir! - pero no le iba a hacer caso. Al contrario, Harry se agarró más fuerte la ropa interior y empezó a bajársela poco a poco, menos mal que Alex se había dado la vuelta con aterioridad y se había tapado los ojos, para no ver nada. - Te odio -masculló.

- Oye, puedes darte la vuelta, que a mi me da igual. Es más, me encanta estar como vine al mundo.

- Ni te acerques a mí, bicho. - dijo Alex. Cada vez se pegaba más a la pared, para evitar cualquier contacto con lo que fuera que tuviese Harry ahí abajo - Harry, por favor, ahora enserio, déjame salir, por favor - suplicó.

- Me da que no - La chica oyó cómo Harry abría un bote, que debía ser de champú o algo así.

- Ah, ¿pero que iba enserio lo de la ducha?

- Claro que sí. 

Alex se quería morir en ese momento. Menos mal que la ducha era amplia, que si no seguramente tendría a Harry restregándose en ella. 
Uuuuf... La simple idea de pensar que a unos cuantos centímetros él estaba desnudo, duchándose a su lado... Era asqueroso. 
Menudo gilipollas estaba hecho...

- ¡AH! - gritó de repente cuando notó que algo le rozaba la pierna. Ay dios, estaba a punto de llorar. Que asco, que asco, que asco... Por favor que no haya sido su "cosa" lo que la ha tocado, por favor...

- Ey fiera, contrólate - dijo Harry entre risas. - Que solo era mi mano, tenías un poco de espuma. - Alex soltó un suspiro. Menos mal... - ¿O querías que fuera otra cosa?

- Mira, Harry, o te callas o juro que cuando salga de aquí te voy a cortar tu preciado miembro viril con unas tijeras.

- Vale, vale, me callo.

Pocos minutos pasaron, que a Alex se le hicieron horas. Solo oía a Harry enjabonarse y al agua de la ducha caer, más algunos comentarios por parte de este.
Definitivamente fue el peor momento de su vida.
Y su pobre pijama... Mojándose enterito...
¿Pero qué había hecho ella para merecer esta tortura?

Finalmente oyó como el agua cesó y las puertas se abrían. 

- Ey princesa, que ya se te ha acabado tu momento en el paraíso. - Alex se giró para quedar cara a cara con él, que estaba enfundado en una toalla de cintura para abajo.

- Primero: lo de princesa te lo guardas, que tuya no soy eso ni nada más, solo una especie rara de hermanastra, y por desgracia. Segundo: paraiso los cojones, la próxima vez te vas a cagar. Y último: dame una toalla - dijo la joven severamente mientras salía de aquel recinto.

- ¿Y si no quiero dártela?- Alex bufó. Ese niño la tenía hasta los cojones.

- Pues nada, me iré hasta mi cuarto mojando todo y ya ahí, en mi baño, cogeré una toalla.

Alex hizo amago de salir, pero Harry, ágil y rápidamente, agarró una toalla y después frenó a la chica cogiéndola de la mano y tirando de ella. Después, enroscó la toalla en su cintura de forma que quedaba acorralada entre el cuerpo de Harry y la toalla. Tarde se dio cuenta Alex de que había quedado demasiado cerca de Harry, es más, más cerca no podían estar, cosa que hacía estremecer a la chica, pero estremecer en plan mal.

- Venga, toma tu toalla, que me das pena, princesa - dijo Harry remarcando la última palabra sabiendo que a la chica le fastidiaría.

- Gracias - contestó de mal modo.

Se separó de él y agarró la toalla, con la cual empezó a secarse todo el cuerpo.

- Te odio - le masculló enfada. - Ah por cierto, ¿sabes que ayer conocí a tu amigo Louis? Se me olvidó decírtelo. - Harry se quedó primero un poco confundido por la bipolaridad de la chica, ya que primero habló enfadada y luego tan normal.

- Ya... Me lo dijo - contestó Harry sin muchas ganas. No le hacía gracia que Louis ya hubiese tenido un encontronazo con ella. Sabía que a esa edad, los chicos, y se incluía a él mismo, iban a lo que iban. Aunque bueno, Harry sabía que Louis es un buen tipo, pero aún así prefería que nadie se acercase a Alex, para evitar futuros problemas.

- Es muy simpático, me cayó bien. Me parece raro que alguien como tú tenga amigos majos, o simplemente que tenga amigos - se burló Alex.

- Pues anda que tú, que por ahora las únicas amigas que tienes aquí son tu prima y una niña de diez años, ahí lo dejo. - ella le miró entrecerrando los ojos.

- No sé qué sigo haciendo aquí - dijo ella. le dio la toalla y salió del baño.

- ¡Alex! - gritó Harry. Ella se asomó intrigada por lo que el chico querría.

- ¿Qué? - Harry esbozó una sonrisa maliciosa.

- Me gusta tu sujetador. - Alex frunció el ceño, y tras resoplar, se dio la vuelta, dándole la espalda, y se llevó las manos al broche del sujetador, se lo desabrochó y se sacó las tiras de este por los brazos, desprendiéndose de él. Después, con un brazo, se tapó por encima de la camiseta la zona de los pechos, por si se le transparentaba algo. Tras eso, se giró y quedó cara a cara con él. Después le tiró la prenda.

- Ala, toma. Ya que tanto te gusta... Así puedes tener pensamientos impuros con él. Pero a mí me dejas en paz.

Dicho esto, Alex salió de la habitación con la cabeza bien alta.


(...)


La familia Styles más los nuevos miembros se encontraban comiendo en un restaurante de la ciudad, llamado Nando's. Aquella mañana, tras esa extraña ducha que sacó de quicio a Alex, Robin y Grace les dijeron que iban a comer fuera.
Y en lo que llevaban de día, la joven no le había dirigido la palabra a su hermanastro. Aún no se creía que hubiese sido capaz de ducharse, de enjabonarse desnudo o lo que fuera que hiciese con ella delante.
Uf, menudo asco.

Cuando llegaron al restaurante, no tuvieron problemas en encontrar mesa, ya que reservaron con antelación, pero no se había dado cuenta de que alguien les observaba, pues a metros de ellos, en otra mesa, estaba una chica rubia y sus dos amigas secuaces, Emily y Tania, que más que amigas eran perritos falderos, pues imitaban todo lo que la chica rubia, Cecilia, hacía. Solo eran dos chicas de compañía, para que Cecilia no estuviese sola, pero a pesar de no tener verdaderas amigas, tenía el colegio a sus pies, o así había sido hasta entonces.

- ¿Has visto quién está ahí? - le preguntó Emily a Cecilia mientras se apartaba un mechón negro y rizado de la cara.

- ¿Quién? - contestó sin muchas ganas la otra.

- Tu queridísimo Harry - Tania y Emily compartieron una fugaz y cómplice mirada, con una pequeña risa, ya que sabían que Harry sudaba de Cecilia, aunque ella no lo quería reconocer.

- ¿¡En serio!? - A Cecilia el corazón le dio un vuelco. Llevaba enamorada de ese chico muchísimo tiempo, a pesar de que entre medias haya habido algún rollete con otro chico, ya que Harry era especial, único. Con ese aire misterioso, esa picardía, su manera de andar, su voz... Le encantaba. Este verano casi ni le había visto, solo a finales de junio, cuando acabó el instituto, pero después ella se fue a pasar dos meses enteros por distintas costas de España, y no le pudo ver. Movió la cabeza a varios lados, intentando buscarle, hasta que le encontró en una mesa, tomando unas alitas de pollo. Estaba tan guapo como siempre, vistiendo una camiseta gris con unas tiras de color granate en las magas y una e el abdomen atravesando la camsieta, y cómo no, sus típicos rizos revueltos, que una no sabía si se los había peinado así aposta o esa era su verdadera posición. - Esta con su Robin y Sophie... Que mona es...

- Te odia - aclaró Tania poniendo los ojos en blanco.

- Cállate - espetó la rubia - ¿Y quiénes son las otras dos? - Cecilia se empezó a poner nerviosa. Había una mujer, de unos cuarenta años, bastante guapa, que para ella no corría peligro, pero la otra... Tendría más o menos su edad, y decir que era un pivón era quedarse corta. Tenía el pelo super largo y rubio, y unos ojos verdes increíbles, aunque parecía que se mostraba antipática hacia Harry. ¿Quién sería?

- ¿No te has enterado? - dijo Tania.

- ¿Enterarme de qué?

- La mujer más mayor va a ser la madrastra de Harry, se va a casar con Robin, y la chica creo que es su hija. - aclaró Emily.

- Espera - habló Cecilia - ¿Me estás diciendo que esa chica va a dormir desde ahora en la misma casa que Harry y yo aquí sin enterarme? - se le empezó a hinchar la vena. 

- Em... Sí, y también va a ir al OEHS, a nuestro curso.

- Será zorra... - dijo Cecilia mirando con cara de odio a aquella chica - Seguro que quiere quitarme a mi Harry.

- Bueno, técnicamente Harry no es nada tuyo... - dijo Emily con intención de fastidiarla, pero la chica rubia estaba demasiado atenta en controlar los movimientos de Harry y de la chica-amenaza.

- Y hay rumores de que ayer estuvo con Tomlinson. - ahora sí que giró la cabeza para mirar a sus secuaces.

- ¿¡Con Louis!?- asintieron - No solo se mete en la casa de Harry si no que también va a por uno de los buenorros del curso... Genial, solo faltan Liam, Horan, y...

- Oh no, a Liam que no me lo toquen - dijo Emily.

- Emi, acéptalo - habló Cecilia - Liam se acostó contigo hace un año y después no volvió a hablarte, y tampoco creo que lo vaya a hacer, asi que puedes ir olvidándote de él. - resopló - No sé cuantas veces más voy a tener que decírtelo... - Emily agachó la cabeza. Empezaba a estar un poco harta de Cecilia y sus comentarios de ese tipo. - Ahora vuelvo. - dijo la chica rubia levantándose decidida.

- ¿A dónde vas? - preguntó Tania.

- A conocer a mi nueva "amiga" - Cecilia exageró una sonrisa y se echó a andar hacia la mesa de Harry.



Este, el chico de rizos, se encontraba comiendo unas ricas alitas de pollo, tranquilo ya que Alex no le estaba hablando ni molestando, cuando vio al demonio en persona acercarse hacia él. Oh mierda, justo a quien menos quería ver.

- Hola Harry - dijo Cecilia.

- Ah... Hola... - saludó sin ganas. Conocía perfectamente de Cecilia, y sabía que simplemente por el hecho de que él estuviese cerca de una chica, en este caso Alex, se podía poner a montar un espectáculo de histeria perfectamente.

- Hola señor Styles - saludó ella al padre de Harry.

- Anda Cecilia - él se levantó y le dio dos besos a la chica - ¿Qué tal el verano? Tus padres me dijeron que se iban a España.

- Sí - sonrió como una niña buena - Mucho sol, jamón, tortilla... - soltó una pequeña risa. Alex la miraba un poco con cara de fastidio. Se veía que era la típica marimandona zorra de instituto que quería tener todo bajo su control. Uf, eso no la gustaba. 

- Suena tentador - dijo Robin - Mira, te presento a mi prometida, Grace. - la susodicha se levantó y se presentaron.

- Me alegro mucho de que se vayan a casar- dijo Cecilia.

- Gracias, y bueno, ella es su hija Alex - presentó él. Cecilia se acercó hacia el lado de la mesa en el que estaba ella.

- Hola, soy Cecilia - ella le tendió la mano para recibir un saludo formal.

- Encantada, soy Alex - la joven fingió una sonrisa y en vez de recibir la mano cordialmente, se la estrechó como si se tratase de un choque entre dos chicos. Cecilia se quedó confundida mirándose la mano.

- Si.... - masculló - Hola Sophie - saludó.

- Víbora - susurró la pequeña. Alex reprimió una risita por lo bajo. Por dios, le encantaba su hermanastra pequeña.

- ¿Qué? - dijo Cecilia, que no la había entendido.

- Nada, nada, que se te nota que has estado mucho en la playa este verano. De tomar tanto el sol te han empezado a salir manchas y arrugas - Cecilia cambio su cara a una de horror al oir esto, y empezó a tocarse la cara, mientras tanto Sophie como Harry y como Alex se reían silenciosamente. Robin y Grace habían optado por apartarse de la conversación, y dejar a los jóvenes a su aire. - Anda, que es broma. - dijo Sophie tras reírse demasiado. Cecilia relajó la cara.

- Ya lo sabía - le dedicó una sonrisa exagerada a la niña y luego miró a Alex. - Me han dicho que vas a ir al OEHS este año.

- Eh sí...

- Oye, Cecilia, ¿podrías irte? - dijo Harry ya con ganas de que la rubia se fuera - es que queremos comer en paz. - eso a la chica le sentó un poco mal, asi que ya más molesta, decidió irse de ahí.

- Eh, claro... Adiós a todos, que aproveche. - y rápidamente se fue, sin importarle si dejaba a alguien con la palabra en la boca. Además, la chica esa nueva le había parecido super irritable, y mira que solo había dicho tres palabras... Pero su forma de cogerle la mano... menudo espanto de mujer.

- ¿Qué tal te ha ido? - preguntó Tania en cuanto Cecilia se sentó en la mesa.

- De maravilla - mintió - le he dejado claro a esa guarra a quién no debe tocar las narices. - se cruzó de brazos, enfurecida consigo misma y con el mundo. Había mentido por no permitir que su dignidad de reina del colegio cayese, aunque algo le decía que su tiempo de abeja reina se iba a acabar en muy poco.




También, a escasos metros de ahi, en el mismo restaurante, un chico rubio con una camiseta negra y una gran sonrisa, recogía la comida para llevar de su establecimiento de comida favorito. Su nombre es Niall Horan, aunque suelen llamarle Nialler.
Es conocido por toda la ciudad, no solo por su característica mata de pelo rubia y por ir enamorando ahí al tocar la guitarra, si no además por vivir feliz y sin complicaciones, por sonreirle a la vida te de lo que te de.
Simplemente, era feliz al completo.

A todo esto, el chico rubio no tenía ni idea de que uno de sus mejores amigos estaba ahí comiendo con su familia, por lo que cuando tuvo en mente salir del restaurante, se llevó una grata sorpresa al encontrarse ahí a Harry. Se acercó a la mesa y empezó a saludar a todos, que se sobresaltaron al verle, pero que los que ya le conocían, se alegraron de ver a su irlandés favorito.

Niall empezó saludando a todos los presentes. Robin, al igual que hizo con Cecilia, le hizo una pequeña introducción presentándole a Grace y a Alex.
En cuanto Niall puso la mirada en esta última, cayó en la conclusión de que en persona era mil veces más guapas que en foto. Harry había omitido varios detalles al describirla. Bien guardado que le lo tenía...
Empezó a hablar con ella... Bueno, hablar... Decirse "hola" y "¿qué tal?", pero desde el primer momento, a Niall e pareció una chica bastante agradable, y que merecía la pena conocer.
¿Por qué Harry decía que era insoportable?

Pues no se sabe.

Cinco palabras habladas con ella y Niall ya estaba cautivado. Era preciosa, y quién sabe si en un futuro ella y él... Quizás ocurriese algo. Además, él sabía que le había caído bien a la chica, pues esta le dedicaba humildes y sinceras sonrisas. Aunque Louis ya le había comentado que la había conocido, y que sería para él, pero bueno... Lo mejor era no empezar a pensar en lo que a lo mejor se hará en el futuro, si no acostumbrarse al presente.

Acabó la corta conversación con al chica, y bueno, también se despidió de todos, pero él se centró más en que había conocido a la famosa futura hermanastra de Harry, y además, al próximo viernes él iba a dar una fiesta por su cumpleaños.
Las cosas no le podían salir mejor.

Anduvo por el restaurante con dirección hacia la salids cuando de repente se percató de tres chics cuyas caras le sonaban. Vaya, si eran Cecilia y sus secuaces. ¿Es que acaso todo el mundo había elegido ese día ese restaurante para comer?
Era algo normal, pues era una ciudad pequeña. Bueno, ciudad, si los edificios más altos tenían solo cuatro plantas. En conclusión, que ahí, en esa ciudad-pueblo, todo el mundo coincidía con todo el mundo.

- Hola chicas - saludó el chico.

- Hola - contestaron Taia y Emily al verle, pues les enamoraba su encanto.

- Hola Cecilia. - dijo él solamente a ella, que no le había saludado.

- Púdrete Horan - contestó la susodicha con bordería.

Niall puso los ojos en blanco y la sonrió. Esa chica nunca iba a cambiar.




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Holaa, primero perdón, porque dije que iba a subir ayer, pero al final no, ya que este finde ha sido un caos, pues eran las fiestas de mi cole y tal, lo siento.
También me disculpo porque el capítulo empezaba de puta madre y después la he cagado ya que ni la parte de Cecilia me gusta ni la de Niall, pero bueno, habrá mejores capítulos.
Ya o tengo más que decir asi que simplemente que lo disfruteis y tal
Un beso

5 comentarios:

  1. Ni me he reido, ¿Sabes? Me apetecia decirte lo de siempre, que si escribes increiblemente perfecto, quedas mucho asco, que tu de mayor escritora, que yo te compraba libros, ya sabes, me repito.
    Pero realmente este capitulo asido genial JAJAJJAJAJA me ha encantado.
    Un besoooo(:

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  2. Hoolaaa Lidiaaaa ya puedo comentar aquí Jajajajaja!
    Pues nada, que decirte que el capitulo es buenísimo, que te ríes muchísimos leyéndolo Jajajajaja! Que aunque solo vayas por el capitulo 3, ya tiene ese puntito que solo tu le sabes dar :D
    Un besitoo...Marii :))

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  3. hOLA lIDIUUS :)
    Perdon por no comentarte ni nada, es que estoy en la ultima semana de exámenes y me paso todo el día del cole a casa y en casa ha estudiar, así que no tengo mucho tiempo. Pronto nos daran las vacaciones, asi que tendre muuuucho tiempo para los comentarios :)
    La novela esta muy bien, me ha gustado mucho lo de la ducha jajaja a sido la leche! jajajajajaja Encima a sido como en la novela anterior, en la ducha jaja :) (buenos recuerdos)
    Bueno Lidia, un beso enorme, sigo acordándome de ti aunque no lo creas :):)

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  4. holaaa!!!
    qe en cada capitulo me hago un lio mas grande. No tengo ni idea de con quien va a salir. A mi me gustaria que fuese Harry, qedaria como....no se, pero creo que qedaria bien. Un besitto!!!

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  5. Lidaaaaaaaaaaaa! Me lo acabo de leer y diooos... Me encanta como escribes y que sepas que la escena de los calzoncillos y la ducha me han puesto bastante jajajajajaj

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